jueves, 22 de octubre de 2015

La madurez de dos modelos muy especiales


Alicia Borrás
Viendo las fotos de Alicia Borrás en XL Semanal me he quedado maravillada. Esta modelo española afincada en Alemania, que fue Miss España 1965, goza hoy en día a sus 70 años de un físico envidiable. Casi diría yo que está más guapa, elegante y sofisticada ahora que cuando era más joven. Ella dice que la elegancia no es cuestión de dinero sino una forma de ser, que la gente te mire y pueda decir: “¡Qué mujer más interesante!”.

Me fijo en las imágenes y no sólo admiro su esbelta figura sino incluso el brillo plateado de sus canas. El peinado es sumamente favorecedor. Ana mi hija no quiere que me corte el pelo porque dice que me haría parecer mayor, pero todo depende del peinado. Un pelo muy corto con un moldeado o permanente muy marcados, reseco o con un teñido feo, o incluso una melena corta sin gracia, sin algo que le de un aire diferente, es poco llevadero da igual la edad que se tenga.

Alicia Borrás, que dejó su carrera hace muchos años cuando estaba en lo más alto para casarse con un ejecutivo alemán, lleva unos pocos años frecuentando de nuevo las pasarelas, invitada por modistos y organizadores que, atraídos por la singularidad de su belleza a una edad en que las personas, no sólo las mujeres, dejaron atrás hace tiempo la frescura de la juventud, no pierden la oportunidad de incluirla en sus desfiles, en los que se mueve como hacían las modelos de antes. Porque ella piensa que las de ahora son obligadas a desfilar como autómatas, dando grandes zancadas y moviendo las caderas de una manera antinatural, a gran velocidad, como si les hubieran dado cuerda. Alicia cree que la misión de la modelo es dar vida a la prenda que lleva. Por eso desfila dando vueltas, colocando las manos sobre las caderas una y otra vez, dejando volar los brazos a media altura para hacer breves figuras en el aire, dando un toque muy chic al conjunto. 

Me fijo en un video de ella desfilando y, efectivamente, camina con soltura, cadencia y elegancia, dando giros que parecen etéreos, sin brusquedad, mirando al público con gesto entre cálido y distante, con una sonrisa enigmática. Recibe aplausos sin cesar, no creo que sólo como signo de admiración por su trabajo a una edad en que casi todo el mundo está jubilado, sino también por ser portadora de un estilo, de una manera de hacer las cosas, que evoca glamourosos tiempos pasados que no volverán. Habiendo trabajado para Pertegaz, Chanel, Ives Saint Laurent, entre otros, es la prueba viva de que el buen gusto, la feminidad y la delicadeza no tienen por qué ser valores extintos.

Carmen Dell´Orefice
Lo mismo pasa con Carmen Dell´Orefice, de la que ya hablé en otra ocasión. Tienen incluso cierto parecido físico, ojos rasgados de un verde muy claro, cara angulosa, pelo blanco ondulado, piel muy blanca y una complexión muy similar. Lo único que Carmen quizá sea más espectacular en sus apariciones públicas, mucho más desinhibida. Y encima es mayor, pues tiene ¡83 años!. Admirables ambas, en encantan.

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