jueves, 6 de marzo de 2014

Frases desafortunadas y afortunadas (I)


Hay frases que, no sé que habremos hecho de malo en este mundo, nos vemos obligados a escuchar en demasiadas ocasiones, y que son compendios de la estupidez ajena que laceran nuestro espíritu, cada vez más depauperado. He hecho aquí una recopilación de unas cuantas, aunque seguro que hay algunas más que subyacen en lo más profundo de mi mente, que se resiste a dejarlas salir a la luz por no dañarme la flora bacteriana. También he recopilado las que me gustan, y compruebo con pesar que son muchas menos. Y es que no es fácil escuchar palabras bonitas o pensamientos inteligentes en nuestra cotidianeidad. Vamos con las que no me gustan:

- Que Dios no te mande todo lo que puedas soportar. Esta es de maruja, resabiada y agorera, que anticipa males futuros y es incapaz de pensar en lo venidero con optimismo. Es como decir que no debes quejarte nunca porque te puede caer aún mucho más. El derecho al pataleo es inadmisible según esto.

- Te lo digo sólo porque te aprecio, desde el cariño. Típica afirmación de falsa amiga que, pretextando preocupación por nosotras, y abusando de nuestra confianza, aprovecha para vituperarte. Típico de hipócritas y envidiosas.

- ¿A quién quieres más a papá o a mamá?. Pregunta malintencionada y simplona que algunos parientes hacen a los niños, obligándolos a juzgar a sus progenitores y a decantarse por uno de ellos, algo que a tan tierna edad es incluso cruel. Si contestas diplomáticamente que a los dos igual se pone en entredicho tu respuesta, pues por lo visto hay que decantarse a la fuerza.

- Rey mío, rey mío, que me quede como estoy. Esta frase, un poco paleta, era repetida hasta la saciedad por una compañera de trabajo que sufrí hace muchos años, y que exhibía una pobreza mental sólo comparable a su incontenible verborrea, pues el que carece de recursos se conforma con emplear siempre los pocos que tiene y de manera machacona, por si no había quedado claro.

- Hagan juego señores. (Es broma).

- Tómate la sopa que te entona. Frase que ha repetido tantas veces mi madre, temiendo que la sopa se enfriara, que ya hasta a mis hijos les produce risa.

- Ha vuelto a subir la prima de riesgo. Esto forma parte de algunos conceptos sobre los que nunca antes se hablaban pero que actualmente forman parte de las conversaciones cotidianas, sobre todo porque da un aire muy interesante y como de entendido en economía.

- Esto es calidad de vida. Por lo general el que lo dice se refiere a algo que es todo menos adecuado o sano. Frase manida y pedante que detesto profundamente y que solía decir alguien que no voy a mencionar, que luego protesta.

- Si lloras sin motivo Dios te va a castigar. Sentencia que escuché hasta la saciedad en mi infancia, en las pocas veces que me permití el lujo de llorar. A mí tampoco me gustan las lágrimas de cocodrilo, pero de esas no he tenido yo nunca. Además, un niño suele llorar con motivos más que suficientes, y lo que hay que hacer es atenderle, no ridiculizarle, amenazarle con castigos divinos y luego ignorarle.

- Eso sino vas yendo tú. Frase del que suele escaquearse.

- Más adelante hay más. Frase tipo las que dice la vieja el visillo, como baja y llévame, y cosas así. Pensamientos oscuros de señoras de procedencia rural. Emparenta con la que mencioné más arriba, que Dios no te mande, también agorera y amenazante.

- Te vas a aponiantar. La usaba constantemente una jefa que tuve hace muchos años, que tenía la peculiaridad, entre otras, de utilizar vocablos que sonaban siempre vulgares, empleaba lo más feo que hay en nuestro lenguaje, con la de palabras adecuadas y bonitas que tiene. Viniendo de alguien que presumía de buena familia y de cultura, resultaba más que chocante.

- Lo más plus. La escuché por 1ª vez hace muchísimo tiempo, cuando estaba en la biblioteca de la facultad y dos chicas muy monas y muy pijas charlaban con uno de los encargados, con el que parecía que se querían timar. Fue una frase, a pesar de ser aparentemente inocua, que originó un agujero negro en mi cerebro, seguido de una repulsión que me hizo prometerme a mí misma que yo no sería nunca así ni diría ese tipo de cosas ni de broma.

- Ancha es Castilla. Sin comentarios. Si una está un poco gordita suele ser susceptible a ciertas comparaciones.

- Es la hora de supervitaminarse y mineralizarse. Odiosa frase que se escuchaba indefectiblemente en el legendario espacio de dibujos animados La hormiga atómica. Personaje hiperactivo, cabezón y redicho, pensaba que se había vuelto así por practicar lo que afirmaba.

- ¿Qué hay, qué hay, qué hay de nuevo amigos?. También de otra serie de animación, Porky, que me ponía nerviosa, pues el que es tartamudo parece que no va a acabar nunca sus frases. El cerdito aquel era muy tontorrón y bipolar, aunque entonces de esto último no me había percatado.

- Cómprame tabaco. Lo tengo que oir con demasiada frecuencia de la boca de mis hijos. Saber que estoy contribuyendo a su pérdida de salud sólo por darles gusto no es algo que me llene de alegría precisamente. Ellos están en la onda, y yo ahumada.

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