Las profundidades de los mares y océanos de nuestro planeta siguen siendo un misterio para todos nosotros. Se dice que sólo ha sido explorada el 90% de su superficie, y que casi en comparación conocemos más la Luna que muchos de los rincones de la Tierra.
Cuando nos sumergimos en los abismos, se abre todo un mundo de posibilidades por descubrir. Hay mesetas bajo el agua del tamaño de un continente, y cadenas montañosas más largas y elevadas que las de la tierra emergida. La isla de Hawai es la cumbre de una montaña submarina de 9.900 metros de altura, más alta que cualquiera de las del Himalaya.
A esas profundidades la presión del agua, la oscuridad, la falta de oxígeno y alimento y temperaturas entre 1 y 5 grados centígrados hacen muy duras las condiciones de vida. A partir de 600 metros ya no hay luz, y la fuente de energía primaria que hay es una lluvia de materia orgánica procedente de las aguas menos profundas.
Una de las cosas que más llaman la atención de la orografía abisal son las chimeneas hidrotermales. Se forman cuando el agua marina fría fluye hacia abajo a través de las fisuras del suelo. Las aguas reaccionan químicamente con el basalto caliente que existe en éste. El agua, calentada a alta temperatura, vuelve a surgir a través de chimeneas, elevándose a 13 metros por encima del suelo marino. Por lo general las chimeneas están en zonas volcánicamente activas. Son sulfurosas y alcanzan temperaturas por encima de los 400 grados centígrados.
Las fosas submarinas pueden llegar a alcanzar los 11.000 metros, y a pesar de sus bajas temperaturas, existe vida en ellas. En estas zonas es donde se producen los temibles maremotos. Un científico que avisó de lo que ocurriría en Sumatra, años antes de que tuviera lugar, ya ha pronosticado otro movimiento submarino en la misma zona de proporciones aún mayores. Si en aquella ocasión el seísmo duró sólo unos segundos y aún así tuvo consecuencias devastadoras, el próximo durará minutos, con lo que la catástrofe será aún mayor. En aquel maremoto dicen que se modificaron drásticamente los fondos marinos, las barreras coralinas quedaron destruidas, y hubo cientos de especies animales que desaparecieron, algunas desconocidas aún para nosotros.
Cuando nos sumergimos en los abismos, se abre todo un mundo de posibilidades por descubrir. Hay mesetas bajo el agua del tamaño de un continente, y cadenas montañosas más largas y elevadas que las de la tierra emergida. La isla de Hawai es la cumbre de una montaña submarina de 9.900 metros de altura, más alta que cualquiera de las del Himalaya.
A esas profundidades la presión del agua, la oscuridad, la falta de oxígeno y alimento y temperaturas entre 1 y 5 grados centígrados hacen muy duras las condiciones de vida. A partir de 600 metros ya no hay luz, y la fuente de energía primaria que hay es una lluvia de materia orgánica procedente de las aguas menos profundas.
Una de las cosas que más llaman la atención de la orografía abisal son las chimeneas hidrotermales. Se forman cuando el agua marina fría fluye hacia abajo a través de las fisuras del suelo. Las aguas reaccionan químicamente con el basalto caliente que existe en éste. El agua, calentada a alta temperatura, vuelve a surgir a través de chimeneas, elevándose a 13 metros por encima del suelo marino. Por lo general las chimeneas están en zonas volcánicamente activas. Son sulfurosas y alcanzan temperaturas por encima de los 400 grados centígrados.
Las fosas submarinas pueden llegar a alcanzar los 11.000 metros, y a pesar de sus bajas temperaturas, existe vida en ellas. En estas zonas es donde se producen los temibles maremotos. Un científico que avisó de lo que ocurriría en Sumatra, años antes de que tuviera lugar, ya ha pronosticado otro movimiento submarino en la misma zona de proporciones aún mayores. Si en aquella ocasión el seísmo duró sólo unos segundos y aún así tuvo consecuencias devastadoras, el próximo durará minutos, con lo que la catástrofe será aún mayor. En aquel maremoto dicen que se modificaron drásticamente los fondos marinos, las barreras coralinas quedaron destruidas, y hubo cientos de especies animales que desaparecieron, algunas desconocidas aún para nosotros.
En cuanto a la fauna, desde hace siglos se ha hablado de los monstruos que habitan los abismos marinos. Hay toda clase de leyendas y relatos terroríficos en torno a ellos, basados en supuestas experiencias de los propios marineros. El Leviatán (la “serpiente enroscada”, “el dragón que vive en el mar”), es mencionada ya en el Antiguo Testamento. En el siglo XVI se hablaba de serpientes marinas de 60 metros de longitud y 6 metros de grosor, que podían tirar a un hombre de la cubierta de un barco y enroscarse en el casco de los barcos para destrozarlos. Muchos zoólogos creen que el Kraken (procedente de las leyendas noruegas), es un pulpo gigante que habita en las profundidades y puede envolver con sus tentáculos a las embarcaciones para arrastrarlas hasta el fondo del mar. Se han descubierto algunos especímenes de al menos 18 metros de longitud. El cachalote es el único animal que se atreve a enfrentarse a estos monstruos.
La fauna que habita en los abismos marinos tiene por lo general unas características similares: alargamiento de los órganos táctiles, bioluminiscencia para atraer a las presas, cuerpos transparentes, pigmentación rosada y violácea, crecimiento lento y vida muy larga. Su aspecto nos resulta repulsivo, con cuerpos aplastados, ojos enormes, saltones y feroces, y grandes bocas llenas de afilados dientes.
Muchos de los organismos marinos producen sustancias que no se encuentran en tierra firme. Al saber cómo construyen sus cáscaras los crustáceos, los científicos han conseguido desarrollar finos recubrimientos cerámicos, de aplicación en la fabricación de motores de automóvil e instrumental clínico. Un compuesto extraído de una esponja del Pacífico ha permitido desarrollar más de 300 análogos, muchos de los cuales están siendo probados como agentes antiinflamatorios.
Entre otras curiosidades que he encontrado está la existencia de un pez en el que el macho pasa su juventud buscando una hembra y, cuando la encuentra, se sujeta con sus quijadas a cualquier parte de su cuerpo y ya no la suelta, alimentándose a través de la corriente sanguínea de ella. Cada hembra lleva dos o tres machos adheridos, de apenas unos pocos centímetros.
En los abismos viven también muchas de las especies que se dan en las aguas menos profundas: tiburones, arañas, gusanos...
La flora abisal es escasa y no es verde, porque debido a la falta de luz no puede realizar la fotosíntesis.
Los vehículos que se han ideado hasta la fecha no son lo suficientemente resistentes como para poder explorar con ellos las zonas marinas más alejadas de la superficie. El avance de la tecnología ha permitido hacerlos descender a lugares cada vez más remotos, como cuando se llegó hasta donde descansan los restos del Titanic, pero tanto el descenso como el ascenso son largos y laboriosos, y las inmersiones resultan muy costosas. Estos batiscafos llevan en su interior instrumentos de gran precisión que hay que manejar con suma habilidad. Las imágenes que se han conseguido son espectaculares.
Algún día los abismos dejarán de ser lugares ignotos para convertirse en ámbitos conocidos por todos. Mientras tanto, seguiremos adentrándonos en ellos, cada día un poco más. Quién sabe lo que llegaremos a encontrar.
La fauna que habita en los abismos marinos tiene por lo general unas características similares: alargamiento de los órganos táctiles, bioluminiscencia para atraer a las presas, cuerpos transparentes, pigmentación rosada y violácea, crecimiento lento y vida muy larga. Su aspecto nos resulta repulsivo, con cuerpos aplastados, ojos enormes, saltones y feroces, y grandes bocas llenas de afilados dientes.
Muchos de los organismos marinos producen sustancias que no se encuentran en tierra firme. Al saber cómo construyen sus cáscaras los crustáceos, los científicos han conseguido desarrollar finos recubrimientos cerámicos, de aplicación en la fabricación de motores de automóvil e instrumental clínico. Un compuesto extraído de una esponja del Pacífico ha permitido desarrollar más de 300 análogos, muchos de los cuales están siendo probados como agentes antiinflamatorios.
Entre otras curiosidades que he encontrado está la existencia de un pez en el que el macho pasa su juventud buscando una hembra y, cuando la encuentra, se sujeta con sus quijadas a cualquier parte de su cuerpo y ya no la suelta, alimentándose a través de la corriente sanguínea de ella. Cada hembra lleva dos o tres machos adheridos, de apenas unos pocos centímetros.
En los abismos viven también muchas de las especies que se dan en las aguas menos profundas: tiburones, arañas, gusanos...
La flora abisal es escasa y no es verde, porque debido a la falta de luz no puede realizar la fotosíntesis.
Los vehículos que se han ideado hasta la fecha no son lo suficientemente resistentes como para poder explorar con ellos las zonas marinas más alejadas de la superficie. El avance de la tecnología ha permitido hacerlos descender a lugares cada vez más remotos, como cuando se llegó hasta donde descansan los restos del Titanic, pero tanto el descenso como el ascenso son largos y laboriosos, y las inmersiones resultan muy costosas. Estos batiscafos llevan en su interior instrumentos de gran precisión que hay que manejar con suma habilidad. Las imágenes que se han conseguido son espectaculares.
Algún día los abismos dejarán de ser lugares ignotos para convertirse en ámbitos conocidos por todos. Mientras tanto, seguiremos adentrándonos en ellos, cada día un poco más. Quién sabe lo que llegaremos a encontrar.
1 comentario:
Síntesis del estudio sobre Asteroides de Masas Emigrantes Terrestres,
ASDEMET. Agosto-2010.
Ha nacido un nuevo concepto para da nombre a la teoría sobre el gran impacto que se produjo en Asia, posible responsable de la actual rotación e inclinación de 23º en nuestro planeta Tierra, así como su campo magnético.
Las huellas que aparecen en Marte coinciden con las de la Tierra y se empiezan atener indicios que el Valle Marineri en Marte se formo por la súbita expulsión de agua a consecuencia del impacto con Asia.
Por el momento, se han localizado tres impactos de Marte que coinciden con las marcas que dejo en la Tierra, el cuarto en Asia fue el definitivo.
Entre la Antártida y Argentina visto desde satélite, se aprecia uno de los tres impactos que rozaron nuestro planeta creando un arrasamiento 1130 Km. de ancho por 2700 Km. de longitud y pudo crearse en menos de 10 minutos.
Marte perdió su el agua de sus mares y ríos por el impacto, pasando a ser secuestrada por la gravedad de la Tierra, de una forma similar a como pierde el agua una pelota mojada al impactar con el suelo, gran parte de esta agua salada quedo orbitando en forma de hielo para más tarde precipitarse sobre la Tierra, creándose de este modo las salinas en zonas secas y aumentando el nivel de nuestros mares.
La gravedad de la Tierra y Marte se vio fuertemente alterada cíclicamente, mucho antes de colisionar por primera vez y en consecuencia se generaron las mayores mareas de la historia de nuestro planeta Tierra. La fuerza con la que nos atrae se redujo y se pudieron mover grandes rocas con facilidad.
Es de difícil de imaginar la magnitud del acontecimiento que genero la puesta en orbita de Asteroides DE Masas Emigrantes Terrestres ASDEMET así como grandes fragmentos del propio Marte y que en la actualidad formarían algunas de las montañas de características muy especiales como son los Roraimas en Venezuela.
Esta nueva visión obedece a la perspectiva que nos presentan las imágenes de satélites que han pasado ha ser la herramienta imprescindible para la interpretación del relieve de nuestro planeta.
Esta teoría empieza a ser escuchada en los ámbitos Universitarios con el natural escepticismo ya que se nos han educado mal.
Si nos viésemos a nosotros mismos, de espalda a unos metros de distancia, no nos reconoceríamos, siempre nos ha faltado la perspectiva para ver a nuestro planeta desde lejos con detalle, lo contrario que sucede con todos los demás planetas y satélites.
Los Asteroides de Masas Emigrantes Terrestre ASDEMET con diferencia a los conocidos que se desplazan a una alta velocidad de uno 29 Kilómetros por segundo aproximadamente, son distintos solo en su velocidad, se desplazan en la orbita de rotación terrestre en todas direcciones a una velocidad que puede ir de casi estacionaria a 3000 Kilómetros hora pudiendo llegar a tener medidas que superan los 20 kilómetros.
Los impactos de estas masa son distintas a las que conocemos pero también forman terremotos y agrietamiento entre otras muchas cosas, por donde escapa el agua formando grandes redes subterráneas, de estas, las que consiguen llegar a la superficie se manifiestan con explosiones que aparentan cráteres y las que se quedan cerca de la superficie terminan colapsando en formas mayormente circulares conocidas como cenotes o simples lagos, se encuentran por todo el planeta y en España pueden verse entre otros lugares como Albarracin y Villar del Cobo y su radio de 17 Km. estas son las características que delatan con facilidad los impactos.
ASDEMET en estudio, son las montañas de Montserrat, el Montcau y la Mola en Catalunya (España) que pudieron impactar inicialmente en lo que es hoy la ciudad de Manresa, también el Monte Urulu y Olga en Australia y los Roraimas en Venezuela y otros muchos más por todo la Tierra y Marte.
Agustín Alcaraz
Investigador Cartográfico
astroblematierra@gmail.com
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