También hacen fitoterapia. “Se fundamenta en la utilización de plantas medicinales para el tratamiento de determinadas alteraciones fisiológicas y estados patológicos. Siguiendo la tradición, se ha mantenido el uso de las decocciones, aunque en la actualidad y como consecuencia de la influencia del mundo occidental, del mundo científico, se utilizan diversas formas farmacéuticas más actuales, como son los comprimidos, cápsulas, extractos fluidos, secos. Una de los grandes ventajas que presenta la fitoterapia frente a la acupuntura es que además de estimular al organismo a regular sus energías y fortalecer su sistema inmunitario, también recibe el aporte de la energía extra de la misma planta medicinal, por lo que sus efectos pueden ser más fuertes y más largos en el tiempo”.
Lina hace una mezcla de hierbas como medicina personalizada para cada paciente, al estilo de lo que se hacía antiguamente en las farmacias cuando se elaboraban los remedios manualmente según las necesidades de cada uno. Hace un estudio de cada persona, con las típicas preguntas en estos casos: hábitos alimenticios, evacuación intestinal, enfermedades, antecedentes familiares, molestias y dolores, toma de alguna clase de medicación.
Hace además una exploración física. A mí me miró los ojos, la lengua por arriba y por abajo, me tomó el pulso, me palpó las piernas y los hombros. En la lengua vió que tengo el bazo débil, por la forma como quedaban marcados mis dientes en ella. He leído sobre esto, relacionado con la medicina tradicional china, y todos los síntomas que se producen como consecuencia de un funcionamiento irregular de este órgano coinciden plenamente con muchas de las cosas, físicas y psíquicas, que me pasan a mí. Es sorprendente cómo con una pequeña exploración ella vio tanto. Nunca hubiera imaginado que fuera este órgano, al que junto con el apéndice normalmente no se le concede mucha importancia porque se puede seguir viviendo aunque te lo tengan que extraer, el origen de la mayoría de mis males. En mi caso supone, según me dijo ella, una escasa circulación de la sangre, una tendencia a la acumulación de grasas, flemas, humores. Esto me ha producido varices, estreñimiento, digestiones lentas, sinusitis, un pólipo endometrial, reglas abundantes y dolorosas…
Lina añadió a las recomendaciones que me había dado Sheng sobre nutrición algunas más: por mis características no debo tomar alimentos ni bebidas fríos de la nevera, siempre calientes o templados. Como hay verduras, como las de las ensaladas, que sólo se pueden tomar frías, y lo mismo pasa con las frutas, me recomienda ingerirlas a media mañana y a la hora de comer, nunca en el desayuno o la cena. Las verduras mejor salteadas con un poco de aceite en una sartén, al estilo wok que se lleva tanto ahora, porque cocidas pierden vitaminas. Las carnes, por el contrario, mejor cocidas, guisadas, que no fritas o a la barbacoa, porque así se digieren mejor, y no a diario. El pescado sí se puede tomar todos los días. Mejor cualquier tipo de leche antes que la de vaca. Embutidos y ahumados suprimidos. Me preparará unas hierbas que deberé tomar en infusión templada durante 2 ó 3 meses.
Otro de los tratamientos que dispensan es el de la Tuina. “Es el nombre que recibe el masaje chino, empleado durante más de 2000 años. Se basa en la teoría de la Medicina Tradicional China, y mediante las técnicas de manipulación busca armonizar el flujo de la Energía a través de los Canales y Colaterales, mejorando la homeostasis de los órganos Internos. Esta técnica terapéutica consiste en friccionar golpear, etc... de forma manual o instrumental”.
Cuando me pongo en las manos de Sheng me saca dolores que ni yo sabía que tenía, y me produce un bienestar general que hace que esa noche duerma mucho mejor. Esta última vez me dolía especialmente la base de la cabeza, las cejas (curioso), sobre los hombros, las caderas y una pantorrilla. Nunca antes me había dado un masaje completo, hora y media de fricciones y golpeteos que me deja en la gloria. En las caderas el dolor que sacó continuó 2 ó 3 días después, cada vez que me tocaba. No era consciente de ese dolor, y eso que tengo artrosis en esa zona. Mis molestias en un pie y los ronquidos cuando duermo me dijo que no se debían a ningún problema añadido, que todo era consecuencia de mi sobrepeso, y que una vez solucionado éste se eliminarían las dolencias que lo acompañaban.
El último de los tratamientos en los que están especializados es la moxibustión. “Recupera el Yang, calienta los meridianos, regula la circulación de los meridianos, mejora la circulación del Qi y de la sangre. Elimina los estancamientos, el frío y la humedad, desintoxica, fortalece la salud, tonifica el Jiao medio. Muchas patologías pueden tratarse con moxibustión pero las más indicadas son las patologías crónicas”. Esta terapia, por ser especialmente candente, aún no me he atrevido a utilizarla, pero algún día preguntaré por ella.
Cuando le pregunto a Miguel Ángel, mi hijo, si le duele alguna parte del cuerpo, siempre pensando que por sus particularidades psíquicas a lo mejor tiene contracturas musculares por tensión nerviosa o algo así, pero no, a él no le duele absolutamente nada. Bendita juventud, cuando el cuerpo funciona a la perfección porque todo está aún nuevo. A Anita sí le suelen doler las paletillas y la nuca, y a veces la cabeza, sobre todo en época de exámenes. A ver si algún día consigo que pruebe la naturopatía de Lina y Sheng, merece la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario