martes, 31 de agosto de 2010

Delicias de verano

Incluso en agosto, mes árido por excelencia, puede uno encontrar delicias con qué alimentar el espíritu, ayuno como está a veces de experiencias epatantes que lo enriquezcan y le causen placer.

Cada verano, y más concretamente cada mes de agosto, llevo tiempo teniendo la fortuna de hallar pequeñas joyas que, ya sea en el ámbito de la literatura o del cine, engrandecen mi alma y ensanchan mi visión del mundo. Este año he podido encontrar en ambos algo que llevarme a la boca.

En lo que al celuloide se refiere, lo último de Depardieu. Es alguien que nunca defrauda. Aunque está más gordo y más viejo que nunca, y su nariz sigue siendo una de las más desagradables que he visto en mi vida, nos conduce a través de su entrañable forma de interpretar a un mundo cotidiano y próximo, donde aunque todo parece corriente sin embargo todo es también posible.

En Mis tardes con Margueritte, Depardieu nos lleva por los laberintos del desamor materno y la ignorancia intelectual, para situarnos ante un hombre al que la adversidad desde su infancia no ha hecho más que ennoblecer su alma. Un gigante tierno y bruto que conoce a una anciana en un parque al que ambos suelen acudir, él para comer y ella para leer, ambos para dar de comer a las palomas. Su forma casual de entablar conversación y conectar, dos personas tan diferentes, nos hace ver que la amistad y el afecto se hallan a veces en los sitios y en los seres más insospechados. Ella le leerá sus libros y él, repentinamente aficionado a la lectura, mejorará su forma de leer para poder devolverle el favor cuando se empieza a quedar ciega.

Esa y otras muchas pequeñas circunstancias que acompañan su existencia hacen que el conjunto de la historia resulte deliciosa para el espectador, acostumbrado a truculencias y efectismos carentes de contenidos.

Mi otro descubrimiento es la obra de Gerald Durrell, el hermano del más conocido Lawrence Durrell, autor de El cuarteto de Alejandría. Encontré un libro suyo por casualidad buscando otras cosas. A veces los grandes hallazgos suceden de la forma más casual. Hice lo que hago siempre que voy a comprar un libro: le echo un vistazo a la contraportada, donde suele aparecer un resumen del argumento, le echo otro vistazo a la portada y a la pequeña solapita interior donde casi siempre hay una foto del escritor-a de turno y una breve semblanza de su vida y obras. Éste además lo hojeé un poco, intentando desgranar algunas de sus claves, misteriosas aún para mí, que hicieran que el libro pudiera parecer interesante y mereciera la pena comprarlo, lo cual me pasa sólo con uno de cada cuatro libros que adquiero.

Mi familia y otros animales ha resultado ser maravilloso, de esas lecturas que deseas que no acaben nunca. Lástima no haber dado con este autor antes. En él describe las peripecias autobiográficas que pasó con su familia a mediados de los años 30 en la isla griega de Corfú, a la que llegó desde Inglaterra cuando tenía 12 años. La manera que tiene de describir la flora y sobre todo la fauna local corre pareja a la que despliega para referirse a su numerosa parentela, a la que disecciona en clave de humor como si de unos animalitos se trataran.

El libro está dedicado a su madre, y como tal es el centro de la vida familiar. No menciona su nombre de pila, se limita a escribir Madre con mayúscula. Despistada, bondadosa, protectora, afronta sola sus deberes como progenitora de cuatro hijos muy particulares al haber perdido a su marido, y lo hace con una flema británica inconfundible, intentando en todo momento no peder la compostura, aunque le resulte un poco difícil muchas veces.

Su hermano mayor Larry, el también famoso escritor al que antes aludía, es el que más me ha hecho reir, pues siempre tiene una afirmación sarcástica para todo y parece estar por encima de todo también. Los diálogos que reproduce entre todos los miembros de la tribu, su hermana Margo y su hermano Leslie incluídos, son demenciales, extravagantes, hilarantes, caóticos, nunca sabes a dónde te van a llevar, siempre bajo el escrutinio de la Madre, que intenta poner orden allá donde parece imposible que exista.

Esta mujer, curiosamente, me ha recordado un poco a mí. También yo soy blanda con mis hijos, también les protejo pero sin que se note, y también afronto en solitario la tarea de educarlos pero sin lamentaciones, de una forma quizá poco convencional. Ellos no parecen respetarla mucho ni hacerla demasiado caso, pero su presencia es esencial para el normal desarrollo de sus existencias, es el calor del hogar. Es como si estuviera en todas partes y en ninguna.

Otros personajes reales van surgiendo y todo en conjunto constituyen un delicioso y sentimental retrato de familia, visto desde la óptica de un niño que tenía tanta afición por la Naturaleza que de mayor se hizo zoólogo, y tomando como punto de referencia sus viajes por el mundo estudiando especies animales fue cuando desarrolló su faceta de escritor.

Mi familia y otros animales es el primer libro de una trilogía, y para mí creo que el mejor, que se completa con Bichos y demás parientes y El jardín de los dioses, todos referidos a su estancia en Corfú.

Las pequeñas grandes hecatombes que les suceden a Gerald Durrell y a su familia son, junto con la última película de Depardieu, las delicias de este verano.

lunes, 30 de agosto de 2010

Citas (VIII): la escritura

- “Desde muy pronto supe que la escritura, por su propia naturaleza, no podía aceptar ninguna forma de condicionamiento” (Jose Ángel Valente, poeta).

- “Escribo porque no estoy contenta. Porque no estoy conforme, ni dormida, ni ciega, ni muerta” (Ana Mª Matute, escritora).

- “Vivo para escribir y pienso que, independientemente de las circunstancias, hay que dedicar la vida a aclarar tanto el caos como el orden” (¿Quién es Weiser Dawidek?, de Pawel Huelle).

- “El scoop es la consagración de un reportaje. Tener en exclusiva mundial una información, ser el único en poseerla; también significa ser el primero en llegar a algún sitio, al lugar donde se va a producir la noticia. Todo periodista se ha fijado una regla de oro: luchar sin cesar contra todo el mundo, contra sus propios colegas también aunque sean grandes amigos, para poseer las primicias de una información” (Lucien Bodard, periodista de Le Figaro).
- “En periodismo, la exactitud y la precisión son lo fundamental. En literatura, la ambigüedad y la imprecisión son lo fundamental” (Rosa Montero, periodista).

- “El estilo es el lugar exacto y único desde donde cada escritor contempla el mundo” (id.).

- “Cada país tiene la prensa que se merece” (id.).

- “Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten” (Jorge Luis Borges, escritor).

- “El hombre recurre al lenguaje cuando deja de estar en paz con las vivencias e ideas que acuden a él en el silencio de la soledad” (El profeta, de Gibran Khalil Gibran).

- “Se quiere decir una cosa, expresar con palabras el ruido sordo de la savia que sube, pero los verbos inscritos sobre el papel no serán nunca más que una caricatura, un ensayo parcial, una inexactitud. La verdad o la belleza que nos habitan son inexpresables”.

- “Pienso en quién leerá estas páginas (…). Y le hablo. Este lector no es una masa, sino una persona. Veo sus ojos fijos sobre las líneas, mirándome a través de esta ventana que estoy abriendo entre nosotros. A través de estas palabras que brotan de mi pluma, pasaré a formar parte de su existencia; él será un poco yo mismo, y me conocerá mucho mejor que quien no me haya leído nunca” (Diario de un campesino del Danubio, de Vintila Horia ).

- “Los periodistas negros de Sudáfrica son condenadamente buenos, como todo lo que se forja en la dificultad: rabiosos, de pluma afilada, con un estupendo sentido del humor y una admirable valentía” (Maruja Torres, periodista).

- “Si pierdo las riendas de la prensa, no aguantaré ni tres meses en el poder” (Napoleón Bonaparte).

- “Me gustaría inundar el mundo de palabras, de palabras escritas”.

- “Para un periodista lo normal es lo menos interesante” (Kees von Memmelen, periodista).

- “El primer mueble en el estudio de un escritor debería ser un cesto de basura” (Ernest Hemingway, escritor).

- “A mí en literatura lo que menos me importa es la historia en sí. Lo que a mí me apasiona cuando leo es dejarme llevar por las palabras” (Paloma San Basilio, cantante).

viernes, 27 de agosto de 2010

jueves, 26 de agosto de 2010

Citas (VII): el hombre

- “El hombre es más inmenso que el mar, porque el hombre sabe que se está ahogando en él, mientras que el mar no sabe que lo está matando” (Antonio Gala, escritor).

- “¿Qué sabe nadie del mundo de los otros?. ¿Qué saben los otros de sí mismos?” (id.).

- “El ser humano siempre adolece de algo. El ser humano siempre es adolescente” (id.).

- “El hombre inmenso que habita en vosotros, el hombre inmenso del que apenas sois las células y los nervios” (El profeta, de Gibran Khalil Gibran).

- “Soy un perfecto hombre imperfecto que lo reconoce” (La cruz invertida, de Marcos Aguinis).

- “…para el hombre de nuestro tiempo el año comienza con el fin de las vacaciones de verano”.

- “Un hombre que siente remordimientos es dos veces más débil” (Spinoza, filósofo).

- “Debemos aceptarnos tal como somos; éste es el secreto de una mente y un cuerpo saludables”.

- “El tamaño de un hombre depende de su actitud” (De amor y de sombra, de Isabel Allende).

- “Adán, el primer día después de la creación del mundo (…), esa ausencia de identidad, esa sensación simultánea de juventud y de vejez, ese día inicial del mundo con dos mil años de historia y doscientos mil de prehistoria en las albardas” (El Dorado, de Fernando Sánchez Dragó).

- “Un hombre hecho costumbre hablaba del mar con sus hijos” (id.).

- “Lo único que la humanidad necesita para recobrar la cordura es un buen ataque de amnesia” (id.).

- “Conociendo al desconocido que tenemos más cerca, osea, uno mismo, conocemos un poco a los demás” (Balada de gamberros, de Francisco Umbral).

- “Aunque en el interior de su conciencia cada cual desmiente el orgulloso anhelo de bastarse a sí mismo, nadie es capaz de universalizar su hallazgo ni de acallar la sospecha de que la promesa de autonomía se cumple en los otros” (Jose Antonio Ugalde, periodista).

- “Su temperamento era el de todo un hombre de talento y consistía en una mezcla de misantropía, sensibilidad y entusiasmo. A esas características unía el corazón más ardiente y sincero que jamás haya latido en un pecho humano” (Cuentos, de E.A. Poe).

- “Nadie es dos veces la misma persona en épocas distintas. Y mucho menos en situaciones límite” (El señor de las moscas, de W. Golding).

- “La humanidad me gusta cada día más” (Un caníbal).

- “Tal vez valoramos a las personas de acuerdo con el aprecio o desprecio que sienten por nuestras opiniones sobre ellos” (W. Somerset Maugham, escritor).

- “Lo que más asusta a las personas es aquello que se aparta de sus costumbres” (Crimen y castigo, de Fiodor Dostoyevski).

miércoles, 25 de agosto de 2010

Un poco de todo (VI)

- La colmena es una de las pocas obras de Cela que he leido con gusto. El otro día que pasaron la película, la vi de nuevo y comprobé lo bien que estaba recreada la historia. Mi madre, que me ha contado cosas de la posguerra en Madrid, ya me había puesto en antecedentes de lo dura que fue para todos.

En la película se da una visión muy sombría del ambiente que se tuvo que respirar en aquel entonces. Las pequeñas historias de todos sus personajes, que son las piezas que constituyen el puzzle de una sociedad, son agridulces, cuando no amargas, dejan un rastro emocional desolado, gris, como de inexorabilidad.

Todos pretenden aparentar lo que no son, y esconden sus pecados, sus debilidades y sus vicios tras una máscara de hipocresía social que los hace parecer aún más infelices de lo que ya son. Cela hace un guiño al lector cuando destapa todos estos pequeños secretos inconfesables, como para que nosotros nos adolezcamos de tantas miserias, pero también nos burlemos de ellas, hay como algo tragicómico o esperpéntico en todo ello. Sólo el que vive un poco feliz es porque es un ingenuo, un alma de limbo, alguien que no vive en el mundo real.
El plantel de actores y actrices que aparecen en el film es de lujo. Sin ellos no se podría haber dado vida a estos seres abandonados de la mano de Dios.

- Es increíble lo que se cocina en algunos restaurantes por el mundo. He visto un japonés con sede en Nueva York que vende el consabido pescado crudo después de haberlo tenido congelado a -77 grados centígrados durante tres años. El dueño decía que a esa temperatura se puede conservar tanto tiempo y guardando el mismo aspecto y textura que cuando se congeló. Además afirmaba que este proceso era necesario para eliminar el posible anisakis que pudiera tener. Lo neoyorkinos, apiñados en el mostrador, degustaban esas exquisiteces con verdadero gusto. Poco tiene que cocinar un plato al que ni siquiera hay que pasar por el fuego, y al que con añadir algunas salsas y especias ya es suficiente.

Volvemos a la época prehistórica, cuando nuestros antepasados tenían que comérselo todo crudo porque aún desconocían la existencia del fuego. Qué grima me daba verlos comer eso.

- Esto de irse de cooperante a África no es tan sencillo como me parecía. Desde hace mucho es una idea fija en mi cabeza, y ya este año me decidí a informarme, pero desde luego no es como yo pensaba. Te tienen que dar unas nociones básicas sobre la vida allí y el tipo de trabajo que se realiza. Luego tienes que estar entre dos y tres meses como mínimo. He leído a un cooperante que escribía que para serlo no te tiene que importar cosas como levantarte a las 5 de la mañana y acostarte como las gallinas, además de soportar temperaturas muy altas. Él parecía tomarse todos esos inconvenientes con humor.

A eso añadiremos el montón de vacunas contra todo tipo de enfermedades que habrá que ponerse, y cuya reacción en el cuerpo puede ser impredecible. O ciertos trabajos  para los que siempre hay mucha demanda de gente, como es la atención a los enfermos de SIDA. Es como para pensárselo dos veces. Y, cómo no, el secuestro de cooperantes, que parece haberse puesto de moda y es la última ocupación que se han inventado, absurda a todas luces.

Yo pensaba en dedicarme a esto en las temporadas que mis hijos pasan con su padre, aunque no son tan largas como las que requiere esta ocupación, pero el día que me decida y vea cómo me va (no sé si valdré para esto), si me gusta es bastante probable que cuando ellos sean mayores me pida una excedencia por tiempo indefinido en mi trabajo y me vaya allí. No me veo, es más, no quiero envejecer y jubilarme siendo funcionaria. Necesito ser útil, hacer algo por los demás, y no cualquier cosa. Sino me parece que mi vida es vana. Y estoy segura que lo que me voy a encontrar allí, lo que la gente de África me va a dar, será mucho más de lo que les pueda dar yo a ellos, y compensará las incomodidades y cualquier duda o temor que albergue. Es una ilusión que tengo y que espero poder realizar algún día.

martes, 24 de agosto de 2010

Citas (VI): el tiempo

- “He querido que los momentos de mi vida se sucedieran y ordenaran como los de una vida recordada. Es tanto como querer agarrar al tiempo por la cola” (La náusea, de J.P. Sartre).

- “El pasado no me interesa y el mañana a lo mejor no existe. Cada vez que despierto es siempre presente” (Bob Dylan, músico).

- “Incapaces de preveer el futuro, es tal incapacidad lo que nos protege. Incapaces de cambiar el pasado, es tal incapacidad lo que nos mantiene” (Antonio Gala, escritor).

- “Yo voy siempre en busca de lo excepcional, y llevo el futuro conmigo” (De la película Carros de fuego).

- “Hoy es tan cierto como ayer, mañana lloraré este día que no supe habitar” (Carmen Martín Gaite, escritora).

- “El presente es el que atravesamos cada mañana antes de recordarnos y cada noche antes del sueño. El presente está en el estado de semiconsciencia, como una bruma” (El informe de Brodie, de Jorge Luis Borges).

- “No se puede, ni se debe, intentar borrar el pasado simplemente porque no se adapta al presente” (Golda Meir, política).

- “El ayer es sólo memoria del hoy y el mañana es el ensueño del hoy. Aquello que canta y piensa en vosotros habita aún los límites de aquel primer momento que sembró las estrellas en el espacio” (El profeta, de Gibran Khalil Gibran).

- “Hay que vivir a gusto cada minuto. Para mí el tiempo no es el tiempo que pasa, que se pierde; puede ser, al contrario, el tiempo que concibe, que aporta” (Marco Pannella, político).

- “Un hombre que duerme tiene en corro a su alrededor el hilo de las horas, el orden de los años y de los mundos. Les consulta instintivamente al despertarse y lee en ellos en un segundo el punto de la tierra que ocupa, el tiempo transcurrido hasta su despertar" (Por el camino de Swann, de Marcel Proust).

- “Me gusta ser quien soy y amo la época a la que pertenezco” (Bette Davis, actriz).

lunes, 23 de agosto de 2010

Camilo Sesto

Cuántas cosas se han dicho sobre Camilo Sesto desde que tuvo a bien regresar a este su país, nuestro país, hace unos años, después de mucho tiempo de ausencia. Él, que había sido una gran figura de la canción, perfecto tanto en lo vocal como en lo interpretativo y en lo estético, y como ser humano, volvía convertido en otra persona (en realidad ya no era el mismo cuando se marchó), alguien que guardaba un cierto parecido con el que fue un día, pero que no era él.

Y es que no hay nada peor para un artista, y más de las características de Camilo Sesto, que ver sus facultades mermadas, agotadas por tantos años de esfuerzo dando al público lo máximo que podía dar de sí. Ni tampoco comprobar cómo su música ya no se llevaba y no conseguía adaptarse a los tiempos que corrían. Pocos son los artistas que consiguen hacer eso, porque reciclarse es renunciar a la esencia de su ser, de sus raíces, para someterse a las pleitesías de las modas, siempre pasajeras, que distorsionan su estilo. Los que lo han conseguido, por lo menos aquí en España, han quedado convertidos en un híbrido extraño, ridículo diría yo, que podía llegar a ser comercial (lo que busca cualquiera es vender, seguir viviendo de esta industria, no sólo que te sigan recordando y reconociendo), pero que nada tiene que ver con la verdadera personalidad de los que iniciaron, años ha, su carrera profesional. No siempre adaptarse a los nuevos tiempos es evolucionar.

Yo recuerdo a Camilo, siendo una niña, cantando en muchos programas de televisión, en blanco y negro, y ya por entonces admiraba no sólo la belleza de su voz y de su porte, sino también ese halo de sensibilidad melancólica y a veces desgarrada que siempre tenía. Me gustaban todas sus canciones, y ahora cuando las escucho me gustan más todavía, porque sé apreciar mejor la perfección de su interpretación y el sentido de sus letras, tan profundas y hermosas.

Pocos podrían imitarle, porque su voz cambiaba de registros constantemente, desde los más graves a los más altos, sin solución de continuidad, con una maestría que nadie más que él pudo alcanzar en su estilo.

Era muy elegante, muy sencillo, muy afectuoso. Recibía el aplauso del público con verdadera gratitud, era el alimento de su alma. Sin él, no era nada.

Canciones como Melina, Algo de mi, El amor de mi vida, Si tu te vas, Mi buen amor, nos han removido algo por dentro cuando las escuchamos en su momento, todas tenían un significado profundo que iba más allá de la simple inspiración artística, todas eran dulcísimas, deliciosas y trágicas. Y su manera de moverse en el escenario, acompañando cada letra, cada melodía, expresando con todo su cuerpo y su rostro la intensidad que cada una requería, sin artificios.

La ocasión más impresionante que le recuerdo fue la última vez que interpretó a Jesucristo Superstar, cuyos registros eran verdaderamente agotadores, exigían que diera lo máximo de sí mismo. En un momento dado se quedó sin voz. Él, desesperado, se arrodilló llorando ante el público, pidiendo perdón y ocultando su cara entre sus manos porque no podía seguir. El teatro en pie le ovacionaba, interrumpida la representación. Parecía Camilo el mismísimo Jesús que ya iba a ser crucificado. Cómo me dolió verle sufrir así. Aquello fue el inicio del fin para él.

Camilo Sesto siempre interpretó con el corazón, y poco más le hacía falta para llegar al público. Al contrario de lo que se acostumbra hoy en día, cuando las actuaciones de las grandes estrellas van acompañadas de una ingente parafernalia visual y sonora, él se mostraba en solitario, siempre impecablemente vestido, ofreciendo únicamente su persona para que nosotros, su público, hiciéramos con él lo que quisiéramos.

Y ahora sucede lo mismo, en eso no ha cambiado. Se empeña en aparecer ante la opinión pública como si no hubieran pasado los años, como si siguiera siendo el que era, exponiéndose sin defensas al despiadado ojo crítico de los medios de comunicación que, desde hace mucho tiempo en este país para nuestra desgracia, se dedican a despedazar a las personas, da igual de quién se trate. Vino con su hijo, tan parecido físicamente a él y al que crió alejado de la maledicencia que él tan bien conoce, y tuvo que volver a enviarlo fuera con la excusa de que debía estudiar y buscarse un futuro profesional. A pesar de lo mal que lo trataron la última vez que estuvo entre nosotros, no ha podido dejar pasar más años sin pisar su patria, sin venir de nuevo a ella para quedarse a vivir otra vez. Pero ¿qué ha pasado desde entonces?. Especulaciones sobre su estado de salud físico y mental, sobre su orientación sexual y sobre la situación de sus finanzas, temas todos que pertenecen a la esfera de su vida privada.

La primera vez que le vi cuando reapareció me quedé estupefacta: no podía casi reconocerlo. Luego comprobé con dolor los estragos que el olvido y el tiempo pueden llegar a hacer en un espíritu sensible y entregado. Me recordó a Michael Jackson, porque también como él parecía una sombra esperpéntica de lo que fue, un muñeco roto disfrazado de un personaje que ya no era él, como si fuera una máscara grotesca expuesta al público no ya para echarnos en cara lo que habíamos hecho con su persona sino para intentar sentir de nuevo el cariño de sus seguidores y hacer que las nuevas generaciones le conociesen. Sólo consiguió que se burlaran de él.

Resultó fallido el intento, aunque ahora dice que va a dar un par de conciertos dentro de dos meses para despedirse definitivamente, como si nos debiera algo todavía. Y es justo al revés, somos nosotros los que tenemos con él una deuda impagable, porque pocos artistas se han entregado tanto y han sido postergados tanto también. Fuimos desconsiderados, no supimos agradecerle todo cuanto había hecho por nosotros, ofreciéndonos su buenhacer para que lo disfrutáramos. Y cuando ya sus fuerzas se agotaron, dejamos que se marchara sin despedirnos de él y corrimos un tupido velo sobre su memoria, como si nunca hubiera existido.

Yo desde luego no, siempre le eché de menos y noté su falta en el panorama musical, con frecuencia atroz, que siguió a su marcha. Ahora que está de nuevo entre nosotros, por encima del bien y del mal me parece a mí, le escuchaba decir el otro día, recitando la letra de una de sus más bellas canciones: “Siempre me voy a enamorar de quien de mí no se enamora”. Porque su vida sigue estando reflejada en todo cuanto escribió, y el amor tiene su lugar en el corazón, da igual la edad que se tenga. Lo mismo que él lo tiene en nuestro corazón, da igual el tiempo que pueda pasar.

viernes, 20 de agosto de 2010

De virginidad, amor y sexo

Durante estas vacaciones, viendo en el cine de verano Eclipse, la última entrega de la saga de los vampiros, hubo un momento en que me chocó enormemente algo que dijo uno de los protagonistas a su novia. Ella insistía en tener relaciones sexuales con él, pero él decía que hasta que no se casaran no las tendrían. Y me extrañó el comentario porque este concepto del amor pertenece a una época ya tan lejana, que suena casi incongruente en los tiempos que vivimos.

Leyendo críticas sobre la película, vi una que me hizo gracia. Hablaba de “castración mental”, y puede que no le falte razón: la virginidad y del sexo ya no se conciben como antaño.

Este fue un tema que salió en la conversación con mi hija en aquellos días. Yo con mis hijos no he tenido nunca tabú ninguno a la hora de tratar cualquier cosa, porque nada hay que ocultar, y porque ciertas cosas parece que aumentan la importancia que realmente tienen sólo por el veto que se les impone.

Ana va creciendo y ya empieza a tratar con chicos, algunos mayores que ella. Cuando me habla de ello (muy rara vez), compruebo lo adelantada que está en muchas cosas, y lo distinta que es a mí. Ella disfruta con el juego de la seducción, aunque sea a escala infantil-juvenil, le gusta gustar, no tiene reparos. Es como si creciera su propia estima, se considerara importante porque atrae a los chicos, que se acercan a ella como las abejas a la miel, y cuantos más años tengan más orgullosa se siente. Despertar el interés en el sexo opuesto le confiere una especie de poder, y abre para ella un nuevo horizonte, la extensión ilimitada de sus relaciones sociales que es siempre creciente.

Ana no sabe lo que es la timidez. Mira directamente a los ojos de su interlocutor, da igual quién sea, sin titubear. Ella no tiene nada que esconder, carece de complejos. Cualquiera que se enfrente a su mirada podrá ver la limpieza de su alma, y una dulzura mezclada con una cierta desfachatez. Aunque está al tanto de muchas cosas de la vida pese a su juventud, como casi todos los adolescentes de hoy en día, se ve que aún es muy inocente. Y eso me tranquiliza, pero también me inquieta al mismo tiempo, porque temo que se confíe en exceso y la puedan engañar.

Cuando le llegue el momento de mantener relaciones sexuales espero que tenga la información suficiente y el estado anímico y mental necesario como para poder disfrutar de ello sin traumas, y sin perder la cabeza. A mí me educaron, como a todos los de mi generación, con un estricto código moral por el que, entre otras cosas, había que esperar al matrimonio para poder tener relaciones sexuales. La virginidad, sobre todo la de la mujer, era una cosa muy importante que tenía que ser conservada contra viento y marea.

Ignoro si esta forma de educar tenía un fundamento religioso o simplemente ético. Yo sí tengo creencias religiosas, pero creo que muchas de las cosas que éstas nos imponen no son más que cortapisas al normal desarrollo de la personalidad. Es como que si no sigues al pie de la letra sus normas, ya no formas parte del club, y encima vas al infierno.

Y así pasa que dejas de disfrutar de muchas cosas de la vida, sólo pensando que vas a cometer un pecado y merecerás la condenación eterna. Qué horror pensar así. Pero ¿qué es lo que se quiere preservar? ¿la pureza?. ¿Acaso ésta se encuentra en las partes bajas de la gente?. La virginidad, la pureza ¿no son un estado de la mente y del alma cuando carecen de maldad?. Es lo mismo que la castidad que impone la Iglesia católica a los sacerdotes y monjas: ¿son más puros porque no tienen sexo?. Lo único que se consigue es que se conviertan en personas a medias, seres a los que se les ha amputado una parte importante de la vida de cualquier ser vivo (amor, sexo, poder formar una familia), una función natural más de las muchas que tenemos que redunda en la salud y permite que llevemos una vida plena.

No se trata de tener sexo a toda costa, como parecen transmitir los medios de comunicación y el cine, que nos aplastan con una montaña de contenido sexual aberrante, sacando a relucir sólo los aspectos más escabrosos del tema. El sexo, como cualquier otro placer, se debe disfrutar con un cierto autocontrol, porque todo lo que es placentero es adictivo, y no hay nada peor que depender de nada o de nadie para vivir.

Mi hija me decía durante estas vacaciones que no hay que esperar al amor de tu vida para tener sexo, y yo creo que está en lo cierto pero hasta cierto punto. Sólo con que te guste alguien lo suficiente y te encuentres a gusto con esa persona es suficiente, pero a mi modo de ver tendría que concurrir también el amor. Lo de que éste sea definitivo o no es algo que nunca sabremos, entre otras cosas porque decir “para siempre”, y más hoy en día, resulta aventurado, cuando no una ingenuidad.

Si conoces a la primera de cambio al amor de tu vida, pues mira qué suerte has tenido, pero si no es así ¿cuánto tiempo hay que esperar para poder llevar una vida de adulto?. ¿Y si esperas al amor de tu vida y luego no resulta serlo, como me pasó a mí?. ¿Fue mi virginidad un tesoro que entregué al final a quien menos se lo merecía?. Sí que fue así. Y aunque mi matrimonio hubiera salido bien, pensaría igual. No hay que dejar de disfrutar de todas las cosas que nos depara la existencia, con naturalidad, siempre que las circunstancias sean propicias, porque como me dijo un tío mío hace tiempo, la vida no es como una moviola que puedes dar marcha atrás, lo que no has disfrutado antes eso que te has perdido, ya no lo podrás disfrutar jamás.

Por lo que he podido leer en la Wikipedia, el virgo facilita la salida del flujo menstrual, y es una membrana con la que en realidad nacen muy pocas mujeres. Se rompe la mayor parte de las veces por otros motivos que no son las relaciones sexuales, y cuando se tiene no siempre produce dolor y sangrado al practicar sexo por primera vez.

Está muy trasnochada la idea de que, al tener sexo antes del matrimonio, ya no queda ilusión cuando te casas, porque ya está todo visto. Si la ilusión se pierde tan pronto y por tan poca cosa, buenos estamos. La virginidad es algo que han utilizado los hombres para asegurarse la posesión de las mujeres: el hombre podía estar con cuantas quisiera y era algo que demostraba su virilidad. La mujer, en cambio, tenía restringido el campo de sus relaciones personales y de no ser así es que era una cualquiera.

Esta mentalidad que en realidad debería estar ya superada, continúa existiendo en la actualidad. Y en un país machista como este en el que vivimos es algo que veo muy difícil que se pueda erradicar.

Mientras tanto contemplo a mi hija, que brota con todo su esplendor como la flor que ha sido siempre en mi jardín. Espero que sea muy consciente de todo lo que haga en la vida, y que disfrute con plenitud.

jueves, 19 de agosto de 2010

This is it (II)

A la hora de elegir a los bailarines, les dijo a sus colaboradores: “No quiero flores sin aroma”, lo que significaba que no debían guiarse sólo por la apariencia física, por la estética, sino que quería ver fuerza, pasión, que se notara que el baile era para esas personas el centro de sus vidas. Aunque pedían que tuvieran de estatura un mínimo de 1,75 cms., eligieron a uno que media diez centímetros menos por lo bien que lo hacía.

Y es que los bailarines son una extensión del propio Michael Jackson. Con él son mucho más grandes, más intensos. Todos se sentían subyugados en su presencia, cada vez que él entraba en el escenario se volvían hacia él y no podían dejar de mirarlo. Una coreógrafa les advirtió que aunque se aprendieran a la perfección los bailes, en el momento de empezar la actuación, con todo el público aplaudiendo y aullando ante la llegada de Michael, iban a sentirse asustados y creerían que se les olvidaba todo lo que tenían que hacer. Su aparición provocaba estas reacciones siempre.

Algunos de los bailarines eran muy jóvenes, llevaban poco tiempo trabajando y aprendieron mucho allí. Los más veteranos decían que en la mayoría de los sitios en los que habían trabajado solían tratarlos muy mal. Michael les hizo sentir como si fueran estrellas. Uno dijo que bailando detrás de Michael sentía toda su energía y se la transmitía a él. Otro dijo que aunque estuvieras sordo y no pudieras escuchar la música, era como si la oyeras sólo viendo bailar a Michael: su cuerpo era música cuando se movía. Hubo otro que declaró su maravillada sorpresa por las indicaciones que Michael les hacía para la interpretación en las improvisaciones, que le parecían increíbles.

Uno de los coreógrafos decía que nadie podía imitar a Michael, porque sus pasos eran muy precisos y muy perfectos, después de estar haciéndolos durante tantos años. Y es que viendo a Michael evolucionar en el escenario, no tenía nada que envidiar a sus bailares, 25 ó 30 años más jóvenes que él. Y su estilo personal, inconfundible, al que ellos sólo se acercaban. Luego hemos sabido cuando murió que en realidad lo estaba pasando mal, que tenía muchos dolores, después de toda una vida de duro trabajo, y el abuso de calmantes fue lo que ha marcado su trágico destino. Pero él nunca se quejó, no creo que nadie salvo unos pocos allegados lo supiera. Lo que sí hacía era decir "Ahora voy a reservar mi voz", o "Hoy voy a bailar un poco menos", cuando acusaba el cansancio. Con lo perfeccionista que era ensayaba hasta la extenuación, no quería dejar ningún cabo suelto.

Los bailarines parecían auténticos acróbatas de suelo. Había unos agujeros cuadrados en el suelo del escenario desde los que eran lanzados a no mucha altura, lo que llaman el “efecto tostada”.

El grupo de músicos también fue seleccionado de entre lo mejor que había y, como los bailarines, también vinieron de todas partes del mundo. Uno de ellos dijo que Michael conocía al milímetro cada nota y que lo supervisaba todo exhaustivamente. Había que procurar estar siempre preparado. Otro dijo que su música parecía sencilla, pero tocarla era complicado. Según él, esa era una de las mayores cualidades de Michael, hacer que lo complejo pareciera sencillo.

El batería, que lleva muchos años trabajando con Michael, dice que éste se asombra siempre de que sea capaz de tocar como si adivinara cada movimiento que iba a hacer. “Es como si me leyeras la mente”, tal era el grado de compenetración entre ambos.

En cuanto a los cuatro vocalistas, casi todos se iniciaron siendo niños cantando en coros de iglesia. El gospel es su raíz. Su supervisor decía que Michael usa unas armonías complejas, muy cerradas y perfectas, y hay que dominar todos los registros, porque además cada canción es diferente.

Michael era muy audaz en las innovaciones, no temía ser creativo, experimentar. Tenía una visión artística en su cabeza y hasta que no la veía materializarse no cejaba en su empeño. Quería hacer algo nunca visto hasta entonces, algo que fuera muy grande.

Utilizó una pantalla LED de proporciones gigantescas para proyectar en 3D, algo nunca usado anteriormente en un concierto.

Las entradas se pusieron a la venta cinco meses antes, a las ocho de la mañana, para 50 conciertos, y se vendieron en una hora. Con la gente que se quedó sin ellas se podrían haber hecho otros 50 conciertos o más. Ante el éxito de acogida le propusieron hacer una gira más extensa. Michael quiso entonces dar la vuelta al mundo con su espectáculo.

A él le preocupaba mucho la reacción del público después de 13 años de ausencia, pero en la rueda de prensa que dio para anunciar su reaparición fue recibido por la gente que allí estaba con tales muestras de entusiasmo que sus dudas se disiparon y comenzó el “subidón” de adrenalina, el definitivo despegue de su maquinaria emocional y física como siempre había sido desde que comenzó a dedicarse al mundo de la música.

Uno de sus colaboradores afirmó que hubiera sido extraordinario que Michael hubiera podido dar por lo menos un concierto, y que sería una gran tragedia que todo este material que se rodó durante los ensayos y que estaba destinado a engrosar la filmoteca del cantante, no se hubiera dado a conocer al gran público.

This is it ha sido el regalo que Michael quería dejarnos para rubricar su trayectoria profesional. Yo le ví hace mucho tiempo en un concierto, que fue muy breve y que no llevaba tantas cosas como las de éste. Con los años Michael Jackson se fue sofisticando, fue ideando nuevas formas de hacer música y baile, se trabajaba cada vez más sus espectáculos. Se había convertido en un artista muy completo, y muy querido pese a los intentos de destrozar su imagen y su carrera por parte de un sector que quiso aprovecharse de su fragilidad para hacerse publicitad a su costa, aunque fuera con las mayores felonías.

Nos queda este pequeño tesoro, este proyecto congelado en el tiempo, algo que ya iba a ser inminente cuando Michael murió. Es ésto, es ahora, es el momento, está aquí. This is it.

miércoles, 18 de agosto de 2010

This is it (I)

Cuando comienzas a ver el reportaje que se rodó durante los ensayos de This is it, es como si se abriera una puerta a un mundo encantado lleno de maravillas que el fatal destino hizo que no pudiéramos ver en vivo y en directo. Es el universo de Michael Jackson, repleto de magia y de fuerza. Ahora que él no está, ya nadie sabrá como él proporcionarnos esa atmósfera electrizante hecha a base de música e imaginación sin límites.

El video empieza con algunos de los bailarines que, preguntados por lo que sienten al estar allí, no pueden dejar de manifestar su emoción (algunos no consiguen reprimir las lágrimas), y su agradecimiento por tener la oportunidad de estar junto a uno de los mayores iconos de la música en el mundo, el ídolo de todos ellos desde la infancia.

Vemos a Michael moviéndose sin parar de un lado a otro, haciendo sus tan conocidos gestos con el cuerpo, incansable. Parece permanentemente descoyuntado.

Él proyectó comenzar el espectáculo con una increíble experiencia videográfica, algo que fuera muy impactante. Ideó un “hombre de luz”, una especie de robot metálico que aparecería flotando junto a una gigantesca esfera cromada muy brillante. El robot se iría abriendo por piezas para que de él saliera Michael.

En Smooth criminal introduce un montaje cinematográfico en el que se le ve entre los espectadores que están viendo a Rita Hayworth cantando en Gilda. A él le lanza uno de sus larguísimos guantes cuando termina de actuar. Luego huye perseguido por los gángsters de la película.

En la coreografía de Who’s bad utiliza un video proyectado en la pared de fondo del escenario en el que se grabó a diez bailarines que, usando efectos especiales creados por ordenador, se convirtieron en 1100. Todo un ejército bailando en perfecta sincronización, que crea un efecto óptico, una perspectiva increíbles. Para mi gusto, esta coreografía es una de las mejores del espectáculo.

El director musical dice que Michael conoce a la perfección todos los tempos de sus canciones, la clave de todas ellas. Nadie mejor que él sabe lo que sentía cuando las creó. Con él ensayaba algunos arreglos, nuevos sonidos para acompañar o introducir los temas, pequeñas innovaciones que le dan un aire nuevo a sus canciones de siempre.

En un momento dado, aparecen imágenes de los Jackson’s Five como telón de fondo. Al final de esa actuación nombra a todos y cada uno de sus hermanos y dice: “Que Dios os bendiga”. En realidad esta frase la repite casi constantemente, siempre que quiere agradecer algo. También pasaron algunas escenas de conciertos de hace años, mientras hablaban sus colaboradores durante el reportaje, y se aprecia notablemente el cambio experimentado en su persona: antes exhibía una gran potencia y mayor corpulencia física, y una actitud mucho más desafiante.

Eterna juventud es la que parece mostrar Michael Jackson. Ignoro cómo hubiera sido su rostro si no se hubiera hecho tantas operaciones, pero el resto de su cuerpo no mostraba en apariencia señales del paso del tiempo, siempre grácil y dinámico, ni su voz, eternamente melodiosa, dulce y potente a la vez.

Con Thriller, Michael sale de una araña gigante que surge por la pantalla del fondo en el video que acompaña al tema, y que recorre el escenario. Unos fantasmas hechos con telas de colores y máscaras de rostros cadavéricos sobrevuelan el recinto sujetos con cuerdas, haciendo movimientos convulsos. Los creativos del espectáculo dicen que aunque el nuevo video está rodado con las técnicas más actuales, nunca se podrá comparar con el que se rodó en su momento y que dió la fama a una canción que ha sido todo un hito en el mundo de la música y en la carrera de Michael Jackson.

El traje que lleva en Billie Jean está hecho con piedras refractarias de la luz y cristales de Swaroski. Una chica rubia le acompaña en los magníficos solos de guitarra eléctrica que tiene este tema y en los de las demás canciones. Es muy buena. La intención de Michael es quitarse la chaqueta al final de la interpretación, tirarla al suelo y que ésta arda.

Se intercalan todo el tiempo las opiniones de los miembros de su equipo sobre el protagonista. Uno de sus músicos dice de él que es bueno y humilde. Se ve a Michael en un momento dado pidiendo perdón porque se ha equivocado al introducir una estrofa en una canción. Aparte de bondad y humildad, este artista lo que tiene es una educación exquisita.

Con Earth song Michael canta un tema que es inédito para mí, dedicado a la Naturaleza. “Amo este planeta”, dice en el video clip, en el que nos muestra una selva maravillosa, llena de colores y pequeños insectos, y una niña caminando por ella. Luego la niña se queda dormida y cuando despierta se encuentra que todo está calcinado. Michael quería hacer como que ella salía de la pantalla cuando terminara la canción, seguida por una gigantesca excavadora que todo lo arrasa. El director artístico le sugirió un final feliz, pero él se mostró inflexible en eso. “Nada de finales felices”, dijo. Pretendía que el público tomara conciencia de la cruda realidad que amenaza nuestro mundo.

Se le criticaba cuando murió este afán que él tenía: ñoñería pacifista y planetaria, nadería universal. Cada cual tiene derecho a sentir a su manera el mundo en el que vivimos, y él lo sentía así. ¿Acaso es mejor hablar sólo del lado oscuro de la Humanidad?. Por lo visto no somos libres de elegir nuestra visión del mundo, ni de alzar nuestras voz de la forma como creamos más conveniente. Él la alzó, y de qué manera. Yo particularmente sintonizo con él absolutamente, con su forma de concebir la Creación.

En Beat it, la canción que a mí más me gusta, se desplaza sobre una gigantesca grúa por encima del escenario y del público, hasta llegar al centro del estadio. Éste era uno de los números favoritos de Michael.

Uno de los músicos dice que ha trabajado con muchos artistas y que la emoción y la intensidad que Michael despierta durante sus conciertos no es comparable a la de ningún otro artista conocido.

El espectáculo termina con la proyección en la gran pantalla del fondo de un avión que se desplaza lentamente por una pista de aterrizaje, mientras el estadio es sacudido por un estruendo enorme. Michael y todo el equipo suben por unas escaleras hasta la altura de la puerta, que se hace coincidir con un hueco abierto en la pantalla, tras el cual desaparecerán después de saludar al público.

Michael tiene un momento para dedicar unas palabras a su equipo, reunido en torno a él en el escenario, con las que entre otras cosas les insta a que den lo mejor de ellos mismos, que tengan tesón, y también paciencia y comprensión. Dice que los fans buscan experiencias nuevas, que quieren evadirse. Tienen que ver talento. “Les llevaremos a lugares donde nunca han estado”. Todos le aplaudieron y dijeron muchas veces su nombre.

martes, 17 de agosto de 2010

Citas (V): el pensamiento

- “La historia del pensamiento es el esfuerzo que hace el hombre desde distintos puntos de vista para intentar hacerse consciente”.

- “El fanático es aquel que absolutiza para todos su verdad”.

- “Los pensamientos, al igual que el hombre, llega un momento en que se agotan y mueren. Poseemos sólo pequeñas verdades; la verdad absoluta está en Dios”.

- “Tenemos que instalarnos en el ser y no en el correr del devenir, en nosotros mismos y no en los acontecimientos”.

- “Cuando no se piensa lo que se dice es cuando se dice lo que se piensa” (Jacinto Benavente, escritor y dramaturgo).

- “La conciencia es, en el individuo, el guardián de las reglas que la comunidad ha creado para su propia conservación" (W. Somerset Maugham, escritor).

- “La mayoría de la gente vive con ideas prestadas”.

- “Siempre es mucho más fácil hacer llorar o sorprenderse a la gente que hacerla pensar” (Golda Meir, política).

- “El fanatismo es una forma violenta de la estupidez” (Pedro Ruiz, humorista).

- “Poder aprovechar todas las experiencias desembocando en una síntesis con la conciencia de lo inenarrable que debería obsesionar nuestra modestia”.

- “Todavía no se ha resuelto la cuestión de si la locura es o no la forma más elevada de la inteligencia, si mucho de lo glorioso, si todo lo profundo, no surgen de una enfermedad del pensamiento, de estados de ánimo exaltados a expensas del intelecto general” (Cuentos, de E.A. Poe).

- “Nadie conseguirá hacer pagar impuestos a los pensamientos” (Martin Luther King, dirigente pacifista).

- “No pienses, no esperes nada, intenta sólo experimentar”.

- “ A todos pertenece lo que pienses. Sólo es tuyo lo que sientes. Si quieres que sea tuyo lo que piensas, habrás de sentirlo antes”.

- “Investigar es ver lo que otros ven y pensar lo que otros no han pensado” (Hans Adolf Krebs, científico).

lunes, 16 de agosto de 2010

Mis actores favoritos (IV): Sean Connery

Es muy particular la forma como ha evolucionado Sean Connery a lo largo de los muchos años que lleva dedicado al mundo de la interpretación, no sólo en su forma de actuar sino sobre todo en lo que se refiere a su físico.

Le recuerdo en sus primeras películas, luciendo una cabellera espesa y negra como el azabache, los ojos enormes y oscuros. Su altura y su porte lo hacían ideal para papeles de galán, y sí lo fue en más de una ocasión, pero un galán alejado de los romanticismos acaramelados a los que nos tiene acostumbrados Hollywood. Él transmitía ante todo una imagen de hombre absoluto, total, de macho, de aquí estoy yo porque he llegado, pero con mucha naturalidad, era algo innato en él, y sin presunción, sin alardes.

Pero lejos de ser el típico flirteador que está con todas y con ninguna, él aportaba una apariencia de estabilidad, de seguridad, de madurez aún cuando era muy joven, de apostura viril sin exhibicionismos. Había nobleza en su actitud, y daba siempre la impresión de estar por encima de la mayoría de las cosas, aunque no a la vuelta de todo. Su mirada tenía una cierta picardía, como una invitación a conquistar y ser conquistado, pero sin prisas, disfrutando del momento. Era una clase de galán que parecía decirle a una mujer que con él estaría a salvo de cualquier mal, transmitía confianza, seguridad. Y en esa línea lo recuerdo con sumo deleite en “Marnie la ladrona”, donde se erigía en inesperado y altruista protector de una bella y misteriosa rubia que había perdido el norte ya desde su infancia, y que se dejaba llevar muy a su pesar por él.

Su etapa como Bond, el agente 007, fue salvada con elegancia a pesar del chirriante argumento que siempre ha acompañado a esta saga, con un personaje monotemático y machista que se pasa todo el tiempo haciendo lo mismo. Él ha sido el actor más convincente de los muchos que han interpretado este papel.

Con los años fue perdiendo pelo, se dejó bigote y se convirtió para mí en uno de los hombres maduros más interesantes que conozco. Él es la prueba viviente de que hay personas que con el transcurso del tiempo mejoran como los buenos vinos. La intención de su mirada se tornó de pícara y seductora a profunda y oscura, de esas que parecen atravesar el alma por su quietud y su gravedad. Sean Connery es un hombre de carácter, con una fuerte personalidad, enérgico cuando la ocasión lo requiere, suave y paciente cuando es necesario.

Y así se le puede recordar en “El nombre de la rosa”, en el papel de un monje investigador de crímenes, sumamente sagaz e inteligente (el misterio de la trama argumental no habría sido lo mismo si no lo hubiera conducido él), en una de las películas de la saga de Indiana Jones como humorístico y aventurero padre del protagonista (me encanta), y en “Los intocables de Eliot Ness”, en la que hace de policía entrañable y bruto, valeroso, honestísimo e incorruptible que es capaz de dar su vida por el cumplimiento de la ley (aquí me llegó al corazón).

Larga y variada ha sido la trayectoria de Sean Connery, este escocés recalcitrante partidario de la independencia de la tierra que le vió nacer, que empezó trabajando en todo tipo de cosas (levantando pesas y participando en un concurso de Mr. Universo), y que se ha ido abriendo camino en el mundo de la interpretación a base de inteligencia y perseverancia. Hace un tiempo declaró que se retiraba del cine porque se encuentra ya cansado. Dicen que lleva años enfermo. Por qué será que los hombres como él nos parecen incombustibles, eternos, firmes como una roca, no creemos que puedan desaparecer nunca porque nos son imprescindibles.

viernes, 13 de agosto de 2010

Citas (IV): el amor -II

- “No todas las personas tienen alma, pero las que han amado sí (…). La salvación individual es imposible; sólo a través de otro ser parece probable encontrar algo de valor en la propia individualidad que la justifique y la proyecte. El amor así planteado, más que un sentimiento recíproco de entrega, aparece como una muleta que compensa las deficiencias esenciales y la cobardía existencial (Laura Krauz, periodista).

- “Si no hay libertad en el amor, éste se convierte en rutina” (Jeanne Moreau, actriz).

- “La libertad en el amor es darse, entregarse. Ahora las mujeres no se dan, se abandonan. A veces las recogen. A veces no” (id.).

- “En el amor otorgado sin ser yo digno, reconocí el principio de su ansioso, de su ardiente deseo de vida”.

- “Miserable es el amor que puede ser medido” (Shakespeare, escritor y dramaturgo).

- “El amor se basa en las relaciones que descansan en una mútua identificación intelectual y afectiva”.

- “La premisa de sus relaciones amorosas consistía en que eran dos personas independientes, que se necesitaban mutuamente durante un tiempo, que serían siempre amigos pero, probablemente, no serían siempre amantes. Esa premisa prohibía la intrusión del futuro, o una exhibición demasiado vívida de la necesidad” (De la película Another country).

- “El cariño, la ternura, la lealtad, la amable seguridad que da el saberse movimientos únicos, mutuamente sincronizados, de un irreversible juego de ajedrez" (Maruja Torres, periodista).

- “La relación de ambos era perfecta porque estaba basada en los sólidos principios de la total aceptación mútua y la capacidad para burlarse juntos de casi todas las cosas de la vida”.

- “Algunas personas se asustan ante la intimidad que requiere formar una familia. Algunos lo soslayan trabajando mucho; otros haciendo buenas obras… pero eso no es vida. Lo importante no es lo que haces, sino para quién lo haces” (De la serie de televisión Treinta y tantos).

- “El enamorado se siente entregado totalmente al que ama, no importa que la entrega corporal o espiritual se haya cumplido o no. Es más, cabe que la voluntad del enamorado logre impedir su propia entrega a quien ama en virtud de consideraciones reflexivas (decoro social, moral, dificultades de cualquier orden). Lo esencial es que se sienta entregado al otro, cualquiera que sea la decisión de su voluntad.

Y no hay en esto contradicción, porque la entrega radical no la hace él, sino que se efectúa en profundidades de la persona mucho más radicales que el plano de su voluntad. No es un querer entregarse: es un entregarse sin querer”.

- “La pasión es la degeneración del amor. En ella no hay ni encanto ni entrega. Es una obsesión, una idea fija, una manía. Así cabe una enorme pasión sin contenido apreciable de amor”.

- “Para ser encantados necesitamos ante todo ser capaces de ver a otra persona, y para esto no basta con abrir los ojos. Hay que ser vitalmente curioso de humanidad. Pero esta curiosidad es un lujo que sólo pueden poseer organismos con alto nivel de vitalidad. El débil es incapaz de esa atención desinteresada y previa a lo que pueda sobrevenir fuera de él, y me refiero a una debilidad espiritual, no corpórea”.

- “El deseo tiene un carácter pasivo; lo que el deseo al desear es que el objeto venga a mí. El amor tiene un carácter activo: soy yo quien va al objeto y estoy en él”.

- “En rigor, el amor puro es aquel que no se realiza, todo tensión, afán, anhelo”.

- “No permitas que los años que pasaste junto a mí se conviertan en un recuerdo” (El profeta, de Gibran Khalil Gibran).

- “El amor no conoce su hondura hasta el momento de la separación” (id.).

- “Al amar, hay que ser herido por nuestro propio conocimiento de ese amor” (id.).

- “El amor que no busca más que la dilucidación de su propio misterio, no es amor sino una red que lanzada sólo recoge lo inútil. El amor sólo debe buscar la consolidación del espíritu” (id.).

- “Las necesidades del hombre cambian, pero no su amor, ni su deseo de que este amor satisfaga sus necesidades” (id.).

- “Una corriente de melancólica ternura había estado fluyendo y refluyendo dentro de él: se había enamorado” (Retrato del artista adolescente, de James Joyce).

- “Él combinaba la fuerza y la seguridad viriles con la rara cualidad de la dulzura” (De amor y de sombra, de Isabel Allende).

- “Hay que hacer el amor amando” (id.).

- “No puedes irte dejándome este amor desmesurado y la vida por delante para vivirla sin ti” (id.).

- “¡Peligroso asunto ese de la solicitud!. Desde muy niño había dejado de creer en el afecto de las personas que se necesitaban y menos aún creía en la turbia y masónica relación que esas personas entablaban entre sí, una relación de apisonadora que anulaba toda posibilidad de individualismo compartido y que sumergía a los seres humanos (e inhumanos) en una especie de hormigonera concebida para levantar sobre ellos una cruel e inútil superestructura de amor y falsa seguridad” (El Dorado, de Fernando Sánchez Dragó).
- “Te querré durante una o dos eternidades” (id.).

- “Un amor sin titubeos es un amor sin mentiras, sin trucos, sin equívocos” (id.).

- “Hay un amor previo al hombre o a la mujer, y un amor nacido del hombre o de la mujer. Y sólo la segunda forma de amor puede convertirse en milagro capaz de saldar indisolublemente a dos personas de tal modo que contra ellas no prevalezca el paso del tiempo (…). Por encima del miedo y la decadencia está el amor-complicidad, el amor-encuentro, el amor-milagro” (id.).

- “¿No sabes que el amor despeina?” (id.).
 
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