miércoles, 5 de noviembre de 2014

Cursos


Estoy alucinando con el plan de formación que tienen en el ministerio en el que estoy ahora trabajando. Con un correo electrónico anunciando “Ofertas del mes”, como si te estuvieran vendiendo un kilo de naranjas, te ofrecen cursos con títulos tan peculiares como “Aprende a estar en lo que estás: disfruta el instante”, “Gestión de la incertidumbre” o “Argumentar para convencer”.
 
El 1º se basa en conocer lo que es el “Mindfullness” o conciencia plena, basado en la meditación budista. Según la Wikipedia: “consiste en prestar atención, momento por momento, a pensamientos, emociones, sensaciones corporales y al ambiente circundante, de forma principalmente caracterizada por "aceptación" - una atención a pensamientos y emociones sin juzgar si son correctos o no. El cerebro se enfoca en lo que es percibido a cada momento, en lugar de proceder con la normal ruminacion acerca del pasado o el futuro.  
 

En este contexto, la ruminación se define como una atención compulsivamente enfocada en síntomas de inquietud, sus posibles causas y consecuencias, contrariamente a sus soluciones. Ruminación se parece a 'preocupación' excepto que la ruminación se enfoca en sentimientos negativos y experiencias del pasado, mientras que la preocupación se ocupa de potenciales eventos negativos en el futuro. Tanto ruminación como preocupación están asociados a la ansiedad y otros estados emocionales negativos. La ruminación ha sido estudiada como un factor cognitivo de vulnerabilidad a la depresión”.
 
De todas formas, lo de aprender a estar en lo que estás en el trabajo se ha hecho mucho más difícil desde que en la Administración permitieron el uso de internet. Es casi compulsivo meterse en Google a diario aprovechando cualquier rato libre. Esa es nuestra manera de “disfrutar del instante” que anuncian en el curso, evadirse como sea de la rutina que impone lo administrativo. Al fin y al cabo no podemos pedir que nos traten como al personal que trabaja en Google precisamente, que tienen sus espacios de relax que son como de cuento de hadas futurista, y hasta comen y cenan con sus familiares en las extensiones de hierba que hay alrededor de los edificios de la empresa cuando hace buen tiempo, en plan picnic total, con los niños jugando y confraternizando todos con todos, jefes y empleados. Eso es buen rollo y no otra cosa.
 
En cuanto a la gestión de la incertidumbre, supongo que será un curso para jefes, que son los que tienen que tomar decisiones y a los que se les presentan disyuntivas. Al currito base la mayor incertidumbre que se nos puede presentar durante la jornada laboral es si desayunar croissant o pulga de atún. Si se refieren a otras incertidumbres que lo avisen, que a lo mejor sí me apunto.
 
Leyendo el contenido del curso, se habla de “conocer las emociones propias y colectivas frente al cambio y transmitir actitudes positivas frente a la incertidumbre”. Se señala a continuación que es útil para aquellos que quieran adquirir habilidades en el manejo de situaciones en las que hay falta de control. En la Administración está prohibido perder la cabeza. El desmelenamiento burocrático no se concibe. Cada cosa debe estar en su sitio, la mecanización es absoluta, somos como Chaplin en Tiempos modernos, ajustando las piezas de la cadena de producción en una rutina interminable que no admite iniciativas ni reflexión.
 
Y en lo referente al último curso, “Argumentar para convencer”, parece dirigido a vendedores o a políticos, que tanto tienen en común si se mira bien. En el resumen del contenido se puede leer “habilidades para la persuasión y la comunicación”. A los que trabajamos en la Administración se nos convence y nos persuade no quitándonos pagas ni los pocos días libres de que disponemos al cabo del año, ni congelándonos el sueldo, exiguo por otra parte. Si el curso es para persuadir nosotros a nuestros gobernantes de que no hagan todas esas cosas con nosotros, lo llevamos claro.
 
En fin, que estos cursos, de 3 días cada uno, no puntúan en los concursos de traslado, porque a quién puede importarle si estás en lo que estás, si gestionas tu incertidumbre o sabes argumentar para convencer, pero para echarnos unas risas sí que valen. Si casi creí que era una broma cuando me los mandaron por e-mail, tuve que mirar el calendario para cerciorarme de que no era el Día de los Santos Inocentes. No, hasta diciembre no toca, osea, que toda esta oferta formativa iba en serio. Qué será lo próximo que se les ocurra a las mentes pensantes del ministerio, pero no sólo de éste, que en los demás andan por el estilo. Lo sé bien, que ya he pasado por muchos, por aquello de combatir el aburrimiento burrocrático, que me provoca tanta incertidumbre, siguiendo la estela del mindfullness de intentar disfrutar del momento.
 


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