miércoles, 2 de noviembre de 2011

Va, pensiero


A Berlusconi le dicen lo mal que lo hace hasta en la ópera. Hay un video, que ya es famoso, en el que se relata cómo, durante la representación de Nabucco el pasado 12 de marzo, el maestro Riccardo Muti, que dirigía la orquesta, interrumpió en un momento dado la velada para dirigirse al público. Y así es como él mismo lo cuenta.

"Al principio hubo una gran ovación en el público. Luego comenzamos con la ópera. Se desarrolló muy bien hasta que llegamos al famoso canto “Va pensiero”. Inmediatamente sentí que la atmósfera se tensaba entre el público. Hay cosas que no se pueden describir, pero uno las siente. Era el silencio del público que se hacía sentir. Pero en el momento en que la gente se dio cuenta que empezaba el “Va Pensiero”, el silencio se llenó de verdadero fervor. Se podía sentir la reacción visceral del público ante el lamento de los esclavos que cantan: "Oh patria mía, tan bella y perdida."

Cuando el coro llegaba a su fin, ya se oía entre el público pedir varios bises. Y comenzó a gritar: "¡Viva Italia!", "¡Viva Verdi!", "¡Larga vida a Italia!". La gente en el gallinero comenzó a arrojar papeles con mensajes patrióticos. Parecía una lluvia de confeti, como en una fiesta. En una única ocasión Muti había aceptado hacer un bis para el Va Pensiero en la Scala de Milán en 1986, puesto que para él la ópera no debe sufrir interrupciones. "Yo no quería sólo hacer un bis. Tenía que haber una intención especial para hacerlo", relata. Pero en el público ya se había despertado un sentimiento patriótico. En un gesto teatral, Muti se dio la vuelta, miró al público y a Berlusconi a la vez, y dijo:

"Sí, estoy de acuerdo con esto. "Larga vida a Italia". Pero... Ya no tengo 30 años y he vivido mi vida, pero recorrí mucho el mundo, y hoy tengo vergüenza de lo que sucede en mi país. Entonces accedo a vuestro pedido de un bis para el “Va Pensiero”, nuevamente. No es sólo por la dicha patriótica que siento, sino porque esta noche, cuando dirigía el Coro que cantó "Ay mi patria, bella y perdida", pensé que si seguimos así vamos a matar la cultura sobre la cual se construyó la historia de Italia. En tal caso, nuestra patria estaría en verdad "bella y perdida".

Hubo fuertes aplausos, incluidos los de los artistas que, sobre el escenario, le escuchaban con gesto contrito y emocionado.

Continuó: “Ya que reina acá un clima italiano, yo, Muti, me callé la boca muchos años. Quisiera ahora... tendríamos que darle sentido a este canto; estamos en nuestra casa, el teatro de Roma, y con un coro que cantó magníficamente bien y que la orquesta acompañó espléndidamente. Si quieren, les propongo unirse a nosotros para que cantemos todos juntos”.

Entonces invitó al público a cantar con el coro de esclavos. Se vió grupos de gente levantarse. Toda la ópera de Roma se levantó. Y el coro también. Fue un momento mágico. En esa noche se dio no solamente una representación de Nabucco, sino también una declaración del teatro de la capital para llamar la atención a los políticos.

En Italia se estaba festejando el 150 aniversario de su unificación. Nabucco es una obra tanto musical como política: evoca el episodio de la esclavitud de los judíos en Babilonia, y su famoso coro Va, pensiero es el canto de los esclavos oprimidos. En Italia, este canto es el símbolo de la búsqueda de la libertad del pueblo, que a fines del siglo XIX, época en que se escribió la ópera, estaba oprimido por el imperio Habsburgo, al que combatió hasta la creación de la Italia unificada. Antes de la representación, Gianni Alemanno, alcalde de Roma, subió al escenario para pronunciar un discurso denunciando los recortes al presupuesto de cultura que hizo el gobierno, a pesar de que Alemanno es miembro del partido gobernante y viejo ministro de Berlusconi. Esta intervención política, en un momento cultural de los más simbólicos para Italia, produciría un efecto inesperado, cuando se produjo la intervención de Muti, y aprovechando que Berlusconi en persona asistía a la representación. La cara que se le quedó a Berlusconi es lo que me hubiera gustado ver.

En casa miraba el video con la traducción subtitulada del improvisado discurso de Muti, mientras disfrutaba con su marcado y delicioso acento italiano, que puntualizaba todo tanto y que con tanta intención y sabiduría fue pronunciado. Cuando el teatro entero se puso a cantar, yo también lo hice siguiendo las letras como en un inusitado karaoke operístico.Quién hubiera estado allí. Bravo por Muti.

Va, pensiero. Ve, pensamiento…

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