Mi casa y la empresa de Defensa que la construyó vistas desde el solar donde estaba Mahou |
Dicen que tenemos una bicoca los
que vivimos en casas de empresa. Pagamos un pequeño canon de alquiler, aunque
sabemos que las viviendas nunca serán nuestras. Cualquier reforma que hagamos
en ellas corre de nuestra cuenta y ahí se queda si alguna vez tenemos que
dejarla.
Pero lo que nos pasa a los
vecinos del inmueble donde vivo es de opereta. Las viviendas pertenecen al Mº
de Defensa, están hechas desde finales de los años 50 y durante mucho tiempo
nos han dicho que nos las acabarían vendiendo a los inquilinos, tal y como han
hecho con el resto de las que estaban habitadas por personal militar en Madrid
y en toda España. Pero no, en 2015, después de años de dimes y diretes, han
hecho lo que es típico de este Ministerio: discriminar entre funcionarios civiles
y militares. A estos últimos sí se les ha vendido la casa en la que vivían, que
además era mucho mejor que la de los civiles, con calefacción central y
habitaciones amplias.
Resulta que no sólo no nos las van a
vender, sino que se irán incorporando al patrimonio de cierto organismo de
Defensa, que se encarga de todo lo relacionado con viviendas, a lo largo de 3
años, durante los cuales supongo que nos subirán la cuota de alquiler y los
gastos que genere la comunidad, como reparaciones, limpieza, etc., correrán de
nuestro bolsillo, como si fuéramos propietarios. Increíble.
Se supone que seguiremos de
alquiler hasta que la vivienda se vacíe, y sólo se la darán a familiares de los
ocupantes en determinados casos, con lo que queda abierta y explícita la puerta
a los arribistas de siempre. Las que están actualmente desocupadas serán
reformadas para en el futuro acondicionarlas al uso del personal militar que
venga a Madrid a hacer cursos o a lo que sea que vengan, porque tienen carta
libre para todo.
Los inquilinos, que ya habíamos hecho
planes, después de decirnos durante años y años que nos las iban a vender a los
que quisiéramos comprarlas, y que una empresa se
encargaría de los alquileres de los que decidieran seguir con este régimen,
vemos ahora nuestros proyectos desaparecer en el aire. Pensábamos que un perito calcularía
un valor razonable por cada piso, teniendo en cuenta el tiempo que hace que está edificado el inmueble, que
carecen de calefacción (los que tenemos es porque se lo hemos puesto nosotros),
que los materiales con los que fue contruído son de baja calidad, y que llevamos muchos años usándolas.
Qué clase de alquiler nos pondrán
ahora. Desconozco si tendrán en cuenta que el funcionario civil del Estado
tiene un sueldo miserable, y que la mayoría de las personas que viven aquí son señoras muy mayores con una pensión reducida.
viviendas que fueron militares, Pº Virgen del Puerto, Madrid |
Mi madre, que se preocupa tanto
por todo y que tiene una imaginación desorbitada, ya se ve sentada en
su sillón en medio de la calle, rodeada de sus muebles, como en los desahucios
que por desgracia tan acostumbrados nos tiene la televisión. No poder tener la
certeza de que la casa donde vives te va a acoger hasta el último día de tu
vida, no tener siquiera esa tranquilidad al llegar a la vejez, que es un
derecho básico de las personas, me parece tremendo. Yo estoy en la misma
situación, pero a mí sólo me preocupa que no suban demasiado el alquiler, puesto que son viviendas sociales. A los militares se las vendieron por un precio razonable, y eso que son mucho mejores que las nuestras.
Cada vez que recuerdo el gigantesco
bloque de pisos preciosos que dieron a los gitanos hace años cerca de mi barrio
para realojarlos, se me abren las carnes. Luego por lo visto se dedicaron a
desmantelarlos para vender lo que sacaban de allí a chatarreros y
negocios de chamarilería: tuberías, pomos, cables eléctricos, de todo. Hay que
ser de otra raza, o extranjero, para conseguir en este país ayudas y prebendas.
Los que somos de aquí ya nos pueden ir dando.
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