viernes, 31 de octubre de 2014

Charles Chaplin

Vivió en cuartuchos húmedos y en asilos para pobres con su madre, una actriz cómica que acabó desnutrida y demente. Con ella debutó Charles Chaplin, a sus cinco años, en un antro londinense. No fue fácil su camino hasta conquistar Hollywood, pero todo cambió al crear a su eterno Charlot, el vagabundo que hacía reír y llorar al mismo tiempo y el cual cumple cien años. Charlot cambió la vida de Charles Chaplin. 
Mamá coraje

Hannah Hill. Era quebradiza y acabó demente, arrastrando sin quererlo a sus hijos hacia el abismo. Chaplin siempre tuvo buenas palabras para su madre, cariñosa y compasiva.
Hannah Hill era una cómica de vodevil con dos hijos, Sidney, de nueve años, y Charlie, de cinco, de distintos padres. Pese a sus muchas dificultades, era alegre y cariñosa. Y por no dejar a sus niños solos en turbias habitaciones alquiladas, cuando ella actuaba, se los llevaba al teatro. 

Una noche, en The Canteen un tugurio lleno de soldados, Hannah se quedó sin voz mientras actuaba. Atronaron los insultos y silbidos, y ella debió abandonar el escenario, desesperada. En bastidores, el director de escena le dijo que saliera el niño a quien había oído cantar a veces. Así debutó Charles Chaplin, con cinco años y ante un público difícil. Ante el resplandor de las candilejas, el niño cantó y gustó. Tanto que empezaron a llover monedas sobre el escenario. «Inmediatamente me interrumpí y dije que cogería el dinero antes de seguir cantando», cuenta el propio Chaplin en su Autobiografía (Lumen). El director acudió a ayudarlo a recoger las monedas, pero Charlie pensó que el hombre quería quedarse con su dinero y comenzó a perseguirlo. «No volví a cantar contó Chaplinhasta que se lo entregó todo a mamá».

El niño continuó actuando e incluso improvisó imitaciones; una de ellas, de su propia madre. Llovieron aplausos y más monedas, que aumentaron cuando Hannah se unió a Charlie en el saludo final. «Aquella noche fue mi primera actuación y la última de mi madre», agrega también en su Autobiografía. Charles Chaplin [Inglaterra, 1889 -Suiza, 1977], el hombre que inventó a Charlot, uno de los artistas más ricos e influyentes del siglo XX, tuvo una infancia dickensiana que asoma en sus películas. Vivió en cuartuchos de Londres donde «el aire viciado hedía a gachas rancias y a ropa vieja», cuenta. Pero reconoce que, de niño, «apenas era consciente de la crisis porque vivíamos en una constante crisis». Además, contó con el cariño de su madre, tierna y quebradiza, que acabó incluso demente, pero de quien dice Chaplin aprendió la compasión y el amor.A Hannah la habían abandonado los padres de sus hijos; el de Sydney era un hombre mucho mayor que ella, de buena familia, con el que no se casó; el de Charlie, un actor cómico alcohólico. Mientras ella pudo actuar, mantuvo a sus hijos con desenvoltura: llegó a tener buen cartel. Pero la edad y los achaques le bajaron el telón. Pasó a coser camisas a destajo y con tarifas de esclava. Y, aun así, el dinero no daba.

Desde muy niños, Sidney y Charlie buscaron trabajillos para aportar algo, pero la afección mental y la desnutrición acabaron por derrumbar a Hannah: los tres pasaron temporadas en asilos públicos. Charlie fue recadero y botones, trabajó en una imprenta, en una compañía de claqué... Cuando Sydney creció, se embarcó en un mercante y enviaba dinero a casa. Fue él quien consiguió que le hicieran una prueba a su hermano para actuar. Así Charlie se convirtió en actor con 12 años: su primer papel importante fue el de Billie, el botones de Sherlock Holmes. Recorrió Inglaterra con pequeñas compañías de teatro y poco a poco fue haciendo oficio. 

En 1910, Chaplin llegó a América, su ansiado destino. Fue con la compañía de teatro de Fred Karno. Trabajó en varias obras y realizó giras por Chicago y San Francisco. Fue una etapa dura, de mucha soledad, cuenta. Tenía sus propias ideas que solían chocar con las del director y hambre de conocimiento (apenas había ido a la escuela); leía a Schopenhauer y ansiaba ser un hombre ilustrado, «no por amor a la ciencia dijo, sino como una defensa contra el desprecio que siente el mundo por el ignorante».

Su gran oportunidad se la dio Mack Sennett, que lo fichó para el cine en 1913. Para él fue una ventana de nuevas posibilidades: no había que repetir el mismo papel cada día, se trabajaba rápido y se rodaba en una sola jornada.De nuevo, Chaplin chocó con los directores: se le ocurrían escenas y gags, los proponía, pero no le hacían caso. Hasta que un día que le pidieron una escena ocurrente para suplir unos gags, Chaplin se inventó a Charlot. Fue en 1914. Había nacido un personaje mítico. El primer filme de Charlot, Making a living, se estrenó ese mismo año. El personaje siguió inspirando a Chaplin cientos de gags y despertó algo nuevo: el sentimentalismo en el humor. De ello habla mucho en su Autobiografía: de su querencia por la melancolía, de su timidez, de la aplastante sensación de soledad que sintió incluso cuando logró el ansiado éxito y pasó a ser rico.

"El éxito, dijo, sirve para que lo quieran a uno". Pero en amores no le iba demasiado bien al inicio. Sus dos primeras esposas eran adolescentes (tenían 16 años) a las que había dejado embarazadas. Mildred Harris, la primera, perdió el niño al poco de la boda. Con Lita Grey, la segunda, tuvos dos hijos: Charlie junior y Sidney. De Mildred habla como algo pasajero. De Lita, ni pronunciar el nombre: todo acabó en escándalo. Ella lo acusó de maltrato, racanería suprema y de obligarla a practicar "aberraciones sexuales". Los tabloides americanos disfrutaron con la guerra por el divorcio. El juez sentenció a favor de ella: Chaplin debía pagarle 825.000 dólares; entre otros motivos, por haber ejercido una intolerable crueldad mental. 

No fue su único batacazo judicial por temas de 'faldas': años después, Joan Barry una alocada aspirante a actriz lo acusó de ser el padre de su hijo. De nuevo perdió Chaplin, aunque los análisis de sangre negaban su paternidad. Con su tercera mujer, Paulette Goddard, una actriz ya de renombre, la relación fue menos tempestuosa. Por esa época, Chaplin ya un meteoro imparable hacia el éxito filmaba a destajo. Escribía, dirigía y a veces componía la música de sus filmes. «Para hacer una buena comedia solo necesito un parque público, un policía y una chica guapa», decía. Pero surgió un imprevisto: el cine sonoro. Le costó digerirlo. «¿Qué voz tiene Charlot?», se preguntaba.

Siguió filmando sin sonido, a contracorriente, y le fue bien. El chico, La quimera del oro, El circo, Luces de la ciudad, Tiempos modernos... Obras geniales. Pero en 1940 se rindió: El gran dictador fue sonora... en todos los sentidos del término.Se la sugirió el cineasta Alexander Korda: Hitler y tú tenéis el mismo bigote, ¿por qué no haces una película? Chaplin estuvo de acuerdo: «Hitler es una mala imitación mía», dijo. El gran dictador fue un proyecto difícil [tardó dos años en desarrollar la historia] y con sinsabores. Mil veces dijo después que, de haber sabido de la existencia de los campos nazis, no habría hecho el filme. Lo sorprendente es que tuvo problemas de censura en Gran Bretaña y los Estados Unidos. La situación empeoró cuando Chaplin se pronunció a favor de abrir un segundo frente en la Segunda Guerra Mundial, de echar una mano a los soviéticos que luchaban contra Hitler desde el este. Lo acusaron de comunista. Hubo boicots contra sus películas, críticas en la prensa...

Además, todo coincidió con la demanda de paternidad de Joan Barry y su romance con Oona O'Neill, la hija del dramaturgo Eugene O'Neill, su 'nueva' adolescente: ella tenía 17 años y él, 53. Se casaron en cuanto Oona cumplió los 18, y esta vez sí funcionó. Tolerante, de una belleza luminosa, dulce, atractiva... Chaplin se deshace en elogios hacia ella y se congratula de haber encontrado a una mujer que no quiere ser actriz sino que prefiere dedicarse a ser su esposa. Eso hizo Oona: dedicó su vida al genio y a los ocho hijos que tuvieron. Con ella, Chaplin vivió sus últimos años en Suiza. Se marchó, desencantado, de los Estados Unidos en 1953 y en el barco recibió la notificación que le prohibía la entrada en el país. Regresó en 1972 para recoger un Oscar honorífico. Hollywood le dijo adiós con una ovación de doce minutos, la más larga jamás registrada.

Chaplin y las adolescentes

-La primera, Mildred Harris

Se casaron al quedarse ella embarazada a los 16 años. Perdió ese bebé. Y otro que tuvo después, solo vivió tres días. El matrimonio duró dos años.

-La segunda, Lita Grey
Tenía también 16 años al conocerse. Tuvieron dos hijos y acabaron en los tribunales. Ella lo acusó de maltrato.

-La tercera, Paulette Goddard

Fue una relación más tranquila. Buenos amigos al inicio, se casaron y, cuando la distancia era insalvable, se divorciaron sin mayor escándalo.

-La definitiva, Oona O'Neill
Chaplin y Oona O'Neill, la hija del dramaturgo Eugene O'Neill, iniciaron su relación cuando ella tenía 17 años y él, 53. La actriz Geraldine Chaplin, uno de los ocho hijos que tuvieron él y Oona, cuenta que su padre le enseñaba siempre a su mujer lo que escribía y que tenía muy en cuenta sus opiniones. Dice también que era severo, trabajador y disciplinado: «Se pasaba meses ante un papel en blanco buscando la perfección, agrega Geraldine. Tenía mucha humanidad y sentido de la justicia e intentaba entender a todos sin renunciar a sus principios. Y sí, le gustaban las jovencitas, ¡pero se casaba con ellas!».

Su persecución política

¿Fue Comunista?

Su intervención a favor del Frente Soviético y contra los nazis durante la Segunda Guerra Mundial agravó la tensa relación que mantenía con el gobierno de los Estados Unidos. Eran los tiempos de la caza de brujas y las listas negras en Hollywood. Chaplin nunca había ocultado sus simpatías por los laboristas británicos (aunque en la foto pose con el conservador Winston Churchill en 1931) y había confesado cierta filia socialista, pero negó ser comunista. Con todo, el Comité de Actividades Antiamericanas lo puso en el punto de mira. En 1953, cansado del acoso, Chaplin se marchó de los Estados Unidos. Volvió en 1972, a recoger un Óscar honorífico.

El día que se inventó a Charlot 






Un personaje polifacético y nada armónico «Necesitamos unos gags. Maquíllese y póngase un disfraz cómico. Cualquier cosa», le dijo el actor Ford Sterling a Chaplin durante el rodaje de la película Extraños dilemas de Mabel, donde el inglés tenía un pequeño papel. «Al dirigirme hacia el vestuario, pensé que podría ponerme unos pantalones muy holgados, unos zapatones y añadir al conjunto un bastón y un sombrero hongo, quería que nada fuera armónico», cuenta Chaplin. Como le habían dicho varias veces que era muy joven, se pintó un bigote que lo envejeciera, sin ocultar su expresión.

De camino al set empezó a contonearse y a hacer molinetes con el bastón. "Este personaje es polifacético: es a la vez un vagabundo, un caballero, un poeta, un soñador, un tipo solitario que espera siempre el idilio y la aventura", explicó a Sterling. "Suba al plató y veremos qué puede hacer", le dijeron. La escena discurría en el vestíbulo de un hotel. Chaplin se sentía como "un impostor que se hacía pasar por uno de los huéspedes, cuando en realidad era un vagabundo que buscaba cobijo. Entré y tropecé con el pie de una dama. Me volví y me quité el sombrero; luego choqué con una escupidera; me volví una vez más y levanté el sombrero ante la escupidera". Las carcajadas resonaban en el plató. Acudieron actores de otros estudios, escenógrafos, carpinteros, sastres. Todos se desternillaban. Charlot había triunfado. 

(Reportaje aparecido en el XL Semanal de 28/9/14)


jueves, 30 de octubre de 2014

Las extrañas muertes de Hollywood

 
Hay figuras públicas que han tenido un trágico final sobre las que no dejamos de descubrir cosas nuevas, a pesar del tiempo transcurrido desde que fallecieron. Marilyn es una de ellas, de la que más se ha hablado quizá.
Leía hace poco que la actriz fue visitada por varios hombres el día que murió. La asistenta-enfermera que tenía se sospechó que podría tener algo que ver con lo que le sucedió, pues intentó cobrar un cheque que supuestamente había firmado pocos días después del suceso, aunque el banco no se lo quiso pagar por si era un fraude.
Marilyn tenía marcas de golpes en la espalda y en las muñecas, como si hubiera sido maniatada, y el cabello sucio y desordenado. Las fotos de la morgue revelan también golpes en la cara. Según se ha dicho fue envenenada por vía anal con una dosis de barbitúricos 15 veces superior a la normal, y expiró estando boca arriba en su cama, aunque luego se la encontraron boca abajo, en una posición que se vio que había sido forzada tras el rigor mortis. Su habitación estaba pulcramente ordenada, algo poco corriente en ella, y el diario que escribía había desaparecido.
Algunos vecinos vieron una ambulancia aparcada en las inmediaciones horas antes de que nada se supiera, y que en cuanto dieron el aviso descendieron de ella un grupo de hombres, que se apresuraron a amortajar el cadáver.
Es extraño además que entre la hora del descubrimiento del cuerpo por su asistenta y el aviso a la policía hubieran pasado 4 horas.
La autopsia fue encargada a un forense inexperto, que no encontró restos de barbitúricos en su estómago. Los órganos que se le extrajeron para ser analizados desaparecieron misteriosamente, así como los informes que se elaboraron después. Se difundió la versión oficial del suicidio con pastillas, basándose en el precario equilibrio psicológico de la actriz.
Un testigo afirmó que había habido gritos cuando Robert Kennedy fue a visitarla, se supone que para dar por terminada la relación, y que la reacción de Marilyn fue violenta, llegando a pegarle.
Lo cierto es que los participantes en aquella historia tuvieron un final truculento. Una fuerza superior a todos ellos actuaba en la sombra, manipulando a placer a unos y otros.
Algo parecido se dice ahora de otras muertes lamentables en la Meca del Cine: la sobredosis por barbitúricos de Heath Ledger, o el ahorcamiento de Robin Williams más recientemente, se han atribuído en ciertos foros a causas ajenas a ellos, peces gordos del establishment cinematográfico decidieron acabar con ellos aprovechando su fama de inestabilidad emocional y adicciones, que disfraza posibles sospechas de asesinato, por haber denunciado casos de pederastia en Hollywood. Es llevar las cosas un poco lejos, me parece a mí, aunque siempre queda margen para la duda.
 Sea como fuere, cuántos artistas hollywoodenses han dado una imagen idílica en pantalla que en nada se correspondía con su vida real. A aquellos que ya no están con nosotros y que murieron en trágicas circunstancias  les llevaremos siempre en el corazón, con independencia de cuál fuera su final.

 
 
 


miércoles, 29 de octubre de 2014

El Chateau Marmont

 
Con nombre francés y estilo similar a los castillos de la zona del Valle del Loira, es uno de los hoteles más famosos de Hollywood. Fue construido en 1927 y abierto al público como edificio de apartamentos, hasta que la Gran Depresión lo hizo inviable económicamente y en 1929 fue abierto como hotel.
 
No muy grande, cuenta con 63 habitaciones y está hecho a prueba de terremotos, habiendo resistido todos los que han asolado la zona en las últimas 8 décadas. Fue restaurado en 1990, respetando el espíritu original.
 
 






martes, 28 de octubre de 2014

Un poco de todo

 
-          Es tremendo que haya quienes tengan que renunciar a llevar una vida plena sólo por tener el  estigma de un antepasado despreciable. He leído que viven en EE.UU. tres sobrinos nietos de Hitler que, bajo el nuevo apellido que adoptó su padre, sobrino del dictador, al llegar a Norteamérica, intentan no ser reconocidos y poder tener una existencia lo más normal posible, con la vergüenza que supone que se descubra el apellido Hitler colgando como un lastre de su genealogía familiar. 
Uno vive solo y los otros 2 juntos. Un 4º hermano falleció en un accidente de coche hace años. Todos decidieron no tener hijos, quizá para evitarles la deshonra por el resto de sus vidas. Cuánto daño hizo aquel ser sanguinario, tanto que décadas después de su muerte aún sigue destrozando existencias, ajenas y las de su propia sangre. Les compadezco.  
Ellos nunca quieren hablar con los medios de comunicación, y alguno le ha dicho a algún periodista que le deje en paz, que cuente su historia. Les da igual lo que digan. Su pariente ha sido la persona más defenestrada del planeta. Ya poco más se puede decir. 
-        Hace un tiempo, charlando en el chat con un amigo de Facebook que es de Pakistán, definía el español como “lenguaje simple”, en comparación con el suyo. Puedo comprender que su lengua, al igual que el chino o el árabe, son idiomas complejos en el sentido de que poseen un alfabeto inmenso y una grafía complicada, pero no me parece acertado calificar como “simple” o “sencillo” ningún lenguaje, por fácil que pueda parecer su aprendizaje. El inglés me lo ha parecido así siempre, por su economía de términos, las contracciones y otros atajos lingüísticos que utiliza, pero nunca lo vería como una lengua menor. 
Imaginar lo que supone expresarse en cualquiera de esos idiomas antes mencionados se me antoja inconmensurable, al desconocer la enorme amplitud y el alcance de todos sus vocablos, llenos de múltiples significados. Sólo el que habla un lenguaje sabe de su complejidad o sencillez, o quizá no se percata porque le ha sido inculcado desde la niñez y la costumbre lo hace parecer manejable.  El castellano a mí me parece muy rico, lleno de sentidos y variedad de términos, pero a otra persona que hable un idioma más complejo no se lo parecerá. Hasta me atrevo a suponer que aquellos que hablan lenguas complicadas tienen un desarrollo cerebral mayor, pues el aprendizaje de un mayor número de palabras, normas ortográficas difíciles y caligrafías portentosas aumenta la capacidad neuronal y verbal. 
Esto sin duda pasará con el aprendizaje de otras lenguas que no sean la nuestra. Yo amo mi idioma, las palabras son para mí tesoros lanzados al aire o depositados en un papel destinados a sobrevivirme. Son el testimonio de nuestro paso por el mundo, lo que nos conecta con otros seres y nos enriquece como personas. Preservémoslas, no las estropeemos con las deformaciones que imponen los nuevos lenguajes de mensajes de móvil y redes sociales. No perdamos nuestro acervo cultural y respetemos el de los otros.
 


lunes, 27 de octubre de 2014

Entrevista de Risto a Pablo Iglesias

 
Fue muy interesante la entrevista de Risto Mejide a Pablo Iglesias, a pesar de las meteduras de pata del presentador que, como siempre, hablaba de más y sobre muchas cosas que desconoce, aunque él considere que es muy ocurrente, y lo único que pone al descubierto es su ignorancia y su prepotencia. A Iglesias le estuvo interrumpiendo constantemente, hizo lo que hace todo el mundo cuando el líder de Podemos aparece en algún debate televisivo, todos tienen una necesidad imperiosa de no dejarle expresar libremente sus ideas. Sin estar de acuerdo con su ideología, como es mi caso, sin embargo pienso que tiene teorías que merece la pena escuchar. Se le percibe culto, muy leído, un intelectual al que quizá le falta experiencia real, porque no todo se aprende en los libros. Eso es lo que le achaca “la casta”, como así ha llamado a los políticos de siempre, que tiene muchas ideas pero que son impracticables.
 
Me gustó mucho cuando le preguntaron por su pareja, porque no le había visto desenvolverse en temas personales, y resultó tan sincero y espontáneo como con el resto de los temas que aborda. Risto hizo lo de siempre, lanzar una de sus puyas (no sabe tener una conversación normal, se le nota mucho cuando no simpatiza con su interlocutor), diciendo que cómo iba a convencer a nadie si ni a su propia mujer ha conseguido convencerla. Iglesias contestó que menuda era ella, como diciendo que era una persona con convicciones propias muy fuertes, y que si la amaba (me encantó que empleara este verbo, no todo el mundo es capaz de hacerlo) era por otras muchas cosas, que sentían un mutuo respeto y admiración, y que la política no lo ocupaba todo en sus vidas, hay otras muchas cosas por las que dos personas llegan a quererse. Se confesó pues un hombre enamorado, y dijo que ella llevaba en política mucho más tiempo que él y que su experiencia era mayor. Que un hombre reconozca públicamente las cualidades de su pareja y proclame ser su más ferviente admirador es algo poco corriente para lo que se suele ver.
Me pareció muy inteligente y con gran sensibilidad. Su forma de decir las cosas es distinta a la del resto, y no porque utilice términos o ideas complejos, antes al contrario, su discurso es sencillo y directo, y sus ideas muy claras y largamente meditadas, pero tiene muchas ocurrencias que llaman la atención por su originalidad. He aquí algunas:
-        No es la casta política la que hace funcionar este país, es la gente, esa es nuestra patria, la gente. 
-          No queremos ser una opción pintoresca, no queremos ser los de la pandereta. 
-         “El cielo no se toma por consenso. Se toma por asalto” (palabras que Karl Marx empleó en una carta a su amigo el doctor Ludwig Kugelmann para describir el fracasado intento revolucionario de la Comuna de París en 1871).
Está convencido de que lo que pretende llevar a la práctica es lo mejor para la gente, sin ánimo de medrar ni otro interés que el bien común. Es alguien lleno de idealismo, algo que se podría achacar a su juventud si no fuera porque ya tiene 35 años. Si a estas alturas todavía le mueve la necesidad de servicio social y de acabar con la corruptela establecida desde hace tanto tiempo que parece ya costumbre, no creo que vaya a cambiar nunca, aunque llegue al poder, esa cumbre en la montaña en la que casi todo el mundo se transforma y se deja tentar por la avaricia y la ambición.
Es cierto que ya acusa el peso de la sobreexposición que sufre, y que dice resultarle no precisamente agradable. Se lamenta del varapalo al que lo someten los medios de comunicación, aunque él tampoco lo ha evitado precisamente con su discurso polémico y combativo. No creo que imaginara que iba a resultar un lastre tan grande para su vida. “Ya me gustaría delegar responsabilidades”, dijo hace poco cuando se habló de la posibilidad de que su partido compartiera el liderazgo entre varios de sus miembros, algo que nunca se ha dado y que piensa que no funcionaría. “No soy imprescindible, soy un militante, no un macho alfa", afirmó cuando se ha sabido que otros miembros del partido quieren ocupar su lugar (a mí esta frase me produjo hilaridad). Si sus propuestas no son bien acogidas, se hará a un lado, ha comentado, lo mismo que deben hacer aquellos cuyas ideas no sean aceptadas por la mayoría de la organización.
En fin, que para ser una nueva propuesta dentro de la rutina política que nos asola, por lo menos suscita interés aunque no se comulgue con la esencia de su ideología. Un grupo de intelectuales con expedientes académicos que alcanzaron la excelencia se pone al frente de un partido político que pretende salvar a esta nación nuestra del caos y la corrupción en los que se halla. Será un héroe, o un ingenuo idealista, será lo que fuere pero no estaría de más que tuviera su oportunidad.  
 


jueves, 23 de octubre de 2014

Restaurantes pop-art

 
Desde hace pocos años están muy de moda los restaurantes pop-art, montajes de restauración que se emplazan temporalmente en sitios emblemáticos de una gran ciudad o en lugares de especial belleza, en los que permanecen poco tiempo para reaparecer en cualquier otro punto del mundo, itinerantes y siempre sorprendentes. He aquí algunos de ellos.
 
 

Cube junto al Duomo de Milán

Cube junto al Duomo de Milán

Cube junto al Duomo de Milán

Cube en el Arco de Triunfo en Bruselas

Cube en el Arco de Triunfo en Bruselas

Cube en el Arco de Triunfo en Bruselas

Cube en el Arco de Triunfo en Bruselas

Cube en Estocolmo

Cube en Londres

Diner in blanc en Kigali (África)

Diner in blanc en Versalles

Diner in blanc en París

Diner in blanc en Singapur

Diner in blanc en Nueva York

Diner in blanc en Vancouver

Diner in blanc junto a Notre Dame

Añadir leyenda

Diner in blanc en Bélgica









Hypothetic

La Cantine des Tontons, París

La Jardin en Chile

Le Cirque Casa de Campo

Le Cirque Wine Lounge en New York

Le Cirque en EEUU

En el London Eye

En el London Eye



Asiana

 
MusicaServicios LocalesContadorsAnuncios ClasificadosViajes