lunes, 9 de julio de 2012

Lubomir


Lubomir ha sido mi más grato descubrimiento en Facebook, como dije en mi post anterior. En varias ocasiones había puesto un "Me gusta" en alguna de las imágenes que pongo en el Muro de Julia, la amiga rusa que conocí a través de una prima y de mi padre, al que ponía bellas imágenes en su Muro. Un día decidí echar un vistazo en el mundo de Lubomir, y me cautivaron enseguida sus fotos, tan bonitas, algunas muy originales, y las que se hacía en su trabajo, un centro para disminuídos psíquicos en el que es monitor.

No miré más, me pareció un encanto de persona, y le hice una petición de amistad. No tardó mucho en aceptarme. En su Muro hice las presentaciones de rigor, le saludé, le dije la amiga que teníamos en común y que me encantaban sus fotos y su trabajo, todo ello en mi parco inglés, heredado de mis tiempos del instituto, de cuyas rentas aún vivo.

Lubomir suele conectarse por la mañana temprano, aunque no siempre. A 1ª hora, al llegar al trabajo, nos intercambiábamos, al principio de conocernos, unas cuantas frases. Él es muy rápido escribiendo, tiene mucha imaginación y muchos reflejos, su mente es dinámica, sabe inglés, francés e italiano, y sospecho que un poco de todos los demás idiomas del mundo. En el centro y norte de Europa están acostumbrados a aprender lenguas extranjeras desde la infancia, es algo normal para ellos. Yo, vacilante porque nunca había mantenido una conversación real con nadie que supiera inglés, no me sentía capaz de seguirle el ritmo. En una ocasión me dijo que prefería el francés, y yo le comenté que me encantaría aprender italiano. Fue decirlo y al momento soltó una frase muy larga en la que entendí más o menos que brindaba por nuestra amistad. Como tardaba en traducirlo, temerosa de hacerlo mal, enseguida escribió ????, como preguntándose si a lo mejor no estaría de acuerdo con él. Pensé que le terminaría aburriendo. Le di las gracias en italiano, pero me sentí aliviada en cuanto volvió al inglés.

Ahora ya no, pero al principio hablar con él era como montarse en una montaña rusa, una descarga de adrenalina. Yo que soy tan tranquila, y él que es tan nervioso, me hacía gracia y me abrumaba a un mismo tiempo cuando, entre frase y frase, se ponía a teclear de forma vertiginosa un "Me gusta" en todas las fotos de mi Muro, incluídas las pocas que tengo en mi Perfil, que nadie ha comentado nunca antes. Podía pulsar esa tecla 15 ó 20 veces en espacio de un minuto. Me pareció que era como un torbellino, una fuerza de la Naturaleza. Me pareció también como si alguien, al que apenas conozco aún, se inmiscuyera en todos los recovecos de mi mundo, como una abeja que revoloteara inocente y curiosa entre las flores, y sin embargo no me sentí molesta o incómoda, porque lo hacía con toda naturalidad.

Yo tenía temor a que el idioma pudiera ser una barrera para que nos pudiéramos comunicar y entender. La mayoría de la gente utiliza el traductor de Google, como mi reciente amiga francesa Christine, que no sabe inglés, como yo no sé francés, pero me resisto: prefiero sacar a relucir mis pocos recursos, que a lo mejor son más de lo que yo misma imagino, pues a fuerza de querer encontrar las palabras adecuadas surgen del desván más recóndito de mi memoria expresiones y giros que creía olvidados. Todo requiere un esfuerzo, y de paso aprendo vocabulario, pues si hay algo que desconozco o me llama la atención entonces sí busco su significado.

Poco a poco hemos cogido confianza, aunque con Lubomir eso es algo nada difícil, porque es una persona encantadora, con un particular sentido del humor entre pillín y dulce, inteligente e hipersensible, muy afectuoso y espontáneo, con una personalidad arrolladora. En casi todas sus fotos aparece sonriendo, es un hombre al que debe ser raro ver de malhumor o triste, lo cual me parece maravilloso.

Y es un verdadero patriota: siempre que tiene oportunidad saca a relucir su país, Eslovaquia, poniendo videos en su Muro sobre los paisajes, música y costumbres de su tierra, o ahora con el Tour de Francia, en el que debe ser que están teniendo una brillante participación. Y lo descubrí porque al principio le ponía bellas imágenes de montañas, y él empezó a hablarme de las de su país, y a ponerme fotos de ellas y unos cuantos videos en mi Muro, para que lo conozca, y mi interés es un acicate para él. Yo prácticamente nada conocía de allí, y así he descubierto un pequeño paraíso lleno de montañas y vegetación. Hasta recetas de platos típicos ha colocado en su Muro, pero como están escritas en su idioma natal no las entiendo. Las fotos que las acompañan son realmente muy apetitosas.

Lubomir es un espíritu inquieto, todo le interesa, apasionado de la vida como es. Entre sus imágenes encuentras de todo, y cuando le da por un tema es muy persistente, pone todo lo que encuentre sobre ello: dulces, tartas, cócteles multicolores, indios americanos con sus plumajes en todas las actitudes posibles, bellas señoritas de concursos de belleza o de revistas de moda, piedras preciosas, viñetas cómicas con un humor inteligente y ácido, animales (le encantan), flores, paisajes...

En su perfil tiene mil ciento y pico fotos, en las que aparece su casa, su familia y su trabajo. Hasta hace poco no las había mirado, porque siempre tengo un poco de pudor respecto a estas cosas, es como fisgar en la intimidad de otras personas, pero bueno, cuando ha puesto tantas es porque Lubomir es una persona enormemente abierta y extrovertida a la que no le importa mostrar todos los ámbitos de su vida. Y fue cuando descubrí que el chico con el que en más fotos aparece, un disminuído psíquico y físico del centro donde trabaja, es su hijo mayor. Al principio creí que era un chico al que había cogido más afecto que  a los otros, y por eso salía en tantas fotos con él. Tiene unos 21 años. Supuse que había hecho del cuidado de estos seres desvalidos su medio de vida para estar cerca de él. Me llegó al alma, y entonces admiré su coraje, sus ganas de vivir, el procurar no estar nunca triste o malhumorado aunque motivos no le faltasen. Se ve que tiene una parálisis, y cuando no está en una silla de ruedas de esas que tienen un respaldo que se reclina y se puede apoyar la cabeza, yace tendido en una cama, pero sonríe, contento de estar junto a un hombre, su padre, que hace lo imposible para que se sienta bien y para divertirle y hacerle más llevadera la existencia.

En otras fotos aparece con su mujer, que tiene un gesto muy maternal, una buena persona como él seguramente, y sus otros dos hijos, uno de 17 años y otro de 14, que se le parece mucho, pues tiene su mismo aire pícaro. También se ve el exterior de su casa, una zona verde muy amplia en la que cultiva tomates, girasoles, flores, hace barbacoas, tiene un pequeño invernadero, y hasta ha montado una pequeña piscina azul circular cubierta en la que se le ve flotando en actitudes guasonas con su hijo mayor, metido en un gran flotador, que no deja de reir a su lado. Supongo que para que haga ejercicio y no vea aún más reducida su movilidad. En una de las fotos aparecían todos juntos, y no dudé en comentarle, junto con un montón de personas más, que tenía una hermosa familia. "Es mi hobby", me comentaba cuando he ponderado su enorme jardín, un paraíso que parece estar lleno de sorpresas. En invierno se cubre de nieve, y se le ve a él con una gran pala para despejar el terreno, saludando con una mano.

Ahora en verano aparece con bermudas de cuadros, que tanto se llevan para los hombres aunque a mí no me gustan, que le dan una apariencia aún más divertida, y con un sombrero como los que llevarían los agentes forestales del Parque Yellowstone. Cambia constantemente la foto de su perfil, aunque le gusta aparecer medio escondido tras uno de sus enormes girasoles, sus flores o sus tomateras. Es como si estuviera siempre jugando, como si fuera un niño grande.

En una ocasión me dijo que le gustaba mucho la Historia Antigua, Grecia y Roma, y no tardó mucho en poner en su Muro extractos sobre el tema, y sobre castillos franceses y el origen de diversas ciudades europeas. Lo sigue haciendo desde entonces.

Lubomir (Lubo para algunos de sus amigos de Facebook), es sin duda una persona extraordinaria, divertido y muy humano. Reviste todo lo especial que es y hay en su vida de cotidianeidad, cuando realmente el suyo es un universo lleno de vida y emociones. Por ello me siento feliz de ser una de sus casi dos mil amistades de Facebook (nunca vi a nadie que tuviera tantas), y van en aumento. 


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