Acabo de descubrir una enfermedad
típica de oficinas, la lipoatrofia
semicircular, de la que desconocía por completo su existencia. La encontré leyendo el contenido de
la revisión médica de empresa que van a hacer en mi trabajo. En ningún otro
reconocimiento por el que he pasado en los muchos otros sitios en los que he
trabajado antes se mencionó nunca tal afección. Según Wikipedia “es un trastorno
de la grasa subcutánea que se suele manifestar con un hundimiento en la cara
anterior y lateral de los muslos y, a veces, de los antebrazos (…)
Puede estar presente tanto en una
extremidad (unilateral) como en las dos (bilateral). A veces puede estar
acompañada de picores, alteraciones en la sensibilidad de la zona afectada y en
el menor de los casos de molestias y dolor. La enfermedad, benigna y reversible,
suele afectar a las mujeres y acostumbra a aparecer en los muslos. La
lipoatrofia semicircular afecta a los/las oficinistas. Su forma típica consiste
en una disminución de la grasa de los muslos formando un semicírculo a una
altura de unos 70-75 cm, distancia que coincide con la altura media de los
muebles de oficina o por campos electromagnéticos.
La Generalitat de Cataluña reconoce la
lipoatrofia como accidente laboral, a pesar de que aún se están estudiando sus
causas, y tiene que ver con el entorno laboral, la baja humedad relativa, las
mesas con estructuras metálicas, con cantos a una altura entre 70-75cm y sin
toma de tierra, cosa que favorece las descargas electrostáticas”.
Pensando maliciosamente se podría decir que es como una liposucción sin tratamiento médico estético, porque además se da en mayor medida en mujeres, como si los hombres no tuvieran grasa en los muslos. Algo tendrán, digo yo.
Pero no es esta la única de las enfermedades que pueden caer sobre los que trabajamos en oficinas. Todavía recuerdo una historia que me
contaron en uno de los Ministerios por los que he pasado, que era de esas para
no dormir: un grupo de personas que habían ocupado ese mismo despacho en el que
me hallaba y otro que está al lado, fueron baja médica por neumonía a causa
de la escasa limpieza de los sistemas de refrigeración del edificio, reformado
pero bastante antiguo. La gente iba cayendo como moscas sin que los de la
inspección sanitaria encontraran el origen de semejante epidemia. Tardaron
meses en descubrirla. Alguno de los afectados estuvo al borde de la muerte.
Ni qué decir tiene de otros dos sitios
en los que trabajé que eran de los que no se pueden abrir ventanas y tienen
moquetas, de esos a los que se les da por llamar edificios inteligentes. Por bien que funcionaran los sistemas de ventilación aquello tenía
que ser un mar de ácaros y otras cosas peores, además de las descargas
eléctricas que recibíamos cada vez que tocábamos algo. Se suele decir que estas
cosas pasan en los quirófanos de los hospitales, tradicional campo de cultivo de todo tipo de virus, pero lo cierto es que la falta
de limpieza y de mantenimiento es general.
A veces no me parece que hayamos
mejorado mucho desde el siglo XIX, a pesar de las reformas laborales y las
reivindicaciones. Seguimos trabajando en situaciones que dejan mucho que
desear. Cuando preguntas por qué esto es así, siempre te dicen que no hay
bastante dinero para renovar instalaciones o llevar un control más exhaustivo de
las condiciones sanitarias en que nos encontramos en cada momento, se hace lo
mínimo para cubrir el expediente. Todos sabemos que dinero hay pero se destina a otras cosas, asesores, altos cargos, extras sólo para determinadas
personas, etc. A estos no les falta de nada.
Por la calle sigues viendo operarios
que están con el martillo rompedor sin ponerse gafas protectoras ni cascos para
evitar daños en los oídos. La falta de medidas de prevención laboral se produce
en todos los sectores. Una tarea tan importante como esta, siempre en manos de los sindicatos,
irresponsables y arbitrarios, estamento semejante al de los altos cargos que se
mueve sólo atendiendo a su propio interés, queda totalmente desatendida.
En fin, los que trabajamos en
oficinas, que es lo que a mí me compete, vemos nuestra salud expuesta por miles
de factores de riesgo. No sé en qué condiciones llegaremos a mayores, porque fácil no nos lo
están poniendo.
2 comentarios:
muy util y practico.gracias.
No hay de qué, me alegro que te haya gustado. Un saludo.
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