Me gusta dejar de vez en cuando comentarios en las entradas de los blogs que sigo, y la verdad es que últimamente han estado muy interesantes los temas que han abordado, como para quedarse callada. Imposible.
En el de Lorza girl siempre se habla de cosas que la mayoría de la gente omite por considerarlas privadas, esos secretos confesables que crees que a nadie interesan o que te avergonzarían si los declararas públicamente: lo poco que te gusta la familia de tu marido, las peculiaridades de tu propia familia, tus conversaciones con tu marido o pareja, las tribulaciones que te produce el trato con tus vecinos, o las del embarazo, las situaciones absurdas en tu trabajo... En fin, la lista sería interminable, pues la vida diaria da para mucho si le quieres sacar punta. Ella habla de sus asuntos personales dándoles una pátina de intrascendencia, aunque el tema le preocupe mucho o le llegue a angustiar. Se ríe hasta de sí misma. Lo que no sé es lo que dirán los que la lean y se vean aludidos. Posiblemente no la leen y por eso se siente libre de decir lo que le apetezca.
Lo último que ha tratado son los apuros que pasa para tener sexo con su marido desde que nació su hija hace año y medio. Cuenta con sarcástico sentido del humor, como es habitual en ella, que aprovechan cuando la niña se duerme, que no suele ser fácil, o cuando se la llevan los abuelos a dar un paseo.
Y claro, no pude por menos que dejar mi comentario: “Mi hijo se ponía a hacer sonidos orgásmicos cuando lo dejaba con mi madre para ir al trabajo. Largos lamentos y jadeos. "¿Por qué hace esos ruidos extraños el niño?" me preguntaba ladina. Y eso que creíamos que el peque dormía. También es verdad que estuvo hasta cerca de los 2 años en mi habitación, cuando su lugar fue ocupado por su hermana. Ella en cambio nunca nos hizo caso, iba a lo suyo, a su biberón y a dormir...”
En sitios como el suyo me siento libre como ella de decir cosas como ésta, que a lo mejor en mi blog no me parece oportuno escribir, porque la línea que sigo y el tono que empleo van por otros derroteros, y me parecería un tanto rocambolesco abordar este tipo de asuntos, desconcertaría a mis lectores, a los que quiero impresionar pero no aturullar. Aunque tentaciones he tenido más de una vez. ¿Por qué no hablar de todo lo que se te antoje si quieres? Se supone que tu blog es un espacio de libertad no sometido a censuras, pero al final la censura es la que tú mismo te impones. Hay tantos tabúes, temas de los que nadie habla porque parecen inapropiados… Yo por eso con Lorza girl me lo paso tan bien.
En sitios como el suyo me siento libre como ella de decir cosas como ésta, que a lo mejor en mi blog no me parece oportuno escribir, porque la línea que sigo y el tono que empleo van por otros derroteros, y me parecería un tanto rocambolesco abordar este tipo de asuntos, desconcertaría a mis lectores, a los que quiero impresionar pero no aturullar. Aunque tentaciones he tenido más de una vez. ¿Por qué no hablar de todo lo que se te antoje si quieres? Se supone que tu blog es un espacio de libertad no sometido a censuras, pero al final la censura es la que tú mismo te impones. Hay tantos tabúes, temas de los que nadie habla porque parecen inapropiados… Yo por eso con Lorza girl me lo paso tan bien.
El otro blog al que he dejado comentario es El señor gordo, que he descubierto recientemente, junto con otros, mientras participaba en el concurso de blogs de 20 minutos. Hablaba del programa de Jordi Évole en el que hizo una ficción del 23 F. El autor le daba una de cal y otra de arena, resaltaba los pros y contras de este periodista y su espacio televisivo. A mí la verdad es que me interesa casi todo lo que hace, pero con reparos, y desde luego este programa no. Este fue mi comentario: “A mí no me ha gustado la pantomima. El tema es lo bastante grave como para andar haciendo teatrillo. Évole se ha convertido de repente en un payaso, en alguien a quien le gusta tomar el pelo sin más. Aunque ha hecho lo que hace siempre, manipular conciencias. Da la impresión de que se ríe de todo el mundo, de que es capaz de hacer creer lo increíble, de jugar con la opinión ajena tan a la ligera como le venga en gana. Y todo por captar audiencia, ahora que le ha salido un competidor con Risto, otro geta que aprovecha el tirón mediático. Uno parece un ratón y el otro un jaguar. Echo de menos el talento sin histrionismos de muchos periodistas de antaño, la calidad de sus programas y el respeto al telespectador. Un saludo Señor Gordo”.
En fin, que este mundo blogero da para mucho. Allí vamos a dar con nuestros huesos unos cuantos, volcando nuestros afanes y aprendiendo de los afanes ajenos, en un toma y daca que a mí me resulta inspirador, muy enriquecedor.
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