lunes, 8 de septiembre de 2014

Dianética

 
Hace tiempo me dieron, mientras esperaba en la parada del autobús, un folleto que anunciaba un libro cuyo título me llamó mucho la atención: Dianética. El poder del pensamiento sobre el cuerpo. La portada, muy roja, exhibía un volcán en erupción. Su autor, L. Ronald Hubbard, sacaba a relucir una serie de interrogantes que están presentes en mi mente, y en la de la mayoría de la gente creo, desde hace mucho tiempo:
¿Cómo puedo uno ganar suficiente confianza para alcanzas sus metas?
¿Por qué la gente comete los mismos errores una y otra vez?
¿Qué hace que sea difícil concentrarse?
¿Puede la mente influir en tu comportamiento y causarte malestar físico?
¿Es posible aumentar la inteligencia?
¿Cómo funciona en realidad la mente?
¿Cómo puede uno alcanzar todo su potencial en la vida?
Una dirección postal, una página web y un correo electrónico eran las formas de hacer el pedido, 17 € por saber todas aquellas cosas que siempre te han intrigado y que te parecen importantes para tener una vida mejor.
Una de las caras del folleto se ilustraba con una foto en blanco y negro de Einstein, cuya imagen se utiliza para las causas más insospechadas, con cara de pamplinas, y a continuación grandes letras rojas anunciaban que “sólo utilizamos el 10% de nuestro potencial mental”, frase que se oye mucho últimamente y de la que se ha puesto en duda que sea cierta. Pensé que algo en mi decrépito gesto había puesto al descubierto que soy funcionaria y por eso me habían entregado el opúsculo, necesitada de una estimulación cerebral que mi trabajo aniquila. Pensé también en los hinchas de fútbol que asolan mi barrio los días de partido, a los que esta propaganda tampoco les vendría mal, aunque en su caso seguramente sería usada como sustituto del papel higiénico.
En el folleto, un poco más abajo, seguía diciendo: “Este libro demuestra cómo cualquiera puede librarse por sí mismo de las barreras que le impedían, hasta ahora, usar totalmente su potencial mental. Muchas personas, incluyendo artistas, médicos, directivos y trabajadores utilizan el libro DIANÉTICA”.
Tras esta curiosa selección laboral me quedé pensativa. ¿Estas son las profesiones que más necesitan de autoayuda y estimulación cerebral? Y mientras daba vueltas al papel con risita floja me fijé, y me costó por mi presbicia, en unas letras pequeñas en la parte inferior que decían Scientology. Ya decía yo, la dichosa Cienciología. Una mezcla de escepticismo y aprensión que siempre me asaltan con todo lo relativo a sectas de cualquier pelaje, hizo que mi interés desapareciera tan rápidamente como había surgido.
Mirando acerca de la Cienciología, que muchos artistas de Hollywood han hecho famosa y han enriquecido con sus cuantiosas fortunas, descubrí cosas que desconocía sobre ella y que me parecieron muy extrañas. No sé cómo puede haber gente que siga a pies juntillas preceptos tan rocambolescos. Y más tratándose de ese tal Hubbard, un tipo chiflado por lo que se ve: afirma haber descubierto el origen de todas las enfermedades mentales, y propone un método, auditación, por el que sienta al paciente con los ojos cerrados durante al menos 2 horas para que descargue lo que él llama “engramas”, que es el registro en la memoria de las percepciones del pasado en las que se estuvo inconsciente o se padeció dolor físico. El paciente debe repetir aquello que recuerde varias veces, aportando más detalles en cada ocasión, hasta que descargue por completo el engrama.
Hace alusión este autor, que no tiene estudios de medicina ni psicología, a la parapsicología, la reencarnación y la telepatía, entre otras. La experimentación con drogas y la hipnosis están en el origen de la dianética, que en realidad guarda una gran semejanza con el método catártico usado por Freud a finales del s. XIX, y que después abandonó por ineficiente, sustituyéndolo por la asociación libre. Los estados hipnoides, propuestos por Charcot en su momento, también se consideran obsoletos.
Afirma Hubbard, que en realidad es ingeniero, haber curado la manía, la depresión, el asma, la artritis, la colitis y haber convertido a homosexuales en heterosexuales (aquí no puedo por más que reir a carcajadas). Ha escrito varios libros, convertidos en best sellers, ha dado conferencias y hasta fundó un instituto donde enseñaba dianética. Luego empezó a incluir conceptos como alma o espíritu, y fundó una nueva religión, la Cienciología, redefiniendo la dianética como “la parte de la Cienciología que se encarga de lo que el espíritu le hace al cuerpo”.
En fin, que unas teorías tan complicadas y absurdas jamás podrán dar respuesta a todas esas preguntas que nos hacíamos más arriba, lo cual es una pena porque eran interesantes. No sé cómo está permitido que engañen así a la gente, es todo un enorme montaje, una descomunal estafa de la que mucha gente está siendo víctima. Y por alguna razón gana cada vez más adeptos en la meca del cine, donde todo el mundo ha debido perder el norte, si alguna vez lo tuvieron.
La verdad es que dan cada cosa por la calle que pone los pelos de punta. Lo tendría que haber tirado sin darle más vueltas. Anda que no reparten basura por la calle todos los días…

 

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