Hay figuras públicas que han
tenido un trágico final sobre las que no dejamos de descubrir cosas nuevas, a
pesar del tiempo transcurrido desde que fallecieron. Marilyn es una de ellas, de la que más se ha hablado quizá.
Leía hace poco que la actriz fue
visitada por varios hombres el día que murió. La asistenta-enfermera que tenía
se sospechó que podría tener algo que ver con lo que le sucedió, pues intentó
cobrar un cheque que supuestamente había firmado pocos días después del suceso,
aunque el banco no se lo quiso pagar por si era un fraude.
Marilyn tenía marcas de golpes en
la espalda y en las muñecas, como si hubiera sido maniatada, y el cabello sucio
y desordenado. Las fotos de la morgue revelan también golpes en la cara. Según
se ha dicho fue envenenada por vía anal con una dosis de barbitúricos 15 veces
superior a la normal, y expiró estando boca arriba en su cama, aunque luego se
la encontraron boca abajo, en una posición que se vio que había sido forzada
tras el rigor mortis. Su habitación estaba pulcramente ordenada, algo poco
corriente en ella, y el diario que escribía había desaparecido.
Algunos vecinos vieron una
ambulancia aparcada en las inmediaciones horas antes de que nada se supiera, y
que en cuanto dieron el aviso descendieron de ella un grupo de hombres, que
se apresuraron a amortajar el cadáver.
Es extraño además que entre la
hora del descubrimiento del cuerpo por su asistenta y el aviso a la policía
hubieran pasado 4 horas.
La autopsia fue encargada a un
forense inexperto, que no encontró restos de barbitúricos en su estómago. Los
órganos que se le extrajeron para ser analizados desaparecieron
misteriosamente, así como los informes que se elaboraron después. Se difundió
la versión oficial del suicidio con pastillas, basándose en el precario
equilibrio psicológico de la actriz.
Un testigo afirmó que había
habido gritos cuando Robert Kennedy fue a visitarla, se supone que para dar por
terminada la relación, y que la reacción de Marilyn fue violenta, llegando a
pegarle.
Lo cierto es que los participantes en aquella
historia tuvieron un final truculento. Una fuerza superior a todos ellos
actuaba en la sombra, manipulando a placer a unos y otros.
Algo parecido se dice ahora de
otras muertes lamentables en la Meca del Cine: la sobredosis por barbitúricos
de Heath Ledger, o el ahorcamiento de Robin Williams más recientemente, se han
atribuído en ciertos foros a causas ajenas a ellos, peces gordos del establishment
cinematográfico decidieron acabar con ellos aprovechando su fama de inestabilidad
emocional y adicciones, que disfraza posibles sospechas de asesinato, por haber
denunciado casos de pederastia en Hollywood. Es llevar las cosas un poco lejos,
me parece a mí, aunque siempre queda margen para la duda.
Sea como fuere, cuántos artistas
hollywoodenses han dado una imagen idílica en pantalla que en nada se
correspondía con su vida real. A aquellos que ya no están con nosotros y que
murieron en trágicas circunstancias les llevaremos
siempre en el corazón, con independencia de cuál fuera su final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario