Parece que ser mujer es motivo de reivindicación constante hoy en día. Cualquier tema sirve de excusa para tomar como propia una causa, aunque su relación con lo femenino no sea exclusiva. El cáncer de mama, por ejemplo. Cada vez que se hace campaña para concienciar sobre el problema siempre hay una foto de mujeres con pañuelo rosa en la cabeza y lazo a juego, como si se desconociera que esta enfermedad afecta también a los hombres, aunque sea en menor proporción.
Ellos no se ponen pañuelo azul en la cabeza y lazo a juego para reivindicar lo masculino con enfermedades que sí son de hombre. Campaña por el cáncer de próstata. A lo mejor no lo hacen porque son más pudorosos a la hora de tratar cosas tan íntimas públicamente. Las mujeres solemos ser más libres al hablar de nuestras partes, aunque tampoco veo campañas sobre el cáncer de útero o de ovarios, que sí son males exclusivamente femeninos.
Es lamentable que tengamos que llamar la atención y hacernos un hueco en la sociedad utilizando lo que sea para que no se olviden de que estamos aquí y que nosotras también importamos. Menos pañuelos y lazos rosas y más dinero para conseguir avances médicos, que al final todo se queda en símbolos y parafernalia. Es como si mostrarse solidario con este tema significara que eres muy enrollado, que estás en la honda, y eso lo saben bien los famosos, que se benefician de publicidad extra cada vez que les eligen para prestar su imagen a la causa.
El hombre parece querer ser eliminado del mapa, aparentemente. Hay un día de la mujer, del niño, de la madre, de los abuelos, de los enamorados, hay un día para todo y para todos menos para el hombre. El del padre es lo único que se les reconoce, y eso el que lo sea. Dirán que el día de ellos es todos los días del año, pero también es así para el resto. Si significamos determinados estratos sociales hacemos mayores las diferencias. Yo todo esto de las conmemoraciones lo veo un poco ridículo. Ya estamos todos bastante concienciados sobre muchas cosas como para andar conmemorando aún más un día determinado.
Y al fin y al cabo siguen siendo los hombres los que cortan el bacalao, ocupando los puestos de poder. Promueven campañas en defensa de los derechos de la mujer para darle un trozo del pastel y que así deje de quejarse, pero el resto de la tarta se la come él. Son maniobras evasivas, de despiste, puro humo, en el que nosotras caemos como moscas. Les seguimos el juego sin darnos cuenta. Cómo se ríen de nosotras. Permanecen camuflados, sin llamar la atención, sin un día que celebre su condición, haciendo y deshaciendo a su antojo, sin necesidad de reivindicarse.
Realmente estas campañas del cáncer de mama, con tanta simbología rosa, terminan hartando. Es un machaque diario en los medios de comunicación. Vamos a terminar enfermando aunque estemos sanas sólo de la obsesión. Las mujeres sabemos cuidarnos de sobra, no necesitamos que nos estén repitiendo a diario que vayamos a hacernos revisiones médicas. Que dediquen todo ese dinero que gastan en publicidad en investigación. Las campañas que las dejen para el Tercer Mundo, que sí necesitan información, y ayuda de todas clases.
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