jueves, 16 de diciembre de 2010

Criss Angel: el nuevo Gran Houdini

Descubrí a Criss Angel hace relativamente poco, cuando me enviaron un correo electrónico en el que se le veía en medio de un parque, partiendo en dos a una mujer que salía a toda prisa sin piernas, únicamente usando sus brazos, arrastrando el resto de su cuerpo por el suelo. Eran imágenes muy impactantes. Poco tiempo después emitieron en el Digital un reportaje sobre su vida y su trabajo, y resultó ser de lo más interesante.

Este mago, ilusionista, escapista, acróbata, músico y showman televisivo, lleva ya unos cuantos años siendo un personaje archipopular en EE.UU. Neoyorkino, el más pequeño de una familia numerosa, empezó a hacer trucos de magia siendo un niño, a raíz de un pequeño juego que hizo una tía suya para entretenerle. A los 13 años realizó su primera actuación pagada.

Cuando se le ve, hablando con tanta tranquilidad y naturalidad sobre su vida y su trabajo, lo único que llama la atención es su apariencia, a medio camino entre lo gótico y lo roquero: media melena lisa, ojos y uñas pintados de negro, anillos de calavera en los dedos, muchos colgantes muy largos al cuello, ropa informal y mucho cuero, siempre a la moda.
En el reportaje se mostraban algunos de sus números, todos increíbles: levitaba a varios metros por encima de la pirámide de Luxor, de noche, sobre un haz de luz procedente de un foco situado en la cúspide; o se colgaba con unos cables desde un helicóptero con cuatro ganchos atravesándole la carne de la espalda, mientras volaba sobre el desierto.

En otra ocasión se quemó a lo bonzo en mitad de la calle, en una zona previamente vallada, rodeado de público y con su madre presente, para celebrar el cumpleaños de ésta. Ella se medio tapaba la cara, asustada. Al final, cuando se tumba bocabajo y los ayudantes apagan las llamas con extintores, sólo queda su ropa en el suelo sin nadie dentro.

En otro momento se le ve apoyado contra un muro mientras un coche lo embiste a gran velocidad, llevándoselo a él y al muro por delante, y saliendo aparentemente ileso.

También salen unas instantáneas en las que se le ve metiendo un escorpión en la boca de una bellísima y aterrorizada “voluntaria”, transformando agua en cerveza, rompiendo con aparente facilidad guías de teléfono, atravesando cristales sin romperlos y caminando sobre las aguas de una piscina. Recuerdo la impresion que me dio verle subirse encima de una valla llena de pinchos, tumbarse encima y parecer como estos le atravesaban, a la vista de la gente que pasaba.

A veces hay números que no salen bien, como cuando implosionó un edificio con él dentro. Un helicóptero tenía que llevárselo justo un momento antes de la explosión, pero algo falló y se quedó en el interior. Los organizadores respiraron aliviados cuando le vieron salir, algo maltrecho, por su propio pie.

Otro número fallido fue el escapismo subacuático en un casino. Se metía en una caja alargada metálica, pero lo bajaron cuando aún no estaba preparado. El agua se le metió en los pulmones y se le reventaron los tímpanos. Con una fuerza sobrenatural consiguió abrir la caja y salir.

Hay páginas en Internet en las que él mismo explica con ayuda de videos cómo hace algunos de sus trucos, y son sorprendentemente sencillos. Es difícil explicarlos aquí, porque espectáculos tan visuales y efectistas como éstos es mejor verlos que expresarlos con palabras para poder comprenderlos. Todo se basa en formas especiales de colocar las cámaras, en situar estratégicamente espejos, o simplemente pegarse un papel de celofán detrás del dedo gordo de una de las manos para que se quede ahí sujeto determinado objeto que quiera hacer “desaparecer”.

Algunos de sus espectáculos son especialmente truculentos, cuesta creer que las cosas que en ellos tienen lugar no sucedan realmente. No teme herir sensibilidades, sólo busca impresionar, llamar la atención, que se hable de él, generar polémica.

Se cuenta que estuvo practicando en un circo durante años para mejorar sus números, antes de hacer el programa de televisión que tanta fama le está dando.

Criss Angel dice haber sacrificado su vida personal en aras de su carrera. La adrenalina que desarrolla en cada uno de sus espectáculos, la emoción y el entusiasmo que este trabajo despierta en él ha hecho que renuncie a casi todo lo demás.

Y sigue inventando cosas, su imaginación es portentosa, su magia no tiene límites. No le importa poner en peligro su vida una y otra vez, resistir el dolor. Puede que haya entrenado su mente para que su cuerpo lo aguante todo. Su energía es inacabable.

No en vano se le conoce como el Gran Houdini del siglo XXI.

1 comentario:

Trucos de magia dijo...

La magia de Criss es de la mas conocida hoy en dia, la mayoría de mis conocidos a visto alguno de sus actos. Realmente cobro mucha popularidad por sus fuertes ilusiones! Felicitaciones!

 
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