“Lo que tenemos por delante y lo que dejamos atrás es insignificante en comparación con lo que está dentro de nosotros” (Oliver Wendell Holmes).
La gente no tiene autoridad para rechazarte. Sólo tú puedes hacerlo.
El rechazo es la hemorragia emocional más dolorosa que una persona pueda tener, porque ser aceptado es el pasaporte que te habilita y te da permiso para vivir. Nadie puede vivir sin ser aceptado. Los primeros que nos dan esta validación necesaria son nuestros padres, pero luego iremos descubriendo que cada uno de nosotros tiene la capacidad de darse valor.
Cuando una persona ha experimentado el rechazo, sangra a donde quiera que va y la muestra es que la aceptación sale de su propia boca y no de los demás.
La gente rechazada sobreestima las opiniones de los demás. Se trata de personas hipersensibles.
El rechazo nos convierte en personas y seres susceptibles.
Nos impide echar raíces.
Las personas rechazadas no se cuidan.
Si te sientes rechazado sólo serás capaz de dar aquello que has recibido. Harás todo lo posible para rechazar, aún en circunstancias en las que, para tu sorpresa, seas felicitado.
Por eso es por lo que necesitamos sanar el rechazo que sentimos. No permitas que nadie marque tu corazón.
Por lo general, muchas personas que tienen alteraciones espirituales, mentales y emocionales no han visto satisfechas sus necesidades de amor y afecto en su niñez.
El rechazo no puede detenerte ni limitarte, no puede debilitarte ni condicionarte.
No te aferres a nada. Ser libre es no estar atado a nada.
Técnicas para librarnos del rechazo tóxico:
1) EL rechazo se anula cuando decido usar sabiduría.
2) El rechazo se anula cuando invierto en mí. Sólo serás capaz de dar a los otros lo que te des a ti mismo. Invierte en ti y date tiempo.
3) El rechazo se anula cuando hablo bien de mí. Aquello que más se nos repitió es lo que determinó nuestra imagen. Transforma tu propia imagen a través de las palabras.
4) El rechazo se anula cuando me regalo lo mejor.
5) El rechazo se anula cuando me junto con gente que ya lo ha logrado.
Anula todo rechazo, abandono, castigo, todo estigma, toda comparación, toda exigencia desmedida que cargaron sobre tus hombros.
La felicitación es agradable y la aprobación útil, pero no trabajes buscando la aprobación de los demás, el hacerlo te hará desviarte del objetivo y de la meta.
Cuando alguien te rechace, aléjate de ese lugar.
Necesitas aprender a concentrarte en la gente que te ama y no en quienes te rebajan y anulan tu ser.
Libérate de las emociones que te hieren y te aprisionan.
No guardes rencor a nadie, vuelve a sonreír. Para el que cree todo es posible.
Libérate de toda imagen errónea de Dios. Él no te condena ni te acusa de nada. Todo lo contrario. Él anhela verte sano, recuperado, próspero, feliz.
Libérate de los momentos de éxito que has tenido, porque los mejores están por venir.
No mires hacia atrás, no te detengas, no pierdas tiempo. Libérate del dolor, de las emociones tóxicas. Después perdónate y perdona.
(Del libro de Bernardo Stamateas)
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