lunes, 6 de agosto de 2012

Protesta


No es la 1ª vez que no puedo acceder a mi blog porque de un día para otro no reconoce mi nombre de usuario o mi contraseña. En esta ocasión me ha sucedido estando de vacaciones, y no ha sido hasta ahora, que regresé al trabajo, cuando he podido arreglarlo, ya que parece ser que cuando se tiene un problema de este tipo con cambiar de PC es suficiente.

Sospecho que ha tenido que ver la colocación de publicidad en mi blog. Hace meses que hice una petición para permitir que la pusieran: siempre que alguien pinche en alguno de los anuncios que me asignen se supone que me reporta un beneficio, pero en buena hora. La de tiempo que le he dedicado, en mi desesperación, a intentar recuperar mi cuenta de correo, que es hotmail y me la habían cambiado a una gmail. Menos mal que tengo aquí en el trabajo un correo electrónico que nunca borro que me permite acceder directamente.

Pensé, en un momento dado, que me lo tenía merecido por adulterar mi creación dejando que otros la usen con fines comerciales. Era como si hasta ahora hubiera sido un lugar limpio, una especie de osasis en el desierto, un territorio virgen que aún no había sido hoyado por el ser humano, con sus intereses y su especulación, hasta que yo dejé que entraran las hordas de bárbaros, intentando sacar provecho también. Mi blog se iba a convertir en algo corriente, semejante al resto de sitios, invadido por reclamos de todas clases.

Luego rondó mucho tiempo en mi cabeza la idea de crear un nuevo blog, lo más parecido posible a este, para que la pequeña cohorte de mis seguidores no me perdiera de vista. Pero como nunca lo he hecho, pues este que tengo me lo descargaron, tenía mis dudas sobre si sería capaz.

Lo peor es el mono de escribir, que no queda satisfecho usando alguno de mis cuadernos, que han sido antes de mis hijos y que han desechado cuando se ha acabado el curso, y que utilizo para mis anotaciones, en los que escribía mientras esperaba a que todo esto se arreglara. Necesito usar el teclado del ordenador, el bolígrafo y el papel quedaron atrás. Necesito retocar aquí y allá en pantalla, buscar y poner las fotos que me parezcan más apropiadas. Y sobre todo la difusión, el hecho de que todo lo que escriba pueda ser leído por muchas personas. Es lo más parecido a publicar en un periódico, el sueño de mi vida.

Me gustaría poder seguir usando mi blog libremente, sin que me asalte la preocupación de que en cualquier momento me puede ser denegado el acceso a un espacio que, al fin y al cabo, he creado yo, y que nadie más tiene derecho a manipular. Si con el tiempo tengo que pagar por estar aquí, pues dicen que los espacios gratuitos en Internet se van a acabar, pues lo haré si hace falta. Pero mientras tanto he aquí mi protesta.


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