miércoles, 30 de enero de 2013

El acoso moral


Psiquiatra, psicoanalista y psicoterapeuta familiar, Marie-France Hirigoyen es una de las grandes especialistas en desenmascarar las actitudes perversas que conducen a la violencia y el abuso. Francesa, de ascendencia española, se formó en EE.UU. en Victimología, una rama de la Criminología que analiza las secuelas psíquicas en las personas que han sufrido atentados o agresiones diversas. En 1998 publicó Acoso moral, un libro sobre el maltrato que ha tenido un éxito mundial. En su último libro El abuso de la debilidad, publicado recientemente, nos habla de cómo se genera el abuso en las relaciones y nos hace reflexionar sobre la posibilidad de que podamos ser manipulados.

En una entrevista concedida hace poco, la psiquiatra afirmaba que el manipulado se avergüenza de no haber sabido reaccionar ante el manipulador, por eso es un hecho que suele ocultarse. “En una manipulación hay un cierto grado de consentimiento”.

El suyo es un libro que incita a la reflexión, nos hace preguntarnos por los límites de lo que cada uno de nosotros puede aceptar. “El abuso de debilidad es usar la debilidad de una persona para un bien propio o inducir a la debilidad, es decir, provocarla para el propio interés”.

Según la legislación francesa se considera personas vulnerables o débiles a los ancianos, los enfermos, los niños y las personas que se encuentran bajo sugestión psicológica. “Todos somos manipuladores y podemos hacerlo de forma benévola (la influencia sana). El manipulador lo hace por su conveniencia”.

En la entrevista le preguntaban qué es el consentimiento. “Es una decisión tomada con libertad y con conocimiento de causa. Pero en algunos casos se puede conseguir por la sugestión, la manipulación o la amenaza”.

Ante la pregunta de cómo se supera el status de víctima, Hirigoyen afirma que “en primer lugar hay que entender que no se trata de una situación normal, y a la vez reconocer el papel que ha tenido uno mismo en esa relación patológica. Esta experiencia debe ayudarte a defenderte mejor”.

“A menudo el vacío, que identifica muy bien el manipulador en la persona de la que abusa, es una carancia afectiva. Ese manipulador sabrá colmarlo”, y con mentiras si es necesario. “Hay dominaciones que son aceptadas y que no necesariamente son negativas. Por ejemplo, hay dominaciones naturales de un progenitor hacia su hijo. Pero otras, las negativas, hacen que la persona se retraiga y se convierta en la sombra de sí misma”.

Podría pensarse que la dependencia de una persona hacia otra que abusa de ella es comparable con la dependencia a sustancias psicoactivas. “El manipulador es el que necesita a la “persona blanco”, pero consigue cambiar la situación, invierte la dinámica y crea una dependencia de la persona manipulada hacia su persona. El manipulador, primero, induce la dependencia de la otra personas después de detectar su carencia afectiva, pues la llena de un supuesto amor; después amenaza con retirarle ese amor. Asusta a la persona con la posible pérdida y hace más álgida la necesidad del otro”.

A la pregunta de si las transgresiones del perverso aportan excitación a la víctima, sobre si ésta se encuentra en un estado depresivo, Hirigoyen afirma que “el perverso siempre acaba cruzando la línea de lo admitido. Siempre es subversivo, provoca miedo y da la sensación de peligro. Esta sensación provoca un efecto hormonal y una descarga de los neurotransmisores cerebrales. Esto, en una persona depresiva, provoca el mismo efecto que los antidepresivos. Le produce un “subidón”.

La psiquiata afirmaba en su primer libro que las víctimas eran elegidas porque aceptaban la seducción, eran tolerantes al abuso y su agresor detectaba en ellas un fallo, generalmente de desvalorización y culpabilización. “El manipulador dice: “Yo sé mejor que tú lo que debes hacer, yo sé mejor que tú lo que es bueno para ti”. Como buen perverso, pervierte la situación (...) “Es una estrategia de acoso muy conocida y que se utiliza en el marketing”.

Tanto manipulador como víctima tienen un déficit emocional. “El manipulador es alguien que tiene una baja autoestima y no para de realzarse de forma artificial a través de la manipulación del otro, aunque no es consciente del daño que causa, no es un psicópata, aunque se aproxima a él porque no siente ninguna empatía”.

En la entrevista se plantea la cuestión de por qué hay adultos inteligentes que caen en la manipulación, y se alude a posibles disposiciones psíquicas que se podrían cambiar. “Ninguna patología está en el origen del abuso o la propicia más. Cualquiera puede ser víctima del abuso. Todos tenemos fisuras, algún aspecto frágil, y el manipulador se cuela por esa rendija. En el principio de la relación la futura víctima sintió algo, pero no se escuchó a sí misma. Siempre hay que hacer caso a nuestra intuición y estar atento al malestar que sentimos. Cuando en una situación no nos encontramos a gusto, no nos aclaramos del todo, es porque hay algo que no es normal. Yo doy clases en la Escuela de Magistratura, y a los magistrados les explico lo siguiente: “Cuando se sientan tontos, que no se enteran, que no entienden absolutamente nada de lo que está pasando, es porque alguien les está intentado manipular”.

En su libro pone como ejemplo de manipulador al doctor House, el protagonista de la famosa serie. “Es el ejemplo del perverso manipulador, siempre está mintiendo, habla mal de todos los que están en su entorno, y además hace que éstos hablen mal unos de otros. Ni siquiera respeta a los pacientes y el código deontológico, lo que le interesa es el juego intelectual. Puede incluso provocar una enfermedad para demostrar que tenía razón”. En la serie se habla de que House sufrió maltrato de su padre en la infancia. “Sí, y además tiene malas relaciones con su madre, y es toxicómano, es decir, tiene problemas con los límites. Lo que es interesante es lo destructor que es, lo patológico que es, y sin embargo es seductor (…) Esta idea conduce a atravesar el límite de lo aceptable. De este modo, algo que es inaceptable se convierte en aceptable. Eso es lo que hace el perverso, hacerte creer que su comportamiento es vulgar y corriente”.

En su libro desfilan nombres de gente famosa, Madoff, Strauss-Kahn, ante un análisis que nos hace reflexionar sobre las pulsiones humanas, sobre la del dominio en particular. “La perversión moral se ha relativizado y se ha banalizado. Cuando alguien se ha pasado, puede acudir a un abogado, que presentará el hecho como aceptable y luego irá a una agencia de comunicación que lo transformará hasta que aparezca como la cosa más normal del mundo. Incluso se presentará como víctima de lo que se le reprocha”.

“Para ser manipulador es necesaria la megalomanía, es decir, alguien debe sentirse importante. Luego está la seducción. Para abusar de alguien se debe seducir. Además hay que mentir para tapar la verdad. El manipulador usa a los demás y los vampiriza. Y también tiene que haber falta de escrúpulos. Paradójicamente, estas características son las que se requieren hoy en día para tener éxito en nuestra sociedad (…) Se banalizan estos comportamientos, y nuestros hijos acaban pensando que son la norma para estar en la sociedad”.

En el libro Hirigoyen habla de la “dominación suave” que nos tiene sojuzgados. “A través de buenas palabras, de ciertas promesas e ilusiones que se crean, aceptamos lo que los estratos dominantes quieran”. 

Para la psiquiatra, el status de víctima no es irreversible. Hay reacciones individuales ante un problema de manipulación personal (pareja, familia, amigos, ámbito laboral), y reacciones colectivas ante un problema de manipulación social. “Es necesario que el afectado empiece a decir: “No, esto no, esto es inaceptable”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni Marie-France Hirigoyen pudo relatar en su libro un acoso similar al que sufro, me han dejado de asesina en la ciudad donde vivo, los asesinos de mi padre que son narcotraficantes que matan por encargo, difunden mi imagen junto a calumnias por emails que llegan a todo el mundo, la gente me reconoce por la calle, me miran con odio, comentan y lo que es más grave, uno de los asesinos es policía por enchufe de un pueblo, y por corporativismo tienen a la Policía de su parte, saben hasta donde me conecto a Internet porque no tengo ordenador, mi indefensión es total porque carezco de medios económicos.

pilarrubio dijo...

Siento muchísimo lo que te está sucediendo y espero que tu situación no dure mucho más y tenga pronta solución. Un acoso como el tuyo va más allá de lo imaginable, excede todo lo que yo pueda haber escrito sobre el tema. De alguna forma siempre se sale de todo. Ten confianza. Ánimo.

 
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