miércoles, 3 de julio de 2013

Un poco de todo (XXI)


- Este año voy a tener unas vacaciones distintas. Después de más de tres décadas veraneando en el mismo sitio, más por complacer a los demás antes que a mí misma, cómo no, he decidido cambiar de destino y he pensado que no estaría mal conocer Ibiza.

Iré con mi hija. Mi hijo se apuntó al principio, pero luego lo pensó mejor y dijo que prefería quedarse. Se va haciendo mayor y estar con personas mayores ya le aburre. La playa no le gusta mucho, quizá por lo delicado de su piel. Quise tentarle con cosas que sabría que le agradarían, pero fue en vano: la semana que nos vamos a pasar allí será de chicas solas. A Ana no parece importarle, antes al contrario.

Nunca me había gestionado un viaje por mi cuenta, sin ir a una agencia. Me acerqué a una que hay cerca de mi barrio en la que hice mis viajes a París y Londres, pero había cambiado de nombre y la empleada que me atendió en aquellas ocasiones ya no estaba. Quedaba uno de los chicos y había otro nuevo, que me atendió fatal, sin ganas de trabajar y casi como si me estuviera haciendo un favor. Ya no he vuelto.

Decidí meterme en Internet a ver qué salía. La oferta es tan enorme que al final consulté con una amiga que ha dado la vuelta al mundo con su marido, y que tiene una memoria excelente para acordarse de en qué sitios se alojó y otras curiosidades. Yo si no me quedo con folletos, con el paso del tiempo ya no recuerdo en qué hoteles estuve. Mi amiga me dio enseguida referencia de un hotel junto a la playa y allá que hice la reserva on line. Luego los vuelos, que era lo que más temor me daba, porque aquí te dan gato por liebre en cuanto te descuidas. Hay que ver lo que cuesta un vuelo a Ibiza, aunque vayas por lo barato, más que si me fuera al extranjero.

Estuve mirando cuándo actuaba David Guetta, pero no vamos a poder ir a verlo, porque una sesión suya vale de 200 € para arriba. Hace poco actuó en un pueblo de Madrid y costaba 65 €. Cómo cambia la cosa dependiendo de dónde sea. Me encanta este DJ, es una persona encantadora. Creo que la mitad del año vive en Ibiza. Él sí que sabe.

Veremos cómo se nos da. Ya tengo ganas, necesito vacaciones...

- Le he mandado un e-mail a Luisa, la que fuera jefa de estudios de Miguel Ángel cuando estudiaba en el instituto de al lado de casa, y de la que ya hablé en un post anterior. Como no pude despedirme cuando tuvimos la reunión sobre el itinerario formativo para el próximo curso, porque al terminar muchos padres se acercaron para hablar con ella, decidí mandarle un mensaje por correo electrónico, porque además las palabras escritas siempre quedan y en cambio las de una charla informal se las lleva el viento.

En él le agradecía el interés que por mi hijo se tomó cuando tuvimos que decidir si debía continuar en el centro al terminar su terapia. Fue tan comprensiva, tan alejada de la imagen habitual que todos tenemos de ella, en su papel de severa custodia de la disciplina estudiantil, que me llegó al corazón. Ahora que se jubila (nadie lo diría por su aspecto, parece mucho más joven), pienso que ha tenido que ser muy duro, muy agotador ejercer ese papel durante tanto tiempo, te tiene que gustar mucho la docencia para perseverar en un puesto así.

También aproveché para agradecer a Mª Ángeles, la otra jefa de estudios. Cuando se lo comenté a Miguel Ángel se quedó pensativo, y luego dijo que estas cosas son las que cuentan al final, lo gratificante de ese trabajo, lo que recuerdas. Y creo que es cierto, puso en palabras lo que yo sentía. También dijo que no todo el mundo lo hace, tomarse la molestia de agradecer el bien que se ha recibido. Nunca está de más.


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