viernes, 5 de abril de 2013

Un poco de todo (XV)


- Me hicieron mucha gracia las tomas falsas del programa de José Mota en el que estuvo haciendo un sketch el Cigala. Me gusta mucho cómo canta este hombre, es un gitano de raza, pero muy honesto, muy comunicativo y cariñoso, y sobre todo muy risueño. Siempre que aparece en televisión se pasa casi todo el tiempo riendo sin parar, con esa gran boca dentona que tiene, sin poderlo remediar. Y si está en algo de humor con más motivo, su risa es aún más incontrolable. Mientras daba la réplica a Mota, con sólo mirarlo a la cara no podía reprimir la carcajada, y hasta se retiraba de la escena casi avergonzado, para que se le pasara antes.

El Cigala es una delicia allá donde vaya, un hombre que vale mucho. Me encanta.

- Y el programa que también me gustó mucho ver fue el del Hormiguero ayer que invitaron a Luis del Olmo. Es una presencia escénica ese hombre, tiene un saber estar y una clase impresionantes. Le hicieron las preguntas típicas de estos espacios de medio pelo, en los que se suele meter los dedos en las llagas sacando a relucir las miserias ajenas. En esta ocasión no dejaban de preguntarle su opinión sobre la situación de la infanta Cristina, y más sabiendo sus tendencias ideológicas y su conocimiento personal de la Familia Real.

Pero Luis del Olmo está por encima de esas marrullerías. Él no hace juicios personales sobre temas que atañen al buen nombre de otras personas. Traer a un programa de televisión a alguien así para hacerle el mismo tipo de preguntas que suelen hacer siempre me parece muy desafortunado, aunque supo capear el temporal y estuvo comedido y muy acertado, cómo no.

Sabe que impresiona a los que le rodean, por su prestigio profesional labrado a lo largo de tantos años, pero en programas como estos toma una actitud complacida pero un poco distante. Se lo pasó bien, como cabe suponer en un programa de entretenimiento de estas características, e hizo gala de su sentido del humor tan socarrón, de su exquisita educación y de su inteligencia. Dio mucho gusto escucharle hablar, porque su voz profunda, tan cautivadora, y todas las anécdotas que contó, que no tenían desperdicio, interesaban a todos, fue de las pocas veces en que el presentador no intentó chupar cámara, como hace siempre, interrumpiendo al invitado cada dos por tres.

Luis del Olmo tiene un bagaje vital como pocos, una profundidad emocional extraordinaria, y habla muy bien. Todo lo que dice tiene unas resonancias y un significado preciso, no es algo baladí. Contrasta enorme, terriblemente, con lo que los medios de comunicación nos tienen acostumbrados hoy en día, esa vacuidad, esa eterna y tonta palabrería. Ahora no hay más que insustancialidad y grosería, con pocas excepciones.

El periodista dijo que aún tenía actividad profesional para rato, a pesar de sus años. Algo que todos podemos celebrar.

- Increíble las cotas de amarillismo a las que está llegando el 20 minutos. Ayer la portada la acaparaba un titular enorme y horrendo, “Jaque al Rey”, ilustrado por un cómic en el que aparecía un tablero de ajedrez en el que las figuras representaban a algunos de los miembros de la Casa Real: D. Juan Carlos de pie, y frente a él la infanta Cristina en el suelo junto a su marido, y la Reina a un lado de espaldas, como no queriendo mirar.

Si la infanta ha cometido un delito, ya se demostrará y será sancionada por ello, pero el juicio popular (o del populacho) hace que nos remontemos a la época de la guillotina, cuando en Francia se decapitaba a los monarcas y sus parientes a instancias de la plebe. Involucionamos, y más con este tipo de prensa sensacionalista. Como siga así al final va a ser un periódico que valdrá nada más que como papel higiénico.

- El caso de la actriz Mariví Bilbao es un ejemplo de que cuando se llega a mayor la vida no se acaba. A mí no me gustaba en muchas ocasiones sus papeles en las series que la hicieron famosa, en las que le tocó interpretar a mujeres con mucho desparpajo y sarcasmo pero también muy ordinarias hablando. Ella le echó narices al asunto: a una edad en la que casi todo el mundo está retirado ella alcanzó la fama, y nos hizo reir mucho. Por eso, viéndola, nadie podrá decir nunca más que la 3ª edad es el fin de todo. La vida sigue, hasta el último momento. Ahora que ella ya no está, nos damos cuenta de cuánta fue su fuerza. La echaremos de menos.

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