miércoles, 22 de abril de 2015

Un poco de todo

 
-        La mayoría de la gente no suele fijarse en los carteles que nos salen al paso, cuando deambulamos por la gran ciudad. Yo dejo vagar la vista a mi alrededor, sin rumbo fijo, y no es difícil que me encuentre con alguno que me llame la atención, por su curioso contenido en el que me cuesta creer que nadie haya reparado.
 
Uno que hay en la fachada del monasterio de la Encarnación, por ejemplo, reza: “Se prohíbe hacer aguas baja la multa correspondiente”. El estilo de la frase, antigua y alambicada, hace juego con el del edificio, muy añejo también. Me gusta encontrarme con estos vestigios del pasado, cuando se cuidaba tanto lo que se decía y cómo se decía.
Pero la mayoría no son tan finos. En un callejón que hay junto al sitio donde trabajo alguien grafiteó: “No me gusta que me veas vomitar”. Y ciertamente que es un lugar que muchos eligen para sus desahogos, ya sean los que se prohibían en el monasterio de la Encarnación como los que se anunciaban en el graffiti de marras.
Y para aquellos que son despistados está el que ponen en los Pans and Company, encima de los muebles que sirven para vaciar las bandejas: “Por favor, no tirar la vajilla a la basura”. A veces te dan vasos de cartón y otras tazas de cerámica, y si se va despistado puede tratar los desperdicios de la misma manera.
-         Publicidad penosa la que no cesa de idearse. Por si nos habíamos olvidado de las polémicas que suscitaban los de Benetton, ahora Coca Cola saca un anuncio en t.v. en el que se utiliza la situación personal de los niños adoptados para llegar al corazón de los consumidores. Temas tan delicados no deberían servir para anunciar ningún tipo de producto. Es cierto que todas esas preguntas que se hacen los peques durante el spot nos imaginamos que son muy reales, pero es algo que me parece tan privado y que produce tal tristeza que lo encuentro una infamia sacarlo de su contexto. “Mamá me han dicho en el cole que eres muy mayor para ser mi madre”, afirma una niña ante una desconcertada mujer madura. “Me han dicho los compañeros que no sois mis padres”, le dice una niña oriental a sus padres occidentales. “Me dijeron que no sois mis padres”, le dice un niño negrito a sus padres, dos hombres blancos. Familias monoparentales, multirraciales y homosexuales, todo tiene aquí cabida. Con el eslogan “comer juntos alimenta tu felicidad” nos introducen la marca presentando diversas situaciones familiares que normalmente no suelen estar expuestas a la luz pública.
 
Lo mismo que ese bebé negrito escuálido, que yace sobre unas sábanas, mirando con enormes ojos angustiados, y sobre el que se ha colocado un enorme letrero: “Tiene los días contados”. Los tenemos todos, realmente, pero la frase es tan desafortunada que produce más rechazo que otra cosa. Si lo que pretenden es atraer a la gente a su causa consiguen todo lo contrario.
 
Qué falta de buen gusto, tacto y sensibilidad. Ya vale todo, cualquier carnaza es buena con tal de conseguir el objetivo propuesto.
 
- Me ha encantado sin embargo un whatsapp que me han mandado que trataba sobre el amor de manera muy original. Tras una gran pantalla de rayos X en un parque de Sta. Mónica (California), se ponían dos personas de las que sólo se ven sus esqueletos, besándose, abrazándose, cogiéndose de la mano, bailando. Cuando aparecían, cada una por un lado de la pantalla, las 2 primeras resultaron ser dos chicas (el amor no tiene género), las siguientes eran una mujer negra y un hombre oriental (el amor no tiene raza), después dos niñas que eran hermanas, una con síndrome de Down (el amor no tiene discapacidad), luego dos hombres negros y un niño negro (el amor no tiene género de nuevo), a continuación una pareja de ancianos orientales (el amor no tiene edad), después dos niñas de diferente raza (el amor no tiene raza otra vez), luego una mujer blanca y una hindú (el amor no tiene género ni religión), por último un hombre israelí y uno palestino que se abrazaban (el amor no tiene religión). Terminaba el video con una frase que resumía todo lo anterior: “El amor no tiene etiquetas”. Muy bonito y emotivo, y muy real. La vida tal cual es .
 


No hay comentarios:

 
MusicaServicios LocalesContadorsAnuncios ClasificadosViajes