Dave no se ha atrevido a
besar abiertamente a su novia cuando se despedía de ella en el aeropuerto
porque un hombre sentado a lo lejos les estaba mirando fijamente, o eso le
pareció a él, el mismo hombre que ahora le invita en el avión a sentarse a su
lado porque el asiento está libre: Dave tenía dificultades para desocupar del
que le correspondía a un tipo chulesco que lo había ocupado y le invitaba
a sentarse en el que él había dejado vacío, en medio de un hombre y una mujer obesos
que dormían a pierna suelta.
Cuando se sienta al lado de aquel extraño hombre, este le
advierte un tanto amenazador, y sin perder su diabólica sonrisa, que no
debe ocupar su parte del reposabrazos, y con los cascos puestos escucha la
película que están transmitiendo en los monitores, soltando risotadas
estruendosas a cada momento, para consternación de Dave que quiere descansar. En la película aparece una mujer pechugona, y el desconocido le pregunta a Dave a voz
en grito qué opinión le merecen los implantes mamarios, con lo que el resto del
pasaje se les queda mirando estupefacto. Cuando le quiere pedir unos auriculares a una de
las azafatas porque también quiere oir la película, esta reacciona de
forma extrañamente agresiva, diciéndole que no le puede levantar la voz y que no sea
impaciente. Llega un miembro de seguridad, un hombre negro muy alto que termina
de sacarle de quicio, y que le reduce al silencio con un aparato eléctrico de
los que usa la policía para inmovilizar a los delincuentes. Su extraño
acompañante duerme y ronca tan tranquilo a su lado.
Sin comerlo ni beberlo se
ve en los tribunales donde la juez le condena a pagar una cuantiosa cifra y a
seguir una terapia de control de la agresividad, acusado de causar lesiones a la azafata. A la salida se encuentra con
el extraño personaje que lo acompañó en el vuelo, que resulta ser un
psiquiatra, el doctor Rydell. Le ruega que le firme el papel que le han dado en el que se
ratifica que no necesita terapias, pero el médico le dice que no puede firmar
sin más ni más. Como condición le insta a acudir a una sola de sus sesiones.
Y así se encuentra en una
gran sala haciendo una terapia de grupo, en la que se pone muy nervioso sólo
con que le hagan varias veces la pregunta de quién es él y no atine con
la respuesta que el doctor espera, y en la que despierta la iras de otro
paciente que casi le da un puñetazo. Todos están allí para controlar su
agresividad, a duras penas. A la salida el doctor le dice que necesitaría el
doble de horas de terapia que las que le recomendó la juez. Afirma que existen
2 tipos de agresividad: la explosiva y la implosiva. "Ira explosiva es
la del señor que estalla cuando cree que
la cajera del supermercado le ha dado mal el cambio. Ira implosiva es la de la
cajera que aguanta a tipos como ese un día tras otro hasta que llega un momento en
que coge un fusil y se carga a todo el supermercado. Tú perteneces a esta
última categoría". Para rematar, le asigna como compañero al paciente que
le quería pegar, pues así se ayudarán mútuamente.
Este acude poco después
durante la noche a su casa para desahogarse después de que le hayan despedido del
trabajo. Está en pleno ataque de ira y lanza gritos en el portal para conseguir
que Dave, que está con su novia, baje de una vez. Van a un bar cercano y
entonces el compañero organiza una pelea, en la que Dave golpea sin querer la
cara de una camarera. Se ve de nuevo ante la jueza, y la intervención del
Dr.Raydell en el último momento le salva de una condena mayor.
El doctor se presenta al
día siguiente en su casa."Capto efluvios de frustración y dolor", le
dice nada más entrar. Su intención es hacer la terapia las 24 horas del día
durante un mes, por lo que debe vivir con él. "Mañana instalaremos
las escuchas telefónicas" le dice al ayudante que le ha traido su
equipaje. Le tira los CD's de Cat Stevens a la papelera, porque a pesar de ser
un cantante melódico opina que sus letras representan la demencia y la
obsesión. Repasan las normas: "Te abstendrás de cualquier gesto de
violencia, incluyendo la verbal y el gesto obsceno. Se prohibe el consumo de
cualquier sustancia que aumente la agresividad, tales como cafeína, alcohol, cocaína,
crack, fetabetas, chupitorras, prifadinas, profalobsas y prongococo. Y habrá
que suspender la masturbación. Por favor, hazlo sin el estímulo de imágenes
pornográficas que representen lo que se considera entre comillas sexo furioso.
Soy un tipo fantástico y lo pasaremos muy bien juntos". Dave no parece estar
de acuerdo. "El sarcasmo es el cuñado feo de la rabia", le dice el
doctor. Le da una grabadora para que se grabe cuando tenga un episodio de ira.
A la hora de acostarse, y
como Dave tiene sólo una cama, el doctor no duda en compartirla con él, no sin
antes quitarse toda la ropa bajo las sábanas. "Yo siempre duermo
desnudo". Después hace unos movimientos con los brazos y sonidos ininteligibles para relajarse, y termina poniéndose de medio lado abrazado a
Dave. Al día siguiente este está en el suelo, junto a la cama, cubierto por
sábanas, y el doctor le despierta haciéndole fotos con una Polaroid. Dice que
así queda reflejado su comportamiento en el despertar. Dave mira el despertador
y ve que son las 6,30 de la mañana. Ante sus protestas por lo temprano que es
el doctor le dice: "Tienes que prepararme el desayuno. Cocinar es muy
terapéutico y relajante. Quiero dos huevos ecológicos poco hechos, tostadas
integrales y... te lo suplico... dime que tienes ketchup".
Cuando el doctor ve que
los huevos están muy hechos, en un arrebato de ira estampa el plato con huevos
y todo contra la pared de la cocina. "¡He dicho que poco hechos!"
vocifera. Enseguida se calma y coge unos cereales. "Es un psicótico"
murmura Dave mientras recoge los restos del estropicio. "Ahora iremos al trabajo"
dice el doctor ante la estupefacción de Dave, que no sabía que también lo
acompañaría allí.
Durante el trayecto, y
como llegan tarde, Dave va demasiado deprisa y se salta los semáforos. El
doctor le obliga a parar en medio del puente de S.Francisco y para que se
relaje le dice que cante una canción, "Me siento guapa", de West Side
Story. Un taxista muy enfadado para a su lado y expeta: "Qué coño están
haciendo ahí?". "¡Cierra la bocaza, estamos trabajando!"
vocifera el doctor. El taxista se marcha disculpándose, medio asustado. Los
coches les rebasan pitando, pero el doctor hipertérrito le da el pie varias
veces hasta que Dave empieza a cantar, y le hace los coros. "¡Fuera de ahí
capullo!" grita un conductor al pasar. "¡Que os folle un pez!"
vocifera otro. Terminan la canción en medio de una gran exaltación.
Ya en el trabajo el jefe
le recrimina que llegue tarde. El doctor les observa interaccionar, y no deja
de meter pullas para que Dave saque su ira. Cuando el jefe pregunta quién es y
le cuentan los episodios violentos en los que Dave se ha visto envuelto no da
crédito. El doctor altera el nombre del jefe pronunciándolo como si fuera
femenino para cabrearle, pero es Dave quien termina gritando:"¡Se llama
Frank!".
En su mesa de trabajo le
enseña su gato, un animal muy gordo para el que tiene el encargo de diseñar
ropa en el ordenador. Aparece un compañero, que es además amigo de su novia. Es el típico listillo que habla en tono burlón y el doctor le despide haciéndole una peineta. Este hace alusión
al "paquete" que tiene para sembrar las dudas sobre una posible
infidelidad de su novia si es amiga de un tipo tam bien armado. Dave le habla de
ella: es profesora de poesía y hace poemas.
Más tarde Dave habla con
su lamentable abogado, que nunca sabe defenderle en los juicios, y le da
información sobre el doctor. Le dice que tiene diez pleitos pendientes y que
sus técnicas son muy polémicas y revolucionarias. Dave aprovecha esto para usar
la grabadora cada vez que el doctor haga algún comentario escandaloso o le
obligue a hacer algo inusual.
La ocasión la tiene
cuando le lleva a una zona de prostitución de travestis y hace que uno de ellos
se suba al coche. En la parte de atrás hacen las presentaciones. El
transformista tiene acento alemán y le gusta gastar bromas. Pasea una pluma
de pavo real por la cara de Dave para insinuarse. Luego estira las piernas y
bajo el vestido Dave ve un enorme "cacharro". El individuo le pregunta si
necesita disciplina y empieza a darle mamporros a Dave, que se enfada. Cuando
el doctor da por finalizada la experiencia, el travesti pone una voz muy grave de macho y les dice: "Sois
unos pervertidos". El doctor le pide la grabadora a Dave y graba en ella
muy satisfecho: "El paciente Dave ha aprendido la diferencia entre la ira
malsana y la ira moralista, por lo tanto ha pasado a la 2ª etapa de mi
programa".
De regreso a la casa de
Dave, y mientras el doctor se ducha, llama la ayudante de éste para decir que
avise a su jefe de que su madre va a someterse a una pequeña intervención
quirúrgica. El doctor sale de la ducha enarbolando sobre su cabeza un aparato
que despide unos rayos azulados que le crispan los pelos. "Me estimula los
folículos pilosos" dice mientras se cepilla los dientes. Dave decide
gastarle una broma diciendo que su madre debe someterse a una operación grave.
El doctor grita, llora y hace grandes aspavientos presa de la desesperación.
"Mamá, eres todo lo que tengo", se lamenta, como si fuera un niño. Al final le dice que es sólo leve, y entonces le obliga acompañarle a
Boston para ir a verla.
Linda, la novia de Dave va a
despedirles, y el doctor flirtea con ella. Cuando va a coger su coche para emprender el viaje, que está en un
aparcamiento elevado, el doctor le da un golpe con una barra de hierro a otro
coche que le entorpece la salida y luego le pone su tarjeta para que llame a la
aseguradora. Pero cuando va a dar marcha atrás el coche sale despedido al
vacío, ante la sorpresa del propio doctor. En Boston les dicen que la madre no tiene nada de
importancia.
Cuando van a comer algo
el doctor le señala a una chica rubia que está tomando una copa en la barra y le
dice que ligue con ella. Quiere que aprenda a desenvolverse en todas las
situaciones, que se sienta capaz de cualquier cosa y que su autoestima aumente. A pesar de la oposición de Dave,
porque tiene novia, termina accediendo. La 1ª vez que se acerca ella le rechaza
de forma desagradable. El doctor le indica lo que tiene que decir: “Le pido perdón por
mi torpeza de antes, pero me es muy difícil expresarme cuando está a punto de
estallarme el paquete”. Dave, muy a su pesar, le repite la frase a la chica y, cuando está esperando una reacción violenta
de ella, se sorprende al ver que da resultado.
La chica le lleva a su
casa, y allí resulta ser una desequilibrada. Dave sale por pies soltando
venablos. Al volver a su casa el doctor le confiesa riéndose que la chica era
actriz y que había sido una paciente suya. Con esto se vengaba de la broma que
Dave le había gastado acerca de su madre. Su novia había llamado en su ausencia
y al doctor le faltó tiempo para decirle que había salido con una rubia.
El doctor decide llevarle
a un monasterio budista donde vive el que le humilló cuando eran niños
bajándole los pantalones y los calzoncillos en plena calle, delante de todo el
mundo. El susodicho se ha convertido en un monje. El doctor no deja de pinchar
para que Dave se enfrente con él y supere sus miedos y su pasado, diciendo cosas
como: “Dave ha dicho que cómo un tío que pesa 300 kilos (Buda) tiene los huevos
de enseñar autodisciplina al resto del mundo”. A pesar de que la filosofía
budista propugna la paz, el aludido se encoleriza por eso y por otras cosas que
le dicen, e inicia una pelea cuerpo a cuerpo. El doctor le ayuda en
algún momento dado, distrayendo al monje para que se despiste y Dave le pueda
zurrar mejor, o encañonando con una pistola al resto de los monjes para que no
intervengan, hasta que ven que dispara chorros de agua. Ambos salen pitando en
el coche. Entre risas el doctor le felicita diciendo que ha llegado al nivel 3.
La novia de Dave le dice
que es mejor que dejen su relación por un tiempo porque, por consejo del
doctor, cree que saldrán fortalecidos. Dave va a ver al doctor y este termina
de convencerle. Mientras Dave habla por teléfono desde su trabajo con su novia
otra vez sobre ello, intenta aparentar calma pero la ira hace que lance lejos una
calculadora de su mesa sin mirar y le atiza a un compañero
en la cabeza.
Al volver a su casa se
encuentra a unos compañeros de la terapia que esperan en su descansillo
pensando que el doctor está con él. Uno de ellos le da un juego de llaves de su
casa que la novia ha dejado, puesto que ya no van a salir, y otro le dice que
mientras ella estuvo allí habló por su móvil con otro hombre con el que se
citó. Le dice dónde han quedado y él acude al restaurante con dos compañeras de
la terapia que son despampanantes aunque promiscuas y lesbianas. Casualmente
tienen mesa al lado de donde su novia está sentada, y descubre que su
acompañante es el doctor. Dave lo lleva aparte y el doctor dice que lo ha hecho
para retirarla de la circulación, pues su amigo de enorme paquete la persigue.
Dice que se mostrará aburrido para que ella no se entusiasme.
Al regresar el doctor a
casa, Dave le pregunta ansioso qué ha pasado. Ella le había invitado a su casa
y él dice que no pasó nada, pero que se dieron 2 besos, el 2º con lengua. Suena
el teléfono y es ella. Rydell le habla de manera insinuante. Al colgar le dice que firmará sus papeles para
que termine su terapia, y que él y Linda se han enamorado y que quiere su
bendición. Dave se abalanza sobre él y le lesiona el cuello.
Otra vez ante los
tribunales es nuevamente condenado, esta vez por intento de homicidio. A la
salida el doctor coge un taxi con Linda mientras se quita el collarín: todo ha
sido una pantomima.
En el trabajo Dave está
tan cabreado por todo lo que ha pasado que provoca a su jefe para que le
despida y golpea a Andrew, el compañero, amigo de Linda, al que acaban de ascender. Este le había dicho que el doctor y Linda estarán en el estadio determinado día. Dave le
canta las 40 al jefe y pisa la cabeza de Andrew cuando se va.
En el estadio Dave
intenta saltar al campo pero se lo impide un miembro de seguridad, que resulta
ser el travesti con el que casi liga días atrás. Éste le deja pasar, haciéndole bromas como siempre, se hace
con el micro a duras penas y se dirige al público buscando a Linda. Los
compañeros de la terapia lo están viendo por t.v. Linda le hace señas y se
ponen a hablar. El doctor, mientras tanto, ha subido a la cabina de control para
que escriban en el marcador unos nombres y unas frases. El alcalde de la ciudad
ordena que dejen hablar a Dave. Está venciendo su temor a manifestar afecto
en público y a tener autoestima. Le pide que se case con él. Mientras la besa,
a petición de ella, aparecen en el monitor sus nombres y su imagen. Linda le
felicita porque ha terminado la terapia.
Ella le descubre que
todo ha sido un montaje. Había leído un libro del doctor y le pidió ayuda, porque Dave estaba cada vez más encerrado en sí mismo y más agresivo.
Todo estaba programado. Cuando están haciendo una fiesta en el parque para celebrarlo, aparece
un hombre que dice ser el dueño del coche que el doctor tiró desde el
aparcamiento y que encañona al doctor. Dave se interpone y de repente se pone a
cantar la canción que el doctor le había obligado a cantar en el puente de S.
Francisco. El hombre dispara chorros de agua: era otra broma. Uno de los de la
terapia, que no se había dado cuenta de que no era real, se tira sobre el hombre desde un árbol con un golpe seco.
Una vez todo aclarado la fiesta continúa.
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