martes, 3 de mayo de 2011

Un poco de todo (XVI)


- Doy la bienvenida a un nuevo seguidor, Cerón, y agradezco a Azucena y Carola su comentario al post que  dediqué a Gérard Depardieu, lo que me ha permitido conocer su blog, Quién entiende a los hombres, y un post con el que me he reido muchísimo, Código civil femenino, que es inteligente y divertido.
Por cierto, que me ha encantado Polaris, el último post de La inacabada folie de Nietzsche.

- Y una buena noticia para mí y mi familia. ¡VOY A SER TÍA!. ¡POR FIN!. Mi hermana se ha quedado embarazada y por sus propios medios. Está de mes y medio, pero no quiere lanzar las campanas al vuelo hasta que no pase un poco más de tiempo. Se la ve emocionada y preocupada a la vez, aunque las hormonas parece que van en una montaña rusa cuando se está en esta situación, con lo que a nivel emocional puede pasar por todos los estados de ánimo posibles. Si todo marcha tan bien como hasta ahora saldrá de cuentas en Nochebuena. Nos espera una Navidad muy especial. Ángel, mi cuñado, también prefiere ser prudente con este tema, pero yo le veo una luz distinta en la cara. Y no es para menos.
Cuánto ha progresado la ciencia desde que yo tuve a mis hijos. Ahora, con tan poco tiempo de embarazo, ya pueden ver cosas como la vesícula del feto. Cuando crezca un poco más y le hagan las ecografías en tres dimensiones va a ser increíble.
Pongo una foto de los sextillizos McGhee, familia que se ha hecho famosa cuando han colgado esta imagen suya en Internet. Me parece sorprendente y preciosa.

- Me he quedado alucinada con un tal Nat Geo que es capaz de pintar cuadros enormes en no más de cuatro o seis minutos, dándoles muchas vueltas, algunas veces puestos boca abajo. Son lienzos muy grandes con fondo negro y utiliza un pincel en cada mano para ir más de prisa. A veces usa también las manos mojadas en pintura. No he conseguido encontrar nada de él en Internet, lo vi en unos flashes de cosas curiosas en Digital +. Y lo hace muy bien.

- Y ahí están las cifras que ha dejado el enlace del prícipe Guillermo y Kate Middleton. A la gente le gusta cifrarlo todo en números, sólo así se hace una idea de la importancia y repercursión de las cosas. El dinero que ha costado cada cosa y quién lo ha pagado, el número de invitados, la cantidad de divisas que han dejado los turistas en la ciudad desde que se conoció el compromiso... Parece que fuera todo un monumental negocio, cuando una boda es en realidad otra cosa. Yo me quedo con la belleza de las imágenes que protagonizaron los contrayentes. Lo demás sobra.

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