miércoles, 18 de mayo de 2011

Enseñanza (II)


1970-1990.- La Ley General de Educación, promovida por Villar Palasí en 1970, fue decisiva para extender la educación a toda la población. La tasa 100 de escolaridad se alcanzaría durante su vigencia. La enseñanza obligatoria se amplía hasta los 14 años (8º de EGB) y es gratuita. Se suprimen las reválidas y aparece la evaluación continua. El bachillerato se reduce a 3 años (BUP). Un curso de orientación universitaria (COU) y la selectividad servían de criba a la enseñanza superior. Pablo Navarro, maestro jubilado, dice que antes había un respeto por el profesor tan grande que éste debía dar confianza al alumno para que no se sintiera cohibido, al contrario que ahora, que hay poco respeto y necesitan normas para que no estén tan desbocados.

Las aulas estaban masificadas, no era raro que hubiese más de 40 alumnos. Se enseñaba a leer asociando las palabras a imágenes, para que las identificaran de memoria, no como ahora, que se enseña juntando letras, lo que parece estar en el origen de los problemas actuales con la lectura comprensiva. Se aprendía muy pronto, antes de los 6 años. Se usaban ciertos instrumentos para hacer trabajos manuales, como el punzón, y a nadie le daba miedo de que el niño se pudiera hacer daño. La presentación se cuidaba mucho.

Sin embargo, a mediados de los 80 el fracaso escolar rondaba el 30% y ya se empezó a hablar de la crisis de la educación. Juan Delval, profesor de Psicología Educativa de la Universidad Autónoma de Madrid, ha sido un duro crítico de este sistema educativo. “Los niños no aprenden más que una mínima fracción de lo que se les enseña y, en última instancia, hacen un uso mínimo de su cabeza para comprender y explicar el mundo. Esto se oculta bajo el aprendizaje de nombres y datos, o un conocimiento memorístico y repetitivo, que dura poco. Más que para la vida, les prepara para pasar examenes”. Mi hermana está completamente de acuerdo con esta afirmación.

Pero no se queda ahí. “La escuela enseña a no preguntarse por la razón de determinadas cosas. Memorizar contenidos abrumadores sin entenderlos …”.

1990-2011.- La Logse, creada en 1990, surgió con vocación progresista e igualitaria. Se crea la promoción automática. Pierden peso la gramática, las lenguas clásicas y las humanidades. Irrumpe la educación para la ciudadanía, que este año se realiza a través de Internet (el que no tenga en su casa que se las arregle como pueda). Parece que se elimina la distancia entre profesor y alumno. Las editoriales adaptan los libros de texto a las diferentes autonomías. Para sus detractores, el obstáculo que frustra sus intenciones renovadoras es la prolongación de la enseñanza obligatoria hasta los 16 años.

La ESO es una secundaria de 4 años, a la que sigue un bachillerato de 2, o bien formación profesional. Resulta conflictiva porque incorpora a colectivos a un nivel de educación del que hasta entonces estaban excluídos. A secundaria acuden niños que en otras circunstancias no irían al instituto y cuyos padres no fueron. Todo esto se complica con el número de inmigrantes que llegan, el multiculturalismo.

Cada gobierno trae bajo el brazo una reforma, pero la escuela no asimila tan rápido los cambios. Uno de los problemas es la selección y formación del profesorado. Muchos llegan a Magisterio porque no les alcanza la nota para la carrera que hubieran preferido estudiar y, por tanto, el nivel de motivación ya es bajo. Y el académico también, pues se les forma con programas deficientes. En las universidades no se enseña a los maestros a que enseñen a leer, sino teorías lingüísticas. Tienen que aprender por sí mismos, y luego reciclarse como pueden conforme van cayendo sobre ellos las sucesivas reformas.

Los manuales también han cambiado. Según Gabriela Ossenbach, catedrática de Historia de la Educación de la UNED, “el libro de texto se parece a una página web: muchas imágenes y poco texto. Tiene una estructura muy fragmentada, en la que los contenidos son como píldoras sobre las que el alumno puede saltar sin seguir una secuencia. El niño ya no tiene que leer tres páginas seguidas. Por tanto, no tiene que resumir o estructurar mentalmente los textos. La información está tan condensada que el estudiante sólo debe aprenderla. Lo trágico es que pierden habilidades instrumentales básicas, la capacidad de comprensión lectora o la destreza para entender textos más amplios”.

Ahora la educación llega al 100% de la gente, pero es de inferior calidad. Lo bueno es que los alumnos controlan de informática, y en muchos centros escolares se está implantando la enseñanza bilingüe, puntos que son importantes para su futuro.

En el aula han desaparecido el cenicero, el cuadro del rey o de Franco. En muchos sitios el encerado va siendo sustituido por los portátiles o por la pizarra digital. Pero hay algo que no cambia: aprender exige un esfuerzo, y ahora se les da todo a los chicos sin que se lo hayan ganado. Pablo Navarro, profesor jubilado al que ya he aludido antes, afirma que “yo entiendo que no les guste leer el Quijote porque es infumable para su mentalidad. Los profesores somos, a veces, transmisores de una cultura que ya no existe. Nuestra misión es prepararles para un mundo que no sabemos cómo será”.

Es todo un desafío.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Holla su espacio online es muy hermoso,esto es la tercera vez que hay visitado su pagina, bon trabajo!
Adios

pilarrubio dijo...

Muchas gracias, me encanta que te haya gustado. Espero que te siga interesando por mucho tiempo más. Un saludo.

Anónimo dijo...

Que tal,
Es verdaԁ que es la unica ocasion que he entradо este
blog у tengo que comentaг que nο еѕta mаl y сгeо que me tendras cоn
frecuencia pοг estοs lares.

Un ѕaludo!

Μas nοticias Carmen

pilarrubio dijo...

Estaré encantada de tenerte por aquí Carmen. Un saludo!. Pilar.

 
MusicaServicios LocalesContadorsAnuncios ClasificadosViajes