viernes, 22 de noviembre de 2013

Emociones tóxicas (X): la frustración


Todos los seres humanos fuimos creados de tal manera que tenemos el anhelo interior, desde pequeños, de alcanzar metas. El deseo de cumplir nuestros sueños está en nuestra naturaleza.

Además del enojo, la otra reacción es la resignación y la tristeza. Una persona triste se vuelve melancólica, retraída, solitaria. Resignada ante la situación negativa que le ha tocado vivir, se conforma diciendo “bueno, es lo que me ha tocado a mí”.Alguien frustrado también se volverá extremadamente sensible a todo aquello que le recuerde su fracaso y sentirá mucha angustia cuando se encuentre en una situación similar. Ese dolor que siente que no es capaz de superar puede llevar a la persona a arriesgarse cada vez menos en la vida, aunque no esté satisfecha, porque querrá evitar una nueva decepción.

Una persona intolerante, por lo general, en su infancia fue sobreprotegida, en su infancia todo era no. Tuvo muchas carencias.

Quien vive y se siente frustrado acumulará tanto dolor en su alma que, en determinado momento, necesitará adormecer sus emociones, huir de ese dolor, y lo hará de muchas maneras, con cualquier comportamiento compulsivo.

“La postura más inteligente es dejar de lamentarnos del tiempo que nos falta y aprender a disfrutar de las cosas sencillas que se pueden hacer en poco tiempo” (Margarita Rojas).

Busca estar con aquellos que añaden valor a tu vida.

No pongas expectativas en las personas, porque, quieran o no, tarde o temprano te van a fallar.

Aumenta tu círculo de contactos. No esperes nada de nadie.

Una persona que vive con frustración es aquella que ha dedicado su vida a agradar a los demás y que ha permitido que otros elijan por ella.

Una persona que tiene un sistema de creencias cerradas, aunque tenga metas y lo intente una y otra vez, va a sentir que nunca llega al objetivo y, por ende, se frustra.

Si eres una persona que ha decidido no vivir en frustración sino que se ha dispuesto a vivir más sanamente y recibiendo lo que se merece, estarás preparado para recibir un “no” como respuesta, estarás listo para poder decir “no” a lo que no quieres, sabrás también sentirte libre de toda culpa y habrás entendido que perdonar y perdonarte es el primer paso que necesitas dar para sentirte libre y feliz.

Cuando cedes todo el tiempo pierdes tu dignidad. Características de una persona digna:

a) Se conoce a sí misma. “Escucha tus emociones, no las ignores, y procura expresarlas por los canales adecuados, de lo contrario te harán daño” (Margarita Rojas).

b) Lidera tu propia vida. No puedes vivir según lo que los demás piensan, sienten o actúan. Soltarte de todo lo que hasta hoy te ha mantenido atado.

c) Confía en su criterio y cree en sí misma, aunque cometa errores. Cada error le enseña al hombre algo que necesitaba aprender.

d) Establece prioridades. Es importante saber decir “no” a lo secundario. Vas a ser libre del estrés, de la frustración y de todo aquello que no quieres hacer.
Una persona digna establece límites claros y no permite todo en su vida. Pon límites a todo lo que no sea bueno para ti.

e) Se dedica tiempo a sí misma. Disfruta los momentos de soledad para hacer las cosas que más te gustan, para relajarte.

f) Tiene dos características: tenacidad y determinación a pesar de los obstáculos. Una persona digna no vive en un mundo de fantasía, del “cómo me gustaría que eso me pasara a mí”. Por el contrario, nunca se queda quieta, se mueve y, mientras está en movimiento, las cosas ocurren. Persigue tus sueños.

Estrategias para sanar la frustración y disfrutar de la vida al máximo:

1) Identifica todos los objetivos que todavía no has logrado alcanzar.

2) Busca objetivos alternativos. Si has perdido un sueño, por más grande que haya sido, busca otro y haz todo lo necesario para que se convierta en realidad. Transforma tus necesidades en motivaciones.

3) Acepta los obstáculos que se presenten. Para intentar algo nuevo que nunca has probado. Para mejorar y crecer. Permanece positivo y expectante ante la posibilidad de cosas buenas aún en medio de las dificultades.

4) Date permiso para cometer errores. Cambia los pensamientos de derrota por pensamientos de éxito.

5) Libérate de toda culpa.

6) No deposites expectativas sobredimensionadas en gente o circunstancias. No esperes nada de nadie. No idealices a nadie.

7) Concéntrate en las cosas que sí has podido lograr hasta ahora. Felicítate y aliéntate por ellos. No necesitas que otra persona venga a hacerlo. Te ayuda a construir una autoestima sana.

8) Sé compasivo contigo mismo. No te castigues. Perdonarse es aprender a vivir sin cargas, sin pasado que nos haga daño. Perdonarnos es liberarnos del dolor, de la angustia, de los recuerdos, y volver a empezar.

Nunca te des por vencido.

No eres viejo por la edad que tienes. Eres viejo cuando no tienes un propósito claro en la vida y cuando dejas de soñar.

Renuncia al enfado, a la tristeza, a la culpa. No permitas que sigan robando tu alegría y tus ganas de vivir.

Que los obstáculos que se presenten sirvan solamente para que algo nuevo salga de ti: nuevas ideas, nuevas oportunidades, nuevas fuerzas. Espera siempre lo mejor de la vida. Ensancha tu visión.

(Del libro de Bernardo Stamateas)

jueves, 21 de noviembre de 2013

Un poco de todo (XIX)


- No entiendo nada. Terroristas con delitos de sangre excarcelados, un violador múltiple y asesino otro tanto de lo mismo… y porque han derogado la doctrina Parot ¡¡¡???? Estamos perdiendo el norte, si es que alguna vez lo hemos tenido. Son cosas que atentan contra el sentido común, la ética y la justicia, si es que así la podemos llamar a la vista de lo que está sucediendo. Nos estamos volviendo locos. No entiendo nada.

- Menudo mafioso el tal Adelson. Manipula a nuestros dirigentes políticos a su antojo, y hasta que no consiga ver cumplidas todas sus exigencias no va a parar. Al final construirá su horroroso Eurovegas, que ya sólo el nombre me da grima.

He leído que está siendo investigado por la justicia de EE.UU. y China por su supuesta implicación en sobornos, blanqueo de capitales y otras lindezas por el estilo. Y un tipo de esta calaña viene ahora a cambiar nuestras leyes y lo que haga falta si queremos tener aquí sus negocios millonarios, como si nos estuviera haciendo un favor. Si logra su propósito no tardaremos en ver llegar hordas mafiosas de toda especie (prostitución, drogas,armas) a campar por sus respetos y a hacer caja, que es de lo que se trata, esa es la “inyección” que necesita nuestra depauperada economía por lo visto.

Me da repelús ver las fotos de este señor con sus trajes, su extraño y escaso pelo color rojizo que parece un animal muerto, y su mezquina sonrisa, apoyado en su bastón de ricachón. Debe tener más años que la polca, pero ahí sigue como si tal cosa, haciendo negocios sin parar, incrementando su ya considerable fortuna. Y parece importarle bien poco el resto del mundo. Quizá ese sea el secreto de su longevidad y su riqueza, ir a tu bola, pasando por encima de quien haga falta.

- ¿Qué les pasa a algunos dirigentes de los países sudamericanos? 1º la extraña muerte de Hugo Chávez, que estaba más fuerte que un toro y que en poco tiempo se fue al otro mundo, y después la Kirchner, que lucía tan fresca y asiliconada y ahora su salud ya no ha vuelto a ser la misma. Serán esas manos negras que se dice rigen los destinos del mundo desde hace décadas. Pueden parecer una paranoia todas estas teorías conspiratorias, pero son tantos los sucesos extraños, repentinos y truculentos que se han producido a lo largo de la historia reciente, que no puedes dejar de pensar que el azar tiene poco que ver con ello.

Leí hace mucho tiempo que una organización en la sombra, más fuerte y poderosa que la CIA, la KGB y todas las inteligencias mundiales juntas, que en realidad no lo son tanto a la vista de muchos de sus resultados, es la que mueve los hilos de nuestro destino, la que decide quiénes le convienen y quiénes no entre los dirigentes de toda especie y país.

Los Kennedy y sus asesinos fueron un ejemplo de ello, simples peones en el tablero de ajedrez de intereses ajenos, y Marilyn, arrastrada en ese torbellino de secretos oficiales que había que salvaguardar. Nunca se le ocurrió que el trato con los hermanos presidentes no era precisamente andar en buenas compañías. Ella, una chica de origen humilde e infancia traumática, se enredó sin darse cuenta en la misma espiral de violencia e inhumanidad que en realidad la habían acompañado toda su vida.

Ahora los dirigentes sudamericanos que abren demasiado la boca o acumulan excesivo poder en torno a sí están expuestos a que les pase algo. A Hugo Chávez dijeron que lo habían envenenado con polonio, como al espía ruso aquel, caso terrible que conmovió al mundo. Últimamente se comenta que también murió así Yasir Arafat. Pero como a los muertos de esta clase se los entierra enseguida y se les echa mucha tierra encima, para que descansen en paz ellos y sus asesinos, es difícil demostrarlo.

Todo esto suena a película de intriga y espionaje, un tipo de cine que nunca me ha interesado por cierto, pero que quizá se parezca peligrosamente a la realidad.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Deliciosas sugerencias


Con frecuencia es fácil no encontrar nada interesante cuando te pones frente al televisor, por muchos canales con los que contemos en el Digital, pero en otras ocasiones la casualidad hace que podamos disfrutar de más de un programa en un rato perdido, de esos que te hacen gozar de forma inesperada de suculentas propuestas.

Fue con Callejeros viajeros o alguno de esos programas que tienen nombres parecidos e idénticos contenidos. Hacía tiempo que no veía uno. Aparecían españoles en Las Maldivas, en medio de un paisaje de ensueño. Un matrimonio con una hija llevaba uno de esos hoteles típicos de allí, cabañas de madera a pie de playa montadas con un lujo discreto y exótico. En sus ratos libres buceaban en las aturquesadas transparencias del Índico. Ella nos mostraba, haciéndola deslizar en sus manos, de qué estaba hecha esa arena tan blanca, que no era tal si no conchas, corales y diversos crustáceos pulverizados.

Otra familia, matrimonio con dos hijos, mientras disfrutaba del agua nos decían que el viaje les había costado nada menos que 3.000 € por persona. Ella decía que era una ocasión excepcional, para celebrar su 40 cumpleaños, pero que no siempre se podían permitir semejante gasto.

Otro matrimonio, sin hijos, recorría Las Maldivas en un gran barco en el que alojaban a turistas. Tenía un pequeño jacuzzi en la cubierta superior. Habían llegado allí hacía muchos años y se quedaron definitivamente, enamorados de la belleza del lugar.

Una chica, y esto fue lo que más me llamó la atención, que trabajaba para una agencia de viajes, se dedicaba los fines de semana a viajar a destinos como aquel, enviada por sus jefes para probar personalmente las delicias que se les pudieran ofrecer a los clientes, y así organizar viajes y hacer sugerencias fiables. Se la veía disfrutando del complejo hotelero que mencioné al principio, o tomando clases de buceo, o recibiendo unos masajes en el porche del hotel, en plena Naturaleza. En la playa comentaba que como ahora estaba libre en lo personal y no tenía responsabilidades familiares, se podía permitir viajar por su trabajo en su tiempo libre.

Me encantó, eso de poder conocer paraísos por la patilla me pareció lo más. Fue como si yo también estuviera gozando de esas maravillas naturales, disfrutar de un lugar en el que no existe el invierno, ahora que ya empieza a hacer frío aquí. Me imaginé viviendo en un sitio así, y pensé que hay gente que se lo sabe montar muy bien y que los demás somos unos pringaillos, aguantando este clima extremo que tenemos y las rutinas de la vida en la gran y gris ciudad.

Pero el siguiente programa no se quedó atrás por lo suculento, aunque en otro sentido. Esta vez se trataba de un señor que se dedicaba a recorrer los EE.UU. probando todo tipo de delicias culinarias. A juzgar por su creciente obesidad se veía que disfrutaba con su trabajo. Se metía en las cocinas de varios restaurantes para comer, recién hechos, los platos especiales de la casa. Los cocineros le miraban, unas veces divertidos y otras un poco asqueados, ante la sucesión de muecas y ruidos de gusto que emitía con cada bocado.

En un sitio nos enseñó cómo se hacía una hamburguesa en la que la carne estaba rellena de queso fundido. En otro lugar, la carne se cocía en unos pequeños recipientes rectangulares metidos en un horno de vapor, mientras en otro hacían lo mismo con el queso, que quedaba cremoso. La cebolla estaba picada y parecía caramelizada.

Había un sitio donde se servían unos sándwiches enormes, en los que los panes se untaban con mantequilla y con otras salsas antes de ponerlos en la plancha, y luego se rellenaban con todo tipo de carnes y vegetales, al gusto del cliente. Los servían pinchados con un palillo.

En otro restaurante era el pollo frito la exquisitez, rebozado en una salsa condimentada con varias especias y frito en unas freidoras que funcionaban a presión, durante 21 minutos. En otro, regentado por un chino joven, se consumían a diario cientos de kilos de cangrejos rojos, muy frescos, que eran bañados en una masa hecha también con especias diversas, y después de freirlos se volteaban en otra mezcla de especias, distintas a las anteriores. Sólo se mencionaban algunos de los ingredientes, el resto pertenecía al secreto del gourmet.

La comida de los norteamericanos suele ser bastante grasienta y pesada. En estos macrorestaurantes la gente se ponía las botas literalmente, y daba igual a qué parte de EE.UU. fueras que en todos tenían sus peculiaridades gastronómicas, aptas para estómagos poco delicados, amantes de los sabores fuertes.

Suculentas sugerencias las que nos proponían en televisión en ese rato perdido al final de la tarde, al alcance de la mano si nos los propusiéramos.

martes, 19 de noviembre de 2013

El mayordomo. La segregación racial americana


El reciente estreno de la película El mayordomo ha vuelto a sacar una vez más a la palestra el tema del segregacionismo en EE.UU., que siempre me ha interesado mucho. La historia real de un miembro de raza negra en la servidumbre de la Casa Blanca a lo largo de varias décadas es cuando menos conmovedora. Aunque a la película le falta garra, el relato de la vida de Cecil Gaines, desde 1926, cuando siendo un niño es testigo de la violación de su madre y el asesinato de su padre a manos del hombre blanco dueño de la plantación de algodón en la que son explotados, hasta 2008 cuando es elegido por 1ª vez un hombre negro como presidente de la nación, es poderoso. Cuántas vicisitudes en la existencia de alguien que en realidad es tan sencillo.

“Tienes que estar en la habitación como si estuviera vacía”, le repitieron una y otra vez en su infancia cuando comenzó a servir en la casa del asesino de su padre. “Mira a los ojos del que sirves para saber lo que quiere. Sonríe para que el cliente se sienta bien atendido. Anticípate”, le dijeron cuando empezó a trabajar en un lujoso hotel. “No mires, no escuches ni reacciones ante ninguna conversación”, le advirtieron cuando comenzó a prestar sus servicios en la Casa Blanca.

Desde la particular óptica de un hombre negro, humilde, trabajador y honesto, se describe la vida allí, su relación con todos los presidentes a los que vio pasar, siendo John Kennedy y Reagan sus preferidos. El 1º porque fue el primer dirigente blanco que inició la oposición al segregacionismo racial e hizo todo lo que pudo para erradicarla, con no pocas dificultades. Además se interesó por el mayor de los 2 hijos de Cecil, Louis, del que se había distanciado por su lucha a favor de los derechos civiles para los de su raza. Cuando el presidente es asesinado, se ve a su mujer Caroline llorando desesperadamente, con su traje rosa manchado de sangre, que no se quiso quitar en muchas horas para que todos vieran lo que le habían hecho a su marido. Le regaló a Cecil una de las corbatas del difunto, que guardaría siempre como un tesoro.

También Ronald Reagan es objeto de su devoción, pues le confiaba sobres con dinero dirigidos a personas que le escribían y que tenían dificultades económicas, a espaldas de sus asesores y de su esposa, para no tener que dar explicaciones ni sufrir censuras. Además su mujer, Nancy, les invitó a él y a su esposa, que estaba deseando desde hace décadas conocer la Casa Blanca, a una cena de gala. Se le hizo muy extraño ser servido en lugar de servir, y se dio cuenta de la doble cara que tienen que ofrecer los que sirven, una cuando están trabajando y otra en su vida normal. Mientras servía a este presidente decidió jubilarse, para pesar de éste, pues le dijo que todos le querían allí y que lo consideraban uno más en la familia.

Cecil había decidido unirse a la causa de su hijo Louis. Éste, en sus tiempos de universitario, se había integrado en un grupo que era adiestrado para soportar los golpes y los insultos de los blancos allá donde fueran a oponerse a la segregación. A ese momento pertenece esta foto, que dio la vuelta al mundo. Luego derivó a posturas más radicales al apoyar a las Panteras Negras, que fue cuando el desencuentro entre padre e hijo llegó a su punto más álgido, hasta que Louis se dio cuenta que era un grupo muy violento, y decidió salir. También conoció a Luther King, al que consideraba demasiado manso, y que se dejó matar como un cordero.

Cecil acude junto a su hijo, convertido en un político de cierto nombre, que está dando un mitin a favor de la liberación de Mandela. “Pero papá, te van a encarcelar, y te despedirán del trabajo”. Pasar unas horas en prisión es una anécdota más en su vida. Durante la guerra de Vietnam había perdido al menor de sus vástagos, un chico que nunca le había dado problemas, con buen carácter y que estaba siempre de buen humor. Cecil siempre había pensado que el mayor luchaba en contra de su país y el pequeño a su favor. En realidad eran dos formas distintas de enfrentar la existencia en esa Norteamérica convulsa que durante tantos años negó tantos derechos a tanta gente.

En una nación donde a una mujer se la impedía participar en una maratón, fuese blanca o negra, caso de Katherine Switzer en la maratón de Boston de 1967, todavía era más difícil que reconociera a los negros los derechos que todo el mundo tenía. Los de “color”, como los llamaban, se tenían que sentar en un lugar aparte en los restaurantes, beber en sitios diferenciados de los blancos con carteles, y hasta sentarse en el autobús en la parte de atrás, hasta que llegó Rosa Parks y dijo que ella se sentaba donde le apetecía, sin distinciones.

Elizabeth Eckford fue la 1ª estudiante negra que acudió a un instituto de blancos. Tuvo que soportar todo tipo de insultos y amenazas. Su entereza entonces sigue siendo un ejemplo para todos. Lo mismo le sucedió a la niña Ruby Bridges, que ingresó en un colegio sólo para blancos. Al principio la recluían en dirección, pues ningún profesor quería darle clases. Muchos dejaron de llevar a sus hijos a la escuela mientras estuviera ella. Una docente de Boston llegó para impartirle sus lecciones, en un aula vacía. Para Ruby fue como un ángel caído del cielo. La niña tenía que entrar y salir escoltada del centro para que no le sucediera nada, momento que fue inmortalizado en un hermoso cuadro. A pesar del miedo que tenía, dijo años después que lo que hizo fue rezar todo el tiempo, y así lograba encontrar la fuerza que necesitaba para resistir.

Carolina del Sur, 1956
El matrimonio Loving logró tras años de litigios que se admitieran los enlaces interraciales. Se conocían desde la adolescencia. Tuvieron tres hijos y se vieron obligados a vivir fuera de su estado durante mucho tiempo para evitar la cárcel, antes lograr su propósito.

Rosa Parks
El protagonista de nuestra historia, finalmente, es invitado a conocer al presidente Obama. El anuncio de su elección en televisión hace que se le salten las lágrimas. Nunca hubiera pensado que sería posible, después de todo lo que le había tocado vivir, que un hombre negro pudiera ser elegido el máximo representante de la nación. Para la ocasión se pone la corbata del difunto John Kennedy, tras haberla planchado cuidadosamente, y un pisacorbatas con el que le había obsequiado Ronald Reagan. Él era sólo un sirviente, pero sabía apreciar cuando era respetado y bien tratado, y no lo olvidaba jamás.
Ruby Bridges








El matrimonio Loving

Loving con una de sus hijas
Elizabeth Eckford, Little Rock, Arkansas, 1954

lunes, 18 de noviembre de 2013

La invasión árabe


Hay un programa en televisión, Equipo de investigación, que nunca recuerdo cuándo se emite y con el que suelo topar haciendo zapping, que es realmente interesante. Su presentadora es, para mi gusto, excesivamente enfática al hablar, al cabo de un rato su voz tan tonante termina resultándome un agobio, pero por lo demás se abordan contenidos polémicos con mucho acierto y meticulosidad, son muy exhaustivos en sus análisis.

Lo que me parece sorprendente es que con lo que en él se denuncia aún siga en antena, o que la justicia no tome cartas en los asuntos que trata, auténticas bombas de relojería. Quizá hayamos llegado a un estado de desidia e inmoralidad general en el que ya nada escandaliza, y ya nada se hace para cambiar el rumbo.

De todos los programas que he visto en este espacio, el que más me llamó la atención fue el de la nueva invasión árabe de España. Volvemos a los tiempos del Al-Andalus, sólo que en esta ocasión no vienen a dejarnos su vasta cultura, sino a usarnos como centro de mercadeo para sus negocios.

Aparecía un arquitecto español que trabaja con magnates de los Emiratos Árabes, asomado a la terraza de uno de los rascacielos que ha diseñado en Benidorm, desde donde contemplaba otros muchos edificios también creación suya, todo bajo el patrocinio de sus jefes árabes. Este señor ha convertido esta localidad en un 2º Nueva York, cuando hasta hace unos años era un lugar tranquilo y agradable donde pasar las vacaciones. Ahora es la ciudad de Europa con más rascacielos, un auténtico horror de explotación urbanística salvaje.

También se le veía en Arabia Saudí, donde construye rascacielos a tutiplen, haciendo caja sin parar. No tenía reparos en mostrar todo lo que había hecho allá donde fuere, orgulloso de su reconocido talento. El impacto medioambiental y la destrucción del paisaje eran lo de menos, lo importante es enriquecerse.

El programa contacta con un miembro de la realeza saudí, un príncipe que está estudiando comercio internacional en el Instituto de Estudios Bursátiles, muy cerca de donde yo trabajo. Pese a su juventud, está ya a cargo de varias empresas. El máster que está realizando cuesta mucho dinero, pero es una minucia para él. Cuando se le graba durante las clases mira muy serio a las cámaras, sin pronunciar palabra, molesto. Después, en la lujosa casa donde vive, su asistente personal prepara una mini entrevista, tan corta que prácticamente el príncipe se está levantando de su asiento poco después de haberse sentado en él, con un semblante muy distinto al anterior, todo sonrisas, y respondiendo brevemente a las esquemáticas y escasas preguntas que se había acordado hacerle.

Hay imágenes del que se considera el árabe más influyente del mundo, un millonario muy bien relacionado que se dedica últimamente a comprar equipos de fútbol, y que se está reuniendo con los presidentes de diversas comunidades autónomas para ver dónde le conviene hacer sus inversiones. Todos parecen complacidos, pues la crisis nacional hace que no exista mucha liquidez, y el hecho de que inversores extranjeros se interesen en nuestros negocios es un potente imán. La invasión árabe parece no importar a nadie, antes al contrario.

Se ve al dueño de una fábrica de alfalfa, casi en quiebra, que está negociando con unos inversores árabes para ver si se la compran. En los Emiratos está prohibido cultivar la tierra por la escasez de agua, y necesitan suministradores extranjeros de todos aquellos productos que ellos no pueden generar. Finalmente adquieren la empresa, para alivio del que era su dueño, al que la angustia se le reflejaba en la cara hasta ese momento. Él seguirá siendo el director, pero la propiedad pasa a manos de los nuevos compradores. Y así está pasando con otras muchas empresas españolas, como CEPSA.

España es pues una especie de inmenso zoco en el que los árabes están llevando a cabo sus mercadeos. A pesar de las protestas de los vecinos de algunas localidades en las que están desarrollando sus negocios, afectados por algunas de las medidas que están tomando, nadie parece hacer caso. Son movilizaciones a pequeña escala no tienen fuerza para mover los engranajes de la inmensa maquinaria de la justicia. Nuestra economía y la justicia social están cada vez más en entredicho.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Emociones tóxicas (IX): la depresión


Duelos no realizados, emociones negativas contenidas, pérdidas no resueltas, palabras no dichas, llantos no permitidos, desdichas, tragos amargos, enfermedades, emociones heridas que no fueran curadas a tiempo y que, en el momento justo, parece que se junten para perturbar la mente del individuo.

Todas las emociones son pasajeras y no pueden controlarse con la voluntad, porque se crearon para ser sentidas, por eso es por lo que debemos experimentarlas y después dejarlas salir.

Una persona depresiva se siente culpable y a su vez víctima de todo.

Los pensamientos del depresivo giran alrededor de pre-conceptos:

1) Lo bueno y lo malo. El depresivo pasa todo lo que le suceda a alguna de estas categorías. Se pregunta constantemente si “debería” o “no debería” realizar tal o cual cosa. Y si realiza algo que “no debería”, sentirá irritación, frustración y culpa.

2) Todo o nada. El depresivo categorizará todo como blanco o negro.

3) Generalización obsesiva. Un error cometido se toma como un fracaso eterno y se extiende a todas las áreas de la vida.

4) Fijación con lo negativo. El depresivo toma un hecho negativo o un error y no podrá olvidarlo ni pasar la página, sino que se castigará por ese error el mayor tiempo que le sea posible.

5) Centralización. El depresivo se ve a sí mismo como centro de todo lo que sucede, especialmente de todo lo negativo. El dolor de otra persona lo llevará a activar los suyos y a contar su propio dolor.

Lo positivo siempre vence a lo negativo.

Si tu madre fue depresiva, toma tú la determinación de no serlo. Pelea con dignidad frente a la dificultas o el momento duro que puedas estar pasando, porque tu herencia no es vivir y morir como tus antepasados, sino habiendo cumplido el sueño para tu vida.

Tienes que deshacerte de toda herencia negativa que te hayan dejado tus antepasados.
Eso es lo que es la depresión, la ausencia de un sueño, de una meta, de un propósito.
Lo que importa es que tú sueñes, porque, mientras lo hagas, tendrás fuerzas para seguir adelante y no detenerte.

El significado que otorgamos a lo que nos ocurre a diario nos cura o enferma, no por los hechos en sí, sino por la forma en que los interpretamos.

Una persona sana:

1) Sabe ilusionarse.

2) Tiene coraje.

3) Es optimista.

La esperanza es una virtud. La persona con esperanza es virtuosa y sabia.

Tipos de depresiones:

a) Reactiva. Reacción ante una pérdida.

b) Maníaco-depresiva o bipolar. Experimentan un grados de euforia y, de pronto, sienten que no quieren vivir más.

c) Por agotamiento. Se da en sujetos altamente competitivos.

d) Gente > 50 años. Descubren que la vida se les fue y no hicieron lo que quisieron.

e) Por errores o culpas no sanadas. Con el transcurso de los años, sienten en lo más hondo de su ser que sus errores nunca fueron perdonados.

El depresivo se aislará y generará pensamientos negativos.

El mejor remedio para una persona enferma emocional o físicamente es darle esperanza todo el tiempo.

Rodea tu mente y tu cuerpo de todo lo bueno:

1) Selecciona los recuerdos de tu vida.

2) Ten recuerdos placenteros.

3) Evita discusiones.

4) Lee tus circunstancias positivamente.

Estrategias para ayudar a otros a dejar atrás el dolor y comenzar a disfrutar de la vida:

a) No compadecerlo. Resulta fácil caer en el rol sobreprotector.

b) No alentarlo con palabras.

c) No ser frío.

Estrategias para cambiar nuestra mente y que nuestras emociones también cambien:

a) Reconoce que los errores son parte de tu crecimiento. Revisando el error, aprenderemos. El error es una fuente de crecimiento, no de tortura.

b) Identifica y evita todas las cosas o personas que te hacen daño. Es hora de volver a llenarse de paz y de nuevas fuerzas.

c) Cultiva tu mente con cosas positivas. Evita la autocrítica excesiva. No te hagas responsable por todo lo que sucede a tu alrededor.

d) Aprende a hablar en positivo. Aprenderás a divertirte y a generar esperanza dentro de ti mismo.

e) Aprende a hacer pausas.

f) Aprende a decir NO. Ante personas exigentes –un amigo, un esposo o nuestros hijos- no podemos decir que no, y así es como nos comprometemos a llevar cargas que no nos corresponden.

g) No imagines demasiado.

h) Encara los problemas con sabiduría.

i) Mira el cuadro completo. Debemos tener claro hacia dónde vamos.

Nadie puede tomar tu vida. Tú la entregas y sólo tú la vuelves a tomar.

Innova. Haz algo nuevo! Aunque sean pequeñas modificaciones.

Disfruta y pregúntate si has soñado, vivido, aprendido, amado suficiente. Y si no lo has hecho ponte en camino. Eso es disfrutar.

(Del libro de Bernardo Stamateas)

miércoles, 13 de noviembre de 2013

martes, 12 de noviembre de 2013

Una amiga


Estaba yo el otro día con mi amiga Mª José y me dio por pensar en los años que hace que nos conocemos, cómo éramos y las cosas que nos han pasado en todo este tiempo. Yo por entonces aún estaba casada y ella sólo hacía 5 años que se había divorciado. Nuestros hijos eran pequeños, trabajábamos en el mismo sitio y nuestras vidas eran otras.

En ella se ha instalado una cierta melancolía. Llega un momento que echamos la vista atrás y hacemos balance de todo lo que nos ha sucedido. Nada como tomar distancia para calibrar el alcance de ciertos hechos y situaciones del pasado. Cuántas zozobras, y sobre todo la preocupación por nuestros niños, porque sean felices y su futuro sea bueno. Desde aquella época hemos conocido y hecho amistad con otras personas, hemos visto otros lugares, hemos tenido otras experiencias, cada una por su cuenta, pero los lazos afectivos que nos unen han permanecido incólumes.

Le comentaba hace poco qué distinta la actitud de otra amiga común que, con el paso de los años, se ha convertido en un ser amargado. Las cosas no le han salido ni le salen como quería, aunque buena parte de culpa la tiene ella misma, lo que estoy segura que habrá reconocido en su fuero interno en algún momento dado, a solas con sus pensamientos. Percatarse de los propios errores e intentar corregirlos es de sabios, dicen, pero me temo que la sabiduría, al contrario de lo que suele suceder, que con el paso del tiempo y la experiencia acumulada aumenta, no ha florecido en ella precisamente. Lamento que ya no podamos seguir siendo amigas, porque guardo en mi memoria los buenos momentos y las risas que hemos compartido, su humanidad, su sentido del humor, y ese algo especial que tenía, temperamental y apasionada, y al mismo tiempo tierna, cualidades que admiro. Pero las cosas han sucedido así.

Mª José y yo, en cambio, aunque tampoco somos las mismas que éramos (quién lo es), permanecemos fieles a nosotras mismas. Somos constantes en nuestros afectos, y sabemos que cualquier preocupación o cualquier alegría puede ser compartida como si pusiéramos sobre la mesa los asuntos importantes para dirimirlos y actuar en consecuencia, cuando no zanjarlos. La opinión de una o de otra es importante, y el respeto a la intimidad, pues aunque tengamos mucho feeling no invadimos esa zona privada que todos tenemos, ni mucho menos nos decimos la una a la otra cómo debe vivir su vida.

Me contaba que una amiga del trabajo, que no está pasando por una buena racha, la tenía a ella de ejemplo a seguir para intentar animarse. Mª José ha sacado adelante sola a sus hijos, y está muy orgullosa de lo que ha conseguido, y de su propia vida, pues ha sabido disfrutar mucho, y en esas sigue. Es muy tesonera, y como el Ave Fénix que siempre resurge de sus cenizas. Por malas que sean las épocas por las que podamos pasar, ella siempre tiene entereza y esperanza, y ganas de reir un rato, cosa que hacemos con frecuencia y con la más absoluta jocosidad, porque a sarcásticas no nos gana nadie. Lo que sí le dije, a modo de consejo para su amiga, es que nadie debería tomar como modelo a nadie, porque cada vida y cada persona es distinta a las demás. Debemos sacar la fuerza para seguir adelante de nuestro interior, pararnos a reflexionar, sentir cómo somos, conocernos bien, querernos, y esa energía que fluye de dentro a partir de ese momento sacarla fuera y aprovecharla como motor de nuestras vidas.

Los hijos de Mª José son un encanto. El hijo acaba de encontrar un trabajo estable que le ha resuelto su futuro profesional, hasta ahora incierto. Atrás queda aquel duro año viviendo en Londres con su novia para aprender inglés y con muchas dificultades, pues no encontraba empleo y lo que consiguió fue siempre precario. La hija se acaba de ir a Dublín con su novio para aprender inglés también, después de acabar Periodismo. Han encontrado una casa preciosa en el centro, después de mucho buscar (no creía que pudiera ser tan difícil encontrar una vivienda de alquiler allí) y son muy felices.

Tiene mi amiga la suerte además de que sus hijos están con parejas que los quieren, personas buenas con familias que los han acogido como uno más. Eso es para una madre una felicidad en sí mismo, una enorme tranquilidad. Como dice ella, que por lo menos puedan tener un poco de la suerte que a ella le ha faltado, pues en esto del amor no hemos sido afortunadas ninguna de las dos. Aunque nunca se sabe, todavía no hemos depuesto las armas, ni en eso ni en ninguna otra cosa de la vida.

Su historia personal y la mía tienen sorprendentemente muchas cosas en común, y su forma de ser. Yo, que me tengo por alguien peculiar, nunca pensé que podría encontrar una amiga con la que pudiera tener tantas afinidades.

Jamás tuvimos un enfado, ni una mala palabra. Ella es más reservada que yo para algunas cosas, pero eso tampoco tiene importancia. No se puede exigir el mismo nivel de confianza recíproca porque eso no depende del grado de amistad que se tenga sino de la personalidad de cada una. Respetamos nuestras mutuas idiosincrasias.

Ojalá que nuestra amistad dure muchos años. Tener un buen amigo es mejor que ir al psicólogo. Comprensión, afecto, ayuda cuando hace falta, un entendimiento que no necesita muchas veces palabras. Y dura más que el amor, por lo que se ve.

 
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