lunes, 23 de marzo de 2009

En honor a la verdad (XVIII)

- Pocos personajes hay tan ridículos en el panorama actual como Evo Morales. Se niega a que multinacionales extranjeras establezcan acuerdos económicos con su gobierno para explotar los yacimientos de litio que tienen al sur del país, en auge creciente por ser el material usado en las nuevas tecnologías y que parece estar destinado a sustituir a los combustibles fósiles.
Dice que las formas de imperialismo extranjero que se dieron en el pasado no se van a volver a producir.
Cada país procura explotar sus recursos de manera que todo el mundo salga beneficiado. El planeta entero es una constante transacción, no podemos cerrar nuestras fronteras a la economía. Si algo debería estudiarse primero, más que la posible intromisión o “colonización” de nuestro territorio por parte de potencias extranjeras, debería ser el impacto que ésto pudiera tener en el ecosistema.
Pero no veo a Evo Morales muy ecológico. Dicen que su mezcla de socialismo e indigenismo levanta pasiones en Bolivia. Ya me llamó la atención cuando inició su mandato presidencial por alguna de las prendas de vestir que lucía en sus apariciones públicas. A todos nos gusta conservar y mostrar nuestras tradiciones, pero lo de este señor es más espectáculo circense que otra cosa. Es ridículo, un payaso y un paleto. No me imagino a nuestro actual presidente del gobierno con el traje de chulapo cada vez que tuviera que hacer una declaración en televisión, o vestido de bailaor flamenco o de lagarterana, por mencionar algunas de las muchas indumentarias regionales a las que nuestra rica idiosincrasia cultural da lugar, y no por ello queremos ni valoramos menos nuestro país.
Una nación pobre como Bolivia necesita y merece una persona inteligente y honesta al frente de su gobierno, no este atrasado prepotente que buscará lo que tantos otros mandatarios de las repúblicas bananeras que por desgracia abundan en Sudamérica: hacerse con el poder absoluto y con el mayor patrimonio posible, quitándose de en medio a todo el que no secunde o no le sirva para llevar a cabo sus planes.
Y en esto tiene un hermano gemelo en Hugo Chávez, otro bocazas, igual o peor que el anterior.
Osea señores que, si su hijo es muy lerdo, muy bruto o un sinvergüenza, no se preocupen: en el futuro puede llegar a ser presidente. Y si no ahí tienen la muestra.

- No comprendo cómo ciertos términos que antes no tenían un significado especial han acabado por convertirse en formas despectivas de nombrar a los demás. Es el caso de “maruja”, que es como se ha llamado toda la vida a las Mª Antonias y ahora equivale a mujer simple y vulgar que sólo sabe hacer las tareas de la casa. Seguramente se le ocurriría el invento a algún machista de los muchos que proliferan en este país. No saben los que así hablan que faltan al respeto y minusvaloran la labor de todas las madres, tías y abuelas que en el mundo han sido, menospreciando una dedicación sin la cual nuestras estructuras sociales se están viniendo abajo. El ama de casa tiene un trabajo ingente que todavía no ha podido ser valorado en términos económicos cuando han intentado calcular el sueldo que se les podría poner. Ellas son asistentas, cocineras, enfermeras, psicólogas, costureras, peluqueras y maestras, entre otras muchas cosas. Su horario abarca las 24 horas del día y para el resto de sus vidas. Su presencia da calor al hogar. Labor callada, desinteresada y abnegada la que realizan y que muchas veces no se considera o cae en el olvido. Si eso es ser “maruja”, entonces es un honor serlo.

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