- Hay que ver los niños qué capacidad de sugestión tienen, y qué imaginación. Mi hija cada vez que ve una película que le ha gustado o le ha impactado por el motivo que sea, se apresura a recrearla con su estilo, que es un estilo muy personal. Hace poco cuando vió “Memorias de una geisha”, ya estaba poniéndose una especie de túnica negra brillante que tiene (creo que pertenece al uniforme de Harry Potter que le regalaron los Reyes Magos hace tiempo), se recogió el pelo a la manera oriental, y se hizo con un abanico tras el cual escondía su cara de forma muy sugerente. Lo más curioso es que consiguió que su hermano se convirtiera por un rato en su vasallo, adoptando una actitud imperativa, y haciendo que él se postrara todo el tiempo a sus pies y juntara la manos mientras hacía reverencias, con la vista baja, obedeciendo a todo lo que ella decía. “Lo que tú digas, Ana-shan”, le decía a su hermana. “Así me gusta Miguel-shan”, le respondía ella. De vez en cuando le atizaba con su abanico cerrado, como para someterlo aún más. Yo creo que como normalmente es al revés, que es ella la que recibe, aprovecha esas raras ocasiones para vengarse un poco.
Otro día vió “Límite vertical”. Pues ya era una esquiadora-alpinista perdida en las altas cumbres. Se puso una cazadora de mucho abrigo, una bufanda, guantes, gafas de sol y un walkie talkie colgando de la cintura que tiene y que siempre intercepta la frecuencia de la policía. Cada vez que oía voces por el aparato, ya estaba diciendo que iban a venir a rescatarla.
Los niños pueden ser todo lo que se les pase por la imaginación, y lo viven intensamente.
- Hace un tiempo un jefe muy sapiente que tuve nos dijo que nuestro lugar de trabajo es el “nicho biológico”. Era la primera vez que oía hablar de un “nicho” sin tratarse de un lugar de enterramiento. Nos explicó que en este caso se trata de la posición o el espacio concreto que una especie ocupa en un ecosistema. En el caso de los seres humanos, el lugar donde más tiempo pasamos, el sitio en el que vivimos.
Otro día vió “Límite vertical”. Pues ya era una esquiadora-alpinista perdida en las altas cumbres. Se puso una cazadora de mucho abrigo, una bufanda, guantes, gafas de sol y un walkie talkie colgando de la cintura que tiene y que siempre intercepta la frecuencia de la policía. Cada vez que oía voces por el aparato, ya estaba diciendo que iban a venir a rescatarla.
Los niños pueden ser todo lo que se les pase por la imaginación, y lo viven intensamente.
- Hace un tiempo un jefe muy sapiente que tuve nos dijo que nuestro lugar de trabajo es el “nicho biológico”. Era la primera vez que oía hablar de un “nicho” sin tratarse de un lugar de enterramiento. Nos explicó que en este caso se trata de la posición o el espacio concreto que una especie ocupa en un ecosistema. En el caso de los seres humanos, el lugar donde más tiempo pasamos, el sitio en el que vivimos.
- Cuando se habla del “efecto mariposa”, se dice que si uno de estos insectos “agita hoy con su aleteo el aire de Pekín, puede modificar los sistemas climáticos de Nueva York el mes que viene”. Se suele utilizar como símil para hacer referencia a los hechos y decisiones del pasado que, por insignificantes que puedan parecer en un primer momento, afectan sobremanera a lo que nos acontecerá en años venideros. ¿Qué sería ahora de nosotros si tiempo atrás hubiéramos actuado de una manera y no de otra, o hubiéramos conocido a una u otra persona?. Como leí en Internet “¿hasta qué punto puede influir en nuestras vidas el más pequeño cambio en el pasado?”.
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