jueves, 2 de octubre de 2008

El Triángulo de las Bermudas




Cuánto interés despierta desde hace décadas los extraños fenómenos ocurridos en esa franja del océano Atlántico que ha venido en llamarse el Triángulo de las Bermudas, o también denominado Triángulo de la Muerte y el Limbo de los Perdidos.
Área situada entre la costa de Florida, Puerto Rico y el archipiélago de las Bermudas, ya desde 1815 se tienen datos de desapariciones de embarcaciones cuando atravesaban esas aguas en su ruta. Aunque quizá el caso más famoso sea el del Vuelo 19, en 1945, cuando cinco aviones Avenger se adentraron en el mar en un vuelo de entrenamiento que en principio no iba a durar mucho. Nunca regresaron.
Han quedado como testimonio las comunicaciones del jefe del escuadrón, un oficial no muy experimentado, con la torre de control, y las que mantuvieron el resto de los miembros de la misión entre sí. Mandos que no funcionaban, las agujas de todos los indicadores que se movían sin control, y la brújula no apuntaba en una dirección concreta. Aunque llevaban combustible suficiente para mantenerse en vuelo mucho tiempo, una orden del oficial al mando hizo que iniciasen un giro que los adentró aún más en el mar, alejándose de su punto de destino, del que en realidad estaban muy cerca. Mientras volaban uno de ellos comentó: “Parece que estemos sobre aguas blancas”. Poco después se perdió todo contacto. Probablemente se les acabó el combustible y cayeron al mar.
Éste es uno de los pocos casos en el que los tripulantes comunicaron una situación de emergencia. El resto de las embarcaciones y aviones que tuvieron la desgracia de transitar por esa zona y desaparecer, nunca dieron muestras de alarma, antes al contrario, su ruta transcurría sin ninguna novedad, hasta que abruptamente se cortaba toda comunicación.
Las investigaciones que se han llevado a cabo sobre el tema han dado como resultado algunas explicaciones científicas a algunos de los fenómenos que allí tienen lugar. Esas “aguas blancas” de las que hablaban en el Vuelo 19, e incluso el avistamiento mucho más recientemente desde un avión de pasajeros, que sí llegó a su destino, de “una enorme burbuja sobre el mar, de una milla de ancho por media milla de alto”, se deben al parecer a lo que ha dado en llamarse “el efecto gaseosa” por desestabilización de hidratos. Según he podido leer “cualquier movimiento de los fondos marinos, ya sea debida a algún temblor sísmico o a un descenso brusco del nivel del mar como consecuencia de una fuerte tormenta, puede provocar la liberación de grandes cantidades de gases contenidos en el fondo marino. Esta masiva liberalización de gas y la consecuente bajada de densidad del agua del mar y del aire, similar a la apertura de una botella de gaseosa, puede provocar una repentina pérdida en la capacidad de flotabilidad de los buques, así como en el aire, por pérdida de sustentación de los aviones”.
La existencia de un campo electromagnético, cuyo origen aún no está muy claro, explica el no funcionamiento de las brújulas y el instrumental de vuelo. Una brújula allí no indicará nunca el verdadero Norte magnético. Hay quien habla de un contacto entre tierra y espacio, que hace que todo lo que circule por ese lugar sea absorbido por éste. Y aún hay quien se ha aventurado más lejos: se trata de un agujero espacio-temporal, un universo paralelo, una puerta que arrastra a una dimensión desconocida.
El Triángulo de las Bermudas lleva siendo desde hace mucho tiempo una “zona caliente” de la ufología. Entre las hipótesis más descabelladas están la de que fuerzas extraterrestres transportan a las personas a otra dimensión, e incluso que existe una civilización antigüa en las profundidades, la Atlántida, que data de hace 5000 años a.C. y que fue muy avanzada científicamente, cuya extinción sigue siendo un misterio aún hoy en día.
Si bien es cierto que, aunque en la mayoría de las desapariciones no se han encontrado restos humanos ni materiales, sobre todo debido a las fuentes corrientes marinas que hay en la zona y a la gran profundidad de las aguas, en otros en cambio se han hallado embarcaciones a la deriva sin ningún tripulante.
En vuelos de pasajeros ha habido quienes han visto destellos de electricidad estática de color violáceo, fenómeno que en sí mismo llama mucho la atención pero que puede producirse en cualquier tormenta.
Los cambios repentinos en las condiciones meteorológicas, la aparición repentina de bruma y otras peculiaridades que se dan en esa zona, hacen que sea considerada una región “fantasma” marina.
Las Bermudas no es el único punto “negro” que existe en el mundo. Hay otros lugares en los que se producen fenómenos extraños y que, curiosamente, tienen también forma triangular, pero al no ser zonas de mucho tránsito comercial ni turístico son menos conocidas.
Algún día se aclarará definitivamente lo que sucede en el Triángulo de las Bermudas, pero mientras tanto procuren no pasar por allí cuando tengan que hacer algún viaje…. Simple precaución.

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