viernes, 11 de septiembre de 2009

Amish




Los amish son una agrupación religiosa de doctrina anabaptista, que aboga por el bautismo de creyentes adultos. Se han quedado anclados en el siglo XVII y rechazan las modernas tecnologías, como los automóviles, la electricidad, la televisión y las cámaras fotográficas.
Son 228.000 personas en EEUU y 1.500 en Canadá.
Constituyen un grupo fuertemente unido, descendiente de inmigrantes suizos, que se ha aislado del mundo exterior.
Abogan por el pacifismo y la vida sencilla y austera.
Hablan un peculiar dialecto alemán que ellos llaman suizo, el “deitsch”.
Los “Beauty Amish”, más progresistas, especialmente los nacidos después de la década de los 60, tienden a hablar inglés.
La mayoría de las comunidades iniciales no mantuvieron su identidad original, adquiriendo la identidad menonita.
Al no tener una estructura gubernamental jerarquizada, una sede oficial para su Iglesia, carecen de criterios unitarios. Por eso en algunas comunidades se admite el uso de la electricidad sin acceder a las líneas eléctricas exteriores, pues se considera un agente contaminante. Suelen usar baterías de 12V. Los generadores eléctricos sólo se utilizan para soldar, recargar baterías y alimentar ordeñadoras.
El uso de electrodomésticos complicaría la tradición amish de vida sencilla.
En la vestimenta se prohíbe el uso de botones, identificados con las Fuerzas Armadas. Sólo se admiten ganchos y ojales.
Son notables en la agricultura, que es tradicional, no pueden usar maquinaria. Algunos han adoptado con entusiasmo los productos modificados genéticamente.
Mientras es soltero un amish estará siempre afeitado. Al casarse se dejará crecer la barba.
El bigote está prohibido por ser visto como símbolo del militarismo.
En algunas comunidades los padres permiten que los hijos prueben el mundo exterior durante unos años, de manera que puedan decidir si quieren ser bautizados y unirse a la comunidad de por vida.
En algunas comunidades se aceptan automóviles sin cromar, “los amish del parachoques negros”.
Los desacuerdos entre comunidades pueden llegar a trivialidades como la forma de los tirantes o cuántos pliegues debe tener un gorro.
Los niños amish trabajan duro desde una edad temprana, las leyes sobre el trabajo de menores está amenazando su modo de vida.
Cuando reparan graneros, la comunidad se reúne para reconstruirlos en un solo día.
Padecen ciertas enfermedades de origen genético porque su sangre no se renueva al no mezclarse con personas fuera de sus comunidades.
Pagan impuestos, aunque no aceptan ayuda del gobierno ni en salud ni en alimentación. Se apoyan exclusivamente en su comunidad.
No suelen tener edificios religiosos, las celebraciones son privadas en sus propias casas.
Rechazan el orgullo, la arrogancia, y aceptan la humildad, la calma. Sumisión a las normas del grupo, en contraposición con el individualismo de la cultura americana.
Los avances tecnológicos se considera que pueden derivar en vanidad personal.
La Biblia es el modelo a seguir.
Cuando no trabajan en el campo, prefieren trabajar en casa. También se dedican a la construcción, y en zonas turísticas a la artesanía.
Sus hogares tienen mobiliario muy sencillo, no existen los adornos.
Son los amish un grupo peculiar que ha sido visto por muchos como un anacronismo en los tiempos que vivimos, una especie de secta anclada en el pasado incapaz de evolucionar, motivo de burla por su apariencia y sus costumbres. Nos cuesta creer que hoy en día haya personas que deseen tener una existencia tan austera y tan fiel a las tradiciones. Lo único que se les podría achacar es su rigidez, el hecho de que nos vean a los demás como seres extraños, casi como enemigos de los que hay que defenderse.
Pienso que ciertos hábitos que tienen son un poco absurdos y su resistencia al progreso dice poco de sus capacidades y su inteligencia, pero todos merecemos un respeto, y más siendo como son personas pacíficas que no hacen daño a nadie.
Supongo que así continuarán por mucho tiempo, conservando sus convicciones contra viento y marea, y en este sentido son dignos de admiración, porque nada les importa la opinión ajena. No hay nada como vivir de acuerdo con tus propias creencias, aunque no gusten o causen extrañeza en los demás.

2 comentarios:

Nando dijo...

He de discrepar con el comentario en el que dices que sus costumbres y su falta de adaptación ponen en entredicho su inteligencia. El por qué, a mi parecer, te lo dices tú sola más adelante:

"Supongo que así continuarán por mucho tiempo, conservando sus convicciones contra viento y marea, y en este sentido son dignos de admiración, porque nada les importa la opinión ajena. No hay nada como vivir de acuerdo con tus propias creencias, aunque no gusten o causen extrañeza en los demás."

El hecho de que sean capaces de vivir conforme a sus propias creencias, de forma pacífica y sin prestar atención a la opinión ajena ya coloca su coeficiente intelectual muy por encima de los memos que cada día puedes ver por la calle diciendo que pertenecen a X grupo sin tener ideales ni principios de ninguna clase, y que además suelen mirar por encima del hombro a los miembros de grupos diferentes.

Buena entrada, he estado buscando algo por Wikipedia porque me ha parecido un tema interesante. ¡Sigue así!

Un abrazo.

pilar dijo...

Tienes razón Nando, por un lado les critico porque no evolucionan y por otro lado admiro su capacidad para mantener su identidad. Un abrazo.

 
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