miércoles, 5 de junio de 2013

Las memorias de Alfonso Guerra


Últimamente parece haberse puesto muy de moda escribir memorias, sobre todo entre políticos caducos. Fue el caso de Aznar, que aprovechó la publicación de su libro para volver a salir en televisión, medio que ha utilizado recientemente para defenestrar a miembros de su propio partido, presidente del gobierno incluído. Mucha gente practica el autobombo a costa del desmerecimiento ajeno. Aznar se ha autoproclamado una especie de Mesías, alguien absolutamente necesario para que España pueda solucionar sus problemas y sin el que el país entero está avocado al desastre. El retiro de la actividad política no le ha sentado bien, y probablemente habrá tenido tiempo de cocinar en su cabeza todo tipo de ideas redentoras, sin querer admitir que su tiempo ya pasó y ahora hay a otras muchas cosas a las que puede entregarse con la pasión que acostumbra.

Ahora el que nos amenaza es Alfonso Guerra con un libro en el que a su vez hace lo propio, poniendo a parir a todo bicho viviente, deporte que ha practicado siempre en realidad. Da igual los años que pasen que hay gente que no consigue evolucionar. Lo vi hace poco en El Hormiguero, soltando por esa boquita frases lapidarias, con muchas risitas y miradas de soslayo al público para ver el efecto de sus palabras. Resucitan los espectros del pasado, no se resignan a quedar relegados en los desvanes del poder.

Una de las mayores simplezas de la gente de izquierdas ha sido siempre la de burlarse del aspecto de sus oponentes políticos, algo que hace la gentuza en general. No deben tener argumentos más elaborados para hacerse valer. Él se ríe del aspecto de Aznar, sin darse cuenta del que él mismo tiene, que recuerda a Nosferatu, ahora más que nunca, con sus colmillos afilados y su tez tan pálida.

A pesar de los años y los problemas de salud que ha tenido, Guerra sigue fiel a sí mismo, inteligente, maquiavélico y caradura a partes iguales. Hace falta ser sinvergüenza para presentar un libro dando caña a todo el mundo cuando él ha sido tan inmoral. No dudo de la fuerza de sus convicciones ideológicas, que le honra, pero todos nos acordamos del CORRUPSOE que él encabezó en su momento. Se cree que tenemos amnesia. El presentador abordó el tema de refilón, y él puso cara de pena y contrición (cómo le gusta el teatro, y qué falso es), pero no ahondó en determinados temas, como cuando Guerra practicó nepotismo metiendo a uno de sus hermanos en política, individuo que resultó ser inepto y corrupto como pocos.

Y qué decir de aquella vez que hizo uso de un Mystere, un avión del Ejército que utilizó para no tener que aguantar un atasco de tráfico, en un viaje que hizo de vacaciones. Un gasto semejante a costa del erario público, y más por parte de un representante socialista, que se supone que es el partido de la gente obrera. Lo 1º que suele hacer un currito cuando abraza el poder es entregarse a los placeres del capitalismo. Fue una noticia tan rocambolesca que aún hoy, 25 años después, la recuerdo como si hubiera ocurrido ayer. Además así fue como supimos muchos lo que era un Mystere.

A la gente le divierte mucho sus ocurrencias, lo acerado de su lengua a la que pocos escapan y su gracejo andaluz al hablar, pero si hacemos una reflexión un poco seria veremos que estamos ante uno de los muchos impresentables que ha dado nuestra clase política tan democrática. Seguro que obtendrá pingües beneficios con su “obra”, y de paso que se vuelva a hablar de él después de tanto tiempo, que es lo que les ha gustado siempre a estos políticos trasnochados.

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