lunes, 19 de noviembre de 2012

Lluis Mallart y su experiencia africana


Hace tres años le hicieron una entrevista a Lluis Mallart, que fue misionero y actualmente es doctor en etnología, africanista y profesor de antropología en la Universidad de París-Nanterre. Autor de numerosas publicaciones, ha llevado a cabo misiones de investigación en varios lugares de África y en Afganistán. Actualmente es investigador en la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona.

La citada entrevista resultó ser una gran revelación, pues las vivencias y opiniones de este hombre nos abren los ojos y la mente de una manera fulgurante. En ella cuenta quiénes son los evuzok, una etnia africana en el actual Camerún, con lengua y cultura propias. 

Llegó a aquella zona como misionero en 1961: quería convertir a la población negra al cristianismo. Convivió varios años con ellos, pero fueron ellos lo que le 'convirtieron' a él.  "En el trato cotidiano con ellos descubrí que yo era misionero por una inclinación hacia el otro, y que esa inclinación tenía un límite, juzgar al otro. Si juzgas al otro, ya no le quieres otro, le quieres igual a ti. Y, claro, el misionero juzga: le dice al otro que debe cambiar algo supuestamente malo por algo supuestamente bueno… No supe condenar: fracasé. Prefería indagar, entender. Así fue cómo los evuzok me descubrieron que yo no era misionero, sino antropólogo: el antropólogo observa sin juzgar".

Al llegar se negó a vivir apartado, así que se alojó en casa de Mba Tobies, un hombre con dos esposas, Jeanne y Christine. "Se supone que yo debía condenar la poligamia… ¡y Christine me pidió que la bautizase! Como misionero, yo debería haberle exigido que primero se separase del marido. Separarse la obligaría a volver a la casa de su padre, y al marido a devolver la dote… ¡Una tragedia para dos familias! Así que le dije a Christine que olvidase lo del bautizo. Hasta que un buen día la bauticé en casa, sin más, y santas pascuas. Lo hice".

Con la jerarquía eclesiástica tuvo muchos desencuentros. Mallart participaba en Agermanament, un grupo de misioneros sin afanes colonialistas. "Intentábamos africanizar la misa: un día usé media calabaza local para tomar el vino de la eucaristía… y me intoxiqué. ¡Era venenosa!. Otro día dispuse en exóticos cocos las lamparitas de aceite…, y atrajo a una marabunta de hormigas. Otro día usé una calabaza alargada como búcaro: a los evuzok les pareció grotesco ver flores en una calabaza… Una botella de cerveza vacía era para ellos más lujosa". 

Mallart se sintió enseguida fascinado por la cultura evuzok. "Aprendí sobre todo la complejidad de su pensamiento religioso y médico, entendí su concepción el mundo. Como son 'negros', 'primitivos', despachamos su pensamiento tildándolo de 'magia', 'brujería'… Pero ¿qué otra cosa es el mundo de las ideas de Platón sino esa realidad evuzok? Pero, claro, Platón era un griego blanco y no un africano negro, y por eso lo estudiamos en la universidad."

Su conversión de misionero en antropólogo tuvo un momento determinante. "Un hombre me preguntó un día por qué les condenábamos por adorar huesos de sus ancestros si nosotros teníamos relicarios con huesos de santos. Y me dijo que somos más fetichistas que ellos, que nunca se les ha ocurrido decir que un trozo de galleta es Dios…"

Allí se enamoró de una cooperante catalana, y en 1968 se fueron a París a estudiar antropología, colgó los hábitos y tuvieron hijos.

El entrevistador le pregunta en un momento dado si son los cooperantes de las ONG de hoy los nuevos misioneros. "Yo ya he aprendido a no salvar a nadie. Somos tan arrogantes que vemos a los africanos por lo que podemos darles, y no por lo que ellos pueden aportarnos."

Lluis Mallart nos muestra, a través de su increíble experiencia vital, cómo se concibe el mundo en otras culturas, y cómo no hay una única forma válida de ver las cosas, culturas que son ancestrales y que, fuera de la extrañeza que ciertos ritos y costumbres nos puedan provocar, tienen mucho que decirnos y enseñarnos.

No hay comentarios:

 
MusicaServicios LocalesContadorsAnuncios ClasificadosViajes