- Mis saludos a dos nuevos seguidores, intheriff, que escribe un blog de música muy interesante con muchísimos adeptos, y JerryF, cinéfilo como yo. Gracias por estar ahí.
- Compruebo con satisfacción que sube considerablemente el número de mis entradas con cada año que pasa. No tardará ya mucho en poder considerarse éste un blog veterano. Me sorprende lo poco que escribí el primer año, aunque puedo comprender por qué. Pasaba por un momento personal difícil y, gracias a la escritura, pude hacer frente a mis problemas y seguir adelante.
Es curiosa la memoria cómo funciona. Tenía la sensación de haber escrito mucho más en aquel primer año, pero la realidad fue otra. En mi situación por aquel entonces todo me parecía un mundo, todo me costaba un enorme trabajo, la inspiración no llegaba con mucha fluidez.
Cuando empecé a escribir este blog creía que me faltarían temas que tratar, o que no sabría cómo abordarlos, o que mi estilo no interesaría. Era como intentar abarcar la Tierra entera con las manos, como asomarse a un abismo en el que sólo nos aguarda lo desconocido y no sabemos qué nos va a pasar.
Cuán poca visión de futuro tenía, cuán equivocada estaba. Temas hay incontables, no hay espacio ni años suficientes para abordarlos todos, y mi estilo se va depurando con el paso del tiempo.
Sea como fuere, e independientemente del resultado, escribir sigue siendo una necesidad perentoria para mí, y sólo puedo agradecer a todos aquellos que me leen por su interés y perseverancia.
- Hace poco me metía en el Facebook de Irene Villa para dejarle mi mensaje de feliz Navidad. No sé por qué pensé en ella. Y curiosamente, en la conversación de esa tarde con mi hermana y mi madre dio la casualidad de que se pusieron a hablar de ella. Sabía que se había casado este verano, pero no sabía que fuera a ser madre. Me alegro muchísimo por ella.
Irene es una mujer increíble. Su inconmovible empeño por llevar una vida normal a pesar de todo hace que su vida sea extraordinaria. Hasta es campeona de esquí adaptado. A las personas así basta que se le pongan obstáculos por delante para que se crezcan y pasen por encima de ellos como si tal cosa, tienen una fuerza interior increíble.
En su blog dice, entre otras cosas, que está hecha de titanio, en alusión a sus piernas ortopédicas.
Han pasado 20 años desde el momento aquel en que la locura y la violencia quisieron arrebatarla de este mundo, infructuosamente por fortuna.
Conocí a su madre pocos días antes del atentado de que fueron víctimas ambas, cuando iba a renovarme el carnet de identidad. Ella estaba en la comisaría tras el mostrador y aguantaba las agrias quejas de un señor porque tardaban mucho en hacerse los trámites y había una larga cola de espera. Recuerdo a aquella mujer por la forma como le respondió. Dijo que ella era el último mono allí. Pero lo que me llamó la atención de ella no fue lo que dijo sino su talante, el aplomo con el que hablaba, la expresión de su cara. Me pareció alguien con una personalidad demoledora, muy fuerte por dentro.
Me sentí sobrecogida cuando supe poco después lo que les había sucedido.
Ahora veo a Irene hacer su vida como si tal cosa y me siento feliz por ella, por ellas. Son una fuente de inspiración.
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