miércoles, 18 de agosto de 2010

This is it (I)

Cuando comienzas a ver el reportaje que se rodó durante los ensayos de This is it, es como si se abriera una puerta a un mundo encantado lleno de maravillas que el fatal destino hizo que no pudiéramos ver en vivo y en directo. Es el universo de Michael Jackson, repleto de magia y de fuerza. Ahora que él no está, ya nadie sabrá como él proporcionarnos esa atmósfera electrizante hecha a base de música e imaginación sin límites.

El video empieza con algunos de los bailarines que, preguntados por lo que sienten al estar allí, no pueden dejar de manifestar su emoción (algunos no consiguen reprimir las lágrimas), y su agradecimiento por tener la oportunidad de estar junto a uno de los mayores iconos de la música en el mundo, el ídolo de todos ellos desde la infancia.

Vemos a Michael moviéndose sin parar de un lado a otro, haciendo sus tan conocidos gestos con el cuerpo, incansable. Parece permanentemente descoyuntado.

Él proyectó comenzar el espectáculo con una increíble experiencia videográfica, algo que fuera muy impactante. Ideó un “hombre de luz”, una especie de robot metálico que aparecería flotando junto a una gigantesca esfera cromada muy brillante. El robot se iría abriendo por piezas para que de él saliera Michael.

En Smooth criminal introduce un montaje cinematográfico en el que se le ve entre los espectadores que están viendo a Rita Hayworth cantando en Gilda. A él le lanza uno de sus larguísimos guantes cuando termina de actuar. Luego huye perseguido por los gángsters de la película.

En la coreografía de Who’s bad utiliza un video proyectado en la pared de fondo del escenario en el que se grabó a diez bailarines que, usando efectos especiales creados por ordenador, se convirtieron en 1100. Todo un ejército bailando en perfecta sincronización, que crea un efecto óptico, una perspectiva increíbles. Para mi gusto, esta coreografía es una de las mejores del espectáculo.

El director musical dice que Michael conoce a la perfección todos los tempos de sus canciones, la clave de todas ellas. Nadie mejor que él sabe lo que sentía cuando las creó. Con él ensayaba algunos arreglos, nuevos sonidos para acompañar o introducir los temas, pequeñas innovaciones que le dan un aire nuevo a sus canciones de siempre.

En un momento dado, aparecen imágenes de los Jackson’s Five como telón de fondo. Al final de esa actuación nombra a todos y cada uno de sus hermanos y dice: “Que Dios os bendiga”. En realidad esta frase la repite casi constantemente, siempre que quiere agradecer algo. También pasaron algunas escenas de conciertos de hace años, mientras hablaban sus colaboradores durante el reportaje, y se aprecia notablemente el cambio experimentado en su persona: antes exhibía una gran potencia y mayor corpulencia física, y una actitud mucho más desafiante.

Eterna juventud es la que parece mostrar Michael Jackson. Ignoro cómo hubiera sido su rostro si no se hubiera hecho tantas operaciones, pero el resto de su cuerpo no mostraba en apariencia señales del paso del tiempo, siempre grácil y dinámico, ni su voz, eternamente melodiosa, dulce y potente a la vez.

Con Thriller, Michael sale de una araña gigante que surge por la pantalla del fondo en el video que acompaña al tema, y que recorre el escenario. Unos fantasmas hechos con telas de colores y máscaras de rostros cadavéricos sobrevuelan el recinto sujetos con cuerdas, haciendo movimientos convulsos. Los creativos del espectáculo dicen que aunque el nuevo video está rodado con las técnicas más actuales, nunca se podrá comparar con el que se rodó en su momento y que dió la fama a una canción que ha sido todo un hito en el mundo de la música y en la carrera de Michael Jackson.

El traje que lleva en Billie Jean está hecho con piedras refractarias de la luz y cristales de Swaroski. Una chica rubia le acompaña en los magníficos solos de guitarra eléctrica que tiene este tema y en los de las demás canciones. Es muy buena. La intención de Michael es quitarse la chaqueta al final de la interpretación, tirarla al suelo y que ésta arda.

Se intercalan todo el tiempo las opiniones de los miembros de su equipo sobre el protagonista. Uno de sus músicos dice de él que es bueno y humilde. Se ve a Michael en un momento dado pidiendo perdón porque se ha equivocado al introducir una estrofa en una canción. Aparte de bondad y humildad, este artista lo que tiene es una educación exquisita.

Con Earth song Michael canta un tema que es inédito para mí, dedicado a la Naturaleza. “Amo este planeta”, dice en el video clip, en el que nos muestra una selva maravillosa, llena de colores y pequeños insectos, y una niña caminando por ella. Luego la niña se queda dormida y cuando despierta se encuentra que todo está calcinado. Michael quería hacer como que ella salía de la pantalla cuando terminara la canción, seguida por una gigantesca excavadora que todo lo arrasa. El director artístico le sugirió un final feliz, pero él se mostró inflexible en eso. “Nada de finales felices”, dijo. Pretendía que el público tomara conciencia de la cruda realidad que amenaza nuestro mundo.

Se le criticaba cuando murió este afán que él tenía: ñoñería pacifista y planetaria, nadería universal. Cada cual tiene derecho a sentir a su manera el mundo en el que vivimos, y él lo sentía así. ¿Acaso es mejor hablar sólo del lado oscuro de la Humanidad?. Por lo visto no somos libres de elegir nuestra visión del mundo, ni de alzar nuestras voz de la forma como creamos más conveniente. Él la alzó, y de qué manera. Yo particularmente sintonizo con él absolutamente, con su forma de concebir la Creación.

En Beat it, la canción que a mí más me gusta, se desplaza sobre una gigantesca grúa por encima del escenario y del público, hasta llegar al centro del estadio. Éste era uno de los números favoritos de Michael.

Uno de los músicos dice que ha trabajado con muchos artistas y que la emoción y la intensidad que Michael despierta durante sus conciertos no es comparable a la de ningún otro artista conocido.

El espectáculo termina con la proyección en la gran pantalla del fondo de un avión que se desplaza lentamente por una pista de aterrizaje, mientras el estadio es sacudido por un estruendo enorme. Michael y todo el equipo suben por unas escaleras hasta la altura de la puerta, que se hace coincidir con un hueco abierto en la pantalla, tras el cual desaparecerán después de saludar al público.

Michael tiene un momento para dedicar unas palabras a su equipo, reunido en torno a él en el escenario, con las que entre otras cosas les insta a que den lo mejor de ellos mismos, que tengan tesón, y también paciencia y comprensión. Dice que los fans buscan experiencias nuevas, que quieren evadirse. Tienen que ver talento. “Les llevaremos a lugares donde nunca han estado”. Todos le aplaudieron y dijeron muchas veces su nombre.

No hay comentarios:

 
MusicaServicios LocalesContadorsAnuncios ClasificadosViajes