Sam Shaw fue un fotógrafo y productor neoyorquino que entre los años 50 y 60 fotografió a casi todos los artistas del Hollywood de entonces. Marilyn fue una de sus modelos predilectas, y la acompañó durante toda su carrera. Él fue quien creo la famosa imagen de la actriz sobre la rejilla del metro, y muchas de sus fotos se han convertido en un icono cultural.
Le gustaba trabajar sin posados ni maquillaje, y animaba a sus modelos a divertirse e improvisar. Las sabía tratar, las conocía bien, y no tardó en ganarse la confianza de Marilyn, lo cual no siempre era fácil. Ella se encontraba muy a gusto trabajando con él.
En una época en la que aún no existía el photoshop, la artista ha quedado inmortalizada en toda su belleza, con total naturalidad. Era de esas personas de las que se dice que la cámara la quería. Sus fotos transmiten mucho encanto, vitalidad, y una luz, una energía especial que emanaba de su persona sin aparente esfuerzo.
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