martes, 30 de octubre de 2012

Pesadilla en la cocina


Cuando crees que está todo inventado en televisión, surgen nuevos programas que te sorprenden. Así me ha pasado con Pesadilla en la cocina, peripecia vital y restauradora de Alberto Chicote, chef que por lo visto tiene reconocido prestigio pero del que yo no había oído hablar nunca.

El cocinero, entradito en carnes y en carácter, entra en un restaurante de Pinto que está al borde de la bancarrota, atendiendo a la angustiosa llamada de uno de sus dueños.

Chicote se estrena ocupando una de las mesas, en la que se dispone a comer. Mientras lee la carta, hace lapidarios comentarios a cámara. “Te quedas pegado a la mesa” “La carta está pegajosa también”. Pide algunas cosas, y la mayoría no las tienen. El dueño va y viene a la cocina, nervioso, dando voces y abroncando. Falta organización. Cuando por fin le sirven lo que ha pedido, Chicote lo va rechazando por causas diversas: las verduras a la plancha con bechamel están poco hechas y saben a “gasolina”, según dice. “Se nota que se les ha incendiado”. Efectivamente, se había prendido fuego a la plancha y en lugar de retirar lo cocinado lo habían apagado con un trapo. La carne está cruda y el acompañamiento, irreconocible, tiene un aspecto que hecha para atrás. El postre tampoco tiene buen sabor.

Chicote decide entrar en la cocina. Es digno de ver lo que allí se encuentra. La cocinera es una rumana que trabaja mucho pero que sabe poco de restauración y mucho menos de higiene. Grasa goteando sobre las comidas que se están preparando desde la campana extractora, suciedad por todas partes, comida caducada en el frigorífico: lechugas podridas, bechamel con cosas que le han caído encima, trozos de carne y pescado juntos dentro de un mismo bol y con no muy buen olor. Chicote no deja de recriminar, sorprendido e indignado. “¿Es que os queréis llevar por delante a alguien?”.

La dueña, que también ayuda a la cocinera, al mismo tiempo que sirve las mesas, pone cara de consternación, lo mismo que el dueño, que es su pareja. No se esperaban acusaciones semejantes.

Empieza el trabajo. El dueño, macarroso y con poco espíritu de trabajo y de equipo, no hace más que protestar. Da voces sin parar de soltar palabrotas, y reacciona a la defensiva y con rechazo a las recriminaciones de Chicote, que le dice que está dormido. El aludido se termina marchando, y el cocinero le sigue hasta la puerta. “¿Ya está? ¿te rindes?”.

Los clientes protestan por la tardanza, pero al final el cocinero consigue que vayan saliendo los platos. Al día siguiente se reúne a solas con el dueño. “Tienes que despertar, estás dormido. Te juegas tu sustento, y también la continuidad de tu familia. Al final tu mujer te va a dejar”. Chicote mezcla lo profesional y lo personal, como si fuera un consejero laboral y sentimental. Parece que se metiera donde no le llaman, pero sabe que una cosa lleva a la otra, si no funciona una parte la otra tampoco lo hará.

El dueño reflexiona y da un giro radical a su actitud. Y más cuando el equipo del programa le cambia el aspecto al local. Lo 1º que quita son unos sillones de coche roñosos que tiene al fondo, como algo original. Cambia paredes y suelos, el mobiliario, la iluminación, que era escasa. Ahora es todo color. Le pone una moto deslumbrante cerca de la barra a modo de decoración. Ha cambiado hasta las cartas, mucho más chic ahora. Los dueños, y especialmente ella, están emocionados y encantados.

Les da también algunas nociones de cocina. Compra materia prima de 1ª calidad. Confecciona una receta de hamburguesa (“platos sencillos con vuestra marca de la casa”), con un buen trozo de carne de buey, y elabora una salsa diferente, añadiendo al ketchup tradicional un montón de ingredientes: albahaca, pimienta negra, tabasco, un licor, comino, y algunas cosas más que ya no recuerdo.

Les enseña a presentar los platos, y resulta todo un éxito. Los clientes le aplauden cuando sale a preguntar lo que les ha parecido.

El dueño está pletórico. Dice que va a cambiar y que se encuentra lleno de energía renovada. Nunca antes se había encontrado tan a gusto en el trabajo, y aprovecha la bonanza para declararse por 3ª vez a su pareja, que siempre le había dado largas, allí en el local, delante de algunos familiares. Ella bromea y se hace la remolona, pero al final termina aceptando el anillo que le ofrece y su petición de matrimonio.

Me hace mucha gracia que Chicote salga a la calle cada vez que hay una contrariedad para hacer sus comentarios y sus críticas, sin que le oigan los interesados. Habla sin mirar a cámara. “No he visto un tío más vago en toda mi vida. Además se enfada igual que un niño pequeño”.

Me hace gracia también la forma como Chicote irrumpe en las vidas y negocios ajenos como un huracán, trastocándolo todo. Podría parecer un bruto, pero realmente es una buena forma de conseguir resultados. Él dice siempre la verdad, por cruda que pueda parecer, y sólo quiere ver cambios. Es un hombre práctico. También él recibe improperios por parte de los aludidos, ofendidos, y todos injustos, pues le juzgan sin conocerle.

Hay otro programa con el mismo tema en EE.UU., presentado por un cocinero muy rubio con pinta de chiflado, que tiene un aire más hortera y sensacionalista, muy al estilo de los americanos, y que a mí me gusta menos. Chicote nos lleva por tinglados más de nuestra tierra, con una forma de hacer las cosas más de aquí, es más fácilmente reconocible para nosotros la peripecia vital que aborda.

A pesar de su aspecto obeso, su aire hosco y su sarcástico sentido del humor, hay algo en Chicote que es estiloso y distinto, algo que es muy sentimental. A poco que se le conozca nos damos cuenta de que se trata de un hombre muy lúcido e inteligente, demoledor, que tiene las cosas muy claras, y al mismo tiempo poseedor de una gran sensibilidad. Hubiese sido brillante en cualquier otro ámbito al que se hubiera dedicado, pero es la cocina la que ha tenido la fortuna de ser el objeto de su dedicación.

Chicote llega al estómago y al corazón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Chicote es un Tío Cojonudo......

pilarrubio dijo...

Sí que lo es, si... Me alegro que te haya gustado el post.

 
MusicaServicios LocalesContadorsAnuncios ClasificadosViajes