miércoles, 4 de febrero de 2009

En honor a la verdad (XV)




- Me parece increíble que gente como el asesino de Sandra Palo esté libre después de haber pasado una mínima reclusión de 4 años en un centro para menores. ¿Por qué los delitos y los desequilibrios psíquicos se valoran de forma tan distinta dependiendo de la edad de quien los cometa?. Yo soy mayor de edad desde hace mucho tiempo y no sería capaz de hacer lo que hizo ese individuo con muchos años menos. Ser menor no exime de responsabilidad, la gravedad de los hechos no disminuye o aumenta en proporción a la edad que se tenga. La maldad y la perturbación mental están presentes a lo largo de toda una vida, y sólo necesita que la ocasión sea propicia para que salgan a la luz.
Este tipejo está en la calle y en paradero desconocido. Encomendémosnos a Dios y a todos los Santos, porque está claro que la justicia terrenal no está de parte de los que queremos vivir en paz.

- He leído una noticia que fue publicada hace dos años y medio y que me ha parecido casi mentira. Dice así: “La principal empresa de suministro de agua de Gran Bretaña se está planteando la posibilidad de remolcar icebergs desde el océano Ártico hasta Londres, a través del Támesis, para paliar los efectos de la grave sequía. Para la compañía, transportar agua por carretera o con barcos-tanque resultaría demasiado caro (…). La compañía ha descartado que el transporte se pueda hacer por carretera”, porque es agua para 8 millones de personas.
También se ha hablado de provocar lluvia artificial. Lo nunca visto.

- No entiendo por qué en rebajas la gente tira al suelo la ropa, o la deja hecha un higo en los stands. Ponerla a más bajo precio no quiere decir que su valor como tal haya disminuido y haya que tratarla casi como si fueran despojos.
Tras unas rebajas, pareciera que hubiera pasado un ciclón por todas las tiendas. Las empleadas además, como están quemadas porque su trabajo aumenta considerablemente esos días, tratan a los clientes de cualquier manera. De todas formas éste es un país donde la educación en cualquier ocupación que sea de cara al público brilla por su ausencia. Es como si a la gente no le gustara su trabajo, en cambio vas a cualquier otro país, Andorra sin ir más lejos, y es otro mundo. Recuerdo cuando estuve allí que me llamó mucho la atención lo servicial y lo educado que era todo el mundo mientras estaban realizando su trabajo, estaban contentos atendiendo a la gente, y se veía que sabían valorar lo que tenían, su medio de subsistencia, del que muchos otros carecen. Desde las camareras que nos atendían en el restaurante del hotel, hasta los comerciantes en sus tiendas, pasando por el simple hecho de que al ir a cruzar una calle, incluso aunque se hiciera por un lugar donde no hubiera semáforo ni paso de peatones, los coches paraban para dejarte cruzar.
Me gustaría vivir en un sitio así.

- Qué manía tienen algunos de querer marcar récords para figurar en ese famoso Libro Guiness. Y como debe ser que ya se han realizado todas las proezas imaginables y no se sabe cómo llamar la atención, se quiere ser el mejor en las cosas más absurdas y frikies, y todo por pasar a la posteridad, da igual con lo que sea.

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