viernes, 30 de mayo de 2014

Hermosos sueños


Casi todos mis sueños suelen ser siempre pesadillas, pero el que voy a contar fue distinto a todos. De vez en cuando el subconsciente se cansa de sacar a relucir miedos y preocupaciones y hace emerger emociones hermosas, dormidas, nunca olvidadas.

Soñé con mi amigo Melchor, pero de una forma extraña, como son todos los sueños. Estábamos en unos jardines enormes, una mañana pletórica de sol, con un cielo muy azul. Era de ese tipo de jardines con setos muy verdes, cuidadosamente recortados, que siguen trazados geométricos, armoniosos. Grandes maceteros de piedra en forma de cáliz ofrecían flores multicolores.

Él tenía el mismo aspecto que la última vez que le ví, cuando teníamos 17 años, ya casi 18, pero estaba vestido con el clergyman que ahora lleva, como sacerdote que es. Era joven pero parecía mayor, la apariencia de antes pero con la disposición actual. A mí se me veía resplandeciente, con el aspecto que tengo en las fotos de mi perfil de Facebook, que son las únicas en las que he salido un poco bien últimamente, y que son las que él ve, pues esta red social es nuestro nexo de contacto a día de hoy.

Melchor también está muy contento. Acabábamos de bajar de un autocar en el que viajábamos los dos sin saberlo, pero es como si nuestro encuentro no fuera del todo fortuito, como si hubiéramos quedado para vernos después de tantos años.

Charlamos en aquellos preciosos jardines, dejándonos invadir por el tenue calor de un sol de primavera, envueltos en una brisa suave. Estamos rodeados de otras personas que no conozco, como si hubiéramos hecho un viaje de grupo para turistas. Sin embargo él parece estar en casa, la visitante soy yo.

De pronto él se aleja y vuelve enseguida con un bebé en brazos, que me muestra orgulloso y que me pasa para que lo sostenga y lo contemple mejor: es su sobrina, la hija de una de sus hermanas, cuya foto tiene puesta en su Facebook, una niña delicada, de piel blanca, pelo claro y labios carnosos. Me mira con arrobo mientras sujeto a su sobrina, y siento su afecto sobre mí como si formara parte de ese tenue calor del sol una mañana cualquiera de primavera.

Cuando me despierto aún conservo por unos instantes esa sensación de felicidad que me ha provocado el momento, el encuentro largo tiempo esperado. Pero no tarda en convertirse en una sensación diferente, agridulce, al comprobar que el instante se ha esfumado y que en realidad nunca tuvo lugar.

Y estos sueños son provocados, me imagino, por mi proyecto aplazado de hacer un crucero con mi hija por el Mediterráneo este verano. Uno de los puertos donde recalaríamos sería Roma, donde pensaba conocer la ciudad y de paso reencontrarme con mi amigo, si él pudiera, si estuviera libre de las muchas ocupaciones que tiene como miembro del Vaticano y pastor de una diócesis parroquial.

Cuando contestó emocionado a una carta que le escribí hace varios años (¿ocho? ¿es posible que haya pasado ya tanto tiempo?), me dijo que estaba a mi disposición si alguna vez me acercaba a Roma. Lo que no sé es si fue una fórmula de cortesía o lo dijo sinceramente y lo mantiene actualmente.

Su Facebook está inactivo, no parece querer mostrarse muy comunicativo, quién sabe lo que pasará por su cabeza. Pero a la mierda Facebook, ha servido para que nos reencontremos y poco más. Desde cuándo se escriben las páginas de la historia de una persona en un sitio semejante.

Sé que haré ese viaje, si no este año el próximo, y posiblemente no en un crucero, donde apenas tienes unas horas para conocer un lugar. Italia me llama, desde hace mucho tiempo. Hay que conocer lo mediterráneo, que es lo nuestro, antes de explorar otras latitudes.

De vez en cuando tengo sueños hermosos. Este podrá parecer soso y simplón visto desde fuera. Sólo el que lo experimenta sabe por qué siente lo que siente y ve lo que ve, y esa sensación y esas visiones son algo tan personal, irrepetible e intransferible como sólo pueden serlo los sueños. Sólo el que sueña entiende el sentido y el alcance de lo soñado.

Compruebo que, por muchas décadas que transcurran, y aunque parezca que todos hemos cambiado, en el fondo seguimos siendo los mismos. Lo he visto con antiguos amigos de entonces con los que también he contactado en Facebook. Crees que hará o dirán cosas diferentes por el hecho de tener 30 años más, pero no es así.

Mi cariño por Melchor está intacto, y me sentí feliz ante la idea ilusoria de que él compartiera conmigo algo que quiere mucho, representado en su sobrina. Para qué sirven los sueños sino para hacer realidad nuestros más íntimos anhelos.

jueves, 29 de mayo de 2014

El delantal


Hay una tienda de comidas preparadas que abrieron hace un tiempo cerca de mi barrio y a la que hasta ahora no había prestado mucha atención. El delantal tiene un horario corto, y si te descuidas un poco cuando llegas se han acabado buena parte de sus platos.

El trato es excelente y lo que venden de 1ª calidad y a buen precio. Una familia al completo vive de este negocio. Dos mujeres se encargan del mostrador, siendo la cocinera una de ellas, mientras un hombre hace tareas en la trastienda y a veces ayuda también en los pedidos, y a una señora muy mayor, la abuela, que según oí decir a una de las que atienden, que es su hija, tiene ya 87 años, se la puede ver sentada al fondo en la cocina, ante una mesa sobre la que hay una gran bandeja plateada con relleno para croquetas. Ella, con una cuchara, va cogiendo porciones con mucha parsimonia y las lleva a otra bandeja para rebozarlas. No sé si es la que las hace o sólo ayuda, pero están deliciosas, crujientes por fuera y blandas y gustosas por dentro, con una bechamel que se deshace en la boca. De vez en cuando aparecen un chico y una chica de ventipocos años, negritos, grandes y hermosos, que son los hijos adoptivos de una de las 2 mujeres antes mencionadas.

Los pollos dan vueltas lentamente en el asador que hay tras ellas. Los hacen con una salsa riquísima y dándole el punto exacto para que no queden demasiado hechos. La paella es exquisita, tanto la de marisco como la de verdura. Esta última la he descubierto aquí y es la cosa más rica que nadie haya podido llevarse a la boca. Le echan verduras que nunca hubiera creído que pudieran ponerse en una paella: zanahoria, pepino cortado muy fino, calabacín, pimientos de 3 colores, alcachofa, que a mí no me gustaba hasta que la probé aquí… Todo ello constituye un conjunto en el que sus ingredientes pierden su sabor por separado para formar un plato con un gusto delicado y único.

El champiñón con jamón es muy sabroso, la tortilla de patata suave y jugosa, en el punto exacto para que no esté huevosa ni tampoco reseca. La crema de verduras es, junto con el vichyssoise dos de los platos preferidos de mi hija, que es mucho de cuchara, como los buenos entendidos en materia culinaria, aunque también carnívora como su hermano. Las lentejas son algo fuera de lo corriente, hechas con verduras que nunca había visto en ellas: calabacín, pimiento y alguna otra más que no recuerdo. Hasta mis hijos se las comen, cosa que no hacen cuando las hago yo.

El filete de pescado rebozado es tierno y jugoso, un placer para el paladar. El gazpacho, la ensaladilla rusa, los spaguettis sin tomate hechos con especias, la menestra de verduras y un guiso de patatas con calamares que nunca había probado no están nada mal. Hay otros platos que no he probado porque no son tanto de nuestro gusto: las judías verdes con jamón, la sopa castellana, las coles de bruselas rehogadas, los spaguetti a la boloñesa, las espirales de colores, los huevos rellenos, la salchicha blanca en salsa, la ensalada de judías blancas… Los guisantes con jamón estaban un poco duros y bastante sosos la única vez que los he comprado, y la ensalada campera estaba también insípida y reseca, le faltaba aliño. Las patatas a la riojana no estaban mal, pero las hace mejor mi madre. Eso y el pan, que no es muy bueno y es caro, son los únicos reparos que yo le pondría.

Las carnes las suelen hacer rebozadas en filete, de ternera, de cerdo o de pollo, con especias para que tengan un sabor diferente. Echo en falta guisos de carne, preguntaré si es que los hacen algún día de la semana en particular y no ha coincidido cuando he estado en la tienda, y si no pues que sea una sugerencia.

Hay quienes les han pedido postres, pero ellos no hacen repostería, sería ya mucho trabajo quizá. En su lugar, y para contentar al personal, tienen fruta fresca y yogures de sabores.

Una de las cosas que me encantan de El delantal es que te sirven raciones abundantes y en envases herméticos utilizables en microondas, no como en El Corte Inglés, que siempre se sale todo y además no está tan rico, tiene mucha apariencia pero nada más.

Un día, hablando con la que cocina, le comenté lo práctico que era para mí haber descubierto su tienda, sobre todo por no ser yo buena cocinera. Su comida se la comen mis hijos con gusto, mientras que cuando la hago yo no es así. Ella me dijo que el problema era que no nos habían enseñado a cocinar, y que con poca cosa se pueden hacer platos muy ricos.

Es una suerte enorme contar con un lugar como El delantal no lejos de casa, pues no siempre apetece cocinar o se tienen en casa los preparativos necesarios para hacerlo. Poder comer los platos que se cocinan aquí, sanos, hechos con buena materia prima, caseros, es cuidar el estómago y el paladar.


miércoles, 28 de mayo de 2014

La sorpresa electoral de Pablo Iglesias


Reconozco que cuando he ido a votar a las elecciones europeas no me he parado a mirar las propuestas de otros partidos políticos diferentes al que yo votaba. Es lo malo de ir a tiro hecho, que le salen a una orejeras mentales y falta de interés en ver otras cosas. Pero el inesperado éxito de Pablo Iglesias, al que no conocía quizá porque veo poca televisión tertuliana y nunca determinados canales, ha hecho que me detenga en este hombre del que en Internet estoy leyendo todo tipo de opiniones.

No es cierto que sea nieto del fundador del PSOE, a pesar de la coincidencia del nombre y apellido, antes al contrario parece que le ha dado un aura de misticismo que no parece que le favorezca precisamente. Sí habla de que ha mamado la izquierda desde que nació, pues toda su familia por ambas partes es militante activa. Su padre y su pareja son comunistas, y él lo fue hasta hace 4 años. Su madre también fue una activista universitaria. La verdad es que no tenía otra.

Su discurso es prolijo y no suele dejar títere con cabeza. Parece como si tuviera las respuestas preparadas de antemano dado su velocidad de réplica en los debates, le salen a borbotones, consecuencia sin duda de una ideología incrustada a fuego en su cerebro de tal modo que no necesita reflexión: es como si insertaras una moneda en una máquina que automáticamente empieza a funcionar y ya no puede parar.

Con 35 años ya posee 2 carreras, con notas muy brillantes, un doctorado y 2 másters, además de ser profesor universitario, articulista para diversas publicaciones, tertuliano y presentador de 2 programas de t.v., entre otras cosas. Un hombre con grandes capacidades e hiperactivo, sin duda.

En alguna foto se le puede ver con alguna leve sonrisa, pero normalmente es de una seriedad adusta, y su mirada entre implacable y doliente cuando mira a cámara. Su enigmático rostro me recuerda mucho al actor Gary Oldman. Quizá su mayor encanto resida en su aparente hermetismo emocional, su circunspección que parece producto de una lucha interna nunca resuelta, el duro que viene dispuesto a salvar al país, a la Humanidad si hace falta, del mal camino por el que es conducida, pero sin pretensiones, sin pedir a cambio nada más que fidelidad a su causa.

Joven, con un físico frágil y una cara bastante inexpresiva, es la antítesis del superhéroe de capa y traje ajustado sobre cuerpo musculoso. Él está hecho para pensar, es un intelectual que ha tenido a bien compartir con nosotros el producto de sus pensamientos largamente destilados. Una filosofía la suya quizá unívoca, como todo lo que es extremo. Fundamentalismo de izquierda he leído que se le atribuye.

“Como dijo Javier Krahe a Felipe González en su canción “Cuervo ingenuo” que TVE le censuró: “Hombre blanco hablar con lengua de serpiente”, he visto en uno de sus artículos. Pero igualmente se podría atribuir la frase a él mismo: en los coloquios no duda en insultar al contrario (chorizo, sinvergüenza) aunque no se desmelene al hacerlo. A veces resulta un poco infantil, pues expone los tópicos de siempre sobre la guerra civil y el franquismo, como si él los hubiera conocido y estuviera en posesión de la verdad absoluta, o saca a relucir su brillante expediente académico para intentar quedar por encima del oponente, como el típico empollón repelente que se pone medallas. No sería extraño que hubiera sacado las mejores notas no por voluntad de perfección sino para luego esgrimir el hecho como arma retadora al enemigo.

Pablo Iglesias mezcla en sus artículos efectistas asociaciones de ideas con frases simples e ingenuas. Quizá lo que más tiene a su favor es la sencillez expositiva. Pero hay mucha ira contenida en él, su calma es obligada. El éxito de su partido Podemos en estas elecciones europeas no es sino la respuesta a la aridez del panorama político español actual. Que en tan sólo 4 meses haya conseguido tantos votos es más que llamativo.

Qué será de este hombre en el futuro es una incógnita. Seguramente volverá a sorprendernos en las generales el próximo año. Siempre he dicho que la gente de izquierda tiene un menú más variado a la hora de elegir, hay más facciones para escoger la que más se ajuste a tu ideología. En la derecha nos tenemos que conformar con lo que hay.

Parece que ellos han podido con su Podemos. ¿Pueden realmente?

martes, 27 de mayo de 2014

Pintura contemporánea (VI): Ernest Biéler

Busto de señora con pañuelo






Ernest Bovet

lcrivain Edouard Rod

El funeral del anciano

Retrato de Violette Scholder

Pintor, dibujante y grabador suizo que vivió entre la 2ª mitad del s. XIX y la 1ª mitad del XX.

Trabajó con todo tipo de materiales: aceite, témpera, acuarela, gouache, tinta, carbón, pastel, acrílico y lápiz. También hizo mosaicos y vidrieras de colores.

Estudió en París y allí fundó una Escuela junto con otros artistas.

Durante toda su vida compaginó dos estilos muy diferentes, el realista y el simbólico que se llevaba entonces, el Art Noveau.

Ernest Biéler tuvo especial predilección por las escenas campesinas. Maravillosa su forma de plasmar en el lienzo las texturas de los ropajes, del pelo, los colores.

lunes, 26 de mayo de 2014

Elecciones europeas


Llevaba mi hijo Miguel Ángel con su voto preparado desde hacía por lo menos 3 semanas. Al principio no pensaba votar en las elecciones europeas. Con 18 años no se suele tener una ideología muy concreta aún, y además la política es un tema que produce mucha desesperanza y escepticismo, sobre todo entre la juventud.

Pero al final se decidió. Y no contento con la influencia que su entorno familiar ejercemos en él, estuvo echando un vistazo en Internet, como suele hacer siempre que algo le interesa o necesita formarse una opinión. El hecho de que le mandaran la tarjeta censal a casa, y tiempo después se interesaran por su persona por vez 1ª para conseguir su voto con propaganda enviada por correo, le hizo sentirse importante, que era tenido en cuenta como ciudadano.

Aunque yo ya tengo mi criterio más que formado, le eché un vistazo a lo que nos mandaron las diversas facciones, por curiosidad. El 1º que llegó fue VOX, ese partido compuesto por frikies y encabezado por Ortega Lara, aquel pobre hombre que sufrió el más largo cautiverio que ETA ha infringido a nadie. Así ha acabado de la cabeza.

PP y PSOE llegaron al mismo tiempo. La carta que enviaban los socialistas estaba encabezada por una foto de su representante, señora madura más o menos atractiva, pero el texto era largo y tedioso, escrito con letra pequeña y no estaba personalizada. En cambio la carta del PP era más concisa, sin fotos, con letra negrita para que se viera mejor, e iba dirigida al posible votante con su nombre y apellidos. Mucho más inteligente. En ella venía a decir que era importante participar en este proceso, ante el temor de una gran abstención y el desinterés general, señalando que el 80% de lo que se decide en la UE nos afecta en nuestra cotidiana, y afirmaba también que era mejor votar a partidos grandes como el suyo porque tenían más poder de decisión, ante la posibilidad de que los votos se diseminaran entre los grupos pequeños.

Lo que me resultó curioso es que los envíos de los populares no llevaban el anagrama del partido en el sobre, al contrario que el resto de partidos, que sí lo llevaban. Muy listos también: como saben que tienen muchos enemigos evitan la posibilidad de que hagan desaparecer sus misivas en beneficio de los opositores.

Una amiga que siempre ha votado al PP decía estar ya cansada de las mismas alternativas políticas y quería votar a Ciudadanos, por tener propuestas innovadoras e interesantes. A mí del resultado de las elecciones lo que más me preocupa es el auge de los nacionalismos y la ultraderecha.

El blog que sigo desde hace no mucho, Diario de un completo gilipollas, hacía una crónica hilarante de los partidos que se presentaban, muchos más de los que yo creía. La reproduzco aquí parcialmente. No sorprenderse mucho de las asociaciones de ideas porque el blogero no tiene pelos en la tecla:

RED CIUDADANA PARTIDO X: Imagino que a este partido solo le votarán aquellos que ven conspiraciones en los cereales del desayuno. Algunas de sus consignas son “por un dinero de verdad” o “por la libertad en bioética”. Nunca se fíen de un partido político cuyo nombre es más incomprensible que su programa.

INICIATIVAFEMINISTA: No voy a decir nada gracioso de este partido porque me da que podría acabar con mi pene cortado en el suelo de cualquier colegio electoral.

PARTIDO HUMANISTA: Imagino que la única alternativa al Partido Humanista es el Partido Robótico.

RECORTES CERO: Hay que ser cenutrio para hacer un partido que basa su programa en quitar los recortes. Imaginemos que salen elegidos y consiguen eliminar todos los recortes. ¿Qué harían a continuación? Una buena idea sin una visión de futuro es como Internet sin porno: inservible.

PARTIDO ANIMALISTA: No tengo muy claro si van a favor de los animales o son unos animales los que forman este partido. Imagino que sus electores potenciales son los que van por la calle con una bolsa llena de humeantes cacas. Su programa se basa en la defensa de los animales y el medio ambiente pero se dirigen a las personas porque los caniches y las zanahorias aun no tienen derecho al voto.

LOS PUEBLOS DECIDEN: Coalición de partido que imaginan que media docena de tipos con boina bebiendo anís en bar de carretera pueden competir contra ciudades con millones de personas. En realidad es una coalición de partidos locales que se han unido como cuando seis desconocidos van de Valencia a Zaragoza en un Twingo para abaratar costes.

ESCAÑOS EN BLANCO: O sea, que estos quieren ser votados para tener escaño en el parlamento europeo y no ir. Su programa político sólo tiene un punto que dice “Dejar vacíos los escaños que consigamos renunciando a cualquier tipo de sueldo o subvención” aunque también podrían haberlo cambiado por “Manolete, si no sabes torear pa que te metes”

CANDIDATURA REPUBLICANOS POR LA RUPTURA CON LA UNION EUROPEA: Estos son unos campeones, se presentan a algo que rechazan. Imagino que son los típicos que dicen que los homosexuales son unos enfermos y los viernes por la noche se ponen una peluca y se hacen llamar “Tamara, la fácil”. No tienen página web porque no les cabía el titulo en el banner.

SOLIDARIDAD Y AUTOGESTION INTERNACIONALISTA: Otros campeones que gastaron todas sus neuronas en un nombre de partido molón pero que cuando buceas en su programa te encuentras tan perdido como Arias Cañete en un mitin feminista.

LA ESPAÑA EN MARCHA: También conocidos como “esos señores que todavía tienen un pollo en la bandera”. Sus integrantes son jóvenes con gafas de aviador, polos con la bandera de España y un poster de Saenz De Ynestrillas en la cabecera de la cama. Todo muy moderno y tolerante. Deberíamos poner las urnas en alto para que estos agradables muchachotes puedan votar con la mano extendida y saludar al mismo tiempo.

CONFEDERACION PIRATA: Están todo el diaa borrachos bebiendo ron y haciéndose colgantes en la barba a lo Johnny Deep. Lo que más admiro de estos señores con problemas de bebida es su ideario a lo Isaac Asimov. Primera ley: un pirata actuará siempre a favor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Segunda ley: un pirata actuará siempre a favor del Ideario Pirata, siempre que no vaya en contra de la primea ley. Tercera ley: un pirata actuará siempre lo que decida la Asamblea de afiliados, mediante democracia directa, siempre que no vaya en contra de la primera o la segunda ley.


En fin que, bromas aparte, los que nos gobiernan o pretenden hacerlo tuvieron ayer ocasión de movilizar a la población y gastar mucho dinero con propaganda, elecciones y demás, al igual que el resto de Europa, sólo que aquí no vamos a parar de derrochar, puesto que el próximo año son las elecciones municipales y las generales, donde según en qué fecha sean podrá votar o no mi hija, que también cumplirá su mayoría de edad. Aunque ella se muestra indiferente a este respecto, y es más dura de roer que su hermano a la hora de convencerla de algo.

A Miguel Ángel le gustó volver a visitar el colegio donde hizo Primaria, que no había pisado desde que lo abandonó siendo un niño para ir al instituto. Se acordaba de las clases en las que había estado. Es un centro pequeño y acogedor, moderno al estilo de lo que se lleva. A partir de ahora no van a dejar de pedir su voto, con tantos procesos electorales como nos aguardan, y él tan contento de poder contribuir.

viernes, 23 de mayo de 2014

Mary Anning


Ponían en Google hace un par de días, en lugar de su logo habitual, un curioso dibujo de una mujer frente a un muro en el que parecía estar pintando o haciendo alguna otra cosa que no adivinaba a vislumbrar. Pinché en él para ilustrarme, al igual que hice no hace mucho cuando el aniversario del nacimiento de Maria Gaetana Agnesi, matemática y filósofa del s. XVIII, en cuyo honor pusieron un doodle en el que se desplazaba una escuadra de un lado al otro, mientras el dibujo de su rostro seguía con los ojos el movimiento y sonreía.

En esta ocasión se trataba de Mary Anning, una paleontóloga que vivió a finales del s.XVIII y la 1ª mitad del XIX. Y lo fue no porque hubiera ido a la Universidad sino por su labor descubridora de restos arqueológicos en la pequeña ciudad inglesa en la que vivió y murió, y por el estudio de infinidad de tratados sobre la materia.

Su familia era de origen humilde y de religión congregacionista disidente, lo que les hizo sufrir discriminación legal y social. Tuvo 7 hermanos y hermanas, de los que sólo sobrevivieron ella y un hermano. En Wikipedia se cuenta la anécdota de que siendo Mary un bebé y estando en brazos de una vecina y en compañía de otras dos más, viendo un espectáculo al aire libre, cayó un rayo en el árbol junto al que se encontraban y Mary fue la única superviviente. “Un médico local consideró su supervivencia como milagrosa y durante años los miembros de su comunidad atribuirían la curiosidad, inteligencia y viva personalidad de la niña con el incidente”.

El padre era un ebanista que completaba sus ingresos con el hallazgo de restos fósiles que luego vendía a los turistas, en una época en la que había una creciente afición por el tema. Cuando murió, joven, la familia se quedó sin medio de subsistencia, por lo que Mary y su hermano continuaron la labor, hasta que éste se dedicó a otro oficio y ella siguió en solitario.

Sus hallazgos se hicieron populares entre los coleccionistas, incluso en el extranjero. Uno de ellos subastó su colección de fósiles para donarlo a la familia Anning, al ver los apuros económicos por los que pasaban. Con el tiempo Mary consiguió ahorrar algún dinero y compró una tienda, que fue visitada por geólogos y aficionados a la paleontología de Europa y América.

Según he podido leer “al ser una mujer de clase trabajadora, Anning siempre sería una intrusa en la comunidad científica. En esa época a las mujeres de Gran Bretaña no se les permitía votar (ni a los hombres de clase obrera que eran demasiado pobres para cumplir con el requisito de tener propiedad), ocupar cargos públicos o asistir a la universidad, y la recientemente formada, pero cada vez más influyente Sociedad Geológica, no permitía siquiera a las mujeres asistir a las reuniones en calidad de invitados, y mucho menos convertirse en miembros. También era esgrimido en su contra el origen trabajador de Anning y la situación de su familia como disidentes religiosos, por lo que casi con toda seguridad puede afirmarse que Anning fue sujeta a discriminación en una ciudad conservadora como la de Lyme Regis. En la mayoría de los casos, las ocupaciones que sólo estaban abiertos a las mujeres de clase baja en ese momento eran los trabajos agrícolas, el servicio doméstico, y (cada vez más) el trabajo en las fábricas de reciente apertura. Aunque Anning sabía más sobre fósiles y geología que la mayoría de hombres paleontólogos a los que vendía, eran sólo estos señores los que publicaron la descripción científica de los especímenes que ella encontró, a menudo negándose a mencionar su nombre”.

Con su perro Tray
 señalando un descubrimiento
Mary trabajaba incansablemente en la recolección de restos, hiciera frío o calor, y con peligro de su vida, pues la mayoría estaban en los acantilados, donde se producían con frecuencia corrimientos de tierra tras las tormentas. En una de esas ocasiones murió su perro, que siempre la acompañaba y ayudaba, y ella estuvo a punto de correr la misma suerte. El doodle que la representaba, al que antes aludía, la retrata precisamente haciendo su trabajo en un acantilado.

En un cierto momento Mary sufrió un revés financiero por una mala inversión, pero un amigo profesor universitario de geología consiguió convencer al gobierno, a través de la Asociación Británica para el avance de la Ciencia, para que le asignara una pensión, “conocida como Lista Civil, a cambio de sus muchas contribuciones a la ciencia de la geología”.

Tras dos años de enfermedad Mary murió por un cáncer de mama a los 47 años. El escritor Charles Dickens le dedicó un artículo en su revista literaria en el que recalcaba sus méritos y las dificultades por las que tuvo que pasar. La comunidad científica se sumó a estos elogios y reconoció su labor y descubrimientos.

Mary Anning fue una mujer singular, de labor paciente y callada, piadosa, que nunca se casó, que vivió siempre en el mismo lugar y que, a pesar de su modestia y su humilde origen, llegó a ser conocida internacionalmente. Google la ha recuperado para que todos conozcamos su vida y su aportación al mundo científico. “Su trabajo contribuyó a que se dieran cambios fundamentales a principios del siglo XIX en la manera de entender la vida prehistórica y la historia de la Tierra”.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Un poco de todo (XVII)


- He borrado un comentario que me han hecho al post que hace tiempo escribí sobre Lech Walesa por encontrarlo excesivamente duro y más bien grosero. No es la 1ª vez que me encuentro con uno así, ya que la gente suele expresar poco su opinión y cuando lo hace prefiere las críticas negativas y poco constructivas a las positivas. Yo creo que cuando algo te gusta también hay que decirlo, no se debe dar por descontado.

Cuando se trata un tema como el de la política no es difícil que surjan voces opuestas a la tuya. Lech Walesa ha sido siempre una figura polémica, y sigue suscitando opiniones encontradas, pero el que me hizo el comentario era un radical de izquierda de los de colmillos afilados y espuma en la boca, desaforado, ciego, iracundo. Qué difícil es para algunos respetar la diferencia, no admitir más ideología que la suya, no desacreditar al que no piensa como tú y de forma grotesca.

El censor me acusó de no tener ni idea del tema, de opinar sobre él “de oídas”, de ser simplista, ignorante e ingenua. Soy consciente de que tiendo a pensar y a escribir de esas 3 maneras, me falta fundamento y conocimientos en muchas cosas, pero no admito descalificaciones de a saber quién. No hay verdades absolutas en política y en casi ningún ámbito de la vida.

Sigo creyendo lo mismo sobre Lech Valesa, y como yo muchísima gente, pero todos somos libres de disentir, y por supuesto a nadie se me ocurriría imponer mi criterio. Lo interesante es encontrar la manera de hacerlo sin ofender y sin ofuscarse. Detesto los totalitarismos, las ideas unívocas, la rigidez mental, la censura. Esos que defienden ideas más “libres” en teoría, se radicalizan tanto a veces que terminan convirtiéndose en esos mismos déspotas y manipuladores que pretenden erradicar. Lamentable contradicción, pero así es.

- Me han mandado de nuevo un correo que la 1ª vez que lo vi me llamó mucho la atención: una niña de unos 3 años, preciosa, realizaba las diversas actividades de su vida cotidiana con unos tubitos metidos en la nariz y conectados por un tubo más largo a un aparato que un perro, su mascota, cargaba sobre su cuerpo.

La niña padece una rara enfermedad, y gracias a la ayuda del animal podía llevar una existencia más o menos normal. Aparecía en las fotos tirándose por un tobogán en el parque, o sentada a la mesa comiendo, entre otras cosas, y en una de ellas abrazaba tiernamente al perrito, que se dejaba querer. Lo que me recuerda a lo que siempre he pensado sobre los perros lazarillos que tantas veces vemos por la calle, guiando a algún invidente. No sé hasta qué punto utilizar así a los animales es lícito o no.

Abusamos de su docilidad, de su capacidad de adiestramiento, de su nobleza natural, y por ser animal y no humano concedemos menor importancia a su vida, a sus necesidades o a lo que quiera hacer. Porque ellos también tienen voluntad aunque nosotros nos empeñemos en anulársela a fuerza de domesticación. Realmente es una cruz tener que ser el soporte de enfermos y minusválidos de por vida. Lo mismo que cuando se utilizan delfines o caballos para despertar las emociones de los autistas, ya que con los animales pueden abrir su mente como no lo consiguen hacer con sus iguales. Por algo será.

martes, 20 de mayo de 2014

8 apellidos vascos


Con 8 apellidos vascos me ha pasado lo que con otras películas que son taquilleras: no me explico la razón por la que han gustado tanto. Cómo es posible que en los tiempos que estamos la sociedad española tenga las mismas preferencias que en la época de Paco Martínez Soria o Pepe Isbert. Con mi respeto para estos señores, que en su momento nos hicieron pasar un buen rato y tuvieron su sentido, pero es que ahora es infumable. No vamos a aprender nunca, nunca vamos a evolucionar ni nos vamos a quitar el pelillo rural en la vida.

Lo de que haya batido récords de taquilla me parece algo más que preocupante. Cómo es posible que un tema como este, y con la falta de ritmo y talento que tiene la película, haya podido gustar así. Además se la compara con el éxito de Lo imposible, como si desde entonces fuera una marca que haya que superar, sobre todo porque es un film al que nunca se ha terminado de considerar totalmente español, sólo porque tuvo producción norteamericana. A cambio, nos ofrecen un producto con un tema muy “made in Spain” hecho a base de la catetez habitual en nuestro panorama cinematográfico desde tiempo inmemorial.

Nunca se le han reconocido los méritos que tiene a Lo imposible debido a la envidia, otro lacra “typical spanish”. La película que nos ocupa parte de una idea que no es mala, el contraste entre las costumbres del norte y las del sur de nuestro país (parece mentira que con lo pequeño que es haya tantas diferencias), pero luego es una chorrada tras otra. Provincianismo, paletez, estereotipos que ya estomagan, esos son los ingredientes que aderezan este film soso, aburrido y exasperante. Además se cargan las tintas en lo que a los vascos se refiere, ya que los guionistas son los mismos que hacen el programa de la ETB en el que se autoparodian. Pero no es lo mismo hacerlo en un canal de televisión que ven sólo algunos, que no a nivel nacional en las salas de cine, ahí el tema puede resultar rocambolesco y lamentable.

Lo que en la ETB me hacía gracia, aquí ya me resulta molesto e incómodo. No sé lo que opinarán allá en el norte, pero si yo fuera vasca no creo que me hiciera ninguna gracia. Ni a los andaluces que los retraten engominados, con patillas largas y chulescos, todo el día con el flamenco, el fino y el puchero. Yo pensaba que estos clichés, estos tópicos de 3 al cuarto habían pasado a la historia, pero se ve que no.

Al final el único que sale un poco bien parado es Dani Rovira, que solventa con gracia y ternura un papel que brilla sólo gracias a él, en medio de un marasmo de flojas actuaciones, y eso que él es el único que no es actor profesional. De todas maneras me encanta como monologuista, tiene un talento natural, y creo que a eso es a lo que tendría que dedicarse.

Son muchas las películas que en los últimos tiempos han escogido el tema rural como telón de fondo de sus argumentos. Como parece que a la gente le divierte, y lo importante es ser taquilleros, pues a eso se dedican las mentes pensantes. Falta talento e imaginación, es increíble que se perpetúen estos temas al cabo de décadas de cine español. A mí, llámenme apátrida, pero me resulta más interesante una película americana con trasfondo de granja que todas las que aquí se hagan sobre pueblos, establos y boinas. ¿Por qué? Porque lo importante es cómo se cuenta la historia, la magia, los diálogos, la interpretación. Lo demás no vale nada, y aquí vista una vistas todas.

Y si no ahí están películas como El sur, o El espíritu de la colmena, magníficas, hermosas, que transcurren en el medio rural pero van más allá, trascendiéndolo, sirviéndose de él para crear estados de ánimo, atmósferas, luz, esas tomas de paisajes en los que el correr de las nubes llena de sol o de sombra el campo, la meseta castellana, ese árido lugar cuya contemplación sin embargo nos relaja la mirada y la mente.

Ahora se prefiere la parodia, el producto facilón, el cine basura que se suma al resto de basuras que inundan nuestro panorama cultural. En realidad todo esto pone de manifiesto que el tema de los regionalismos no va a ser nunca superado, que seguimos ahondando en las diferencias y, llegado el caso, riéndonos de ellas en lugar de respetarlas y aceptarlas. Que cuanto más parodiemos al vecino, más lejos nos vamos a sentir de él, y más distintos todos, hasta el punto de que cuando digan que quieren independizarse, algo que ya es propio de nuestro país desde tiempos remotos, no nos parecerá tan mal, como quien despide a alguien molesto que no hace más que dar la tabarra, o a un extraño. Es igual que el mensaje final de la película sea que todos somos iguales, que las barreras sólo están en nuestras creencias y en nuestras costumbres, y que el amor, cómo no, lo puede todo. El problema es mucho más profundo que todo eso.

lunes, 19 de mayo de 2014

Yo no soy del Atleti


Qué días nos están dando los atletistas en mi barrio. Con esto de que no hacen más que ganar, una buena racha que se ha hecho esperar años, no dejan de celebrarlo montando follones. Puse en Facebook un video grabado por mi padre con una pequeña muestra de las que son capaces de organizar. En él se veía un nutrido grupo de hinchas iluminados por la luz rojiza de las bengalas que habían encendido, coreando canciones que loaban a su equipo y dando mucho porrazo al tambor. Los vecinos no tenemos derecho a descansar, un éxito como el del Atleti lo tiene que festejar todo el mundo, quiera o no.

Y en esta línea de descerebramiento se puede entender lo que me pasó ayer en la calle. Estaba yo por la tarde sentada en una marquesina esperando que llegara el autobús, leyendo un libro, cuando de repente surgió un nutrido grupo de aficionados, todos disfrazados con los colores del equipo y alguno con la bandera por encima de los hombros a modo de capa, con el calor que hacía, y coparon el lugar donde yo estaba. Eran familias, matrimonios con hijos, en las que lo que más destacaba era la camiseta del Atleti marcando los michelines de las mujeres. Una de ellas me interpeló: ”Le ha caído una buena “chapa”, me dijo en plan vamos a hablar con desconocidos e interrumpir su relax de lectura. “¿Por qué?”, le contesté intuyendo lo que me diría. “Porque la hemos venido a invadir”, me respondió. Me fijé en el mucho maquillaje que llevaba, los labios pintados de un rojo fosforito y el pelo decolorado. “Es igual, si yo llevo viviendo aquí toda mi vida”, le dije conciliadora. “Entonces será del Atleti”, me interpeló enseguida con esa lógica aplastante del hincha de a pie. “Pues la verdad que no”, le espeté escéptica y un poco confusa, a la espera de un posible linchamiento. Todos rieron, no sé si porque no se lo esperaban o porque les hizo gracia la rareza. En esos momentos el bicho raro era yo. “Pues la vamos a hacer sentir incómoda”, exclamó otra, preocupada por mi estado de ánimo. “No, si a mí me da igual”, atiné a responder. La que 1º había hablado comentó lo bien que estaba situado el edificio junto al cual nos encontrábamos, al lado del estadio. “Un buen lugar para vivir”, comentó emocionada la atletista, imaginando días gloriosos junto al santuario, asistiendo a los encuentros de su glorioso equipo sin tener nada más que cruzar la calle. Y así me dejaron por fin tranquila.

No sé si a todos los que pasan o viven junto al Bernabéu se les supone madridistas casi obligadamente, pero en mi barrio si no eres del Atético es que eres un extraterrestre. El fútbol ha resurgido como la afición mayoritariamente consumida por las masas ovejiles, y parece que todos debemos participar de ese furor. Esta pobre mujer que me preguntaba no sabía con quién hablaba, yo que siempre he dicho lo que Juan Ramón Jiménez, “a las minorías siempre”, que es también, como él dijo, “a la inmensa minoría”.

Si algo bueno puedo decir a su favor es que ya no se ponen las plumas de indio en la cabeza como solían, esa parte del disfraz la han desechado, y las pinturas de guerra sioux en la cara también. Pero el indio lo siguen haciendo igual. Lo que sí me parece intolerable es la manía de subirse a las estatuas, profanadas por hinchas, émulos de todos los rebeldes que en el mundo han sido, dedicados a tomar posiciones fortificadas, La Bastilla o lo que haga falta. En este caso Neptuno, que qué culpa tiene de semejante estupidez. Una foto esta mañana de portada en un periódico hería mi retina: uno de esos vándalos se había subido al dios del mar y, como si fuera un colega, le había colgado la bandera del Atleti en su tridente y rodeado con un pañuelo del mismo color su corona. Imagen repetida neciamente de una victoria en otra. Y la organizaron, como cuando están en mi barrio: quema de contenedores, disturbios, etc. Y lo hacen todos, no sólo los del Atleti.

Nos aburren siempre con lo mismo, no hay imaginación, ni buen gusto, ni respeto. Para mí el fútbol se está convirtiendo en una lacra social, en el opio adormecedor de cerebros. Yo no soy del Atleti, ni de ningún fútbol club.

viernes, 16 de mayo de 2014

El río Manzanares


Ventisquero de la Condesa, sierra de Guadarrama,
nacimiento del Manzanares
Hace poco hojeaba una revista sobre Madrid Río y su entorno, una publicación en papel couché con muy buenas fotografías a todo color del largo paseo creado con el soterramiento de la M-30 y negocios aledaños. En ella había una entrevista a un naturalista que decía algunas cosas que yo siempre he pensado, como creer, cuando iban a construir las zonas ajardinadas, que se parecerían más a una floresta, a un paisaje típico de los cuadros de Goya, gran retratista del entorno de madrileño, en lugar de a ese trazado tan rígido que hicieron después, que se parece a los laberintos donde colocan a los ratones en los laboratorios. Mejor está que estaba, pero se echa de menos la integración en la Naturaleza y, como decía este señor, el haber potenciado la fauna local, constreñida en un corsé de caminos y trozos de vegetación delimitados por pedruscos de dudosa armonía estética.

También pensaba, como él, que el río Manzanares ya no ha vuelto a ser el que era, y sobre este particular había charlado yo con mi hijo precisamente unos días antes de leer la revista. Todas las grandes capitales de Europa están atravesadas por un río, en torno al cual se genera siempre una gran actividad. Este cauce fluvial define a la ciudad por donde pasa, la identifica, le imprime carácter. En las márgenes de un río surge la vida, crecen los asentamientos, de él se nutre la población, su pesca, el agua para beber, asearse y lavar, el medio que usamos para llegar a otros lugares. Yo he conocido el Sena en París, el Támesis en Londres y el Rhin en Viena, y todos tienen mucha más importancia de la que se le da aquí al nuestro.

Un río como el Manzanares es un río con historia. Me encanta ver esas fotos de principios del siglo pasado, cuando las mujeres iban a sus orillas a lavar la ropa y tenderla. Hay imágenes muy bonitas junto al puente Segovia, una de mis zonas preferidas actualmente. También se ven competiciones de piragüismo, porque el río era un lugar para practicar deporte.

Cuando yo era niña se había convertido en un cauce apestoso, lleno de inmundicias, infectado de mosquitos en verano. La ciudad, en vez de rendirle el tributo que merece, depositaba en él sus vertidos, sus basuras. Se veían incontables renacuajos flotando, lo único vivo que quizá tenía. Muchos años después se lo depuró, se construyeron casetas para los patos y se pobló de una fauna ornitológica que no duró mucho. Hay quienes dicen que los chinos los cazaban para servirlos en sus restaurantes, o que había muchos más machos que hembras y durante la época del apareamiento las terminaban ahogando en su frenesí reproductor.

No hace mucho que llegaron las gaviotas, para nuestra sorpresa, pues las solemos asociar a las áreas marinas. Parece que hay pesca suficiente para calmar su apetito. Ante la escasez de alimento en los sitios donde viven, cada vez se adentran más tierra adentro para encontrar su sustento. Igual que pasa con los osos en ciertas zonas de bosques de EE.UU., y otras especies que abandonan su hábitat y van a lugares que no les son propios, para poder sobrevivir, incluso teniéndose que encontrar con el hombre, ese ser al que todos temen, y con razón.

La Almudena sobre el río Manzanares
No sé si el Manzanares podrá ser navegable alguna vez, no en todos los tramos porque hay esclusas y algunos puentes son bajos, pero es largo y habrá recorridos que sería muy agradable poder hacer navegando. Desde donde nace en las montañas, atraviesa zonas de campo libres de contaminación, y es aquí donde el agua es más fresca y limpia. No tiene tanto caudal como esos ríos europeos a los que hacía mención, pero es igualmente espectacular. Démosle el valor que se emrece y cuidémoslo si queremos disfrutar de él y de su entorno. Es un lujo un poco de Naturaleza en medio de la gran ciudad.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Ilustradores (XIII): Kike de la Rubia


Estudiante de arquitectura, no terminó nunca de sentirse a gusto en este ámbito. "Necesitaba invadir mis edificios con los habitantes de mi imposible mundo interior". Después de 4 años decidió dedicarse a la escenografía de cine, que fue y es una forma de dar salida a su creatividad. Luego dio el salto a la ilustración y a ello se dedica desde no hace demasiado tiempo. "Lo que hago, imagino, está influenciado por la arquitectura en términos de espacio y luz, y por el cine en cuanto a estilo y composición".

Kike de la Rubia ha dejado su impronta en varios libros y realiza carteles para obras de teatro de manera habitual. Su obra ha sido seleccionada en diversos concursos y certámenes y se ha expuesto en España e Italia. Últimamente está en el candelero a raíz de ser el ilustrador de la obra poética de Emily Dickinson.








martes, 13 de mayo de 2014

Reinas malditas


No me ha defraudado el libro de Cristina Morató, Reinas malditas, en el que da un amplio repaso a la vida de varias mujeres que han pasado a la Historia por sus peculiares circunstancias personales, víctimas de todo tipo de contratiempos, pero también habiendo gozado de la vida y los privilegios de su posición. Deliciosa la foto de portada, que bien podría pensarse que es la de alguna de las soberanas sobre las que trata, pero no, es el retrato de Lily Elsie (1886-1962), “cuya belleza y talento la convirtió en la actriz británica más conocida de la época eduardiana, así como en la más fotografiada”, según he podido leer.

El primer relato, el de Sissi, inmortalizada en el cine por Romy Schneider, es una de las más conocidas. Yo tuve ocasión hace años de visitar el palacio donde vivía en Austria y conocer sus costumbres, algunas de las cuales ya me llamaron la atención en su momento. Sin embargo, otras me eran desconocidas hasta que he leído este libro, como que tuviera varias hijas hasta que por fin llegó el varón, y que éste se suicidara siendo joven por un mal de amores. Su pasión por los viajes, su independencia, el gusto por la Naturaleza, el placer de los baños de mar en solitario, son algunos de los elementos que completan la visión que yo tenía de esta mujer.

De Mª Antonieta también sabía gracias a la película de Sofía Coppola. En ella se daba cuenta del lujo extremo con el que vivió, aunque sólo fue una aproximación a la verdadera reina. Detalles como lo joven que era cuando se concertó su matrimonio y llegó a la Corte francesa, su buen gusto en lo que a decoración se refiere, o lo mucho que quería a sus hijos, nos dan una idea muy alejada de la frivolidad con la que se ha tratado su figura. Me conmovió mucho la muerte de dos de sus hijos, la más pequeña por enfermedad, y el mayor, que sufrió un trato inhumano al ser separado de su madre y encerrado en una mazmorra, haciéndole creer que ella no le quería, cuando en realidad ya había sido ajusticiada. El pobre muchacho no tardaría en morir también.

La figura de Cristina de Suecia fue la que más me sedujo. Encarnada en la gran pantalla, cómo no, por la gran Greta Garbo, tenía ciertamente una apariencia masculina, una poderosa llama que atraía a todos los que la rodeaban, y un espíritu de libertad que exigió para sí a toda costa en una época en la que las mujeres vivían sometidas por normas estrictas, y más si se tenía una cierta posición. No sabía que sufrió maltrato en su niñez por una madre desquiciada, que dejó voluntariamente el trono para luego tiempo después volver a reclamarlo para sí, que viajó de un lado a otro sin rumbo fijo, abandonando sus diversos lugares de residencia cuando se cansaba o se le acababa el dinero, que fue derrochadora y bisexual, escribiendo cartas apasionadas a algunas mujeres que conoció, o que fue considerada una intelectual de su época, creando a su alrededor centros de cultura a donde acudían pensadores y artistas atraídos como abejas a la miel. Me conmueve especialmente este personaje, a la que se tachó de desequilibrada en más de una ocasión, y que sin embargo lo único que hizo fue vivir su vida lo mejor que supo sin hacer daño a nadie.

La vida de Eugenia de Montijo, eterna extranjera en la corte francesa, casada con un Bonaparte que le fue infiel casi desde el primer momento, y al que sin embargo quería, es la más desconocida para mí. Alabada por el gusto exquisito con el que se vestía, tuvo que soportar sin embargo la maledicencia de los que la rodearon, envidiosos y conspiradores, incluida su cuñada. Su hermana mayor fue su mejor amiga y confidente, y el amor que profesaba a un padre eternamente ausente debido a sus obligaciones políticas y a sus desavenencias con su madre, son las pinceladas que mejor retratan lo que fue la personalidad de esta mujer. Me emocionó especialmente la descripción de la última vez que estuvo con su padre, que pasó una corta temporada con sus hijas, a las que llevó a navegar, a nadar, al teatro y a todo tipo de actividades que normalmente no disfrutaban. Poco después él moriría por enfermedad. Eugenia de Montijo sobrevivió a su marido y a su único y adorado hijo, que falleció durante una batalla y de forma cruel, viviendo muchos años en soledad hasta su muerte.

La historia de Victoria de Inglaterra absorbió poderosamente mi interés. Otra película, hace pocos años, protagonizada por la peculiar Emily Blunt, ilustró sus inicios en la Corte británica, cuando aún era muy joven e impetuosa. Su particular forma de ser, el cambio tan radical que experimentó en la madurez, cuando se volvió tan rígida y austera, el apasionado amor que sintió por su marido, los muchos hijos que tuvo con él y el destino tan dispar de éstos, la descripción de los lugares en los que vivió, la gente que la rodeó y los sitios que visitó, son un conjunto sugestivo que parece sacado de una novela decimonónica. El suyo fue el reinado más largo jamás conocido, y murió con mucha edad.

El último relato es el de Alejandra, una alemana en la Corte rusa, con una infancia triste y un trágico final por todos conocido, el que sufrió la familia imperial. Sobre ella y los Romanov ya había tenido oportunidad de leer gracias al magnífico libro de Carmen Posadas, “El testigo invisible”, del que ya hablé en otro post. Una desconocida entre el pueblo, que nunca la quiso y la criticó por todo lo que hacía, fuera lo que fuese. Fastuosos ambientes, riquezas sin límite, y una fe profunda, que la ayudó a afrontar sus desdichas, en especial la enfermedad de su vástago, y la tragedia final. Recuerdo cuando fueron descubiertos los restos de los zares y sus hijos, que no fueron encontrados hasta muchas décadas después de su muerte, pero no sabía que les habían enterrado en un mausoleo, al que nunca faltan flores, ni que Alejandra hubiera sido canonizada como santa y mártir. Me pone los pelos de punta todo lo que pasó. No hay nada peor que vivir de espaldas a la realidad. Como en el caso de Mª Antonieta, la miseria de la gente puede hacer estallar un odio largamente acumulado que necesita chivos expiatorios.

Todas estas mujeres tienen en común el gran poder que llegaron a ostentar, la infelicidad por las continuas desgracias, la animadversación e incomprensión de su pueblo, el amor ciego a sus hijos, su enorme sensibilidad, una gran belleza en el caso de algunas, la pasión emocional y física por sus maridos (especialmente de Victoria de Inglaterra y la zarina Alejandra), y una fe inquebrantable. Al final nos preguntamos si estas personas que nacieron con tan privilegiadas posiciones fueron en realidad afortunadas. La sensación de que no somos dueños de nuestro destino y que nos vemos empujados una y otra vez a tomar derroteros que nunca hubiéramos sospechado ni querido, es la constante en estas historias. Pasamos por esta vida haciendo lo que buenamente podemos, y dejando una huella imperecedera con nuestras acciones y palabras, unas veces más acertada que otras. No juzguemos la Historia, ya que no la hemos vivido de 1ª mano, aceptémosla tal cual es.


 
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