viernes, 27 de abril de 2007

Mis tías

Tengo tres tías preciosas
que admiré desde pequeña,
diferentes entre sí,
cariñosas y fraternas.
La tía Adela es hermosa
como las damas de Rubens
que perdona los defectos
y que ensalza las virtudes,
bella por dentro y por fuera
y es que a fuerza de leer
tan buena literatura
cada día nos sorprende
con una nueva lectura.
En la tía Carmen admiro
su bueno y gran corazón,
aún recuerdo las tostadas
de tortilla y de jamón,
amante y fiel esposa
que cumple con sus deberes
y que con tantos quehaceres
no descansa ni reposa.
La tía Regina es sin duda
la que marca una época
de femineidad y ternura,
la de los años cuarenta.
A las tres las quiero mucho,
las admiro muy de veras
y lo que siento en el alma
es no poder ir a verlas.
Este poema se lo dedicó mi madre a las hermanas de su padre

viernes, 20 de abril de 2007

El alma del poeta

¡Qué triste y alegre es el alma del poeta!,
cala muy hondo mirando alrededor,
vive la vida a golpe de trompeta
y si éste ve un arma
la convierte en flor.
Sensible, llora, goza, ríe, sufre
con las cosas que piensan los demás,
sus hijos predilectos son sus versos,
sin importarle nunca cuál gustará más.
Ser poeta es una herencia
que viene de padres a hijos,
por eso hay que cultivarla
y sobre todo leer, leer..... muchos libros.
Para que no se malogre
conviene leer a los clásicos,
conversar con las personas,
con los altos y ...... con los bajos,
con los de cuna de oro,
con los de cuna de lata,
de todos aprende algo
y le sirven de enseñanza.
Anque a veces se despiste
y meta un poco "la pata",
él escribe, escribe, escribe,
el caso es escribir ....... palabras.
Hay poetas con retórica
un tanto delicada,
me parece estrambótica
y desaconsejada,
las cosas hay que entenderlas,
al pan pan y al vino vino,
mi poesía no es buena ¡lo sé!
pero me importa un comino.
Poema que dedica mi madre a los que son poetas como ella.

Domingo, maldito domingo

Los que vivan cerca de un estadio de fútbol saben de lo que voy a hablar: ruido, suciedad, caos.
Cuando el partido que se juega es entre equipos que no son muy encontrados, el mal es menor, pero si se trata de un partido de alto riesgo, la cosa cambia mucho.
Horas antes los seguidores de uno u otro equipo merodean por las inmediaciones en grupos, disfrazados y con las caras pintadas, bebiendo, gritando y cantando a pleno pulmón. Las calles se van llenando de basura, mientras los puestos ambulantes, que sí tienen permiso del Ayuntamiento para plantarse donde les venga en gana, hacen su agosto vendiendo comida, bebida, ropa (bufandas hasta en verano) y banderas con los colores de los equipos, toro de Osborne incluido.
De los accesorios que en estas ocasiones suelen circular el que más desagrado me produce es esa especie de trompeta de aire comprimido que hace un ruido exagerado, y cuya finalidad aún desconozco.
Cuando queda poco para que empiece el partido, la masa de ultras son conducidos por la policía como si de un rebaño guardado por su pastor se tratara, entre fuertes medidas de seguridad, mientras corean consignas escarnecedoras para el equipo rival (me niego a reproducir los insultos), levantando el puño sobre sus peladas cabezas descerebradas.
Si ésto ocurre de noche, se puede ver un helicóptero sobrevolando la zona e iluminando con un foco a los cabezas rapadas, de forma que parece casi que están rodando una película de acción. Por lo visto los meten en el estadio y los dejan en una zona aparte. No todos lo individuos calificados como peligrosos están encerrados en los sitios adecuados para que no puedan hacer daño a los demás.
El mejor rato es cuando está todo el mundo metido en el estadio, lo peor es el antes y el después, cuando la policía no te deja salir casi ni de casa, y si lo haces te obliga a ir pegado contra la fachada. O cuando no te deja, no ya salir de la zona con el coche, si no por supuesto ni entrar de nuevo: no somos residentes, no vivimos allí, el barrio es para los aficionados al fútbol ese día, todo para el espectáculo.
Y lo de hacerse sus necesidades contra la fachada del edificio donde vivo, aparcar las motos en las aceras, tirar contenedores de basura en medio de la carretera para luego incendiarlos.....
Pequeñas intifadas surgen aquí y allá en forma de grupos más o menos numerosos de seres antisociales que se dedican a tirar litronas, piedras y todo tipo de objetos contra la policía antidisturbios, siempre escasa y amedrentada, que a duras penas se protege tras sus escudos transparentes. Algunas veces cargan contra ellos con pelotas de goma, y ahí sí que es mejor no estar en medio.
Otros grupos tiran petardos que suenan como obuses. Yo tuve la desgracia de pasar una vez al lado de uno de ellos y pude percibir cómo por un momento temblaba el suelo y los árboles, y hacía saltar las alarmas antirobo de los coches.
Los hay que se dedican a encender bengalas, que en la noche desprenden un fulgor rojo que se puede ver desde mucha distancia, como si fueran antorchas. Parece que hubiera una guerra y un ejército hubiera tomado la ciudad o la quisiera prender fuego.
Los que dejan aparcados los coches cerca del estadio (hasta hace poco no dejaban, pero las protestas de los vecinos levantó la prohibición), tienen que ver cómo estos individuos se pasean por encima de los techos y los capós.
Qué contraste con lo que sucedía hace años, cuando la gente entraba y salía del estadio con orden y educación, sin disfrazarse ni pintarse la cara, sin ensuciar la calle. Siempre me llamaba la atención los típicos hinchas que no se conformaban sólo con el partido de ese momento sino que llevaban el transistor pegado a la oreja para seguir el desarrollo de todos los demás partidos que se estuvieran disputando en ese momento. Ahí sí se mascaba la afición futbolera, la auténtica pasión por un deporte que no tiene nada que ver con lo que se ve ahora. Mientras, las pocas mujeres que acudían, se conformaban con quedarse metidas en el coche haciendo punto.
Y ahora, querido lector, que estoy a solas contigo, quisiera que me explicaras qué es lo que ha cambiado en los últimos años como para que este espectáculo que de niña recordaba multitudinario y poco más, se haya convertido en una sucesión lamentable de altercados, gamberrismo e incivilización. Será que es la válvula de escape de un descontento social creciente, pero por favor, no al lado de mi casa.
Domingo de fútbol, maldito domingo.

viernes, 13 de abril de 2007

Ilusión

Tenemos que nacer todos los días,
buscar una ilusión que nos envuelva,
rechazar los disgustos y contiendas,
copiar en Dios que es nuestro Mesías.
La vida es como un barco sin rumbo,
mecido por las olas tempestuosas
y la política, la sociedad, las zancadillas
todos son obstáculos y fosas
que te hunden más y más en lo profundo,
de la manera más simple y misteriosa.
Pero tu barco es presente y está hecho
con madera de ilusión y de confianza.
Vivimos en un mundo tan absurdo,
con caretas de carnaval que lo disfraza
que si no se está bien cuerdo con frecuencia
tu moral, tu hacienda y hasta tu vida
corren el peligro de caer bajo seguro.
Otro poema de mi madre, un canto a la esperanza y al gusto por la vida.

miércoles, 11 de abril de 2007

La pasión de Cristo


Ahora que ha terminado la Semana Santa, de todas las películas que han puesto en televisión, la única que he tenido interés en ver es "La pasión de Cristo".

Es sin duda una de los largometrajes más impactantes que se han hecho sobre la vida y muerte de Jesús. Lejos del catastrofismo habitual, lejos del afán de escandalizar con nuevas y atrevidas versiones sobre el mismo tema, en esta película se refleja exclusivamente el calvario al que fue sometido, desde el momento de la oración y el sufrimiento interior en el Monte de los Olivos hasta su Resurrección.

Padre, aparta de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.

El actor que lleva el peso de la figura protagonista, y que yo desconocía hasta entonces, interpreta su papel con la dosis justa y contenida de dolor, sin estridencias, humildemente.

Al estar rodada en versión original se puede apreciar la calidad de las voces de todos los actores, magníficos en la declamación. El hecho de que hablen en las lenguas que se utilizaban en aquella región y en esa época, arameo y latín, le da aún si cabe mayor realismo.

Es interesante cómo Mel Gibson, el director, nos ha narrado todo el proceso desde la mirada de la Virgen. A través de sus ojos apenados, angustiados, contempla impotente el martirio, mientras afloran a su memoria episodios de la vida del Hijo cuando era niño: así al caer Jesús cuando acarrea su Cruz, ella recuerda otra caída suya siendo pequeño, y cómo corre a socorrerle, asustada por si se había hecho daño. Debe ser muy duro para una mujer saber el final tan cruel que el destino le tiene deparado a un hijo desde el mismo día de su nacimiento.

"El Espíritu Santo vendrá sobre tí y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra". "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra".

Y la visión de la Virgen arrodillada con la cabeza pegada al suelo por encima de las mazmorras en las que sabe que está su Hijo encadenado, esperando, y Él mira hacia arriba porque siente la presencia cercana de su Madre allí al lado. Mel Gibson nos hace sentir, de una forma distinta a todas las anteriores versiones sobre la vida de Jesús, la unión de ambos incluso en esos momentos tan difíciles.

Se pueden ver otras imágenes que vienen a la memoria de la Virgen, como cuando estaban en su casa y Jesús le hacía bromas, lo que sucede en la convivencia y la vida cotidiana de cualquier familia.

Algunos hechos que aparecen reflejados en la película supongo que no son licencia del guionista sino que están documentados según las costumbres de la época, detalles que yo desconocía y que sin duda contribuyen a darle mayor realismo a la historia: el tipo de látigos distintos que se emplearon en la flagelación, las muchas veces que cayó Jesús al suelo durante el Vía Crucis (no sólo tres veces como se ha conocido tradicionalmente), o el hecho de poner boca abajo la Cruz una vez clavado Jesús para martillear las puntas de los clavos que sobresalen por detrás y así afianzarlos doblándolos.
Elí, elí. Lama sabactani

Las imágenes más oníricas son una vía de escape para la imaginación y también una inquietante visión del drama: el demonio tentando a Jesús en el Monte de los Olivos para que desista de su sacrificio y luego apareciéndose a la Virgen durante el Vía Crucis, los niños monstruosos que persiguen y atormentan a Judas después de su delación, el cuervo que se posa sobre la cruz del condenado que no se arrepiente y le picotea los ojos .....

Me conmovió mucho el llanto del apóstol Pedro cuando negó tres veces a Jesús, acobardado ante el espectáculo terrible de su sufrimiento. Fue como ver a un hombre convertido en un niño desamparado, dolido por un lado al ver al Maestro solo y maltratado, asustado por otro lado al imaginar que eso le pudiera pasar a él.

Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y ni el poder del infierno prevalecerá contra ella.

Y también el hombre que fue obligado a ayudar a Jesús a cargar con su Cruz, remiso al principio, conmovido después, y que llegó a enfrentarse a los verdugos que le martirizaban para defenderlo.

La imagen de la Virgen, ya casi al final de la película, con si Hijo muerto en brazos, sin lágrimas ya, mirando a la cámara que se va alejando, mirándonos a nosotros, a través de los siglos, con una mezcla de estupor y locura. La injusticia del mundo, que aún continúa, la inmensa locura que envuelve al ser humano.

La visión de Jesús en su Resurrección, con el agujero abierto y limpio de las llagas de sus manos, sereno, levantándose sin el sudario en el interior del sepulcro abierto a la luz de un nuevo día para salir al mundo y dar a conocer la vida que hay más allá de la muerte, es inesperada e impresionante. Esperanza.

Yo soy el camino, la verdad y la vida. El que cree en mí vivirá para siempre.

Y ahora, querido lector, que estoy a solas contigo, quiero decirte que si Él llevó su Cruz, no sé por qué yo no he podido llevar la mía, por qué somos tantos los que no podemos llevar nuestra cruz. Será porque hay que ser muy especial para llegar a eso. Como lo era Él.

lunes, 9 de abril de 2007

El alumno

Tenemos que ensalzar la labor del alumno
que sacrificando sus horas de juego
llega a su casa y con ferviente anhelo
se enfrasca en sus libros y se aisla del mundo.
No engañarle nunca con notas injustas,
si es sobresaliente por qué un notable
o por qué un suspenso para encasillarle
con otros alumnos que ya ni se inmutan.
Hay que darle ánimo, decirle adelante,
no te desanimes, tú tienes el triunfo,
que has fallado en ésto es lógico y justo,
por eso vas al colegio a culturizarte.
Mira, cuando yo era pequeña
a las que bien estudiaban
las premiaban con una medalla
que estaba hecha de hojalata,
parecía más que nada
el marchamo de un chorizo,
pero el que la recibía
se llenaba de regocijo.
Este poema lo escribió mi madre pensando en mi hermana y en mí, siempre estudiando.

La piel de la Tierra

Somos como hormigas que se mueven sobre la piel de la Tierra, haciéndole cosquillas. Y la Tierra, en ocasiones, se cansa de que le hagan tantas cosquillas y nos grita a través de alguna de sus bocas volcánicas que la dejemos en paz, como en un magma lleno de ira caliente y de insultos pétreos. A veces se conforma con moverse sísmicamente, como intentando quitarse de encima el molesto hormigueo que no le deja dormir tranquila su sueño milenario. El día que se harte de nosotros no quiero saber de lo que será capaz.
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María tenía en su vientre la esencia de la Tierra, el profundo rugir de una Vida que palpitaba desde unas entrañas de mujer que olían a Dios. Si hubiéramos podido acercar nuestro oído a su cálido regazo de madre de dieciseis años, habríamos oido crecer la hierba.
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Aquella Vida representaba los millones de pequeñas vidas que ahora pululan, con más o menos acierto, sobre la piel de la Tierra, haciéndole cosquillas ...... Dios no permitirá que la Tierra se canse de nosotros.
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Estos pensamientos los escribí en el último año del instituto

miércoles, 4 de abril de 2007

El año de la mujer

Este año celebramos
el año de la mujer,
como yo soy una de ellas
lo celebro con placer.
Primero porque yo cumplo
con los deberes de esposa,
por el amor al hogar,
al marido y a todas las cosas....
que me dan el bienestar.
La mujer del siglo XX
creo yo que debe ser
Agustina de Aragón
a la par que Doña Inés,
nunca mujer ñoña y simple
que por este y otro mes....
se complazca en no hacer nada
con excusas por doquier.
La defensa del salario
es normal y justo es,
que en igualdad con el hombre
ya que su costilla es
quien defienda lo suyo
sin diferencias de sex.
Pues currela todo el día,
es justo y es menester
que acabando la jornada
quiera lo mismo tener.
Pero la mujer casada
con el marido y los hijos
yo creo que tiene bastante
para que se meta en líos,
pues las hay erre que erre
persiguiendo la oficina
son esclavas en la casa
pues trabajan tan aprisa
que este trabajo tan dulce
que puede ser un placer
haciéndolo sosegadas
lo convierten en cruel.
En la oficina hay que ser puntuales
ya que del jefe dependen
para ganar un dinero
descuidando otros deberes ....
que de haber estado al tanto
y cuidando de sus nenes
ni se toman la lejía
ni se descalzan los pieses.
Defendiendo este hogar
que ella misma ha creado
ya que el hombre contribuye
pero a nosotras nos ha tocado
la china de hacernos madres
y saber así cuidarlos.
Pero hay algunas que ésto
les importa un pimiento
y en cuanto sueltan al hijo
va y les dice ¡ahí queda eso!.
Animal racional ¡cómo!
racional si se razona,
no han visto nunca a una perra
defenderlos como una loba.
Pena me das mujer
por tu avaricia
ya que en la casa
no puedes realizarte
fracasarás en todo
hasta en tu amor
¡lo siento por el hogar que formaste!.
Pero a tí eso
qué te importa,
es que conciencia no tienes
que dejas a ese pequeño
mojadito, con ..... escozores,
y luego vienes cansada
con ganas de descansar
y ese niño y tu marido
te pueden necesitar.
Este poema lo escribió mi madre al principio de casada, siendo mi hermana y yo pequeñas. Ella sintió mucho dejar su trabajo para cuidarnos, algo que en aquellos tiempos se hacía con frecuencia. Trabajo en el que tenía como compañero además a mi padre, con lo que hubiera podido pasar más tiempo con él. Su sacrificio no tiene precio, su valor y su entereza ante la renuncia nunca se lo agradeceremos bastante.

martes, 3 de abril de 2007

Prostitución

Aunque dicen que es una actividad tan antigüa como la Humanidad, no deja de ser la prostitución una lacra social donde las halla. Millones de personas en todo el mundo venden su cuerpo a cambio de dinero, como si de una transacción económica cualquiera se tratara, y para este sector "laboral" no existe sin embargo una regulación legal suficiente y adecuada.
Los que se prostituyen actúan en medio del más absoluto desamparo, sin medidas que los protejan ni respaldo legal. No hace mucho volvió la polémica a la actualidad de nuestro país sobre la legalización de la prostitución. Las prostitutas pedían Seguridad Social como en cualquier otro trabajo. Y todo ésto encierra una realidad social envuelta en hipocresía: cómo se va a dar forma legal a un asunto tan "inmoral", a una ocupación tan alejada de los usos y convencionalismos tradicionales que tienen que ver con la "decencia" y la religión.
Yo sólo veo mujeres (la prostitución femenina es mayoritaria en comparación con la masculina y la infantil), solas en la calle, esperando, da igual si hace frío o calor, la llegada de un individuo cualquiera que quiera satisfacer sus necesidades sexuales, y dar rienda suelta a sus más bajos instintos. Se dice que los hombres recurren a estos servicios como salida desesperada a sus necesidades más perentorias cuando no hay una vía de escape "normal" en el ámbito personal.
Este es otro punto a favor de la prostitución que se acostumbra a señalar: se trata de una función de "equilibrio" social que permite un desahogo en momentos en que de otra manera no tendría lugar. Se ha llegado a decir que habría muchos más violadores si no existieran las prostitutas, porque hombres de la más baja estofa liberan sus depravaciones con ellas. ¡Qué lamentable!, que unas mujeres sean el basurero de las miserias sociales, el vertedero de lo que no quiere nadie, y encima se las desprecie.
Vender el propio cuerpo, no como lo hace una modelo o un actor con su imagen, si no en el ámbito tabú del sexo, esa palabra que aún hoy sigue siendo de "mal tono" pronunciar. Dónde queda la dignidad de las personas, el uso indiscriminado de la propia carne con fines económicos. No quiero ni imaginar la clase de vejaciones que tendrán que soportar. No sé si merece la pena, aunque digan que está mejor pagado que un trabajo corriente.
"Dinero fácil", "mujeres de vida alegre", "samaritanas del amor" como se podía escuchar en una canción, parecen casi bromas macabras si nos ponemos a pensar en la terrible realidad que hay detrás.
Y todavía si la prostitución se ejerce voluntariamente vale, pero si es bajo estorsión y amenazas y con menores de edad, entonces eso sí que debería estar castigado incluso con la pena capital.
Lo peor son las otras lacras que suelen acompañarla: las drogas, el SIDA ....
Las mujeres no debemos censurar a las que se dedican a la prostitución porque nadie es mejor que nadie según lo que sea a lo que se dedique. Creo que es lanzar piedras contra nuestro propio tejado, porque cualquiera de nosotras puede verse alguna vez en una situación como la de ellas. No hay nada peor que una mujer machista, y de esas hay muchas, sobre todo en la generación de nuestras madres. O afirmar que en el fondo se dedican a eso porque les gusta, porque tienen vicio. El sexo es adictivo, como cualquier otro placer de los muchos que existen, pero practicado de esta manera, como medio de vida, casi automáticamente, es otra cosa bien distinta. Es muy raro ver a una prostituta que tenga alegría porque incluso cuando quieren aparentar despreocupación se percibe una tristeza inmensa en sus ojos, una soledad y un abandono absolutos, como si hubieran perdido su identidad, no ya como mujeres sino como personas.
Supongo que la única forma que tienen estas mujeres de mantener la cordura y un mínimo de dignidad es separar por completo lo que ocurre fuera de lo que sucede dentro de ellas mismas. Podrán tomar su cuerpo, pero nunca su alma.
Y los hombres que hablan con desprecio de ellas no tienen calificación posible. El hombre debe respetar siempre a la mujer, con independencia de la profesión a la que se dedique. Ellos tienen una deuda de vida con nosotras, porque somos precisamente eso, fuente de vida, el origen de todo.
Me pareció curiosa una noticia que escuché hace poco en la radio, en la que se decía que había habido en Amsterdam, ciudad de prostitución por excelencia, una jornada de "puertas abiertas" organizada por las prostitutas que habitualmente allí se exhiben en escaparates, en la que había habido espectáculos eróticos para que se conociera mejor su actividad. La mujer vendida hasta sus últimas consecuencias, o quizá simple promoción publicitaria.
Y ahora, querido lector, que estoy a solas contigo, quiero lanzar un alegato en favor de estas mujeres, no sé si feminista o de qué clase, porque este problema no existiría si los hombres no fueran como son . Será que está en su naturaleza. Sálvese el que pueda.
 
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