viernes, 28 de agosto de 2009

Masajes chinos


No tengo costumbre de hacerle propaganda a nadie, pero en esta ocasión no puedo por menos que recomendar los masajes que hacen un matrimonio chino, Lina y Sheng, en su Centro Naturópata Tao Zen, de la calle San Bernardino nº 5, detrás de Plaza de España.
En él se practica el masaje tuina y la acupuntura. Puedes darte masajes por partes, según lo que más necesites (espalda, piernas, pies, cabeza, abdomen), cada uno de los cuales dura 30 minutos, o puedes hacer uno que sea de todo eso y que sale un poco más económico.
Lina se especializa en acupuntura, masaje de piernas y abdomen. Sheng en los demás.
Nunca antes de acudir a su clínica había recibido masajes y la primera vez recuerdo que iba con cierta prevención, pero se me pasó enseguida al ver su trato delicado y exquisito, así como la limpieza del local y la que ellos mismos tienen en todo momento.
Ellos no sólo actúan sobre dolores localizados, sino que con sus masajes ponen al descubierto otros que normalmente no notamos pero que están ahí, y que producen rigidez muscular y una calidad de vida poco sana.
Según van actuando con sus manos, van distendiendo la zona poco a poco hasta dejarla completamente relajada, con fricciones y pequeños golpes que no son ni demasiado suaves ni tampoco fuertes, en un término medio justo para que el masaje haga efecto sin que luego se resienta el músculo.
Hace tiempo fui con una amiga a un balneario de los de toda la vida, con sus duchas con chorros de agua fría y caliente, sus bañera con agua caliente a presión, y sus inhaladores de oxígeno puro. El agua que se tomaba allí tenía un compuesto de azufre que beneficiaba la salud pero repugnaba al paladar y al olfato. Allí me di masajes que en nada tienen que ver con los del Centro Tao Zen, porque fueron tan superficiales que no resultaron efectivos. A veces hace falta algo más que música relajante y aromaterapia.
Lina y Sheng tienen una música oriental que me fascina, suave, melancólica y dulce, y llegaron a grabarme un cd con ella cuando les dije lo mucho que me gustaba.
La última vez que fui, hace poco, me hizo compañía su hijo, un niño precioso, mientras esperaba en el sillón de la entrada a que sus padres pudieran atenderme. Me ofreció un cereal de chocolate de una bolsita, que era lo que estaba merendando, y me preguntó qué es lo que decía la bolsa, porque aún es pequeño para aprender a leer.
Lina y Sheng son médicos titulados que han ejercido su especialidad en su país antes de venir al nuestro, donde empezaron trabajando en una clínica unos años hasta que se establecieron por su cuenta. Hablan y escriben perfectamente el castellano.
Os los recomiendo sin dudar si teneis alguna molestia o dolencia. Ellos no saben que estoy hablando de su Centro en mi blog, pero para mí es un placer hacerlo.
Su direccón es http://www.centrotaozen.com/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy absolutamente de acuerdo con la recomendación. Profesionalidad, calidez y con unas tarifas asequibles.

pilarrubio dijo...

Yo cuando pasa mucho tiempo sin ir lo echo de menos, empieza a dolerme todo el cuerpo.

Gracias por el comentario. Un saludo!

 
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