miércoles, 28 de mayo de 2014

La sorpresa electoral de Pablo Iglesias


Reconozco que cuando he ido a votar a las elecciones europeas no me he parado a mirar las propuestas de otros partidos políticos diferentes al que yo votaba. Es lo malo de ir a tiro hecho, que le salen a una orejeras mentales y falta de interés en ver otras cosas. Pero el inesperado éxito de Pablo Iglesias, al que no conocía quizá porque veo poca televisión tertuliana y nunca determinados canales, ha hecho que me detenga en este hombre del que en Internet estoy leyendo todo tipo de opiniones.

No es cierto que sea nieto del fundador del PSOE, a pesar de la coincidencia del nombre y apellido, antes al contrario parece que le ha dado un aura de misticismo que no parece que le favorezca precisamente. Sí habla de que ha mamado la izquierda desde que nació, pues toda su familia por ambas partes es militante activa. Su padre y su pareja son comunistas, y él lo fue hasta hace 4 años. Su madre también fue una activista universitaria. La verdad es que no tenía otra.

Su discurso es prolijo y no suele dejar títere con cabeza. Parece como si tuviera las respuestas preparadas de antemano dado su velocidad de réplica en los debates, le salen a borbotones, consecuencia sin duda de una ideología incrustada a fuego en su cerebro de tal modo que no necesita reflexión: es como si insertaras una moneda en una máquina que automáticamente empieza a funcionar y ya no puede parar.

Con 35 años ya posee 2 carreras, con notas muy brillantes, un doctorado y 2 másters, además de ser profesor universitario, articulista para diversas publicaciones, tertuliano y presentador de 2 programas de t.v., entre otras cosas. Un hombre con grandes capacidades e hiperactivo, sin duda.

En alguna foto se le puede ver con alguna leve sonrisa, pero normalmente es de una seriedad adusta, y su mirada entre implacable y doliente cuando mira a cámara. Su enigmático rostro me recuerda mucho al actor Gary Oldman. Quizá su mayor encanto resida en su aparente hermetismo emocional, su circunspección que parece producto de una lucha interna nunca resuelta, el duro que viene dispuesto a salvar al país, a la Humanidad si hace falta, del mal camino por el que es conducida, pero sin pretensiones, sin pedir a cambio nada más que fidelidad a su causa.

Joven, con un físico frágil y una cara bastante inexpresiva, es la antítesis del superhéroe de capa y traje ajustado sobre cuerpo musculoso. Él está hecho para pensar, es un intelectual que ha tenido a bien compartir con nosotros el producto de sus pensamientos largamente destilados. Una filosofía la suya quizá unívoca, como todo lo que es extremo. Fundamentalismo de izquierda he leído que se le atribuye.

“Como dijo Javier Krahe a Felipe González en su canción “Cuervo ingenuo” que TVE le censuró: “Hombre blanco hablar con lengua de serpiente”, he visto en uno de sus artículos. Pero igualmente se podría atribuir la frase a él mismo: en los coloquios no duda en insultar al contrario (chorizo, sinvergüenza) aunque no se desmelene al hacerlo. A veces resulta un poco infantil, pues expone los tópicos de siempre sobre la guerra civil y el franquismo, como si él los hubiera conocido y estuviera en posesión de la verdad absoluta, o saca a relucir su brillante expediente académico para intentar quedar por encima del oponente, como el típico empollón repelente que se pone medallas. No sería extraño que hubiera sacado las mejores notas no por voluntad de perfección sino para luego esgrimir el hecho como arma retadora al enemigo.

Pablo Iglesias mezcla en sus artículos efectistas asociaciones de ideas con frases simples e ingenuas. Quizá lo que más tiene a su favor es la sencillez expositiva. Pero hay mucha ira contenida en él, su calma es obligada. El éxito de su partido Podemos en estas elecciones europeas no es sino la respuesta a la aridez del panorama político español actual. Que en tan sólo 4 meses haya conseguido tantos votos es más que llamativo.

Qué será de este hombre en el futuro es una incógnita. Seguramente volverá a sorprendernos en las generales el próximo año. Siempre he dicho que la gente de izquierda tiene un menú más variado a la hora de elegir, hay más facciones para escoger la que más se ajuste a tu ideología. En la derecha nos tenemos que conformar con lo que hay.

Parece que ellos han podido con su Podemos. ¿Pueden realmente?

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