martes, 14 de enero de 2014

Un poco de todo (XXII)


- Ya no sabemos qué hacer para llamar la atención. Lo del Día sin pantalones en el Metro es la gota que colma el vaso. No sé por qué para romper la monotonía diaria de los viajeros hay que inventarse este tipo de cosas. Y como siempre, copiamos todo lo que venga de Norteamérica, pues por lo visto es una costumbre que tienen en Nueva York desde hace varios años.

Las fotos son para desternillarse, gente en paños menores, sin complejos eso sí, leyendo un libro, escuchando música o charlando como si fuera lo más normal ir por ahí en ropa interior. Se dejan fotografiar con aparente desinterés. Pero ¿y el frío? ¿A quién se le ocurre proponer esto en pleno mes de enero? Se supone que se vestirán en cuanto tengan que salir a la calle, aunque yo no sé algunos dónde llevarán el pantalón porque no parecen haberlo guardado en ninguna parte. No se ven bolsas ¿debajo de la cazadora quizá?.

Las que llevan tanga ya van enseñando mucho, y los chicos aprovechan para lucir sus calzoncillos más sexys e imaginativos, de paso que presumen de músculos los que van al gimnasio. Chulos no faltan nunca, y más en este país. Aunque no deja de parecer muy raro ir tan abrigados por arriba, hasta con gorros de lana y todo, y tan desnudos por abajo.

¿Qué será lo próximo que se les ocurra? ¿Quitarse las camisetas? Ahí nosotras tenemos más que enseñar, más vamos a romper la rutina del viajero de Metro, y ellos serán los que mejor se lo pasen mirando. Que vengan las de Femen y completen la propuesta, esas parecen no pasar frío nunca.

- Y hablando de frío, tremenda la ola polar que está asolando EEUU estos días. He leído que en muchos estados la sensación térmica, debido al viento, ha llegado a ser de 40 grados bajo cero. Se dice pronto. Aunque, curiosamente, sólo se ha registrado una veintena de fallecidos. Circula una anécdota, no sé si será cierta, de que un preso que se había escapado volvió a la cárcel al no ser capaz de resistir tan bajísimas temperaturas.

El fenómeno meteorológico nos ha dejado hermosas imágenes: el Central Park helado, donde por lo visto no se registraba un frío así desde hace 118 años, o las cataratas del Niágara congeladas, algo que no es la 1ª vez que sucede, pues vi hace tiempo unas fotos sorprendentes en las que aparecian en ese estado ya a principios del siglo pasado, aunque eran imágenes en blanco y negro y no se podía apreciar la belleza del momento a todo su color como ahora.

Todo se debe a una tormenta colosal a la que, por una vez, han puesto nombre masculino, Hércules, rompiendo la costumbre de poner nombres femeninos a todos los desastres meteorológicos, y el frío alcanzó incluso a sitios como Hawai en los que no están acostumbrados a las bajas temperaturas. El río Michigan, en Chicago, era una pista de patinaje de hielo de la que salía una niebla que le daba un aire misterioso. He visto también imágenes de gente dando paladas con la nieve hasta la cintura, para poder desenterrar sus coches, o la vista aérea de un gran barrio residencial de Chicago cubierto por la nieve.

En fin, será este un invierno que difícilmente podremos olvidar.


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