viernes, 12 de febrero de 2010

Descubriendo Internet


Qué curiosa es la reacción que provoca todo esto de Internet en quienes nunca antes habían navegado en él. Mis padres se lo acaban de poner en casa, después de comprarse un flamante ordenador portátil, última generación, enorme, panorámico diría yo.
Me ofrecí a explicarles su manejo, pobre de mí, como si yo tuviera alguna idea que se pudiera tomar en serio al respecto, y lo único que pude hacer, muy malamente porque yo sin ratón no soy nadie, fue desplazarme torpemente con el cursor por toda la pantalla, pasando los deditos indecisos por ese rectángulo que en la parte inferior hace las veces de mouse.
Ellos ya habían localizado Google y habían investigado por su cuenta. Como son mayores lo primero que buscaron fueron cosas de su infancia, mi padre de la tierra donde vivió de niño, Ifni (se descargó videos con marchas militares y todo), y mi madre del colegio de Aranjuez de su adolescencia (dijo que las fotos que vio no hacían justicia al edificio).
Entre mi hija y yo les habíamos abierto una cuenta de correo electrónico y les había mandado un montón de e-mails para que vieran cosas curiosas e interesantes, pero cada vez que intentaba abrir uno había algo en la configuración del ordenador que lo impedía. Menos mal que mi cuñado encontró un poco de tiempo libre para acercarse otro día y solucionar el problema. El hermano pequeño de mi padre, al enterarse de sus nuevas adquisiciones, se apresuró a mandarles un correo de esos que tienen alusiones políticas (en contra de Zapatero, para variar), que son cosas que a ellos les divierten mucho.
Mi padre ya estaba familiarizado con el mundo de la informática porque unos cuantos años antes de jubilarse aprendió a manejar un Autocad y un Ploter para su trabajo de delineante, pero mi madre sólo se había puesto frente a un ordenador hace mucho, cuando mi hermana aún vivía en casa y tenía un ordenador un poco cascajo que le servía más que nada para practicar velocidad para las oposiciones. Mi madre lo cogía alguna vez que otra para distraerse con alguno de los videojuegos que tenía, comecocos, partidas de tenis, cosas así. Familiarizarse con un teclado es cuestión de práctica, no tiene grandes misterios, pero es fácil decirlo cuando se maneja desde hace años y se tiene una cierta edad. Cuando nunca se ha visto y ya se es mayor acostumbrarse puede costar un poco más.
Yo les enseñé a activar los símbolos menos habituales, o a salir de una pantalla cuando se ha bloqueado. No sabían siquiera que las aspas de la parte superior derecha de cada ventana sirven para cerrar, ni las flechas de arriba a la izquierda para pasar de una ventana a otra, ni por supuesto la utilidad de las barras de herramientas y de desplazamiento, y las pestañas. Yo todo lo aprendí con cursos, pero me imagino que investigando un poco aquí y allá no se tarda mucho en desentrañar los misterios de tantos símbolos.
Mi padre cree que puedes buscar en Google absolutamente todo. Para abrir su correo tecleaba su cuenta personal. Ya le expliqué que en el buscador aparece todo lo que sea público, lo que ve todo el mundo, pero lo privado no. Por eso tampoco puede curiosear lo que ponen los niños en el Tuenti, pero mi madre me ha dicho que no le importaría formar parte, con la esperanza de que sus nietos la agreguen y así ver lo que cuelgan allí. Aún no tienen una idea delimitadora clara de lo que es Internet, Google, el correo electrónico y una página web, todo se confunde en su mente porque es algo cuyas dimensiones no ha visto todavía en su conjunto y aunque le cuente cómo encajan unas cosas con otras, no consigue distinguir los ámbitos de todas. Es algo que trastoca los límites de su mente, le cambia sus perspectivas.
La primera vez que yo me metí en Google ni siquiera sabía qué buscar, estaba un poco perdida. Como fue por la época del terremoto de Sumatra, me dediqué a ver fotos y videos del desastre. Pero lo cierto es que cuando empiezas a navegar buscando algo en concreto, terminas metiéndote en otros sitios a los que la curiosidad te va llevando, y una cosa conduce a la otra sin solución de continuidad, las posibilidades son ilimitadas y el afán de saber inmenso. Internet es un camino sembrado de enlaces e hipervínculos que sólo tienes que pinchar para ir abriendo puertas que parecían cerradas hasta ese momento. Y esto que quiere decir, y aquello no lo había visto nunca, qué será. Son las preguntas que pasan por mi cabeza siempre.
Me hace gracia la curiosa ingenuidad con la que mis padres se zambullen en Internet a través de ese maravilloso ordenador último modelo que se han comprado, parecen niños con un juguete nuevo. Me conmueve ver su ilusión, sus ganas de aprender, su enorme interés. Da igual los años que se tengan, nunca se termina de ver cosas nuevas, y el avance tecnológico es tan grande y tan rápido que nos aguardan aún otras muchas cosas por descubrir.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Pilar. Yo también nací en Ifni, le puedes decir a tu padre que a través de Google, puede entrar en www.ifni.es, ahí tendrá unas cuantas paginas sobre auella tierra. Que las investigue.
Saludos.

Anónimo dijo...

Él nació en Ceuta, pero vivió en Ifni muchos años. Se lo diré porque le interesará. Muchas gracias. Pilar

 
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