viernes, 4 de enero de 2013

Unas palabras de Einstein


Durante una conferencia para universitarios, un profesor de la Universidad de Berlín propuso un desafío a sus alumnos con la siguiente pregunta: “¿Dios creó todo lo que existe?”.

Un alumno respondió valientemente: “Sí, Dios creó todo”.

“¿Dios creó realmente todo lo que existe?”, preguntó nuevamente el maestro.

“Sí señor”, respondió el joven.

“Si Dios creó todo lo que existe”, continuó el profesor, “¡entonces Dios hizo el mal, ya que el mal existe! Y si establecemos que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos ¡entonces Dios es malo!”

El joven se calló frente a los argumentos del maestro, que feliz se regocijaba de haber probado una vez más que la fe es un mito.

Otro estudiante levantó la mano y dijo: “¿Puedo hacerle una pregunta profesor?”

“Adelante”, respondió éste.

El joven se puso en pie y preguntó: “Profesor ¿el frío existe?"

“Pero ¿qué pregunta es esa?”, contestó el maestro, “lógico que existe ¿o acaso nunca sentiste frío?”

El muchacho respondió: “En realidad, señor, el frío no existe. Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío en verdad es la ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es factible de estudio cuando posee o transmite energía; el calor es lo que hace que ese cuerpo u objeto tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total del calor; todos los cuerpos quedan inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Nosotros creamos esa definición para describir de qué manera nos sentimos cuando no tenemos calor”. “¿Y existe la oscuridad?”, continuó preguntando el estudiante.

El profesor respondió: “Existe”.

El estudiante repuso: “La oscuridad tampoco existe. La oscuridad, en realidad, es la ausencia de luz. La luz la podemos estudiar, ¡la oscuridad no!. A través del prisma de Nichols se puede descomponer la luz blanca en sus varios colores, con sus diferentes longitudes de onda. ¡La oscuridad no!... ¿Cómo se puede cómo de oscuro está un espacio determinado? Pues en relación a la cantidad de luz presente en ese espacio. La oscuridad es una definición utilizada por el hombre para describir qué ocurre cuando hay ausencia de luz”.

Finalmente el joven preguntó al profesor. “Señor, ¿el mal existe?”.

El profesor respondió: “Como afirmé al inicio, vemos estupros, crímenes, violencia en todo el mundo. Esas cosas son del mal”.

El estudiante contestó: “El mal no existe, señor, o por lo menos no existe por sí mismo. El mal es simplemente la ausencia del bien. De conformidad con los anteriores casos, el mal es sólo una definición que el hombre inventó para describir la ausencia de Dios. Dios no creó el mal. El mal es el resultado de la ausencia de Dios en el corazón de los seres humanos. Es igual a lo que ocurre con el frío cuando no hay calor, o con la oscuridad cuando no hay luz”.

El joven fue aplaudido por todos puestos en pie, y el maestro, moviendo la cabeza, permaneció en silencio.

El profesor, cuando se hubieron acabado los aplausos, se dirigió al joven y le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?”

“Me llamo Albert Einstein”, respondió.

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