jueves, 11 de octubre de 2007

House


El otro día estuve viendo un rato en la televisión otro capítulo de la serie "House". Me había propuesto hace tiempo no volver a verlo, pero como siempre la curiosidad por saber qué cosas le pasarían en esta ocasión y qué tendría que decir pudo más. Y de nuevo me asaltó el mismo sentimiento de desagrado y rechazo.

¿Cómo es posible que este personaje, un médico mal encarado y con malos modos, haya tenido tanta repercusión, no sólo en EE.UU. sino en el resto del mundo?.

El éxito entre el público de su mordacidad implacable y su verborrea incontenible, verdadera apisonadora parlante, es un homenaje al mal gusto.

Procaz, obsceno, cruel, despiadado, amargado...., todo lo malo que se pueda decir de él es poco.

Dueño de la vida y de la muerte, se pasea por el hospital donde se desarrolla la serie balanceándose zozobrante apoyado en su bastón, lanzando órdenes e improperios aquí y allá.

Temido u odiado por los que le rodean, admirado sin embargo por el equipo que trabaja con él, se dedica todo el tiempo a hacer quinielas con la salud de la gente, acertando con los tratamientos después de muchas especulaciones e intentos fallidos de solucionar los problemas de los pacientes que tienen la desgracia de caer en sus manos. Pareciera que más que personas se tratase de auténticas cobayas con las que no deja de experimentar, algo que me produce pánico por la similitud que tiene a veces con la vida real.

Habla deprisa y sin descanso, interrumpiendo a los demás, con absoluta ligereza de males muy graves y dolorosos que afectan a la existencia de las personas, atentando contra la dignidad del ser humano de palabra y de obra, exhibiendo un sarcasmo aborrecible.

Considero que alguien así es una amenaza para la sociedad, alguien que debería ser retirado de la circulación.

Frases lapidarias del tipo "Mi orgullo supera a mi instinto de supervivencia", o "Ser un monstruo te hace más fuerte", parecen pobres justificaciones a conductas que carecen por completo de ética.

Eutanasia encubierta (yo estoy de acuerdo con ella, pero según los métodos), consumo de drogas mezcladas con alcohol, son algunas de las prácticas poco ortodoxas y más que discutibles que lleva a cabo habitualmente.

Sólo de vez en cuando se producen atisbos ocasionales de ternura, impropios de él, que ponen en evidencia su soledad y su fracaso en el terreno de las emociones y la capacidad para comunicarse con los demás, para amar y ser amado. Se diría que en el fondo no es más que un enfermo que no puede o no sabe curarse a sí mismo, y al final pareciera que tendríamos que sentir lástima por él, como si a todo lo que hace se viera empujado por fuerzas que le superan.

No querría vivir en su piel, siempre descontento, siempre en el límite. Adrenalina a tope. Y aún así siempre es el que tiene la solución final para todo, el salvador de los casos más difíciles, el antídoto definitivo e inesperado que surge en el último momento.

Y ahora, querido lector, que estoy a solas contigo, te diría que no me pondría yo en manos de un médico semejante ni aunque me volviera loca, por mucha curiosidad y mucho morbo que despierten sus métodos. Siniestro, patético, deshumanizado. Lo único bueno que se puede decir de él es que por lo menos es franco y directo, se acepta tal cual es y no pretende pasar por lo que no es. Lo peor es que nunca se arrepiente de nada de lo malo que hace, porque seguramente no le parece malo a él, y nunca pide perdón.

No hay comentarios:

 
MusicaServicios LocalesContadorsAnuncios ClasificadosViajes