jueves, 6 de septiembre de 2012

Un poco de todo (XXII)


- Me he reído mucho con el último post que he leído de Lorza girl. Desde que se quedó embarazada y decidió cambiar de casa, sus relatos se perdían en azarosas explicaciones sobre los contratiempos sufridos con el traslado y su embarazo. Empezó a tener cada vez menos comentarios de sus lectores, pues si antes había una media de 50 y tantos últimamente apenas llegaban a 12.

Se podía haber hecho relatos hilarantes sobre esos temas también, por domésticos que puedan parecer, pues cuando se tiene la chispa y el ingenio de Lorza girl, cualquier cosa es buena para sacarle punta, darle la vuelta y terminar teniendo una visión muy divertida de las situaciones. Pero ella, por la razón que fuera, quizá porque en el fondo estaba agobiada con su nueva situación, el caso es que sus posts resultaban carentes de interés, una relación interminable de contrariedades y lamentaciones que intentaban arrancar alguna sonrisa con algún subterfugio gracioso, pero sin resultado.
Ahora parece haber recuperado su ingenio y su particular sentido del humor, cuando le falta muy poco para dar a luz, si a estas alturas no lo ha hecho ya. Se ha permitido el lujo hasta de organizar una porra entre sus lectores para ver quién acertaba la posible fecha de su parto, en la que ofrecía como premio un Sugus de piña que, desde luego, iba a comerse ella.

No he podido dejar de sollozar de risa con el relato de sus clases de preparación al parto. Aún recuerdo lo aburridas que fueron las mías, y eso que ya ha pasado mucho tiempo desde entonces, pero Lorza girl nos da su particular visión del asunto y todo parece mucho más divertido a través de sus ojos. Lo del masaje perineal y practicar mucho sexo, ambas cosas para facilitar el parto y tener un mejor postparto, lo describe de una forma absolutamente hilarante. Masaje que cuando yo tuve a mis hijos no se habló nunca, y sobre el que leí precisamente hace poco y me pareció una auténtica chorrada. Menos mal que Lorza girl lo ve de otra manera, irónica como es ella, rocambolesca y divertida.

- Y hablando de masajes, ayer me fui a que me dieran unos en una clínica que conozco, regentada por un matrimonio chino que son una maravilla. Hacía mucho que no iba y me hacía mucha falta. Les encontré más mayores y entraditos en carnes, como yo en realidad. Lo que dolía la base de la cabeza, a los lados, las paletillas en la parte más externa, los bíceps, y sobre todo los pies, el puente y la zona externa, ahí sí que ví las estrellas. Es placentero ver cómo sale el dolor y cómo va cediendo poco a poco.

El masajista es un chino alto y corpulento, de manos fuertes y calientes (¿?), que todavía no ha conseguido aprender bien el castellano a pesar de los años que lleva viviendo aquí. Cuando termina el masaje de cada zona, deja caer el peso de su cuerpo sobre sus dedos. Cuando acaba en los pies y piernas realiza unos estiramientos. Me encanta el masajeo de los dedos de los pies y los estira.

Cada vez estoy más hecha polvo. Debería ir con más frecuencia. Ella es una persona dulce y exquisita, y es la que hace acupuntura. Los dos son muy buenas personas, da gusto abandonarse en sus manos…

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