martes, 3 de abril de 2007

Prostitución

Aunque dicen que es una actividad tan antigüa como la Humanidad, no deja de ser la prostitución una lacra social donde las halla. Millones de personas en todo el mundo venden su cuerpo a cambio de dinero, como si de una transacción económica cualquiera se tratara, y para este sector "laboral" no existe sin embargo una regulación legal suficiente y adecuada.
Los que se prostituyen actúan en medio del más absoluto desamparo, sin medidas que los protejan ni respaldo legal. No hace mucho volvió la polémica a la actualidad de nuestro país sobre la legalización de la prostitución. Las prostitutas pedían Seguridad Social como en cualquier otro trabajo. Y todo ésto encierra una realidad social envuelta en hipocresía: cómo se va a dar forma legal a un asunto tan "inmoral", a una ocupación tan alejada de los usos y convencionalismos tradicionales que tienen que ver con la "decencia" y la religión.
Yo sólo veo mujeres (la prostitución femenina es mayoritaria en comparación con la masculina y la infantil), solas en la calle, esperando, da igual si hace frío o calor, la llegada de un individuo cualquiera que quiera satisfacer sus necesidades sexuales, y dar rienda suelta a sus más bajos instintos. Se dice que los hombres recurren a estos servicios como salida desesperada a sus necesidades más perentorias cuando no hay una vía de escape "normal" en el ámbito personal.
Este es otro punto a favor de la prostitución que se acostumbra a señalar: se trata de una función de "equilibrio" social que permite un desahogo en momentos en que de otra manera no tendría lugar. Se ha llegado a decir que habría muchos más violadores si no existieran las prostitutas, porque hombres de la más baja estofa liberan sus depravaciones con ellas. ¡Qué lamentable!, que unas mujeres sean el basurero de las miserias sociales, el vertedero de lo que no quiere nadie, y encima se las desprecie.
Vender el propio cuerpo, no como lo hace una modelo o un actor con su imagen, si no en el ámbito tabú del sexo, esa palabra que aún hoy sigue siendo de "mal tono" pronunciar. Dónde queda la dignidad de las personas, el uso indiscriminado de la propia carne con fines económicos. No quiero ni imaginar la clase de vejaciones que tendrán que soportar. No sé si merece la pena, aunque digan que está mejor pagado que un trabajo corriente.
"Dinero fácil", "mujeres de vida alegre", "samaritanas del amor" como se podía escuchar en una canción, parecen casi bromas macabras si nos ponemos a pensar en la terrible realidad que hay detrás.
Y todavía si la prostitución se ejerce voluntariamente vale, pero si es bajo estorsión y amenazas y con menores de edad, entonces eso sí que debería estar castigado incluso con la pena capital.
Lo peor son las otras lacras que suelen acompañarla: las drogas, el SIDA ....
Las mujeres no debemos censurar a las que se dedican a la prostitución porque nadie es mejor que nadie según lo que sea a lo que se dedique. Creo que es lanzar piedras contra nuestro propio tejado, porque cualquiera de nosotras puede verse alguna vez en una situación como la de ellas. No hay nada peor que una mujer machista, y de esas hay muchas, sobre todo en la generación de nuestras madres. O afirmar que en el fondo se dedican a eso porque les gusta, porque tienen vicio. El sexo es adictivo, como cualquier otro placer de los muchos que existen, pero practicado de esta manera, como medio de vida, casi automáticamente, es otra cosa bien distinta. Es muy raro ver a una prostituta que tenga alegría porque incluso cuando quieren aparentar despreocupación se percibe una tristeza inmensa en sus ojos, una soledad y un abandono absolutos, como si hubieran perdido su identidad, no ya como mujeres sino como personas.
Supongo que la única forma que tienen estas mujeres de mantener la cordura y un mínimo de dignidad es separar por completo lo que ocurre fuera de lo que sucede dentro de ellas mismas. Podrán tomar su cuerpo, pero nunca su alma.
Y los hombres que hablan con desprecio de ellas no tienen calificación posible. El hombre debe respetar siempre a la mujer, con independencia de la profesión a la que se dedique. Ellos tienen una deuda de vida con nosotras, porque somos precisamente eso, fuente de vida, el origen de todo.
Me pareció curiosa una noticia que escuché hace poco en la radio, en la que se decía que había habido en Amsterdam, ciudad de prostitución por excelencia, una jornada de "puertas abiertas" organizada por las prostitutas que habitualmente allí se exhiben en escaparates, en la que había habido espectáculos eróticos para que se conociera mejor su actividad. La mujer vendida hasta sus últimas consecuencias, o quizá simple promoción publicitaria.
Y ahora, querido lector, que estoy a solas contigo, quiero lanzar un alegato en favor de estas mujeres, no sé si feminista o de qué clase, porque este problema no existiría si los hombres no fueran como son . Será que está en su naturaleza. Sálvese el que pueda.

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