viernes, 12 de abril de 2013

Lo que le sale del bolo a Mercedes Milá


Estuve viendo recientemente a Mercedes Milá en el infame programa de Sálvame de Luxe, donde estuvo para presentar su libro, Lo que me sale del bolo. Lo cogí cuando ya estaba acabando, y si lo dejé es porque salía ella.

Siempre es un placer oírla hablar, e impactante verla en acción. Inteligente, divertida, con mucho carácter y personalidad, y un cáustico sentido del humor. Pocas veces he visto a una periodista tan cómoda, tan segura y tan a gusto frente a una cámara. Estaba a punto de concluir la entrevista, lidiando con aquella gente con mucho arte (desde que presenta Gran Hermano se ve que está acostumbrada a tratar con toda clase de personas), y de repente le afeó la conducta a María, una de las lamentables colaboradoras del programa, por algo que había hecho y por lo que suele hacer en general. La aludida se defendió como pudo, pero no estuvo a la altura. Mercedes Milá era demasiado para ella y para todos los que estaban allí.

Dijo las cosas tal cual son, como es su costumbre, con una claridad y un acierto meridiano, no se podía haber dicho mejor. Ni siquiera entró en el juego habitual en ese programa del grito y la interrupción constante de los turnos de palabra, auténtico patio de verduleras, ella habló lo que creyó que debía hablar y se mantuvo a un nivel que está muy por encima de los que la rodeaban. Su voz es la voz justiciera que se deja invadir por la ira sólo lo preciso, sin perder los papeles, con un control absoluto de la situación, indignada por las prácticas que la telebasura ha propagado por la programación televisiva como una peste.

Me compré su libro. El título es bastante chocante, o chusco, según se mire. Está hecho con una selección de los posts que aparecen en su blog, que tiene el mismo nombre que el libro, y que lleva escribiendo desde hace 5 años. En él trata de todo lo que solemos tratar los que escribimos un blog, de cosas personales, de temas de actualidad, etc. He descubierto la sensibilidad extrema que tiene esta mujer hacia los niños, aún no habiendo tenido hijos, y hacia las personas mayores.

Pone muchas fotos suyas, aunque la edición no es muy buena, pues el papel es amarillento y las imágenes aparecen en blanco y negro y con poca resolución. Me gustó especialmente una que le hizo a las manos de sus padres durante un viaje en coche. Se las veía muy arrugadas, porque tienen ya una edad, pero tiernamente entrelazadas, después de tantos años de casados. Dice envidiarles las profundas raíces de su amor, su complicidad, incluso sus enfados.

Me parece curiosa la imagen que sale de ella en la cabecera del blog, con una bolsa plastificada al hombro en la que aparece una foto suya de niña junto a su abuelo. Estuvo muy de moda hace un tiempo adornar los bolsos con imágenes personales.

Diserta sobre los dos programas que presenta, y utiliza el mismo tono combativo y de denuncia que emplea cuando sale en televisión. Escribe como habla, de forma directa, clara, sin muchos adornos. Tan sólo se permite alguna imagen poética si el tema la inspira, y puede ser muy sentimental y metafórica. Me admira el lenguaje tan cercano que usa, es igual que el empleado cuando trabaja. Se dirige de tú a tú a sus lectores, y los conmina a hacer cosas, a reflexionar, a tomar posturas. Es una gran comunicadora, conecta con todo el mundo de una forma extraordinaria, y lo consigue con una aparente gran facilidad.

A pesar de las polémicas que levanta, algo que en realidad le encanta, y de las críticas que recibe, ella continúa fiel a sí misma con su forma de hacer las cosas y de ver la vida. Admiro esa capacidad para hablarle a todos, telespectadores y lectores, con esa calidez, esa fuerza, con esa desfachatez suya. Yo no puedo hacer eso, el tono de mi escritura es más distante, no soy capaz de escribir en 2ª persona ni dar esa confianza. Muchas veces he pensado en cómo hacerlo, pero no me siento a gusto así.

Me encantan su fuerza, su valor, su apabullante humanidad, su clarividencia. A muchos no les gusta porque no tiene pelos en la lengua y dice siempre lo que piensa, sin importarle la opinión ajena. Sin embargo creo que su extrema franqueza es un valor en sí mismo, algo poco corriente. Podremos estar más o menos de acuerdo con ella, pero nunca nos dejará indiferentes.

Si trabajara en EE.UU. hace mucho que tendría un programa de repercusión internacional a lo Oprah Winfrey, habría arrasado. Como le han dicho más de una vez, es una creadora de opinión, y aunque se la ridiculiza por el excesivo celo que emplea en sus intervenciones, como si fuera demasiado lejos o estuviera fuera de lugar, en realidad está haciendo un periodismo auténtico, real, como debiera ser siempre.

Su labor en Gran Hermano es lo único interesante del programa, en el que lleva demasiados años y que no ha hecho más que degenerar. Como es sumamente idealista (cómo me identifico con ella en ese sentido), lo quiere ver como lo que se decía al principio de él cuando empezó a emitirse, un experimento sociológico, un estudio del comportamiento humano a pequeña escala. No se da cuenta o no quiere reconocer que la representación social es limitada, pues en el casting se selecciona siempre al mismo tipo de gente, macarras y chonis.

Lo que más molesta de ella quizá sea esa forma de decir las cosas como si su palabra fuera la única verdad. Pero también tiene el polo opuesto, el de la humildad, pues cuando cree haberse equivocado pide perdón, algo que tampoco suele hacer casi nadie. Su blog es una mezcla de todas esas peculiaridades, ternura, idealismo, indignación, justicia, amistad, familia.

Su libro, Lo que me sale del bolo, deja una impresión distinta en el alma a cualquier otra conocida. El título, que nos hace pensar en alguna grosería, aunque no sé si con razón porque bolo tiene muchas acepciones pero no la que nos viene a la mente, es en realidad muy representativo de lo que es ella, alguien independiente, que hace lo que cree más conveniente sin importarle las convenciones. Una libertad que ella siempre ha tenido, y a la que pocos consiguen llegar a pesar de los años, atrapados como estamos por las exigencias ajenas y las situaciones preestablecidas.

Recomiendo su lectura, interesante, fácil, apabullante. 


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