lunes, 8 de marzo de 2010

Pintura hiperrealista (II): Félix Mas




Seguimos recreándonos la vista con la pintura, aunque a Félix Mas no se le pueda encuadrar rotundamente en el hiperrealismo, sino que parece estar a medio camino entre éste y el impresionismo.
Este barcelonés, ya entrado en la setentena, empezó dibujando cómics e ilustrando revistas, hasta que encontró su verdadera fuente de inspiración en la mujer y en su muy particular forma de retratarla.
Se dice que emplea dos técnicas en sus pinturas: la bizantina, por el uso que hace de los dorados y los púrpuras, y por la espiritualidad que emana de las figuras y su entorno; y la florentina, por la luz, la atmósfera, la forma de representar las telas, la sensualidad del conjunto.
Mirando sus cuadros se nos vienen a la cabeza adjetivos como intimista, poético, envolvente, glamouroso, sensual, colorista, elegante, exquisito, delicado, misterioso…
Hay una luz en la atmósfera, en el brillo de las sedas, en la transparencia de los encajes, en la piel de las mujeres, en el destello dorado.
Es una visión intimista de la feminidad, como si nos asomáramos a un momento de reposo o meditación, en el que la figura protagonista está ausente por unos instantes, y con una cierta distancia, como si nos permitiera observarla pero sin que nos acerquemos demasiado, porque parecería una intromisión.
Gusta de la gama de tonos cálidos, aunque algunas de sus obras combina éstos con tonos fríos, resultando un contraste maravilloso.
 
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