martes, 31 de enero de 2012

El precio de la Historia


Cuando se pone en televisión  un programa del Canal Historia de Digital + te imaginas que vas a ver un documental muy cool sobre algún tema cultural interesante y trascendental, pero no siempre es así. A través de los raros gustos de mi hijo fue como conocí El precio de la Historia, serie de reportajes que tienen lugar en una enorme casa de empeños situada a las afueras de Las Vegas, en un edificio que por fuera parece un casino, lleno de letreros y lucecitas, quizá para hacer honor al lugar donde se encuentra, la capital del juego y el neón por excelencia. Este tipo de establecimientos, que en España proliferaron bastante en el pasado, son bastantes frecuentes en EEUU hoy en día.

En El precio de la Historia una saga familiar se dedica a comprar y vender objetos de toda índole, a veces inimaginables. El padre, el hijo y el nieto, ayudados por un chico que tienen contratado, parece que a fuerza de estar tanto tiempo juntos han llegado a tener una apariencia semejante, con un espectacular sobrepeso (nos los imaginamos consumidores compulsivos de fast food), vestidos con un polo negro de manga corta, es como si se hubieran mimetizado. El ayudante suele ser objeto de las burlas de la familia por sus escasas capacidades intelectuales, aunque en el fondo le quieren como a un miembro más del clan.

Cada día, distribuídos estratégicamente por todo el local, reciben a los clientes detrás de un interminable mostrador de cristal. Por allí se pueden ver desde camisas de soldados de la época de la guerra de Secesión, colecciones de monedas antiguas o relojes de gran tamaño y precisión, hasta avionetas de los años 50, fuerabordas en más o menos buen estado, o coches de carreras de hace varias décadas. Casi todos dicen encontrar entre las cosas heredadas por parientes ya fallecidos o en el desván de su casa objetos que les estorban, porque no les sirven para nada, a los que esperan sacar beneficio, y cuyo valor con frecuencia ignoran.
No suelen empeñar nunca nada, y los criterios que siguen los dueños de la tienda se basan sobre todo en la posibilidad de poder vender luego lo que adquieren, qué salida tiene determinado artículo: pagar por algo que luego nadie va a querer les haría perder tiempo y dinero. Algunas veces se saltan esta norma, cuando algo les interesa especialmente por su rareza o valor histórico y piensan que incluso da caché a la tienda y hace bonito. El hijo suele ser el más caprichoso.

Cuando tienen duda sobre si comprar o no algo de lo que les ofrecen, recurren al padre, que por su edad y temperamento es el que tiene la última palabra normalmente. Es un hombre con una abundante mata de pelo blanco como la nieve, y gasta un sentido del humor muy socarrón. Sabe más que nadie del negocio, y se diría que es bastante taimado en ocasiones, tanto con los suyos como con los extraños. Una vez que los demás hicieron poca caja, pues se valora mensual e individualmente el margen de beneficios de cada uno, organizó una competición en la que, a cambio de un premio monetario, tenía que salir vencedor el que más dinero consiguiera para la tienda. Como ganó él, cosa que era previsible dada su habilidad y su larga experiencia, no le dio el premio a nadie, y de paso les hizo trabajar más que nunca, además de tomarles el pelo como hace con todo el mundo.

Su hijo es muy distinto, más bajo y con la cabeza rapada. Siempre se está riendo, y lo hace con ganas, a todo le encuentra su lado humorístico. Es muy afectuoso, tiene mucha personalidad, y adora a su padre. Es el que más juego da al programa, el que más sabe de Historia, pues cada vez que algo cae en sus manos da una pequeña disertación a cerca de los orígenes del artilugio en sí, y demuestra ser un auténtico entendido. No sabemos si se preparará la lección fuera de cámara o si improvisa sobre la marcha, pero llama la atención que el empleado de una casa de empeños tenga ese nivel cultural, ese interés tan grande por el pasado, y más en una nación como la suya en la que, como todos sabemos, apenas tienen Historia.

Si hay duda sobre el valor de una cosa llaman al experto que corresponda, gente con la que trabajan desde hace años, cuya palabra es sagrada, y que no tardan en esclarecer la autenticidad de tal o cual objeto. Ellos también dan una pequeña lección de Historia, ante la curiosidad y la estupefacción de todos, sobre todo del cliente, que muchas veces no sabe el verdadero valor de lo que trae ni mucho menos sus reminiscencias históricas. Todos los tratos, se cierren o no, terminan siempre con un apretón de manos.

El nieto es físicamente igual que el abuelo pero en joven, aunque su carácter es más blando. Tiene siempre un aire pasota y un poco despectivo, quizá para hacerse el duro y marcar su territorio. Se toma muy a mal cuando le echan una bronca por algo. Entonces lo paga con el chico que tienen empleado, que es de su edad, y sobre el que recaen las iras y las bromas de todos a partes iguales. El susodicho no se suele dar por aludido, a lo mejor muy en el fondo de su alma lo lamenta, pero procura dar una apariencia de indiferencia y cierta desfachatez.

Y así nos vamos enterando de cual es el precio de la Historia, a través de esos objetos por largo tiempo olvidados, comprados no hace mucho o heredados generación tras generación. Pues dicen que todo en esta vida tiene un precio que, con el paso de los años, suele aumentar, aunque en el caso de la Historia su valor vaya más allá del dinero.

Miguel Ángel cree que nosotros debemos ser de las pocas personas que vemos este programa, pero yo creo que se equivoca: a mucha gente le interesa saber cómo se tasa una antigüedad o una rareza, y más de la forma tan peculiar como lo hace esta saga familiar.

lunes, 30 de enero de 2012

Álbum familiar (XIV)


Aquí se ve a mi abuelo paterno, muy concentrado, sentado en el centro de la imagen junto a un señor con gafas, y está jugando una de las muchas partidas de ajedrez múltiples que disputaba Arturito Pomar, niño prodigio de ese juego en la época (en la actualidad tiene 80 años) que según dicen no llegó a lo más alto porque no fue suficientemente promocionado. Era en Ceuta y debía ser mediados de los años 40. 

Una foto de Miguel Ángel cuando era pequeño, que mi tía Carmen tiene de protector de pantalla de su portátil, en su casa. Sale muy guapo.
Nunca he salido de forma tan lamentable en una foto como en ésta. Debió ser una de las muchas veces que me quemaba con el sol en la playa, por mucha crema que me daba. Hasta los ojos los tenía hechos una pena. Ahora ya me he curtido y no me pasa. Tendría 9 años creo. Luego he tenido esta cara de mayor en muchas otras ocasiones, y no precisamente por los efectos del sol...

viernes, 27 de enero de 2012

Un poco de todo (XXXV)


- Es increíble a lo que se puede llegar con tal de llamar la atención en las redes sociales. Hay una conocida de mi hija que gusta de colgar en el Tuenti las fotos que ella misma se hace, y en las que aparece en las actitudes y con los aspectos más extravagantes que se hayan visto nunca.

En unas aparece con coloristas, complicados y psicodélicos dibujos en la cara, los ojos desorbitados y decolorados con el Photoshop, la lengua, kilométrica por cierto, saliendo de una boca deformada por un rictus desagradable. La niña de El exorcista se queda en nada a su lado.

Hay una foto que me ha llamado la atención especialmente, porque está en la bañera de su casa metida en un mejunje rosa que debe ser pintura. No sé si hará estas cosas cuando no estén sus padres o quizá estos sean muy permisivos respecto a las ocurrencias de la niña (no hay que reprimir el talento creativo), pero desde luego en la puesta en escena no escatima medios, es lo que tiene querer darle realismo a las situaciones.

Ana dice que tiene una cámara de las que ella está deseando tener y que no hace más que insistir en que se la compre, de esas que son muy caras y con un objetivo muy largo. La niña en cuestión cuando no hace alardes creativos tiene un aspecto resultón, convencional, flequillo recto, piel blanca, boquita pequeña muy pintada de rojo reventón. Nadie diría al verla que luego se dedica a provocar encontradas reacciones, a escandalizar.

Lo que sí que hay que reconocer es que es muy atrevida, y que tiene mucha imaginación.

- Hay algunas palabras y conceptos que he añadido a mi pecunio personal últimamente, y con los que espero enriquecerlo. Por un lado están las geometrías no euclídeas, que escuché en televisión cuando anunciaban un documental, y que son aquellas geometrías que no son planas. Por otro lado está la proporción áurea, que es un número algebraico irracional decimal infinito no periódico, que proporciona un carácter estético e incluso místico a aquellos objetos que la contienen.

También poner la nave al pairo, que leí en un artículo en el que se hablaba de temas marineros, y que viene a ser echar el ancla y poner la proa de cara al viento. Se suele hacer en días de tempestad. Lo que me recuerda la frase me la trae al pairo, que es que me da igual, que me es indiferente, como permanecer estático contra viento y marea.

- Pero para curioso lo que dijo ayer Elsa Punset en El Hormiguero hablando de las distintas clases de picores que existen, como una suerte de lenguaje corporal que dice muchas cosas sin palabras: si te rascas el cuello es un exceso de responsabilidad, en la base de la cabeza es agresividad, en el ojo es que no quieres ver la realidad, en la frente con la mano abierta es que estás dispuesto a encontrar una solución; los picores aislados en distintas zonas del cuerpo es que callas por no hablar. Luego hay otro picor, que no mencionó y sobre el que leí una vez, en la parte de atrás de la cabeza,  que es cuando a un hombre le gusta una mujer y quiere decirle que salga con él.

Es muy peculiar la forma como esta mujer plantea los temas sobre los que habla, los hace comprensibles e interesantes. Lo malo es que como habla mucho, al igual que le pasa a su padre, nunca tiene tiempo suficiente para exponer todos sus razonamientos, y eso es un poco estresante. Me dan picores.

jueves, 26 de enero de 2012

El mundo según Forrest


Forrest no se cuestiona nada, pero todo queda en entredicho cuando pasa por el filtro de su apabullante sentido común y su ingenuidad. Se pregunta cómo es posible que hubiera conseguido un título universitario sólo por estar jugando al rugby durante 5 años, o cómo podía ser considerado un buen soldado sólo por decirle al sargento todo el tiempo “Sí, señor” y mantenerse muy derecho.

Su carácter muy maleable, se adapta a todas las circunstancias fácilmente, quizá porque no tiene prejuicios ni ideas preconcebidas sobre casi nada. Sólo pierde los estribos cuando alguien maltrata a Jenny, el amor de su vida, y ahí es cuando se lía a puñetazos sin control, sacando a relucir una fuerza inaudita.

La forma de ver el mundo de Forrest Gump se acerca más a la realidad que la que tenemos la mayoría de las personas, para él todo tiene una claridad meridiana, o es blanco o es negro, no hay zona de grises. Su incontestable franqueza puede llegar a molestar a los demás, porque dice siempre lo que piensa aunque a veces no sea agradable, pero llega al corazón cuando se descubre en él un ser puro, intacto, un alma blanca al que la maldad del mundo no ha contaminado aún, como si fuera la de un niño.

La ignorancia le hace valeroso, porque desconoce los peligros que nos asaltan a cada paso o no es capaz de apreciar su alcance. Esto le mueve a obviar los horrores de la guerra y a llevar a cabo acciones heroicas en Vietnam, por las que fue condecorado. Forrest es generoso con quien le ha mostrado amistad, y además posee un fuerte espíritu de equipo: sus compañeros del pelotón comparten con él destino, y por ellos arriesga su propia vida desinteresadamente, pero él lo hace como la cosa más natural, porque es lo que toca, como si todo el mundo fuera capaz de hacer lo mismo. Le parece sorprendente que le den medallas por eso, aunque le hace sentirse orgulloso.

En Forrest se da una curiosa mezcla de solidaridad y de fuerte individualismo. Cuando toma una decisión no hay nada que le convenza de lo contrario, sus iniciativas son muy personales y las lleva a cabo contra viento y marea, lo que le convierte en un ser libre, sin ataduras mentales ni físicas, hace lo que le parece mejor en cada momento. Pero en él sólo hay nobleza, puede ser el mejor amigo del mundo, por el que haga objeto de su afecto haría lo que hiciera falta, y no le gusta cualquiera.

Caemos en la cuenta finalmente de que cuando no se espera nada de la vida y nos dejamos llevar por las circunstancias es cuando suceden todas las cosas buenas que deseas, es cuando parecen cumplirse todos tus deseos. Como que la chica de sus sueños decide que él sea el padre de un hijo suyo antes de morir. O que aquel que fue su jefe en el campo de batalla invoque a Dios, desafiándolo en medio del mar durante una gran tormenta, para conseguir una buena captura cuando se hacen pescadores, y sea finalmente escuchado. Cualquier cosa puede pasar cuando nada se espera y se está abierto a todo.

Forrest mantiene una tierna relación con su madre, dulce, plácida, simple y a veces tan razonable a su manera, el pilar de su hogar, al que regresa siempre que se encuentra perdido o siente nostalgia. Ella le comprende y le acepta tal como es, su amor es incondicional, como es el amor maternal.

En la vida de Forrest parece que todo sucede como en una suerte de cambalache, quizá porque se encuentra en el mejor sitio en el mejor momento, casi por casualidad, sin haber hecho nada especial para que sea así, y sin que él le de el valor que la mayoría de la gente suele concederle. Es otra de las cosas por las que puede llegar a considerársele un retrasado, pues no se percata de la magnitud de ciertos personajes que llega a conocer y de ciertas situaciones que llega a vivir. Puede que sea él el que esté más cerca de la verdad: la importancia que le damos a casi todo es relativa.

En realidad parece que todo en la vida de Forrest Gump es un despropósito tras otro, desde su forma irracional de seguir el impulso de correr sin apenas detenerse durante años (¿persigue algo Forrest sin saber bien qué o simplemente pretende descargar su stress?) hasta pronunciar un discurso ante una multitud de hippies sin que nadie llegue a escuchar lo que dice porque falla la megafonía, entre otras muchas cosas. Es una burla, una crítica al establishment.

Puede que el mundo según Forrest sea mucho más bonito, y la vida mucho más fácil de vivir. Él no se pierde en inútiles y eternas disquisiciones sobre el sentido de todo, acepta las cosas tal como son, la vida tal como viene, e intenta poner de su parte lo que haga falta para que todo salga bien. En su sencillez, en su simplicidad está la clave. 

Como dice el cartel publicitario del film, el mundo nunca será el mismo una vez que lo hayas visto a través de los ojos de Forrest. A pesar de sus rarezas y sus inusitados comportamientos, el mundo según Forrest sería mucho mejor.

miércoles, 25 de enero de 2012

Algunas máximas de la madre Teresa de Calcuta

Recogiendo el cuarto de Ana encontré entre sus cosas una hoja rosa en la que había copiado una serie de preguntas y respuestas muy bellas, que según me dijo son de la madre Teresa de Calcuta, y que quisiera reproducir aquí:

1.- ¿El día más bello? = hoy

2.- ¿La cosa más fácil? = equivocarse

3.- ¿El obstáculo más grande? = el miedo

4.- ¿El mayor error? = abandonarse

5.- ¿La raíz de todos los males? = el egoísmo

6.- ¿La distracción más bella? = el trabajo

7.- ¿La peor derrota? = el desaliento
8.- ¿Los mejores profesores? = los niños

9.- ¿La primera necesidad? = comunicarse

10.- ¿Lo que más hace feliz? = ser útil a los demás

11.- ¿El misterio más grande? = la muerte

12.- ¿El peor defecto? = el mal humor

13.- ¿La persona más peligrosa? = la mentirosa

14.- ¿El sentimiento más ruin? = el rencor

15.- ¿El regalo más bello? = el perdón

16.- ¿Lo más imprescindible? = el hogar

17.- ¿La ruta más rápida? = el camino correcto

18.- ¿La sensación más grata? = la paz interior

19.- ¿El resguardo más eficaz? = la sonrisa

20.- ¿El mejor remedio? = el optimismo

21.- ¿La mayor satisfacción? = el deber cumplido

22.- ¿La fuerza más potente del mundo? = la fe

23.- ¿Las personas más necesarias? = los padres

24.- ¿La cosa más bella de todas? = el amor

A todos estos interrogantes se puede responder de muchas maneras, pero las aquí elegidas dan mucho qué pensar. Sería maravilloso poder hacer realidad todo lo que aquí se dice.

martes, 24 de enero de 2012

Pintura contemporánea (I): Arthur Hacker

Nacido en la 2ª mitad del siglo XIX, fue un pintor clásico del academicismo inglés. Un destacado exponente del Prerrafaelismo.

Hijo de un grabador e impresor, pintó principalmente escenas religiosas y mitologicas, además de temas tomados de sus viajes por España, Italia y África.

Estudió en la Royal Academy y en el Atelier Bonnat de París.



Retrato de Arthur Lasenby




En 1910 fue elegido académico.

Arthur Hacker utiliza una tonalidad cálida y suave en sus cuadros, que están llenos de color. Me ha encantado cómo consigue el resplandor del fuego de la chimenea en una habitación oscura, o la luz del sol por una ventana. En los retratos es magistral. Escenas cotidianas, de hogar, llenas de placidez. Cuida hasta el más mínimo detalle.



Hermano del autor
 

lunes, 23 de enero de 2012

Boxeador


Entre los amigos que tengo en Facebook y que provienen de la época más remota de mi vida, hay uno cuya trayectoria personal, a lo largo de estos años en que dejamos de tener contacto, me ha parecido muy poco corriente. Todos ellos son especiales, al menos para mí, pero Jose Luis en particular ha resultado ser un pozo de sorpresas.

Estuvo conmigo en el colegio y el primer año del instituto. Era un chico serio, de pocas palabras, muy meditativo, muy discreto, reservado, inteligente y empollón. Su aspecto delgado y fibroso era el de un deportista. En una época en que no estaba de moda ir al gimnasio, él siempre iba con su bolsa de deporte a todos lados para entrenar.

Cuando contacté con él en Facebook vi que seguía dedicándose al deporte, porque tiene puestas en su Muro algunas fotos corriendo maratones. Es todo un atleta. Pero lo que me dejó a cuadros fue ver una en la que aparecía boxeando. La había puesto un amigo suyo, con el que está peleando en la imagen, y en el comentario decía que Jose Luis había sido varias veces campeón nacional y olímpico.

No pude por menos que preguntarle por ello, y le hice notar que seguramente es que no tenía miedo al dolor. Le hizo mucha gracia la ocurrencia, y me contestó que en realidad estuvo dedicándose al boxeo entre los 15 y los 26 años, que luego fue árbitro de combates y que de vez en cuando se pone los guantes y da unos cuantos golpes, pero nada más.

Le señalé lo duro que me parecía que siendo tan joven ya te estuvieran machacando en un ring, y debí tocarle la fibra sensible de algo que lleva guardado dentro de sí, que forma parte de su pasado y que le es imposible olvidar, porque me escribió: “¿Sabes qué pasa? los golpes que duelen son otros que te da la vida. El boxeo es duro, pero es un juego de inteligencia y habilidad. Se trata de pegar y que no te peguen. Si uno se sube a un ring y lo inflan a golpes, mejor que lo deje, se ha equivocado de deporte”. Se le cae a una el estereotipo del boxeador sonado y bruto que no se entera de nada. Inteligencia y habilidad, algo que en realidad se da en cualquier forma de lucha.

Jose Luis tiene actualmente un puesto directivo en un banco, está muy felizmente casado y tiene dos hijas un poco más pequeñas que mis hijos que le adoran. Me conmueve verlo al cabo de tantos años hecho todo un padrazo. Es una muy buena persona, noble y honesto. Siempre fue muy inteligente, sacaba unas notas increíbles. Lo suyo eran las ciencias, con lo que no me extraña que ahora trabaje en temas de finanzas y economía. En la madurez le veo menos reservado que en la juventud, se muestra tal como es, sin pudor, muy sensible, entrañable. Además se expresa divinamente.

Y como yo soy así de curiosa me puse a mirar la ficha de un boxeador profesional que peleó con Jose Luis y que encontré casi por casualidad en Internet. Nunca había visto ninguna, y me pareció algo muy curioso. Se veía el nombre del púgil, su fecha de nacimiento, su nombre deportivo (éste era “Pantera”), dónde nació y la fecha en que debutó. Luego, en un cuadro con varias columnas aparecen la fecha del combate, la localidad donde tuvo lugar, el peso, el nombre del adversario, la federación, el nº de asaltos, el resultado final y observaciones. El resultado venía resumido con unas siglas cuyo significado se detallaba al pie del cuadro: vence por puntos, por fuera de combate, por abandono, por inferioridad, por descalificación, por accidente, por lesión, combate nulo, sin decisión, pierde por los mismos motivos. En el peso vi que Jose Luis estaba en la categoría de Superligero.

No sé por qué razón el mundo del boxeo me ha atraído siempre tanto, me produce una rara fascinación. Cuando alguna vez he visto un combate he sentido una rara mezcla de horror y admiración: quién es el valiente que se pone en un sitio así para que te den caña, qué es lo que mueve a una persona a batirse en un duelo semejante con alguien que es muchas veces incluso su amigo, como le ha pasado a Jose Luis además. Cierto que si eres un profesional vas a cumplir con tu contrato y a dar el mayor espectáculo posible, pero encuentro que es muy difícil separar esto del hecho de que a lo mejor esa persona con la que combates es alguien a quien aprecias y quieres.

En fin, que Jose Luis me ha sorprendido y emocionado por muchas razones. Todos mis amigos de antaño que ahora están en Facebook conmigo lo han hecho en realidad, cada uno a su manera.

viernes, 20 de enero de 2012

Un poco de todo (XXXIV)


- Ha despertado encontradas reacciones el fallecimiento de Manuel Fraga, como cabía esperar en un hombre polemista que a nadie dejó nunca indiferente. En los últimos años se apreciaba, en sus fugaces apariciones en televisión, cómo iba menguando su cuerpo con la edad y los achaques. Su lastimera imagen era objeto de burla y escarnio en cierto tipo de programas (dónde ha quedado el respeto a las personas mayores), en los que se mofaban de su malhumor. Qué paciencia puede quedarle a una persona tan mayor y tan inteligente que contempla espeluznada el viaje en montaña rusa de una sociedad como la nuestra, abismada a todos los niveles.

Independientemente de la ideología política de cada cual y de las simpatías o rechazos que su figura provoque, lo que es sin duda indiscutible en él es su enorme capacidad de trabajo, su extensísimo bagaje cultural, su arrolladora personalidad y la inquebrantable persistencia de sus convicciones.

Dedicó su vida entera a los demás, su trabajo absorbía sus energías y su tiempo, lo que no le impidió formar una numerosa familia.

Me acuerdo hace años, cuando acababa de perder a su mujer y se le vio aún más entregado si cabe a su labor, en un intento por rehuir la soledad y los recuerdos que ella le había dejado, que comentaba a un periodista que siempre llevaba su almohada consigo en todos los viajes que hacía, porque el descanso era para él impensable sin ese sencillo objeto personal. Algunos lo tildarían de chiflado, o de maniático; en realidad fue siempre un hombre práctico.

Ahora sí que tendrá ocasión de descansar en paz, de reunirse con su esposa y, quién sabe, de seguir dando guerra allá donde se encuentre ahora, reacio a todo lo que signifique inactividad. Aunque sea por los muchos años que ha acompañado nuestras vidas en la escena pública, su persona deja poso en la memoria y en el corazón de todos, y merece todo nuestro respeto, ese incontestable respeto del que se ha hecho merecedor a lo largo de tantos años.

- Por eso luego alucino con gente como el representante de ERC haciendo unas declaraciones el mes pasado en las que afirmaba, con gesto feroz y sonrisa siniestra, que los catalanes se quieren salir del Reino. Al no ser atendidas sus reclamaciones, tales como cambiar la normativa hidrográfica para que el tramo del Ebro que pasa por su comunidad autónoma sea gestionado sólo por ellos, hacen como sus homólogos vascos, se excluyen del territorio español como si formaran parte de otra galaxia, aunque, eso sí, se sigan beneficiando de las prebendas que el Estado central les pueda proporcionar. Y encima le piden cuentas al Rey, aprovechando los escándalos que últimamente persiguen a su familia para alimentar y fomentar su sempiterno espíritu antimonárquico. Anti todo, diría yo, hay pocas cosas a las que los radicales no se opongan, y de las peores manera posibles. Es evidente que lo único que quieren es atraer la atención de la opinión pública, montando uno más de los muchos numeritos grotescos que acostumbran.

Dudo mucho de que este señor ni ese grupo representen a la mayoría de los ciudadanos catalanes, ni que sea la persona más indicada para pedirle cuentas al Rey además.

Esto ha sido como retroceder a la Edad Media. Hoy en día nadie habla así. Nadie habla de reinos, ni de villas, ni de burgos, ni de nada que se le parezca. Que en el siglo XXI todavía tengamos que estar oyendo este tipo de cosas me parece demencial.

jueves, 19 de enero de 2012

El polo Norte se mueve


El polo Norte magnético de la tierra se está moviendo hacia el este, hacia Rusia, a una velocidad aproximada de 40 millas (64 kilómetros) por año, debido a cambios que se están produciendo en el núcleo magnético de la Tierra, como indican investigaciones realizadas recientemente.

Desde hace unos años se ha apreciado una corriente que surge desde las profundidades del núcleo, y que está ocasionando un rápido desplazamiento del mismo. Son sacudidas electromagnéticas cuya causa aún se desconoce.

El Norte magnético está actualmente en la isla de Bathurst, al noroeste de Canadá. Fue descubierto en 1831. A partir de 1904 se comprobó que comenzaba a desplazarse hacia el noreste a un ritmo constante de 9 millas (15 kilómetros) por año. En 1989 se apreció una aceleración, y en el 2007 los científicos confirmaron que está moviéndose a gran velocidad hacia Siberia, a razón de 34,37 millas (55,60 kilómetros) por año, y va en aumento.

Pero para que lo podamos entender mejor hay que saber que existen dos polos Norte, uno geográfico, en el que pensamos siempre, situado en el punto más extremo al norte de la Tierra, vinculado al eje de la rotación terrestre, el cual es inalterable y coincide siempre con el norte y con el sur del planeta en términos geográficos. El otro polo es magnético, y no sólo no está en el mismo sitio que el geográfico, sino que se mueve y varía de lugar cada año.

El norte que señalan las brújulas no apunta al geográfico sino al magnético. En latitudes como la de España esto casi carece de importancia, pero en latitudes cercanas al polo norte geográfico las brújulas “enloquecen” y pueden acabar apuntando al sur. Debido a esto, en estas regiones el norte geográfico se determina según la posición de las estrellas.

El problema es la velocidad a la que se está moviendo últimamente. A este ritmo se calcula que en 2050 acabaría en Siberia y desencadenarían innumerables alteraciones. Meteorológicas, pues las auroras boreales más espectaculares no se verán en Alaska sino en el norte de Europa. Y de tráfico aéreo, ya que los aviones, a pesar del GPS, también se orientan con una brújula, lo cual obliga a que muchos aeropuertos, según su latitud, deban repintar las indicaciones numéricas que guían a los aviones por sus pistas, tarea compleja porque los números que las señalizan indican su dirección en grados magnéticos, en un código que los sintetiza. Repintarlas en crucial.

El campo magnético terrestre ha disminuido, a su vez, un 10% en los últimos 160 años. Este campo está producido por el hierro que contiene el núcleo, y según un estudio reciente el mar también influye en dicho campo. Esta disminución incrementa la vulnerabilidad del planeta a las radiaciones cósmicas y la colisión con material interestelar.

Así que cuando alguien nos diga que estamos perdiendo el Norte le tendremos que decir que no, que es él el que cambia de posición.

miércoles, 18 de enero de 2012

Meryl Streep y la dama de hierro


Meryl Streep acaba de presentar en Londres La Dama de Hierro. A sus 62 años, este es sin duda uno de los papeles más controvertidos de toda su carrera. Ella, cuya ideología ha sido siempre de izquierdas, tenía que meterse en esta ocasión  en la piel de todo un icono del partido conservador y de la política mundial como Margaret Thatcher, quien durante su mandato dictó duras medidas que afectaron a la clase obrera, fue la mano ejecutora de la Guerra de las Malvinas, la reina de las privatizaciones y la compañera de baile de Ronald Reagan, entre otras cosas. Pero la constatación de su legado político no es lo más importante de esta película, sino un afán existencialista que impregna todo el film y que deja un poso de melancolía en el ánimo del que la contempla. «Lo más difícil fue estar encorvada ocho horas al día durante tres meses», dice la actriz.

Esa aparente contradicción entre la adoración y el odio que despertó su figura fue lo que fascinó a Meryl Streep.  "Ahora es una anciana que, por lo que he leído, se apoyó mucho en un marido que la amaba. Me interesaba explorar esa vida y entender al ser humano. Partes de una gran figura como la suya para contar la historia de tu propia vida, la de todos nosotros. En cierta forma es una película sobre la existencia humana".

Recuerda cuando fue elegida primera ministra. "Desde la distancia, Thatcher me parecía de otro mundo, con aquel peinado y aquellos vestidos. La prensa la ridiculizaba. Cuando fue elegida, yo acababa de ser madre y estaba entregada a mi hijo y a mi marido. Eso sí, aunque no tenía nada que ver con mi ideología, pensé que era genial que Inglaterra, ¡Inglaterra!, un país tan conservador, clasista y machista, hubiera elegido a una mujer. Pensé: «Es cuestión de segundos que también tengamos una presidenta en América». Y aquí estamos, 30 años después..."

Hay muchas cosas que a la actriz le sorprendieron de ella. "Por ejemplo, no tenía cocinero. ¡Si yo fuera primera ministra, tendría uno! Pero a ella le gustaba hacer la cena. Y dormía cuatro horas. ¡No necesitaba más! Tenía una resistencia física extraordinaria. Nunca estaba enferma y no tenía tolerancia alguna por aquellos que lo estaban a menudo".

En Norteamérica la ideología conservadora es diferente a la que se concibe en Gran Bretaña. "Cuando en EEUU pensamos en conservadores, nos referimos a los conservadores sociales. Pero ella era diferente. Para empezar, era partidaria del aborto. Además, nunca quiso desmantelar el sistema sanitario público. En América ese es un anatema para los conservadores. Ningún republicano sería elegido con ese ideario. Además, permitió que el partido conservador, lleno de alumnos de Eton y Oxford, abriera sus puertas a personas que no pertenecían a ese exclusivo círculo social. Entre sus ministros hubo judíos, homosexuales y gente que arrastraba grandes escándalos. Y aunque recibió presiones para echarlos, nunca lo hizo. A ella todo eso le daba igual mientras hicieran su trabajo. ¡Thatcher no sería una conservadora en América!".

Meryl Streep es consciente de que el personaje que ha interpretado ha sido uno de los más atacados en la política internacional de los últimos tiempos, pero según ella "no necesita que nadie la defienda. Thatcher escribió su propio lugar en la historia. Lo que me intrigaba era saber cuál fue el peaje que tuvo que pagar. Además, me interesan los ancianos. Yo misma me estoy haciendo mayor... Por eso, me apasionan las historias que se esconden detrás del rostro de una anciana. ¿Cuál es el precio de una vida tan ambiciosa? ¿Se arrepintió de algo? (...). Para ella, dejar que el recuerdo de su marido la abandone es tan dramático como cuando, durante la Guerra de las Malvinas, tuvo que decir "Hundidlo" (se refiere al submarino británico que hundió al crucero argentino General Belgrano, provocando 323 muertes el 2 de mayo de 1982). 

La actriz intentó infructuosamente reunirse con Thatcher, pero ella se negó a recibirla. "Sufre demencia y no ve a casi nadie. Su vida, ahora, es un misterio. Pero la vi hablar en una ocasión. Fue en 2002. Mi hija estudiaba en la Universidad Northwestern, de Chicago, y ella fue a dar un discurso ante el sindicato de estudiantes sobre el final de la Guerra Fría y su legado político. Mi hija y yo la escuchamos desde el gallinero. Después de su discurso contestó las preguntas de los estudiantes. No tenía muchos fans entre ellos, pero respondió a cada pregunta con respeto y amabilidad".

"No creo que debamos estigmatizar la demencia. O, al menos, no deberíamos. Es una dolencia de la edad. Todos pasaremos por eso. Ni yo misma me creo inmune a ella. Mi padre sufrió demencia y, por eso, sentí que podía contar esta historia".

La historia de amor de Margareth Thatcher y su marido, narrada a grandes rasgos durante la película, nos descubre a una mujer fuerte pero cariñosa y a un hombre dulce, inteligente y profundamente enamorado. "Mientras ella mantenía reuniones al más alto nivel, él estaba en el pub bebiendo con sus amigos o jugando al golf. Volvía y le decía: «La gente piensa esto o lo otro». Era como su oído en la calle, y la apoyaba siempre. Ella nunca leía lo que se decía en los periódicos, pero él lo leía absolutamente todo".

A la actriz tampoco le gusta, como a Margareth Thatcher, leer lo que dice la prensa. "Dejé de hacerlo. Al principio, sí lo hacía, pero duele mucho. ¡Hiere tanto tus sentimientos...! Si tienes una `piel´ permeable, esas cosas penetran y sigues pensando en ellas durante meses o años. Así que ¿por qué voy a hacerme eso yo a mí misma?".

La película está plagada de frases antológicas que se le atribuyen a Thatcher como "A los políticos de hoy les preocupan demasiado los sentimientos de los ciudadanos". Meryl Streep tiene su propia interpretación. "Creo que se refiere a que los políticos de ahora hablan apelando a la parte emocional de los votantes. No quieren parecer demasiado duros ni crueles. Pero eso no tiene nada que ver con sus verdaderos sentimientos, sino con la semántica de sus discursos".

Se decía que la primera ministro era muy directa, casi cruel, en sus alocuciones. "Desde luego resulta refrescante cuando un líder dice exactamente lo que piensa y, además, lo lleva a cabo(...). Tengo la sensación de que antes los políticos podían mostrarse más como eran ellos mismos".

Si se compara a las líderes políticas conservadoras norteamericanas con la dama de hierro, no salen muy bien paradas a ojos de la actriz. "Me asusta lo poco cualificadas que están en comparación con alguien como Thatcher..."

Cuando habla sobre el pasado, sobre la vida, mientras ven un DVD, le dice a Thatcher su marido: "Puedes rebobinarla, pero no puedes cambiarla" Meryl está de acuerdo. "¿Y no nos sentimos todos así? ¡Yo me siento así! Hay muchas cosas en mi vida que hubiese hecho de otra manera. Al final, todo se reduce a un puñado de decisiones. ¡Que ni siquiera sabes si eran las acertadas! Tomar conciencia de esa realidad es una fuente de ansiedad constante para mí".

Comparando la trayectoria de Thatcher con la de cualquier mujer que trabaja, y con su propia vida, la actriz reconoce que hay que hacer muchas concesiones y sacrificios en detrimento de tu familia para poder llevar a cabo tus aspiraciones. "Todos las hacemos. Al menos, todo el que tiene hijos y, además, trabaja y tiene una vida ambiciosa. Pero una película son cuatro meses y luego puedes descansar". En una dignataria, en cambio, vida y trabajo están unidos inextricablemente.

Hay otra frase en la película que da qué pensar. "Antes se trataba de hacer cosas; ahora, de intentar ser alguien". La actriz tiene su propia opinión. "Creo que eso tiene que ver con la falta de autenticidad que conlleva estar expuesto las 24 horas del día. Nos están grabando constantemente; incluso antes de nacer, en la posición fetal, nos sacan nuestro primer video". 

A pesar de haber interpretado a mujeres apasionantes, Meryl Streep encuentra sus fuentes de inspiración en sus propias raíces. "Mi madre y mi abuela. ¿Por qué? Porque, sencillamente, fueron ellas mismas y nunca tuvieron que reprimir lo que pensaban de las cosas. Y disfrutaron de sus vidas. Yo siempre he aspirado a eso. Trabaja duro, pero diviértete."

Aún hay otra frase significativa: "La vida de uno tiene que trascender". La actriz está totalmente de acuerdo. "He tenido más oportunidades de interpretar papeles interesantes que la mayoría de las actrices. Que te den la oportunidad es el 90 por ciento de este trabajo. Y luego, claro, tú tienes que estar a la altura. Ahí es donde trato de vivir yo, en ese pequeño resquicio. En interpretación, a excepción del teatro, no hay tantos papeles que te dejen verter tus convicciones, a menos que produzcas y escribas tú mismo. Y yo no lo hago". Meryl se considera afortunada. 

La actriz ha llegado a comprender la figura pública y humana de Margareth Thatcher, pero no comparte casi nada más de ella. Cosas tan sencillas como poder descansar son lo más importante para ella en este instante. "¡Dormir!. Lo digo en serio. Me admira la figura de Thatcher porque lograba funcionar sin apenas descansar. Yo no soy así. Necesito retirarme, escuchar música, leer un poco de poesía. Que me dejen en paz. Necesito estar so-li-ta".  

martes, 17 de enero de 2012

Escultores (VI): Mariano Benlliure

 
Álvaro de Bazán

Escultor valenciano, nacido a mediados del siglo XIX en el seno de una familia de gran tradición artística. Desde muy niño dejó patente su don para la escultura. Sus primeros concursos y exposiciones tuvieron lugar antes de cumplir los diez años.

En su juventud su tema principal fue la tauromaquia, con representaciones en bronce de las distintas suertes y protagonistas del toreo. Su dedicación principal, sin embargo, era entonces la pintura, que cultivó en París. Después fue a Roma, donde, fascinado por Miguel Ángel, abandonó los pinceles para dedicarse exclusivamente a la escultura. Más tarde se estableció definitivamente en Madrid, donde se haría muy conocido por sus bustos y monumentos públicos. Cultivó además la imaginería religiosa.

Antonio Trueba

Poseía ilustres condecoraciones extranjeras, como la de la Legión de Honor, de Francia, y la medalla especial del emperador Francisco José.

Mariano Benlliure es uno de los escultores más importantes del siglo XX.

lunes, 16 de enero de 2012

Voces del desierto


Javier me había dicho cómo se llamaba su web, un nombre precioso con profundas resonancias, pero aún así me equivoqué cuando lo quise buscar en Internet por vez primera. Los gritos del silencio, escribí. No, que eso es una película, y muy buena por cierto, de los 80. Los sonidos del silencio. Tampoco, es una canción. Voces del silencio, menos, es un libro. ¡Por fin!, Voces del desierto. Nombre que le inspiró un libro con el mismo título, obra de la escritora y médico estadounidense Marlo Morgan, que dejó profunda huella en él.

Contacté con Javier a través de Facebook. Fue compañero y amigo de cuando estudiábamos Periodismo y hacía por lo menos 22 años que no nos veíamos. Sigue siendo el mismo de siempre, su misma forma tan particular de contar las cosas, sus gestos, su manera de pensar. 

En Colombia

En este tiempo le han pasado cosas muy interesantes. Escribió un libro sobre Patarroyo, el inmunólogo español que investiga en Colombia sobre la vacuna de la malaria, Patarroyo, pasión por la vida. Para ello viajó allí y llevó a cabo una tarea ingente documentándose a fondo, presenciando su trabajo de laboratorio, y relacionándose con su familia y amigos. Este es con certeza el sustrato íntimo de un escritor y periodista que se precie, ser testigo directo día a día de las pequeñas grandes cosas que acontecen al objeto del reportaje o libro, vivir las mismas experiencias. Luego vino la otra batalla, la de las editoriales: Javier tardó 10 años en conseguir que se lo publicaran, los asuntos científicos y humanitarios no siempre despiertan el suficiente interés, aunque ahora parezca que están tan de moda.

Con Patarroyo

En la presentación del libro Javier se vio respaldado por una figura de la talla de José Saramago, entre otros ilustres invitados, con el que mantuvo una entrañable amistad, al igual que con su esposa, hasta la muerte de éste. Dice haberse sentido abrumado por el honor, pero nadie lo merece más que él.

Junto a José Saramago, entre otros

Javier me habló de su amistad con el médico y cooperante de la AECID Juan Bartolomé, fallecido no hace mucho. Un hombre atípico, viajado, culto, con una personalidad magnética. Y de la que tiene con Pedro Fusté, periodista y creador de una fundación de ayuda humanitaria a África, un hombre que le manda siempre “medio abrazo” porque perdió una de sus extremidades en un accidente. Y es que una de las muchas cosas buenas de ser periodista es que se tiene la oportunidad de conocer y tratar a personas excepcionales. 

Ahora está preparando un libro sobre la familia Mahou para conmemorar el 125 aniversario de la fundación de la fábrica cervecera. Será una edición preciosa para regalar a empresas y admiradores.

Juan Bartolomé

Sus experiencias y pensamientos los vuelca en su web, a la que hacía mención al principio, Voces del desierto, y como le dije, es todo menos un desierto. Su presentación, sus contenidos, las fotos, tienen un algo poético, tremendamente humano, sentimental como es él. La web es un trasunto de su autor, un oasis en medio del maremágnum digital, una ventana abierta a un mundo maravilloso por la que sólo entra aire fresco. En ella se habla de cultura, de cooperación humanitaria, algo de política. América Latina es el eje en torno al cual giran muchos de los temas, tierra de la que es un enamorado.

Javier sabe muy bien lo difícil que es abrirse camino en un mundo como el periodístico. Trabaja como yo desde su 1ª juventud en la Administración, porque al fin y al cabo hay que pagar las facturas, pero su pasión por la palabra escrita permanece intacta y en creciente ebullición. Ha hecho colaboraciones en prensa nacional, especializada e internacional. Es un gran escritor, todo lo que relata es impactante en el terreno humano y en lo que a actualidad se refiere. Su estilo es directo y fluído. Es polemista pero no sensacionalista. Aborrece, como a todos los que abogamos por un periodismo auténtico, el recurso tan frecuente hoy en día a la carnaza, al señuelo morboso. Javier es inteligente y sensible, dueño de un gran talento literario y periodístico, lector incansable, trabajador, serio y profesional, además de generoso. Su sentido de la justicia le lleva muchas veces a denunciar todo aquello que le parezca execrable, por lo que demuestra tener además mucho valor. Conferenciante, organizador de charlas, de subastas con fines humanitarios, de exposiciones de material fotográfico y documental con el que ha trabajado. Es multifacético y está lleno de iniciativas.

Veo a Javier abstraído en su mundo literario, sintiendo las cosas a través de las letras, pensando siempre en cómo podría escribir todo aquello que se le pasa por la cabeza, todo lo que le acontece. Los que nos dedicamos a esto de la escritura vivimos así. Él es una persona con un mundo interior rico, que siempre tiene varias cosas a la vez rondándole la cabeza, coleccionista de objetos valiosos y poco comunes, con unas enormes inquietudes intelectuales.  

Os exhorto a echarle un vistazo a su web Voces del desierto porque es una experiencia inolvidable. Y para que, como también le dije, su voz no se pierda en ningún desierto.


viernes, 13 de enero de 2012

Un poco de todo (XXXIII)


- Bienvenido a un nuevo seguidor, que tiene el original y evocador nombre de El regalo de tu presencia.
- Me imaginaba a alguien así cuando vi la foto de Sheldon Adelson, el millonario norteamericano que tiene intención de construir una nueva versión de Las Vegas en Madrid. Pensaba en alguien gordo, viejo y retinto, con pinta de cerdo bien cebado, una persona con cara de viejo pícaro y vicioso. La opulencia suele dar ese aspecto, por lo menos si la riqueza sólo le alcanza a sus cuentas bancarias.

Algunos ven el proyecto como una posibilidad de aumentar la afluencia turística de la ciudad, ya bastante visitada normalmente, y de crear puestos de trabajo. Los funcionarios, sir ir más lejos, podríamos conseguir un extra para nuestro cada vez más depauperado sueldo siendo crupieres. Nos dará igual que los gobernantes nos quiten dinero cada vez que haga falta en otra parte, como si no existieran más sectores que el funcionarial y con mejores ingresos: nos colocaremos la camisa blanca, el chaleco sin mangas, la pajarita y el pantalón ajustado, y diciendo “Hagan juego señores” lo dejaremos todo en manos del azar. Ya pueden seguir amenazándonos con la indigencia. La suerte está echada.

- Operaron a mi padre hace unas semanas de cataratas. Tardaron muchísimo en llamarle y bastante más de lo normal en salir de la intervención, que normalmente es sencilla. Nos dijeron que había surgido una complicación porque habían detectado un poro en la retina por el que se podía haber introducido la catarata y haber perdido la visión del ojo. Me quedé alucinada con esto, creía que los agujeros negros eran cosa del cosmos. En las revisiones previas no detectaron estas cosas. Tuvieron que sustituir la anestesia local por la general y practicar una incisión mayor, para implantarle una lentilla intraocular con “patas”, según nos comentaron, que tiene más agarre que la que tenían intención de colocarle, y es casi imposible que se mueva.
En el informe médico, entre otras muchas recomendaciones típicas como no hacer movimientos bruscos ni esfuerzos, o no forzar la vista, se decía que no había que tomar decisiones importantes en 24 horas. Yo particularmente tardo años en tomarlas.

- Y a mí me han detectado en la revisión médica de empresa, en el electrocardiograma, una cosa llamada “anomalías de repolarización”, que por lo visto son cambios en el ritmo cardíaco al inspirar. Le consulté a mi doctora de cabecera y no le dio importancia, dice que son muy corrientes y que pueden estar motivadas por el stress, las preocupaciones o cualquier cosa sin importancia. Será como decía la escritora y periodista Care Santos en un libro suyo que me he leído hace poco, que durante una época estuvo preocupada porque le daban arritmias con frecuencia, y decía que es que a lo mejor su corazón se creía que no iba a llegar a tiempo a los sitios.

- Esta Nochevieja, mientras tomaba las uvas, sentí el alma ligera. Por primera vez en años no tenía un pesar en el corazón y sólo pensé en los seres queridos que no estaban en ese momento conmigo y, en esta ocasión, no fueron los que ya están muertos.

 
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